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miércoles, 8 de abril de 2015

Signos de cambio en la política española




"Desde la aparición del Estado constitucional y más completamente desde la instauración de la democracia, el demagogo es la figura típica del líder político en Occidente." Max Weber

He decidido escribir menos y observar más, el interesante espectáculo que está aconteciendo desde hace unas semanas en ese gran escenario teatral que es la política española. La teoría general de sistemas de Von Bertalanffy es sin duda aplicable en este caso, porque en todo sistema cerrado, también en los de poder, la entropía va creciendo hasta que hace que todo estalle. LLevo años esperando esta implosión y de verdad que la estoy disfrutando.

El sistema cerrado de la democracia española dominado por castas capitales se ha roto definitivamente con la irrupción de partidos disgregadores como Podemos, o acaparadores como Ciudadanos, que vienen para quedarse, aunque pronto se verán conflictos también en estas formaciones, la ambición de poder las mantendrá unidas durante un tiempo. Algo que no han logrado Rosa Díez y su secretario Gorriarán, cuando hoy mismo en el partido magenta de Asturias se ha elevado a rebelión lo que hasta ahora eran disgregaciones puntuales. Algo que se veía venir desde hace tiempo.

En el PSOE el conflicto existente entre la dirección federal y las diversas taifas de Andalucía o Cataluña, con la marcha de Rubalcaba se ha acrecentado. Carme Chacón se prepara para presentarse de mesiánica lideresa salvadora, con la ayuda de Susana Díaz, para desplazar a Pedro Sánchez. Los resultados de Andalucía organizados sobre una población cautiva en el pesebrismo eterno, acrítico con la corrupción que se ha vivido en esa comunidad, más que un indicador de fortaleza, lo es de debilidad. Otros lo fueron la destitución de Tomás Gómez, la marcha de Pere Navarro, la reunión de Bono y Zapatero con Pablo Iglesias, demasiado dividido está el partido.

En el PP ayer Mariano Rajoy pidió unidad, en un partido que ha gobernado este país en la mayoría de sus ámbitos de forma hegemónica suena a discurso peronista. Sin duda, Mariano Rajoy está amortizado y no creo que sea el próximo candidato a las elecciones generales, entre otras cosas porque durante los años 2011-2015 ha dicho que iba a bajar los impuestos y no ha dejado de subirlos, sin tocar el gasto público para no crear conflictos con los de los distintos pesebres autonómicos de todos los partidos. Cospedal ha denunciado movimientos internos con el ánimo de desestabilizar el partido.

Alberto Garzón, líder postulante de IU dice que hay una conspiración en su propio