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domingo, 31 de enero de 2010

Europa no confía en Zapatero


Llevo diciéndolo desde hace cuatro años, no confío en Zapatero ¿y usted?. Ahora va Europa y me da la razón, cuando todavía hay gente en España que cierra los ojos y se atreve a soñar, en el Gobierno, en el PSOE, en los sindicatos, en el electorado socialista, sin ir más lejos. Para definirse como laicos, es sorprendente que puedan creer con tanta fe en los milagros, sorprendente, repito; incapaces de reconocer que se les ha acabado el chollo, y al resto de los españoles, la tranquilidad, gracias a ellos.

Ahora, el paladín de la esquizofrenia populista, con toda tranquilidad pide en Davos confianza para España, ¿para quién?. ¿Pero no habíamos quedado en que España era una cuestión “discutida y discutible”. Ahora nos dice el inefable que España es la que no tiene la confianza de Europa, no señor mío, por eso si que no paso, es usted, señor Rodríguez Zapatero el que no tiene la confianza de Europa, ni de la mayoría de los españoles, no le vendrá mal rezar por sus pecados y maldad en compañía de Obama y The Family, a ver si con la penitencia se le quita la estupidez de una maldita vez. Por creer en los milagros, que no quede.

La cuestión es grave, muy grave, gracias a usted los españoles estaremos condenados a trabajar dos años más, mientras que vemos como nuestros hijos se convierten en una generación perdida. España, que si existe, y que no tiene nada de discutido, ni de discutible, está en quiebra técnica gracias a usted, que ha logrado que ocupemos el primer puesto entre los países occidentales en el Índice de Miseria que elabora la agencia financiera Mood´s.

Si usted tuviera vergüenza, virtud de la que carece, mañana mismo presentaría la dimisión y le aseguro que solamente por ello la economía mejoraría de forma inmediata, subiría la bolsa, descendería el paro, bajaría el déficit, pero no lo hará, el nieto del capitán Lozano, seguirá empeñado en demostrarnos que la realidad se equivoca, que 4.300.000 parados es algo coyuntural, y que los brotes verdes de la desaceleración están a punto de eclosionar en el desierto desolado en que ha convertido este país.

Al bambi le han crecido demasiado las astas, ya no hace gracia, ninguna gracia, ahora da miedo porque como ciervo herido de muerte se puede llevar por delante lo que ni imaginamos. El nuevo timo de la Economía Sostenible no ha cuajado, que le hubiera permitido aguantar hasta el final de la legislatura, pero no ha podido ser, el espejo del estanque europeo no le ha devuelto la faz impoluta de Narciso a la que estaba acostumbrado, sino la de un horrible monstruo que ha destrozado más que el caballo de Atila.

Es hora de recoger velas, de ponerse a trabajar los que no lo hacen, es decir todos los liberados sindicales, aficionados al pesebre del dinero público, amigos de las subvenciones, colectivos singulares para las causas más variopintas. Es hora de que se acabe la estupidez nacionalista en Cataluña y Baleares, al igual que comienza a acabarse en el País Vasco y Galicia. Es hora de que en Andalucía, Asturias, Extremadura, Aragón y Castilla La Mancha se desinflen las administraciones extraordinariamente politizadas que reparten dinero público por mirar a las estrellas entre los futuros electores del PSOE. Es hora de salir del marasmo defensivo contra el Estado en el resto de España, gobernado por el PP. Es hora de despolitizar las Cajas de Ahorros que son para el socialismo como los ayuntamientos de ANV para ETA.

Es hora de que la gente con criterio y conocimientos tome las riendas de la economía y la política de este país, así que es hora de que los que no tienen ni conocimientos, ni criterio, ni nada que merezca la confianza de los ciudadanos se vayan a su casa, aunque sea cobrando el paro. Blanco fuera de Fomento, ¿qué coño hace un iletrado sindicalista dirigiendo las obras públicas de un país como España?, Corbacho que regrese a trabajar a Muebles La Fábrica, de donde nunca debió haber salido, y nos hubiéramos ahorrado los españoles mucho dinero. Elena Salgado que vuelva a dirigir el 11888, que es una empresa de mucho futuro. Y Carmen Chacón, podría volver a vender medias en El Corte Inglés. Si estos han llegado a ministros, como serán los que han llegado a jefes de negociado por designación política.

Se acabó lo que se daba, y antes de irse, por favor, las cuentas del Estado claras, con auditoría externa, que yo no me fío que lo que hayan derrochado no esté invertido para recogerlo cuando abandonen la política. Lo dije en su día, y ahora compruebo que no me equivocaba, cuando Zapatero salga del Gobierno arrastrará al PSOE a la memoria histórica.

Y por favor, señor Zapatero, de la que se va llévese a Rajoy con usted, haga algo por España, para que algún día podamos recordarle sin hostilidad, y de paso a Rosa Díez. Sólo le puedo agradecer una cosa, señor Presidente, que gracias a usted los españoles nunca volverán a creer en los políticos, ni en los partidos que representan, porque lo que está claro es que no defienden los intereses de los ciudadanos, que tratan como un ganado electoral al que cada cuatro años ordeñan unos votos para seguir haciendo su buena vida.

Eso es lo mejor de lo que nos legará, la desconfianza extraordinaria en los políticos, a ver si ahora somos capaces de ponernos de acuerdo para erradicar la especie de este país definitivamente. Hay que desparasitar España de políticos y representantes públicos, eso no admite discusión.

Biante de Priena

Sin palabras



En homenaje a nuestra compañera Agata, mostramos una foto de la campaña que ayer se realizó en Arenys de Mar, con la asistencia de 400-500 personas a la convocatoria realizada por todas las fuerzas que se oponen a la inmersión lingüística de Cataluña.

Nos consta que esa no es la representación del problema real, pero si está claro que es la representación real del problema. Por enésima vez se demuestra que quienes dicen representar la segregación desde el no nacionalismo, no representan a los españoles de Cataluña y sus problemas. Una vez más, se siguen empeñando PP, C´s, y UPyD en enfrentar no nacionalismo a nacionalismo, y una vez más se han equivocado.

No es eso, no es eso, mientras en Cataluña no se hable de España sin complejos no habrá nada que hacer. Todas estas cosas, a la larga, benefician a los secesionistas.

sábado, 30 de enero de 2010

El legado de Zapatero: pobreza, ignorancia y miseria


Se veía venir y lo advertimos en numerosas ocasiones: lo de Zapatero tiene mal pronóstico.

El Príncipe de los desaforados (convertido en el traidor de los sindicatos, los trabajadores y los ciudadanos) rectifica. El Sultán del Pleno empleo, el feminista convencido, el inventor de la Alianza de Civilizaciones, el líder interplanetario que competía en relumbrón con el mismo Obama, el mentecato que dijo que Francia, Alemania y Reino Unido envidiaban la situación económica de España, se ha caído de la burra, y lo ha hecho como corresponde a este emperador de la mentira, desde lo más alto y sin dar la cara: “las malas noticias que las anuncien los demás”.

Apoteosis del Esperpento

Dos consecuencias inmediatas, la más importante, todos los españoles nos hemos caído con él, la accesoria: adiós al PSOE para siempre (y a UPyD, los recogenueces del socialismo). El socialismo se ha mostrado por segunda vez, en lo que llevamos de democracia, incapaz de mantener el bienestar de los ciudadanos: 11,4 % del PIB de déficit público, 4 millones y medio de parados, promesa de “pensionazo” (y nueva estafa porque vuelven a mentir, a partir de 2013 mucha gente se dejará de jubilar a los 65 años, no sólo los nacidos en 1959). Lo dijimos en su día y lo repetimos hoy, cuando Zapatero se caiga de la burra, nos arrastrará a todos, especialmente a su partido. La Izquierda Parlamentaria de Llamazares (2 diputados) hace tiempo que se fue al traste.

Pero por el mismo precio, ya que nos deshacemos del PSOE (y UPyD), vamos a aprovechar para mandar al olvido al PP, porque en los últimos seis años ha mostrado de lo que es capaz, ante la mayor agresión a la democracia que se ha producido en nuestro país en los últimos 30 años. Con defensores de nuestros derechos como Rajoy y su banda, estamos perdidos antes de comenzar batalla.

De los nacionalistas nada bueno podemos esperar los españoles, porque se han convertido en los mayores parásitos del bienestar común, principales enemigos de nuestra convivencia nacional, gracias a las alas que les concedió el inefable embaucador que ahora se esconde, y será capaz de llorar por la el bienestar social, como aquel Boabdil que entregó las llaves de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos.

Pero no sólo se irá dejándonos en la ruina, mientras han despilfarrado lo nuestro, sino que nos dejará toda la mierda estructural que ha construido: la bilateralidad con los nacionalismos, los vampiros de la SGAE, los sindicatos vendidos, los medios de comunicación comprados, las compañeras del feminismo, las mayores tasas de analfabetismo y fracaso académico, la energía renovable que nos cuesta tres veces más que la no renovable, la administración ocupada por todos los descamisados, pobreza, ignorancia y miseria: el legado de Zapatero ( y mira que lo advertimos desde Ciudadanos en la Red, pero nadie nos hizo caso).

Mirando al futuro: la Revolución ha comenzado

Queridos compatriotas, España está en armas. Que este pueblo no es de niños yunteros, ni de bueyes, ni de perdones, ni de olvidos, algo que pretendió el malandrín adanista induciéndonos a pensar que los españoles somos purria al servicio de sus delirios, despreciables e inmundos. Ningún presidente español ha maltratado a los ciudadanos como este imbécil que defendía la alegría y la estupidez como banderas de progreso.

Se acabó la mezquindad. Ciudadanos y soberanos, españoles, lo llevamos repitiendo desde hace meses, hasta la saciedad lo hemos dicho, ha llegado la hora de desalojar del poder a todos los miserables que viven magníficamente de nosotros, a los que han legislado que los ciudadanos de a pie tengan que trabajar 35 años para cobrar una pensión, mientras que los políticos de a caballo –que no caballeros, ni amazonas- se puedan retirar con 7 años trabajados. Se acabaron los privilegios.

Es hora de establecer para siempre que los ciudadanos nos representemos a nosotros mismos. Acabar con la representación política, tal como la conocemos, antes de 2012, es el mejor homenaje que podemos hacerles a los padres de nuestra nación en el bicentenario de nuestra primera Constitución, y la única opción con sentido que podemos acometer los ciudadanos.

Rebelión sin tregua, alistamiento ciudadano y cajas de resistencia, y activismo ciudadano, la cibernética es nuestra aliada. Franco ha resucitado y se llama ZP, hay que acabar otra vez más con la dictadura, debemos expulsar a los políticos y a todos los que viven de la representación pública del escenario social, solicitar una Auditoría General del Estado, de los últimos diez años, que incluya a las tres administraciones públicas: Estado, Autonomías, y Ayuntamientos, y exigir responsabilidades políticas y legales a los que han arruinado este país. Y debemos hacerlo ahora.

La Revolución ciudadana ha comenzado y ya nada, ni nadie, puede detenerla.

Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía

Quien está dispuesto a participar en el objetivo de erradicar la exclusiva representación pública de los partidos políticos en el panorama social español, que se ponga en contacto con nosotros. Es hora de que los ciudadanos nos representemos a nosotros mismos, directamente y sin intermediarios.

esrevolución2012@gmail.com

viernes, 29 de enero de 2010

El día que España dejó de ser Europa


A las 9 de la mañana se publicará la EPA del cuarto trimestre de 2009, a partir de entonces las noticias iniciarán una carrera inevitable. Se espera sobrepasar con creces los cuatro millones de parados. Europa y Roubini han mostrado su desconfianza hacia España. La bolsa lleva cuatro días con fuertes descensos descontando el desastre. Eurostat contribuirá con nuevos datos sobre el IPC anticipado de enero, que mostrará la recesión española en todo su esplendor.

Hace aproximadamente un año, en este blog se publicó un artículo titulado: “la crisis que no existía la heredarán nuestros nietos”, en el que pueden comprobar las enésimas mentiras de Zapatero a lo largo de este año. Es un interesante ejercicio comprobar las predicciones que entonces se hicieron y constatar en cuantas se ha acertado.

La contracción económica prevista se ha producido y superado las predicciones más pesimistas.

El desempleo ha crecido hasta el 20 %, también ha alcanzado las previsiones más funestas.

Edwar Hugh, economista que reside en Barcelona, nos anticipaba algunas de las dificultades que iba a atravesar la economía española durante el año 2009.

La deflación en precios y salarios ya ha comenzado y se prolongará durante varios años. En aquella ocasión apuntaba que sería interesante comprobar como los sindicatos y el Gobierno resistían la rigidez del mercado laboral a costa de incrementar el paro -¿hasta los cinco millones de desempleados?-. Otra rigidez que apuntaba era la elevación de los precios energéticos por encima de su valor real, una barbaridad pactada con las compañías energéticas.

También nos decía que las grandes inversiones del Gobierno no servirían para despertar del coma a la economía española, algo que hoy podemos comprobar viendo los indicadores económicos.

El endeudamiento del Estado se debe a la generosidad del Presidente Zapatero con el dinero de todos los españoles. La deuda privada forma parte del la deuda del Estado, porque ambas se acumulan en la deuda total del país, en España hay una parte importante de deuda transferida desde el Estado a las familias y las empresas. En cifras reales, la deuda que era de 90 % del PIB en el tercer trimestre de 2004, se convirtió en 155 % del PIB en el tercer trimestre de 2008. En el tercer trimestre de 2009 la Deuda total –pública más privada- sumaba el 240 % del PIB.

La política de inmigración errónea y desproporcionada de los Gobiernos de Rodríguez Zapatero está convirtiéndose en un lastre porque en los últimos nueve años han entrado en el mercado español 4 millones de inmigrantes, que al reducirse la oferta laboral han pasado en buena medida a engrosar las filas del paro, pero siguen consumiendo bienes y servicios.

La inadecuación de la política monetaria y la trampa de liquidez condenan a nuestro país a incrementar la deuda por medio de políticas fiscales para obtener liquidez. La economía sumergida crecerá de forma desorbitada, hoy sobrepasa ya el 20 %.

Edward Hugh, nos hablaba hace un año de las elevadas posibilidades de que España emulara la crisis económica japonesa, que ya dura 17 años.

Las mentiras urdidas por Zapatero y su Gobierno han salido a la luz definitivamente. Este Gobierno ha estafado a los españoles, se debe recordar que Solbes anunciaba un crecimiento del 3,1 % ante un atónito Pizarro para triunfar en las elecciones (el crecimiento fue de 0,1 %), la vicepresidenta De la Vega decía que la crisis se debía al modelo neoliberal, cuando España es una de las economías más intervenidas por el Estado de todo el ámbito occidental. Y por supuesto la promesa de pleno empleo del presidente –cuando vamos por los cuatro millones de parados – y la desaceleración que se ha convertido en crisis que puede durar los próximos 20 años.

Hoy nos hemos enterado que el Gobierno pretende retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años, como paso previo para prolongar la edad laboral hasta los 70 años, lo que en España es inaudito habiendo como hay un 20 % de población en el paro. Que no es una cortina de humo para que no se hable de la EPA, sino una medida urgente para que no disminuya aún más la liquidez del Estado, es decir se incremente la deuda, preparando 5 años sin pagar pensiones y cobrando impuestos de la renta del trabajo por el arte de la chistera. Este es el bienestar que nos puede conceder el PSOE.

Hoy puede ser un gran día, porque Zapatero saldrá diciendo ante las cámaras que ahora sí se vislumbran los brotes verdes, ahora sí. Ayer, en el Foro Económico de Davos, los presentes le contemplaban atónitos cuando decía que España era un país sólido, que pagaría su deuda, al tiempo que se preguntaban discretamente de que pasta estamos hechos los españoles para soportar a un majadero semejante como presidente de Gobierno, desde hace seis años.

España está en quiebra técnica, lo advertimos en su día, hoy lo podemos constatar. La responsabilidad, del viento, esta es la ruina a la que nos han llevado los votantes del PSOE y sus elegidos.

Biante de Priena

lunes, 25 de enero de 2010

La sociedad civil española, cautiva y desarmada


A estas alturas de la legislatura serán muchos los ciudadanos que se preguntarán por qué no se produce una reacción civil ante el desmadre recurrente que acontece en la política española. La parálisis civil de los ciudadanos de este país se explica por diversos motivos. Una sociedad está armada cuando cuenta con los instrumentos políticos necesarios para que los ciudadanos puedan ejercer libremente la voluntad de su soberanía. La demagogia española, a la que los políticos consideran democracia, no dota a los ciudadanos de esos instrumentos, si el alguna ocasión permiten que la sociedad se represente a sí misma, es para defender sus intereses ideológicos–sindicatos y colectivos sectarios en la izquierda; asociaciones y congregaciones, religiosas o económicas, facciosas en la derecha-. La sociedad española también está cautiva de los usurpadores de la democracia que conforman el elenco político que vive de decir que representa a los ciudadanos, cuando en realidad los utiliza como ganado al que pastorea cada cuatro años hacia las urnas donde les extrae la voluntad que les permite seguir con su suculento negocio de explotación.

Realmente no hay asociaciones o colectivos que defiendan intereses generales y comunes de todos los ciudadanos de forma transversal, en el ámbito social español. Vivimos en una sociedad extremadamente maniquea y confrontada, porque eso favorece los intereses de los políticos. Pero que una posición política se equivoque no quiere decir que su adversario tenga razón. Al contrario, desde la política se pretende inducir un olvido sobre la posibilidad de la existencia de una sociedad ajena e independiente de la políticia, algo que se considera como una utopía, cuando no se malogra cualquier intento de forma activa, porque el ejercicio de la política en España tiene que ver mucho más con el despotismo y la demagogia que con la democracia auténtica.

El origen de la usurpación

Sin duda, el origen remoto de la ausencia de instrumentos de ejercicio de soberanía de los ciudadanos españoles, de la sociedad armada, proviene de la larga tradición absolutista de abuso de poder en España, que en 1812 se fracturó, gracias a los padres de nuestra primera Constitución, que concedieron al pueblo español la única soberanía posible sobre la nación española. A partir de entonces y durante 150 años, los políticos, en su inmensa mayoría, con algunas honrosas excepciones, se convirtieron en rivales del ejercicio de nuestra soberanía, en un abuso de poder sin precedentes.

Cuando el dictador Francisco Franco triunfó en la guerra civil, se hizo detentador del poder absoluto, su detentación se estableció sobre la usurpación de la soberanía de los españoles, mucho más que sobre la derrota del ejército rojo, aunque la propaganda tardo marxista se haya encargado de no recordarlo y que lo olvidemos. Franco no derrotó al ejército rojo, se apropió de la soberanía de los españoles, cinco minutos antes de que el Frente Popular lo hiciese, algo que ya había intentado en Asturias y Cataluña, sin conseguirlo. Tan usurpadores de la soberanía de los españoles eran los franquistas como los seguidores del Frente Popular. Algo nunca debe olvidarse y debemos recordar los españoles, para saber con quién estamos tratando nuestro futuro.

La guerra civil no surgió de la nada, sino de una provocación continuada de la izquierda más extrema y los nacionalistas, de diversas fuerzas que seguían el principio trotskista de “caminar separados, golpear juntos”. Dentro de unos años, como sigamos así, con el lavado de cerebro a que nos someten las izquierdas de este país y los nacionalistas, terminaremos confundiendo los santos con los criminales. No hay ningún respeto por la verdad histórica, ni en los franquistas durante la dictadura considerándose nacionales cuando usurpaban la soberanía de la nación al pueblo español, ni en los socialistas, conservadores y nacionalistas en la democracia.

El internacionalismo proletario de aquella época, pretendía convertir a España en el diente de tenaza occidental de Europa, para ejercer la pinza estranguladora con el diente oriental del marxismo imperialista de la Unión soviética, abjuraba de la soberanía de los españoles, tanto como los nacionalismos rivales de Cataluña y el País Vasco, que miraban por sus intereses territoriales –igual que ahora-, tanto como el propio Franco y su dictadura que ensalzaba la nación mientras le robaba su identidad.

El Frente Popular nunca veló por los intereses generales de todos los españoles, sino por sus intereses sectarios –igual que ahora-. Franco obtuvo la victoria y ejerció desde entonces, como buen déspota, el poder absoluto sobre el pueblo español, arrebatándole su soberanía y tutelando su destino. Si el Frente Popular hubiera triunfado, hubiera hecho lo mismo, y España se habría convertido en un apéndice del imperio soviético. El grito de guerra del Frente Popular era ¡Viva Rusia!, nunca se refirieron a España como una nación diferenciada e independiente.

Basta ya de que nos sigan tomando el pelo toda esta legión de sinvergüenzas, va siendo hora, setenta años después, de que superemos el engaño al que nos han sometido, unos y otros.

El secuestro de la democracia

Pero la democracia no ha devuelto la soberanía a los españoles, al contrario de lo que se ufanan en recordarnos los políticos, más bien lo que se ha hecho es someterla a cautiverio en función de los intereses partidarios y personales de los que detentan el poder.

Los que alcanzan el poder en España, provengan de una dictadura militar o de una supuesta democracia, tanto si son de izquierdas como si son de derechas, siempre se sustentan sobre la usurpación de la soberanía de los españoles. Los políticos españoles son los demagogos más desvergonzados del planeta, tanto como Franco, Hitler o Stalin en el pasado, o como Fidel Castro y Hugo Chávez en el presente, porque demagogia es decir que van a hacer una cosa mientras piensan en hacer la contraria.

Pero sin duda el político que más desigualdad y desasosiego ha creado en nuestro país en época reciente, con sus buenas intenciones de guardería, usurpando la soberanía nacional de los ciudadanos españoles, detentando el poder concedido y llevando sus delirios personales a la realidad, ha sido esa fatalidad de las cejas endiabladas, cuyo nombre no quiero recordar; aunque cierto es que no ha sido en solitario, también es necesario reconocerlo, sin la ayuda de los nacionalistas y la oposición conservadora no lo hubiera conseguido. La hipnosis social que se ejerce desde el poder nos hace ver las cosas como no son: los políticos españoles –salvo los nacionalistas, que son de otra especie y hacen lo que dicen, aunque sean barbaridades- siempre dicen que van a defender exactamente lo contrario de lo que defienden, mienten más que hablan, por eso estamos hartos de todos ellos.

La mentira es el arma política más poderosa

El paradigma del despropósito político en España es Rosa Díez, la lideresa de UPyD, que dice que va a regenerar la democracia en este país cuando es absolutamente incapaz de que en su propio partido se respeten las mínimas reglas democráticas, eliminando a todos los rivales del escenario para que sólo puedan pertenecer a su partido los que la apoyan y obedecen. Y a ese despotismo demagógico lo denominan sus seguidores democracia y se sienten orgullosos. Aquí tienen ustedes el mejor ejemplo de alguien que dice todo lo que queremos y necesitamos escuchar, haciendo al mismo tiempo todo lo que los demócratas repudiamos, quedándose tan fresca, con el descaro que caracteriza al que no respeta a sus semejantes y sólo vela por sus propios intereses. Que a nadie se le olvide el origen socialista de Rosa Díez, porque sólo siendo socialista se pueden hacer estas barbaridades y pensar, al mismo tiempo, que los demás, en su ignorancia o estupidez, no se darán cuenta. Esa arrogancia solo la puede proporcionar una tremenda ignorancia y una insidia sin paliativos.

Pero el PSOE y el PP no se quedan atrás, porque desde el poder, que ejercen de forma inicua, no dejan de mostrarnos sus hazañas.

El PSOE dice que defiende la igualdad, nada más lejos de la realidad.

No hay igualdad entre hombres y mujeres (Ley de violencia de Género)

No hay igualdad entre jóvenes y adultos (Paro juvenil próximo al 50 %)

No hay igualdad cultural (son comunidades socialistas donde se dan las tasas más elevadas de analfabetismo y sin estudios tras treinta años de gobierno del PSOE, que rondan el 25 %).

No hay igualdad jurídica (los españoles de Cataluña están oprimidos culturalmente, diferencia en derechos entre confederaciones hidrográficas, la Constitución se respeta en unas comunidades y en otras no, y no ocurre nada)

No hay igualdad histórica (los caídos por la República en la Guerra Civil son héroes, los caídos por el franquismo algo habrían hecho).

No hay progreso (el número de alumnos que concluían el bachiller hace diez años rondaba el 50 %, hoy está próximo al 36 %).

No hay igualdad salarial (de hecho ha disminuido la igualdad salarial entre los españoles en los últimos cinco años, cifra que ocultan los sindicatos).

No hay igualdad entre los ciudadanos (los que poseen vínculos con el PSOE ocupan los mejores puestos laborales y sociales a igualdad de condiciones con los ciudadanos, incluso con menos méritos) .

Lo que si hay es un tremendo despilfarro y apropiación indebida de los recursos públicos de los españoles por parte de la legión de descamisados que se representa en Vogue, el pensamiento políticamente correcto y el desarrollo sostenible. Y precisamente donde tenía que haber desigualdad democrática, por ejemplo entre los que pagan sus impuestos y los que no los pagan, entre los criminales etarras y las víctimas del terrorismo, entre los que vulneran la Constitución y los que la respetan, el PSOE establece una igualdad inopinada.

El PP dice que defiende la libertad, nada más lejos de la realidad

No hay libertad cuando en su partido se defiende la democracia búlgara como en el Congreso de Valencia.

No hay libertad cuando en su partido se consiente la corrupción política y económica, sin hacer prácticamente nada por resolverla.

No hay libertad cuando en Galicia se impone un modelo trilingüe, para no resolver el problema de la libertad de elección, algo que no se ha atrevido a hacer ni Patxi López en el País Vasco. No hay libertad cuando en Cataluña se permite lo que está ocurriendo con el idioma español.

No hay libertad cuando los monigotes que salen en la tele en representación del PP son siempre los mismos desde hace treinta años. Hasta conservan el alcanfor en el partido, como Franco conservaba el brazo incorrupto de Santa Teresa en su alcoba.

No hay libertad cuando el PP no defiende la libertad por encima de todo ante leyes estúpidas, para que no les denominen fachas en su eterno acomplejamiento.

No hay libertad cuando no hay pluralidad, todos los representantes del PP dicen lo mismo, esa homogeneidad dado el carácter español, es precisamente la demostración de la falacia que representan. Eso lo pueden hacer desde el PSOE, pero no desde el PP. Eso es fruto de la coerción, nada tiene que ver con la libertad.

No hay libertad en el PP porque los conservadores tienen tanto miedo a la libertad como los socialistas, por mucho que se empeñen Esperanza Aguirre y Gallardón en desmentirlo. El PP todavía no se ha quitado por completo la costra del franquismo y por eso muchos electores lo repudian.

Si los españoles no luchamos por nuestra identidad común nos habrán derrotado

Y la sociedad desarmada se ha quedado sin representantes políticos, porque ninguno merece su confianza. Tal vez eso sea necesario, posiblemente sea imprescindible para que la sociedad se haga dueña de su destino, para que el pueblo español se haga independiente de sus políticos, que están condenados a devolver buena parte del poder que detentan a la ciudadanía soberana que es su legítima propietaria; que no se nos olvide jamás que el poder que detentan los políticos en España sólo lo tienen en depósito y se les puede retirar en cualquier momento, por las urnas, claro.

El ejercicio pleno de su soberanía por parte de los ciudadanos españoles es lo único que puede sacar a este país del atolladero. ¿Pero cuántos españoles son conscientes de su soberanía y comprenden lo que esto significa?.

La soberanía es la libertad conquistada a lo largo del tiempo por un pueblo ante sus enemigos, tanto internos (déspotas) como externos (invasores), que se conforma como condición fundamental de legitimidad. La soberanía se hereda, se pasa de padres a hijos, de todos los padres a todos los hijos, en plena igualdad, porque todos los españoles somos igual de soberanos, gobierne quien gobierne. Es la herencia civil de los ciudadanos, pero no se consume, ni se recorta, ni se transforma, ni se enmascara, es inmutable. La soberanía es la condición imprescindible para que seamos ciudadanos, sin soberanía seríamos súbditos. Somos ciudadanos por ser españoles, no españoles por ser ciudadanos, esta última falacia forma parte de la propaganda de la oligarquía política para convertirnos en sus vasallos.

Una sociedad armada es aquella que se conoce a sí misma, sabe sus derechos, cumple sus deberes, y ejerce su libertad. Una sociedad armada es aquella en la que los ciudadanos que la forman se saben y se sienten soberanos, iguales y libres, dueños de su destino.

Es imprescindible que la sociedad española se rearme de instrumentos cívicos para establecer combate con los políticos que pretenden arrebatarle su soberanía. Una sociedad soberana, formada por ciudadanos soberanos, nunca se rinde ante sus enemigos, porque su derrota sería su desaparición. Si la sociedad española está desarmada, es porque está abdicando de su soberanía. La soberanía sólo puede surgir de la conciencia individual, la reivindicación de la legitimidad, y la integración colectiva de su propósito. No admite fragmentación, ni delegación.

Por eso los nacionalismos estridentes no pueden fraguarse en naciones, porque por mucha conciencia que tengan algunos ciudadanos de su soberanía, no tienen legitimidad alguna, la soberanía no es una condición individual, sino colectiva. Para que los catalanes o vascos fueran soberanos, los españoles tendríamos que renunciar a nuestra soberanía como españoles previamente.

El Parlamento representa el poder del Estado, pero la configuración última de la Nación española y su condición soberana no puede ser representado más que por el pueblo español DIRECTAMENTE, y no por los catalanes, vascos, gallegos, políticos, jugadores de rugbi, admiradores del chotis, diseñadores de moda, feministas, soldados, o constructores de sueños. Sólo hay una categoría legítima y soberana en España: el pueblo español, todos los ciudadanos españoles reunidos, es decir, la Nación española, que tiene potestad y legitimidad para determinar su presente y futuro. Nadie más, ni Dios, ni el Rey, ni los políticos, ni los ciudadanos separados y desorientados, aunque no lo sepan.

Seamos soberanos, para poder ser ciudadanos. Acabemos de una vez con la miseria y mezquindad de la política en España, antes de que sea demasiado tarde y tengamos que llegar a la violencia. España es una nación que debe ser respetada por todos los españoles, los ciudadanos y los políticos de cualquier color que se sienten en el Parlamento español. No hacerlo supone romper el contrato sobre el que se establece la organización de nuestra convivencia. Es hora de recordárselo a todos los que lo hayan olvidado.

Como español yo me alzo ante los usurpadores. ¿Quién está conmigo?

Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía.

viernes, 22 de enero de 2010

La crisis económica será para siempre


Voy a relatar la verdad de la política española, así que atentos. No hay ninguna posibilidad de que la vida mejore para los ciudadanos, absolutamente ninguna. Cada día pagaremos más impuestos, tanto con el PP como con el PSOE, porque en España los impuestos es el principal cultivo de la agricultura nacional del Estado. Olvídense de que algún día desciendan, porque eso supondría que el Estado tendría menos ingresos y debido al pufo que ha organizado el inefable cejado, es decir la deuda de cincomil millones de euros por semana, más los cuatro, cinco, seis millones de parados, más los subempleados que apenas obtienen ingresos para vivir, más los pensionistas, más los trabajadores sociales subvencionados desde los colectivos que luego le hacen la campaña electoral, España no puede salir de la crisis económica jamás. Precisamente esa es la estrategia del Gobierno de Rodríguez Zapatero: hundirnos en la miseria.

Si como algunos cándidos piensan, el PP triunfa en las elecciones, al día siguiente tendremos a los sindicatos verticales en la calle de forma permanente, haciendo juntas todas las huelgas que no han hecho con Zapatero, y no les cuento nada de las feministas afincadas en los institutos de la mujer y similares, son capaces de hacer un suicidio colectivo para culpar a algún hombre del asesinato múltiple. Los patrocinadores del cambio climático serán capaces de volver a fumar con tal de que aumente el monóxido de carbono. No les cuento nada de la banda de la memoria histórica que tenía asegurado el trabajo con el desenterramiento de todos los mártires del franquismo. Y no quiero olvidarme de los ecologistas, pacifistas y altermundistas que representan la nueva cultura, junto con los miembros del Ibercrea (la SGAE con otro nombre). Y esa magnífica juventud, que se parte la vida para formarse terminará cobrando lo mismo por su trabajo tras acabar sus estudios, que los pringaos que sólo conocen los lugares de botellón del fin de semana sin dar golpe en su vida.

Habrá que resignarse compatriotas, vamos a tener dos o tres millones de víctimas del capitalismo cobrando del Estado hasta que se mueran. Es una nueva clase social de parásitos con la que tendremos que aprender a convivir, mientras que los "afortunados" empleados y subempleados de este país se dejan los huesos cada día trabajando más y peor, y sobretodo por menos. Eso es lo que han traído los sindicatos a España, miseria, ignorancia y parasitismo. Los agentes sociales les llaman, deberían denominarlos fanáticos del empobrecimiento.

¿Alguien duda que cuánto peor vayan las cosas más votos obtendrá el PSOE?. Por eso la estrategia es fácil, de escuadra y cartabón, no hacer nada o hacer las cosas mal, es decir, cultivar la miseria y esperar cuatro años para recoger los frutos. Y la oposición del PP, a bailarle el agua, mientras le permitan mantener sus chiringuitos propios.

¿Sabían ustedes que el mayor grado de analfabetismo después de casi cuarenta años de gobierno permanente del socialismo se producen fundamentalmente en las áreas gobernadas por el PSOE, que en Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía ronda el 5 %?. ¿Sabían ustedes que en los diez últimos años se han incrementado los analfabetos en España?. Lo mismo ha ocurrido en el caso de los ciudadanos sin estudios. Donde el PSOE gobierna crece la ignorancia.

La educación no funciona y se derrocha el dinero. Cualquier estúpido proyecto friki puede recoger cienmil euros en subvenciones con tal de que coincida con el régimen. La investigación en España se ha quedado sin inversiones estatales, pero los estudios sobre la bondad de las acciones del Gobierno cada día reciben más.

¿Sabían ustedes que las tasas de paro más elevadas se producen en lugares donde el PSOE gobierna desde hace más de treinta años?. ¿Sabían ustedes que la corrupción es aproximadamente cinco veces mayor en los lugares donde gobierna el PSOE?.

La cosa tiene mal remedio, porque si gobierna el PSOE, iremos con certeza a peor, y si gobierna el PP, también. El mayor problema y el más difícil de resolver es que en este país tenemos millones de parásitos subvencionados, que estrangulan el futuro de España, por no hablar de los nacionalismos, que esos son caso aparte, porque además de parasitar encima protestan, y dicen que los españoles les robamos cuando su único objetivo es esquilmar este país, para vivir como aristócratas del país de nunca jamás.

Así que lo mejor es que si pueden emigren, España no tiene salvación posible, en cuatro o cinco años nos echarán hasta de la zona euro, gobierne quien gobierne. Los problemas que tenemos en este país son derivados de la estructura parasitaria que se ha creado, y no de las disfunciones económicas coyunturales como en otros países del entorno europeo.

La única solución pasa por echar a los políticos del poder, mientras no lo hagamos estamos condenados a mantenernos, viviendo peor, y mantenerlos, viviendo mejor, para que cada día nos hagan la vida más difícil cargándonos con todos los parásitos que han creado al destruir la estructura económica y laboral de este país.

¿A qué estamos esperando para salir a la calle y correrlos a gorrazos hasta enterrarlos en el mar?.

Erasmo de Salinas



jueves, 21 de enero de 2010

El socialismo produce ignorancia

El mayor problema de España: LA IGNORANCIA

Fuente: CIS

Cuenca: 24,59 %
Ciudad Real: 23,53 %
Jaén: 22,30 %
Córdoba: 22,02 %
Toledo: 21,22 %

Anda la leche, pero si en estos lugares lleva gobernando el PSOE más de 30 años. ¿Pero cómo puede ser?. A ver si lo que quieren es tener ignorantes para seguir en el poder, no puede ser, ¿cómo iban a ser tan HIJOS DE PUTA?

A ver si es que....quieren ignorantes para seguir obteniendo votos...

Democracia 2.0

Democracia 2.0 (01)


En las próximas semanas nos ocuparemos de hacer algunas propuestas para mejorar el sistema democrático que tenemos en España. El objetivo es reunir unas cuantas ideas que permitan una representación política más próxima a los ciudadanos. Las nuevas herramientas que nos ofrece la sociedad de la información lo pueden permitir. Evidentemente hay muchas instancias e instituciones interesadas en que eso no ocurra, porque el actual NEGOCIO DE LA POLÍTICA, es posiblemente la empresa que produce más beneficios económicos, precisamente para aquellos que menos se lo merecen, porque en su inmensa mayoría viven de aprovecharse de la posición de poder que han alcanzado gracias a los votos de los inocentes ciudadanos que acuden a las urnas a depositar su voto, pensando que realmente sirve para algo, cuando en realidad no sirve para nada. Elegir entre gato blanco o gato negro, no salva a los ratones de una muerte segura.

Comenzaremos con un par de propuestas, la primera se refiere a la democracia dentro de los partidos políticos y la segunda a la representación de los electores, que dejará de ser estructural e inmutable durante cuatro años, para ser funcional y dinámica durante toda la legislatura

1) Democracia Real y Participativa en los partidos políticos:

Con elecciones internas en el partido fundamentadas en listas abiertas, que se aproxime al criterio colectivo de representación directa de la voluntad de la asamblea. Elección directa por la asamblea formada por todos los militantes de los órganos políticos, legales y económicos del partido, así como los representantes públicos de la formación, es decir a todos los candidatos, desde el nivel local hasta el nacional. Cada representante será elegido por todos los militantes de la circunscripción correspondiente.

2) Representación Política: voto continuo, veto, representación dinámica.

Los electores tendrán derecho de voto, pero también de veto, es decir, el voto dejará de ser algo puntual y concedido para un periodo de determinado, para convertirse en continuo, cada elector dispondrá de la opción de apoyar o retirar su confianza al partido que haya votado. Para ello cada candidatura electoral contará con un resguardo con código de barras y caracteres alfanuméricos, que se desprenderá en el momento de la votación y el elector conservará como testigo de que ha votado a un determinado partido político. Posteriormente podrá utilizarlo como clave para decidir sobre determinadas propuestas del partido elegido o su posición ante determinadas propuestas de otros partidos.

Por ejemplo en el caso de leyes complejas como la del aborto o la de la reforma laboral, el mandato del partido será imperativo, teniendo que representar de forma obligatoria la decisión colectiva de los ciudadanos que al menos decidan participar en la decisión sobre la cuestión. Los que no decidan participar en estas votaciones, serán representados por el partido.

Un 25 % de representantes elegidos, podrán decidir someter una ley a referéndum, al igual que un millón de electores. Los referenda se deben institucionalizar de forma asequible y transparente, con un control exhaustivo en el que se encuentren representados ciudadanos al azar que serán elegidos por sorteo.

La forma de desarrollar el proceso electoral continuo será facilitada por el Estado con sistemas informatizados seguros y vigilados por funcionarios y ciudadanos conjuntamente a nivel central, elegidos de forma aleatoria para cada ocasión. La intefaz de votación podrá ser parecida a los actuales cajeros automáticos, y deberán estar instaladas en las delegaciones de gobierno correspondientes, o en los ayuntamientos de más de un determinado número de habitantes.

El proceso será sencillo, el ciudadano acude con su carnet de identidad y el resguardo de su voto –con datos alfanuméricos y código de barras- y bien por un lector automático o introduciendo los caracteres, de forma secreta emitirá su votación sobre la cuestión correspondiente. Esto lo podrá hacer tanto para propuestas políticas generales, como para propuestas de su propio partido.

Por último, el elector podrá retirar su confianza al partido si le defrauda y así lo desea. Al igual que podrá hacer propuestas concretas que el partido deberá responder y tener en cuenta. Es importante la condición de veto, porque permitirá que los partidos políticos tengan un apoyo diferente a lo largo de los cuatro años de su representación política. Un partido que no cumpla con la palabra dada podrá quedarse sin apoyos.

Los apoyos (o rechazos) al partido correspondientes se actualizarán cada seis meses o un año, y el elector que retire su apoyo a un partido, podrá concedérselo a otro. Esto se puede hacer con circunscripciones uninominales, por lo que un candidato que represente un determinado distrito puede comenzar una legislatura siendo representante y dejar de tener representación a los seis meses o un año, tanto si es representante europeo, nacional, autonómico, provincial o local.

La confianza de los electores dejará de ser un cheque en blanco para los políticos, que les permita hacer lo que les dé la gana durante varios años en plena impunidad e irresponsabilidad en este tiempo.

Los controles sobre el buen funcionamiento del sistema serán exhaustivos, transparentes, y rigurosos, con participación directa de los ciudadanos.

ESR

miércoles, 20 de enero de 2010

Rosa Díez, miente más que habla

Una prueba de la manipulación de la información que se hace en UPyD, de la que fui testigo, se puede comprobar en el minuto 1:10 de este vídeo, donde se produce un CORTE para retirar del discurso el apoyo a las listas abiertas dentro del partido que ofreció en ese mitin.





A fecha actual: Estatuto vigente

La elaboración de estos censos electorales de afiliados por territorios será responsabilidad del Consejo de Dirección. Estos censos incluirán a la totalidad de afiliados que no tengan limitada su capacidad de obrar en el partido y se encuentren al corriente en el pago de sus obligaciones en la fecha de cierre del censo, que será el 1 de Enero de 2010 para la elección de los consejos territoriales.

Quinta.- Votaciones.
A.- Los Consejos Territoriales serán elegidos por el voto individual, directo y secreto de todos los afiliados censados en pleno ejercicio de sus derechos como tales.
Se votarán listas completas, cerradas y bloqueadas, resultando elegida la que mayor número de votos consiga.

Sexta.- Agrupaciones Locales.
A.- En el plazo de 15 días desde su toma de posesión, cada Consejo Territorial remitirá una propuesta razonada de reordenación de las Agrupaciones Locales de su Comunidad. Deberá seguir los criterios establecidos en el art. 42 de los Estatutos, e irá acompañada del censo de los afiliados asignados a cada Agrupación Local y del calendario de celebración de Asambleas Locales para elegir Consejos Locales.
B.- El Consejo de Dirección, previo estudio y valoración de las propuestas recibidas, aprobará la nueva estructura de cada Agrupación Territorial y el calendario de Asambleas.

C.- Las candidaturas a los Consejos Locales estarán formadas, según lo previsto en el art. 43 de los Estatutos, por un mínimo de 3 miembros y un máximo de 10. Serán presentadas por quien se postule como Coordinador e irá avalada por la firma de todos sus miembros, designando de forma nominal al menos los siguientes cargos ejecutivos: Coordinador, Responsable de Organización y Responsable de Política Local. La atribución del resto de funciones y áreas de responsabilidad corresponderá a cada candidatura.

La elección se hará por voto individual, directo y secreto de todos los afiliados censados y en pleno ejercicio de sus derechos como tales.

Se votará mediante el sistema de listas completas, cerradas y bloqueadas, resultando elegida la que más votos consiga.

Gracias Juanky

Rosa Díez expedienta a Valia Merino, con quien disputó la presidencia de UPyD


La carrera por las autonómicas de Madrid ha comenzado. Nos informan que Valia Merino ha recibido notificación de un expediente por parte del Consejo de Dirección de UPyD, parece que hay que eliminar a los testigos incómodos. Las expectativas anunciadas por Nacho Escolar que otorgan entre 5 y 7 diputados en la Asamblea de Madrid para UPyD han acelerado los acontecimientos.

UPyD se aleja cada día más de la democracia y la libertad para consolidarse como una formación política de corte totalitario.

martes, 19 de enero de 2010

Lingüística para Nacionalistas (VI), por Manuel I. Cabezas


De la diacronía lingüística de la Península Ibérica y de la supremacía del castellano o español (*)

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· El Reino de España actual es una realidad plurilingüe, que hunde sus raíces en la larga y procelosa historia de la Península Ibérica. Antes de la llegada de los romanos, Iberia era un mosaico de pueblos y lenguas diferentes. Su conquista por Roma (ss. III y II a. de J. C.) provocó la desaparición de esta diversidad lingüística (con la excepción del vascuence), propiciando al mismo tiempo una cierta unidad lingüística, más o menos sólida, según la fecha, la intensidad y la efectividad de la “romanización” de las distintas regiones.

· La llegada de los árabes-bereberes a la Península, en 711, y su estancia a lo largo de ocho siglos acabaron con la unidad lingüística, producto de la romanización, y fueron una de las causas de la fragmentación lingüística actual. En efecto, enseguida, a partir de 722, los cristianos, que se habían refugiado en las montañas de Asturias y de los Pirineos, organizaron la resistencia contra los invasores árabes y comenzaron la Reconquista a partir de cuatro centros diferentes e independientes: Covadonga (Asturias), Pamplona (Navarra), Jaca (situada en los altos valles aragoneses) y la Marca Hispánica (Norte de Cataluña). Esta pluri-resistencia dio lugar, a medida que avanzaba la Reconquista, a reinos diferentes e independientes, orientados de norte a sur. Ahora bien, la Reconquista propició, al mismo tiempo, el desarrollo y la implantación de cinco tipos lingüísticos o dialectos, que fueron, de este a oeste: el catalán, el navarro-aragonés, el castellano, el leonés y el gallego-portugués (Díez y alii, 1977, 43-48). Por eso, Menéndez Pidal (1960) escribió que “la fragmentación lingüística actual de la Península Ibérica es, en lo fundamental y decisivo, resultado de la Reconquista”.

· Al final de la Edad Media, con la conquista del reino musulmán de Granada en 1492, los Reyes Católicos consolidaron la unidad espiritual de la Península. Por otro lado, gracias al matrimonio de Isabel y Fernando (los Reyes Católicos), la unión de los reinos de Castilla y de Aragón estaba asegurada. Sin embargo, cada uno de estos reinos era, en realidad, una federación de estados que conservaron celosamente sus fueros (leyes), sus cortes (parlamentos), sus aduanas, sus monedas, sus impuestos, sus pesos y medidas,... y también sus lenguas (Valdeón, 1981, 116; Villar, 1979, 41-43). Así, un nuevo mosaico lingüístico, fruto de la romanización y de la posterior Reconquista, alicató el mapa de la Península Ibérica.

· Desde la Edad Media y hasta el reinado de Felipe IV (1621-1665), todos los reyes respetaron las particularidades regionales; entre ellas, las lingüísticas. No obstante, Felipe IV, aconsejado por el Conde-Duque de Olivares, quiso imponer las leyes de Castilla a todos los reinos de España, provocando la separación de Portugal, la guerra de Cataluña y el paso de las tierras catalanas de allende el Pirineo a la soberanía francesa. Sin embargo, y a pesar de haber ganado la guerra de Cataluña, Felipe IV respetó las libertades catalanas (Meliá, 1970). Pero esto no duró mucho tiempo.

· Con la llegada al trono, en 1713, del primer Borbón, Felipe V, la centralización progresa y la prohibición formal y explícita de cualquier lengua que no sea el castellano es una decisión reiterada por los sucesivos monarcas. Así, Valencia, Aragón y Cataluña, que habían apoyado, en la guerra de Sucesión (1701-1713), al otro pretendiente al trono de España (el Archiduque Carlos de Habsburgo), perdieron sus instituciones propias y la mayor parte de sus libertades, entre las cuales la de utilizar la lengua catalana (primero, en los Tribunales; y luego, en las “escuelas de primeras letras”), en el caso de Valencia y Cataluña (cf. Decreto de Nueva Planta de 1716 ). Con Carlos III, una Real Cédula de 1768 hace explícita la orden de enseñar en castellano en la Corona de Aragón. Otra Real Cédula de 1780 extiende esta orden a todo el Reino de España. Y la Ley de Instrucción Pública de 1857 (o Ley Moyano, que dotó al sistema educativo español de un marco legal, que perduró sin grandes cambios hasta la Ley General de Educación de 1970) vuelve a reiterar la misma orden (Díez y alii, 1977, 54-56).

· Ahora bien, este intervensionismo lingüístico se inició cuando el castellano gozaba ya de una hegemonía casi absoluta sobre las otras lenguas peninsulares. Por otro lado, estas órdenes, que postulaban una explícita política lingüística de castellanización, fueron más simbólicas o formales que efectivas, ya que sólo podían dirigirse a las elites regionales —la tasa de analfabetismo rondaba aún el 70% en 1875, más de un siglo y medio después (Lerena, 1976, 154-155)—; y, además, no se previeron los medios necesarios para que fueran cumplidas (Milhou, 1989).

· El castellano, más bien, se fue imponiendo sobre las otras lenguas o dialectos peninsulares, ya desde la época de la Reconquista, gracias a los continuos avances de Castilla en la recuperación de los territorios bajo dominio musulmán, a su creciente poder político, económico y demográfico, así como al prestigio y peso del castellano como lengua común de los distintos reinos y como lengua de cultura y de comunicación internacional. En efecto, en tiempos de Alfonso X (1221-1284), el castellano era ya la “lingua franca” que permitió traducir y dar a conocer en Occidente las grandes obras históricas, jurídicas, literarias y científicas de la cultura de Oriente; y en esto jugó un papel importante la labor de la Escuela de Traductores de Toledo. Además, el castellano fue la primera lengua peninsular que fue objeto de “normativización”, gracias a la primera Gramática de la Lengua Castellana (1492) y a las Reglas de ortografía castellana (1517) de Elio Antonio de Nebrija (García Martín, 2003). Por estos motivos, el castellano adquirió una gran relevancia como medio de comunicación en el campo jurídico y administrativo, como lengua vehicular de la enseñanza, de la creación literaria y científica y de la comunicación internacional. Por estas razones, las elites de las regiones con lengua diferente lo habían adoptado voluntariamente, sin ser obligadas a ello con métodos autoritarios y coercitivos (González Ollé, 1995, 137-139). Y por eso, se puede afirmar que, desde la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XIX, la cuestión lingüística no planteó ningún problema y el español o castellano fue adquiriendo cada vez más importancia y fue conquistando nuevos espacios de comunicación, no por la imposición autoritaria de los poderes del Estado, sino por su prestigio, su pujanza y su peso específico, largamente arraigados (Madariaga, 1978).

· No obstante, a mediados del s. XIX (para el catalán y el gallego) y a finales (para el vascuence), en todas las regiones con una lengua vernácula diferente del castellano, se manifestó, influenciado por el Romanticismo, un interés creciente por las lenguas peninsulares, así como por el pasado histórico y literario de las mismas. De esta forma se inició una recuperación y una reivindicación de las lenguas vernáculas como instrumentos de creación literaria y como objetos de estudio y de normativización. Y esto comenzó a ser utilizado, como bandera política y como banderín de enganche, para fundamentar y justificar las reivindicaciones nacionalistas de autonomía política y/o de construcción y/o de invención de la nación, principalmente en Cataluña y el País Vasco (Díez y alii, 1977, 56; Entwistle, 1982, 132-135; Vidal-Quadras, 1996, 6-7). Así surgió el llamado “nacionalismo lingüístico”, en el que la lengua es sólo una excusa o coartada o instrumento para llevar a cabo la conquista, el disfrute y la conservación del poder (Vidal-Quadras, 1996, 12).

· Estas aspiraciones y reivindicaciones lingüísticas y políticas no siempre fueron secundadas por el poder central del Estado y sufrieron los vaivenes de los traumáticos cambios políticos de la primera mitad del siglo XX, alternando los cortos períodos tolerantes con otros, más largos, en los que la intransigencia política y lingüística fue total. El primer cuarto del siglo XX fue de relativa permisividad (se permitió el uso de las lenguas vernáculas en ciertos contextos: ámbito local y regional; así como la enseñanza en lengua vernácula, en ciertos colegios). Ahora bien, durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), se prohibió la enseñanza de las lenguas regionales (cf. Real Decreto de 11 de junio de 1926). Sin embargo, con la llegada de la Segunda República (1931-1939), se inauguró un nuevo período dialogante y permisivo, durante el cual se dio satisfacción a las reivindicaciones lingüísticas y políticas de las regiones con una lengua vernácula. En efecto, se produjo un reconocimiento constitucional de las precitadas lenguas para que pudieran ser utilizadas y enseñadas (Art. 4 y 50 de la Constitución republicana de 1931), y se aprobaron los Estatutos de autonomía de Cataluña (1932), del País Vasco (1933) y de Galicia (1936), en los que se reguló también la cuestión lingüística (Díez y alii, 1977, 57-58).

· Ahora bien, el golpe de Estado de 1936 y la instauración del Régimen Franquista (1939) acabaron con los “brotes verdes” republicanos, que presagiaban y prefiguraban un oasis político y lingüístico en Cataluña y en las otras regiones, en las que una parte de sus habitantes tenían también una lengua vernácula diferente del castellano. La victoria de los golpistas provocó no sólo la anulación de los estatutos de autonomía sino también la prohibición explícita de utilizar y de enseñar las lenguas vernáculas o en las lenguas vernáculas, en el sistema educativo. Sin embrago, esta intransigencia lingüística no fue constante y rígida durante los cuarenta años de dictadura. En efecto, se suelen distinguir dos etapas (Herreras, 2006, 39-42).

· La primera (desde la Guerra Civil hasta finales de los años cincuenta) puede ser caracterizada por la intransigencia lingüística hacia las lenguas regionales y por la defensa a ultranza del unilingüismo en castellano. Las lenguas vernáculas no eran reconocidas oficialmente como realidades tangibles y se prohibió expresamente su enseñanza y su uso en el sistema educativo (como lengua vehicular), en el Registro Civil, en la redacción de los estatutos de asociaciones o sociedades, en las denominaciones de marcas, nombres comerciales, rótulos de establecimientos, etc. (Orden de 18 de mayo de 1938 y Orden del Ministerio de Industria y Comercio de 20 de mayo de 1940).

· En la segunda etapa (desde finales de los cincuenta hasta la desaparición de la Dictadura, en 1975), ante la necesidad de apertura internacional para asegurar la viabilidad del Régimen Franquista (Tamames, 1983), se hizo la vista gorda y se empezó a tolerar aquello que estuvo prohibido durante la primera etapa (Orden de 14 de noviembre de 1958 y Orden de 20 de junio de 1968). En efecto, se volvieron a permitir los nombres regionales en el Registro Civil; se toleró la reaparición o el nacimiento de asociaciones o instituciones culturales, que jugarán un papel importante en la recuperación de las lenguas regionales (Institut d’Estudis Catalans, Omnium Cultural y Rosa Sensat, en Cataluña; los Cursos de Llengua Valenciana, en el País Valenciano; la Obra Balear y el Institut d’Estudis Eivisencs, en Baleares); o se fue condescendiente con formas de enseñanza proscritas hasta entonces (las ikastolas, en el País Vasco y Navarra). Ahora bien, habrá que esperar hasta la Ley General de Educación (LGE) de 1970 para que se produzca un reconocimiento formal y oficial de la realidad plurilingüe española y para que las lenguas regionales pudieran ser tenidas en cuanta, enseñadas y aprendidas en los niveles de Preescolar y Educación General Básica (EGB) (cf. Art. 1, apartado 3; Art. 14; y Art. 17 de la LGE). En realidad, la LGE fue papel mojado, ya que sólo con los decretos de aplicación de 1975 (Decreto 1433/1975, de 30 de mayo y Decreto 2929/1975, 31 de octubre), se hicieron efectivas, pero sólo sobre el papel, las previsiones de la LGE (Muset y Arenas, 1982, 135-136; Díez y alii, 1977, 60-61; y Mestre, 1981, 204-207).

· Así pues, desde el punto de vista lingüístico, se puede afirmar, que España fue, oficial y legalmente, un monocromático desierto lingüístico desde el inicio del Régimen Franquista y hasta la muerte de F. Franco, el 20 de noviembre de 1975. Con la desaparición física del dictador y la aprobación de la Constitución de 1978, se va a iniciar el proceso para salir del “desierto lingüístico” y penetrar en lo que he denominado “oasis lingüístico español”, en el que los ciudadanos de las distintas regiones de España han podido recuperar su pasado, sus tradiciones y sus derechos lingüísticos. Así, un nuevo mosaico lingüístico, fruto de la Transición, empezó a alicatar de nuevo el mapa de España. Ahora bien, este nuevo alicatado, que fue flexible, racional y razonable de 1975 a 1992, derivó hacia una radicalización lingüística, a partir de los llamados decretos de inmersión lingüística (1992), radicalización que está poniendo en entredicho y en peligro la paz social y sociolingüística en España. Este nuevo proceso de alicatado, tanto el flexible como el radical, y sus consecuencias nefastas serán objeto de otras entregas de esta “Lingüística para Nacionalistas”.

© Manuel I. Cabezas

Profesor de Lingüística y Lingüística Aplicada

Universidad Autónoma de Barcelona

15 de enero de 2010

(*) Este texto es la primera parte resumida de un largo ensayo, titulado “Del oasis sociolingüístico español a la entropía lingüística de las CC. AA. con dos lenguas oficiales (el caso catalán)”, que será publicado en las actas del coloquio internacional sobre “L’Europe des 27 et ses langues”, que tuvo lugar en París del 3 al 5 de diciembre de 2009.

Algunas fuentes para verificar lo expuesto e ir más lejos:

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· Díez, M. y alii (1977), Las lenguas de España, Col. Breviarios de Educación, Servicio de Publicaciones del MEC, Madrid.

· Entwistle, W.J. (1982), Las lenguas de España: Castellano, Catalán, Vasco y Gallego-Portugués, E. Istmo, Madrid.

· García Matín, J.M. (2003), “Hacia la constitución de la norma del español entre los siglos XVI y XVIII: interacción entre norma y lengua oficial”, in J.C. Herreras (Dir.), Norme linguistique et société, Cresle, PU Valenciennes, pp. 9-40.

· González Ollé, F. (1995), “El largo camino hacia la oficialidad del español”, in M. Seco y G. Salvador (Coords.), La lengua española, hoy, Fundación Juan March, Madrid.

· Herreras, J.C. (2006), Lenguas y normalización en España, Gredos, Madrid.

· Lerena, C. (1976), Escuela, ideología y clases sociales en España, Ariel Barcelona.

· de Madariaga, S. (1978), España. Ensayo de historia contemporánea, E. Sudamericana, Buenos Aires.

· Meliá, J. (1970), Informe sobre la lengua catalana, Magisterio Español, Madrid.

· Menéndez Pidal, R. (1960), Enciclopedia Lingüística Hispánica, T.-1, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid.

· Mestre Ferre, O. (1981), “I. Cataluña. Situación actual del bilingüismo en la enseñanza en cataluña”, in Revista de Educación, 268, pp. 203-252.

· Milhou, A. (1989), « L’impérialisme linguistique castillan; mythe et réalité », in Cahiers du CRIAR, 9.

· Muset, M. y Arenas, J. (1982), “Informe sobre la situación de la enseñanza en catalán y del catalán en Cataluña”, in Siguán M. (coord.), Lenguas y educación en el ámbito del Estado español, Serie Seminario – 15, Ediciones de la Universidad de Barcelona, pp.133-154.

· Tamames, R. (1983), La República. La era de Franco, Alianza Editorial, Madrid.

· UNESCO (1953), L’emploi des langues vernaculaires dans l’enseignement, Paris.

· Valdeón, J. (1981), “Los Reyes Católicos. La unidad dinástica de Castilla y Aragón”, in La Baja Edad Media. Crisis y renovación en los siglos XIV y XV, Col. Hostoria-16, Historia de España nº 5, 109-127..

· Vidal-Quadras, A. (1996), Multilingüismo y política (El caso catalán), Quaderns de la Fundació Concordia, nº 4, Barcelona.

· Villar, P. (1979), Historia de España, Crítica, Barcelona.

España tras Zapatero


La realidad política no sigue en nuestro país caminos trazados por la razón, sino por las emociones; nuestra forma de resolver las cosas es diferente a cualquier otro país del entorno cultural y político en el que estamos ubicados, el carácter de los españoles, labrado en el conflicto permanente, no permite el sosiego por mucho tiempo, ni siquiera con la fumigación de serenidad de un químico como Rubalcaba, la retórica hipnosis del presidente Zapatero o la prudencia extrema de Mariano Rajoy. Ayer mismo lo decíamos, España no es, no ha sido nunca, lo que piensan que es los políticos que dicen representarnos, sino lo que sabemos los españoles o al menos lo que intuimos, mitad creencia y mitad realidad, o vaya usted a saber. Ciertamente es curioso el fenómeno, pero lo que está claro para todos los españoles es precisamente “lo que no es España”, y lo que ocurre hoy en la política de nuestro país tiene poco que ver con nosotros, no encaja de ninguna manera con lo que realmente somos, hemos sido, o queremos ser, los españoles.

Al Gobierno de Rodríguez Zapatero, como era de esperar, ha terminado alcanzándole la realidad –y detrás vendrán para constatarlo la decadente justicia española, los electores y la Historia-, a pesar de la inmisericorde huida hacia delante que el inefable ha decidido durante los cinco años de mayor retroceso político de nuestra historia reciente bajo la bandera del progresismo, la realidad ha acabado dando con él y está a punto de atraparlo. Se ha demostrado, una vez más, que con recursos abundantes gobierna cualquiera, porque para despilfarrar y favorecer a los amigos, no hace falta diligencia, ni inteligencia, ni rigor. Pero la soberbia de Zapatero –mucho más desmesurada que la de Aznar que no trató de cambiar a los españoles, sino exclusivamente la política exterior de nuestro país- le ha llevado al final del laberinto, y afortunadamente, también para la mayoría de los españoles llega el final de la pesadilla.

El legado de Zapatero

Con Zapatero hemos conocido lo peor de la política, desde los cordones sanitarios excluyentes de todo el que no pensaba como su secta, hasta la negociación con los asesinos etarras considerados en su momento “hombres de paz” a los que se ayudaba desde el Estado a escapar de la policía; desde la mayor crisis humana con cuatro millones de parados -44 % de menos de 35 años, no se sabe el número de subempleados-, hasta el mayor déficit económico de la década motivado por el gasto institucional desbordado; desde una ley sectaria como la de Violencia de Género que desiguala a españoles y españolas, hasta las esperpénticas soflamas nacionalistas con referéndums de autodeterminación y “estatuts” secesionistas avalados desde su propio Gobierno; sus veleidades personales nos han hecho quedar en ridículo ante el mundo próximo y lejano, negociando con piratas y terroristas, enajenando y alienando la posición de nuestro país en el mundo, para terminar rezando con Obama después de haber mostrado su feroz anticlericalismo. No hay por donde coger el pingajo, porque ya nadie se cree al héroe de masas que fundamentó en el escarnio del adversario y el populismo más zafio su vanidosa y “no presuntuosa” idolatría, sobrada y fantoche. Ha sido el único presidente español, junto con Felipe González, que al abandonar el poder va a dejar el país mucho peor que lo encontró, hecho unos zorros, por eso no hay que olvidar su infamia, ni su osadía, y ahora es momento de escribir las crónicas de sus hazañas en Romance de ciegos, como en la Edad Media, para que todo el mundo recuerde lo que ha hecho y deshecho en nuestro país, utilizando sin respeto ni criterio el poder otorgado por las urnas, para promocionar su profecía de la sinrazón.

Si se fijan ustedes, hace tiempo que el concepto de socialismo no se adhiere a su figura, parece que el héroe de la izquierda ha nacido en La Moncloa. Si bien los socialistas agradecen los buenos dineros que ha despilfarrado con todos los colectivos que apoyan la gesta heroica de liberación de los seres humanos que promocionan, mientras oprimen y esquilman a los que no son socialistas, no pueden compartir por más tiempo la estridencia de sus decisiones políticas. Ni críticas, ni apoyos, porque el PSOE comparte con la Iglesia católica el voto de obediencia a la jerarquía y tampoco admite la pluralidad y la discrepancia en su seno, como formación doctrinaria de pensamiento único que es.

Por otra parte, viendo lo que se avecina, los más avezados vanguardistas ya han creado una nueva estructura política en el partido de Rosa Díez, la marca blanca del PSOE que es UPyD, formación exclusivamente socialista –no vayan a pensar ustedes otra cosa-, para afrontar las próximas elecciones municipales si vienen mal dadas. Pero posiblemente el PSOE se acabará deshaciendo de Zapatero, como se deshizo de Felipe González, y seguirá adelante vendiendo el paraíso de la igualdad mientras establece la diferencia entre los designados para mandar y los designados para obedecer, porque la libertad es un invento del capitalismo imperialista.

Exijamos responsabilidades

Ahora es el momento de recordar, ni perdón, ni olvido, ni pasar página dejando los borrones. El objetivo prioritario del próximo Gobierno, que no será socialista, debe ser acometer una auditoría general y pública, que diagnostique la auténtica situación económica y política de España. El dinero que se ha derrochado para mantener los apoyos al Gobierno, el dinero de todos los españoles que se ha despilfarrado para mantener a la legión de inútiles, sindicalistas liberados, colectivos organizados en la estafa pública, instituciones incompetentes, vagos, advenedizos, sinvergüenzas y ladrones, hasta delimitar todo el entramado de corrupción generalizada que se ha urdido bajo el Gobierno de Rodríguez Zapatero, que supera con creces el acontecido con Felipe González.

Es indispensable para nuestro país recuperar el rigor en el Estado de Derecho, exigir restitución de todo lo despilfarrado y denunciar, con plena transparencia, lo que han hecho realmente los vividores progresistas a costa del trabajo y los impuestos de todos los españoles. Esta tarea va a llevar años pero debe hacerse, porque la corrupción que se ha cultivado desde el Gobierno en los últimos años, es estructural, no solamente funcional, y sin eliminarla nos espera la agonía y el marasmo sin fin, lo primero es cerrar los desagües del sectarismo. Y por supuesto, ni perdonar, ni olvidar, no puede haber ley de punto final con los mangantes, que deberán ser juzgados, para que restituyan todo lo que han hurtado y respondan de todo lo que han hecho, se deben exigir responsabilidades desde el presidente del Gobierno, hasta el último concejal con poder.

Pero no quiero concluir sin emitir un mensaje optimista a nuestros lectores, porque tras casi cuatro años de vida que tiene el grupo de Ciudadanos en la Red, hoy estamos satisfechos. Cuando comenzamos la ingrata tarea de denunciar a los políticos corruptos y miserables que dicen querer representarnos, no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar; al principio pensamos que no podía ser cierto todo lo que observamos y denunciamos, no nos imaginábamos la profundidad de la corrupción política y económica que había en España, pero hemos aprendido, y mucho; hoy sabemos que tras cada declaración, tras cada gesto, tras cada obra política hay siempre una estrategia urdida, no ocurre nada al azar en la política de nuestro país, todo está perfectamente controlado, y cada palabra forma parte de un trabajo colectivo que tiene como único interés engañar a los ciudadanos.

Los impostores al olvido

Ciutadans fracasó políticamente, porque sin su fracaso no hubiera sido posible la escalada que ha llevado la bomba del Estatut hasta los cimientos de la Constitución española. Sus dirigentes lo hicieron fracasar conscientemente, por lo que deberán rendir cuentas ante los electores y la historia. UPyD no era nada de lo que se ofrecía –ni mucho menos lo que vende Rosa Díez cada vez que se cuelga de un micrófono-, sencillamente es una empresa electoral formada por una decena de mediocres, sobrealzados por la ilusión de un espejismo proyectado sobre la opinión pública.

El partido de Rosa Díez está condenado al fracaso porque lo único que aporta es un mensaje populista que no se soporta más que en la palabra devaluada de su lideresa y las barbaridades contra la democracia y la libertad acometidas por sus sectarios dirigentes. Que Antonio Robles, el diputado de Ciutadans sea ahora el candidato de UPyD para encabezar el cartel de las elecciones catalanas, es la consolidación y demostración irrefutable del despropósito, cuando en los tres años que estuvo en el Parlamento catalán fue incapaz de hilvanar un discurso coherente y congruente con la opresiva realidad ejercida sobre lo español en Cataluña. Pero lo más fascinante es que algún día llegaron a pensar, desde las altas jerarquías de estos “partidos señuelo”, que los ciudadanos éramos idiotas y los únicos listos de la película eran ellos, los protagonistas del futuro, convertidos hoy en hazmerreír público.

El PSOE tendrá que hacérselo mirar tras el fracaso estridente de la política de Zapatero, y las marrullerías nacionalistas del PSC; el PP de Mariano Rajoy tiene que hacerse muchas radiografías para descubrir de dónde le parte la estupidez y la mediocridad, y empeñarse con denuedo en elevar el nivel de la política en España, incrementando la transparencia y el rigor de su empresa política; debe hacer muchos cambios en su interior y enterrar definitivamente a todos los fantasmas que impiden su desarrollo. Los nacionalistas seguirán intentándolo, como siempre, pero se acabó lo de reírse de los españoles, de que menos de un 10 % del electorado controle las decisiones del 90 % de los españoles, en una tiranía sin precedentes.

El lenguaje cambiará y las cosas volverán a denominarse como corresponde, los infames arribistas serán apartados del espacio público dejando paso a los que realmente tienen algo que decir y merecen ser escuchados; se acabarán los “concetos“ y el pensamiento políticamente correcto, que van a ser erradicados de la comunicación política.

Los ciudadanos hemos aprendido mucho durante este tiempo – la prosodia de la política, que es más importante que el propio lenguaje-, y sabemos que de la política española no podemos esperar juego limpio, por lo tanto el próximo objetivo es organizar la sociedad civil para establecer un control exhaustivo de los políticos, que irán perdiendo poder poco a poco, para entregárselo a los legítimos soberanos, los ciudadanos españoles.

Se acabará la representación política sin control en nuestro país, como mucho la gestión del poder será por delegación y si nos apuran, por mandato imperativo. El PP debe acometer la iniciativa de aproximación de la política a los ciudadanos, porque si no lo hacen, los socialistas lo harán sin duda alguna, y el que lo haga, se llevará el gato al agua en las próximas elecciones generales

Zapatero ha sido el último emperador político de España, tras su marcha las cosas nunca volverán a ser igual en política, eso al menos tendremos que agradecerle dentro de unos años, pero ahora que se vaya cuanto antes, porque ya resulta insoportable su endiablada e ineludible memez.

Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español y liberal que no renuncia a su soberanía

domingo, 17 de enero de 2010

La España Democrática y el Estatut de Cataluña

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A Mariana Pineda

“Como Lirio cortaron el lirio
Como rosa cortaron la flor
Como lirio cortaron el lirio
Más hermosa su alma quedó”
- F. García Lorca

Una de las mayores usurpaciones de la historia política de nuestro país fue sin duda la realizada por Francisco Franco al considerar que la nación española sólo podía ser representada por él y los suyos, a lo largo de los cuarenta años que duró su dictadura la soberanía de los españoles fue conculcada, ultrajada y pisoteada. La recuperación de la legítima soberanía por parte del pueblo español se convirtió en una prioridad inexcusable para todos los demócratas tras su muerte, algo que se logró “como se pudo“ gracias a la Constitución de 1978 aprobada en referéndum por el pueblo español, devolviéndole la legitimidad a la política y llevando nuestro país de nuevo al ámbito de la democracia.

Desde entonces han pasado 31 años en que los españoles hemos tratado de encontrar un escenario político homogéneo, en el que pueda desarrollarse de forma armónica la Constitución de la que nos hemos dotado, pero no lo hemos logrado. Los enemigos de la democracia lo han impedido.

¿Quiénes son los enemigos de la democracia en España?

La inmensa mayoría de los españoles somos demócratas, pero no todos los españoles lo son. En los primeros años de la democracia los principales enemigos de nuestro sistema político fueron algunos militares trasnochados que apoyados por la extrema derecha lograron dar el 23 de febrero un Golpe de Estado fallido. No se podría comprender esta agresión a nuestra democracia sin tener en cuenta los años de plomo de la banda terrorista ETA, que consentida desde el nacionalismo vasco, dejó cientos de muertos en nuestro país. No fueron los únicos, el Grapo, el FRAP, Terra Iure y algunos grupos de extrema derecha también hicieron lo que pudieron por desestabilizar la embrionaria democracia española.

Con el triunfo hegemónico de Felipe González en 1982 llegó el ansiado cambio político, la alternancia tan deseada a la política española. Pero con el GAL y la corrupción de Filesa se fue quince años después por donde había llegado. Mientras el nacionalismo vasco seguía apoyando veladamente a ETA y el nacionalismo catalán iniciaba su escalada soberanista desde los hechos diferenciales que se habían otorgado a sí mismos. Luego llegó Aznar, con sus aciertos considerables en política económica, su connivencia con el nacionalismo, y la soberbia de sus errores personales en política exterior. El mayor atentado de Europa, el 11 de marzo de 2004, y la campaña de agitación y propaganda de la izquierda, trajeron a Rodríguez Zapatero, con unas urnas sometidas a una presión inusitada.

La historia democrática de España

Como bien nos recuerda Max Weber, una nación y un estado son cosas bien diferentes, la nación habla de comunidad, el Estado de poder, dualidad que siempre hemos defendido desde este blog, en honor a la hazaña histórica de los Padres Fundadores de nuestra nación política que reunidos en Cádiz en 1812, dotaron a nuestro pueblo de su primer Constitución contra reyes felones, nobles egoístas, edecanes abyectos, clérigos avaros, afrancesados vendidos, y la estridente ignorancia de un pueblo esquilmado y sometido –algo que ahora se repite de forma inapropiada-, el mismo pueblo que se levantó en revolución contra el invasor francés, Napoleón, que trataba de añadir España a su imperio. Aún se tardaron ocho años hasta que el Rey Fernando VII en 1820 –que quería ser adoptado por Napoleón- sancionara nuestra primera Carta Magna, la Pepa, por haber nacido el 19 de marzo de 1812, presionado por el General Riego, que decidió defender nuestros derechos antes que las colonias.

Se debe recordar que en aquellos tiempos España era una nación ampliada, pues seguía teniendo colonias en ultramar y en todos los continentes, pero fundamentalmente en América. Pocos han advertido que la Constitución de 1812 precisamente quería crear una gran comunidad hispana, tratando políticamente de mantener unido lo que no podía mantenerse exclusivamente desde el poder absoluto, ni desde la fuerza de las armas. La intención de Napoleón era romper la débil cohesión del imperio español sustentada por un poder absoluto, y ese objetivo si lo logró.

Los constitucionalistas de 1812 abrieron la posibilidad a la independencia de las naciones colonizadas en América, algo que aprovecharon las grandes potencias de la época – Francia, Reino Unido y Estados Unidos- para procurar la emancipación de las colonias, fundamentalmente por sus intereses económicos, apoyando todos los movimientos secesionistas. El virus constitucional fue el último legado de España a América, porque todas las colonias españolas se convirtieron en repúblicas independientes y todas establecieron su propia constitución, incluso antes de que algunos países europeos lo hubieran hecho, otra cosa es que también heredaran de los españoles el escaso respeto a las reglas, por lo que la mayoría de las repúblicas iberoamericanas terminaron reproduciendo dictaduras militares, a imitación de la metrópoli, hasta finales del siglo XX, con algún rebrote hacia el pasado en los comienzos del siglo XXI.

Que la Constitución Española de 1812 hizo libres y soberanos a los españoles de ambos lados del Atlántico, es algo incuestionable. Los liberales asumieron la emancipación de las colonias en el trienio de 1820 a 1823, sin confrontaciones importantes con las nuevas naciones que decidieron independizars, con la excepción de Cuba.

La izquierda española nunca ha reconocido suficientemente el movimiento de liberación que supuso el constitucionalismo de 1812, eliminando la servidumbre, la esclavitud y el poder absoluto de España y sus áreas de influencia –algo que tardaron en hacer mucho más tiempo numerosas naciones europeas-, porque la izquierda española siempre ha sido más izquierda que española, algo que se ha llevado hasta la histeria en el caso del progresismo de Rodríguez Zapatero, que considera que España no existe, porque es una cuestión discutida y discutible.

Zapatero, ¿demócrata o dictador?

El socialismo trata desde el año 2004 de ganar en la paz la guerra que perdió el Frente Popular en 1939. Con Rodríguez Zapatero todos los grupos políticos y sindicales derrotados por el dictador en la guerra civil española han llegado a reescribir la historia a su interés, con la misma displicencia que los nacionalismos vascos y catalán construyen la mitología de sus naciones, con la misma irreverencia por la verdad que el franquismo construyó su mito fascista sobre la nación española. Los conservadores nunca han abjurado explícitamente de su connivencia moral con el régimen franquista, entre otras razones porque sus fundadores eran franquistas reconvertidos a la democracia. Pero lo del presidente Zapatero, pobre ignorante petimetre, le convierte en un nuevo émulo de Franco, que pretende decirnos a los españoles si somos o no somos o dejamos de ser.

Desde Adolfo Suárez no ha habido otro político que ocupando la Presidencia del Gobierno respete a los españoles en su doble condición, ciudadana y soberana, ninguno. Miserable destino el de nuestra nación, en la que los socialistas piensan que España es una leyenda, los nacionalistas piensan que España no existe y al mismo tiempo les roba y los conservadores piensan que España es lo que ellos dicen y no otra cosa. Es estúpida esta historia porque ningún político tiene capacidad de definir y decidir lo que es nuestra nación, algo que sólo puede definirse y decidirse por el pueblo español –como se hizo en 1978-, que es el único soberano legítimo con facultad para hacerlo.

La usurpación política de España, de la que todos los políticos se aprovechan para desviar los fondos del Estado a sus intereses, no tiene porque coincidir con el concepto de España que ciudadanos y soberanos consideran, y de hecho no coinciden. El socialismo y los nacionalismos españoles se han hecho contra España, en concreto contra la España franquista– Franco se murió en la cama hace 35 años, para los que no vivieran aquella época -, (pero ahora lo están haciendo contra la España democrática), hoy buena parte de la España actual está en sus manos y la han llevado directamente a la ruina , con más de cuatro millones de parados y un 10 por ciento de déficit público, pero lo que sí han hecho es aprovechar el poder para crear una nueva oligarquía política y económica. Los conservadores españoles también se han hecho contra la España auténtica, porque consideran que España es lo que ellos atribuyen a España, y esa vieja España ya no existe más que en sus sueños y delirios.

¿Pero qué es España?

La única España que existe es la real, la que formamos los españoles en este territorio con forma de piel de toro y su cultura milenaria, con un idioma propio que hablan 400 millones de seres humanos, una Constitución legítima y una forma de vivir determinada en pluralidad, que dista mucho de la habitual en otras comunidades europeas. España es una singular mezcla de seres humanos. Esa es la España que niegan los políticos, unos por defecto y otros por exceso, porque el término justo –la virtud- está precisamente en ser español y sentirse español, algo que ellos son incapaces de hacer porque ponen por delante sus intereses ideológicos, partidistas y económicos.

Como ciudadano español, soberano en la parte que me corresponde, quiero abjurar de todos los políticos españoles actuales, me parecen unos miserables, no reúnen las mínimas condiciones para representar al pueblo español – la nación española- porque lo único que desean es administrar el poder del Estado, unos contra la España que ya no es –pero mantienen en su cabeza-, y otros por la España que no puede ser –pero mantienen en su cabeza-.

La España real no está en la cabeza de nadie, ni siquiera en la cabeza de todos los españoles, porque no es una IDEA, sino una REALIDAD, eso es algo que sólo hemos entendido los liberales españoles a lo largo de la historia, los únicos patriotas españoles, los únicos, porque todos los demás no se han roto ni una uña por España, POR TODOS LOS ESPAÑOLES, sino por sus puñeteros intereses partidistas y partidarios, facciosos y sectarios.

El último liberal que hubo en la política española fue Adolfo Suárez, esa es nuestra marca y firma, que no ha sido superada en tres décadas. El tahúr del Mississipi que decía Alfonso Guerra, el ex secretario general del Movimiento que le gustaba decir a la derecha, el único político español que en la transición gobernó para TODOS LOS ESPAÑOLES y no para su secta particular, algo que desde los poderes fácticos de la burguesía española, progre y facha, no se podía consentir, porque les apartaba del pesebre y entre todos se encargaron urdir la conjura que permitió llevar al mejor presidente español de la transición democrática directamente al olvido, al suyo y al nuestro. España es una obra colectiva y compartida, histórica y cultural, social y política, es la obra de los españoles reunidos como comunidad, a pesar de lo políticos que viven de España, de los antiespañoles que no son solo los nacionalistas, sino todos los políticos, porque los socialistas quieren despojar de soberanía a los ciudadanos españoles tanto como los conservadores.

Sin soberanía no puede haber ciudadanos libres, LA SOBERANÍA ES LIBERTAD CONQUISTADA A LO LARGO DE LA HISTORIA POR UN PUEBLO, sin soberanía, exclusivamente con ciudadanía, los españoles volveríamos a ser súbditos de cualquier poder absoluto, de cualquier engendro político urdido con intereses inconfesables. La soberanía no se concede, ni se permite, se conquista y no se roba o se usurpa al descuido como pretenden hacer los nacionalistas vascos, catalanes, gallegos o baleares.

La hora de los liberales

La bandera morada y verde de Mariana Pineda debe volver a ondear en nuestra patria, es la hora de reclamar lo que siempre hemos exigido los liberales españoles: IGUALDAD, LIBERTAD y LEY, es hora de regresar al espacio público común y compartido, es hora de salir del armario donde nos han introducido los mequetrefes advenedizos, los nacionalistas, socialistas y conservadores, y los poderes económicos que les sustentan, que tratan de usurpa la soberanía a los españoles.

La España real se siente, yo la siento, ahora mismo brama de dolor herida por la ignominia, hastiada de tanta mezquindad, asediada por la ignorancia, atenazada por la estupidez. Es la hora de la cohesión, españoles, de defender lo común por encima de todo, porque ser español es la mejor forma –la historia lo ha demostrado- de que los poderosos no hagan lo que les dé la gana con nosotros, convirtiéndonos en siervos de sus delirios y esclavos de sus hazañas, precisamente por eso, porque la libertad no puede existir sin pluralidad, es hora de luchar por España, una nación diversa, contra los enemigos de nuestra identidad, que son los políticos que dicen representarnos cuando lo único que hacen es aprovecharse de nosotros.

En sus comienzos políticos modernos, España se hizo fundamentalmente con la sangre derramada por los liberales, que se dejaron la vida por defender a su pueblo, a la nación española, de sus usurpadores políticos y económicos, contra el poder absoluto, contra la doctrina única. Como liberal, ni olvido, ni perdono, ni consiento que unos mequetrefes me digan lo que es y no es España, cuando ni los que crearon la España política real, los constitucionalistas de 1812 y el pueblo español, se atrevieron a definirla.

Esa es la mayor usurpación de nuestra historia, porque quien quiere definir España, está impidiendo que cada español se defina por sí mismo, y que de la pluralidad de todas las definiciones individuales -PERO DE TODAS, NO SOLO DE ALGUNAS- surja la auténtica definición de nuestra patria, la del pueblo español soberano que es la única real y necesaria.

El Estatut de Cataluña es la penúltima agresión de los chorizos a nuestra patria, Montilla, Zapatero, y todos los que lo apoyan, deberán rendir cuentas ante la justicia y la historia por su intento encubierto de Golpe de Estado, porque su aprobación sería regresar a un régimen imposible para la convivencia pacífica de los españoles, a una auténtica dictadura como la que se vivió en este país en la época de Franco, pero de signo contrario, porque la nación española ni podía ser definida por Franco, ni tampoco puede serlo por Rodríguez Zapatero, ni por ningún político. España sólo puede ser definida y determinada por todos los españoles, todo lo demás es fascismo.

Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español y liberal que no renuncia a su soberanía

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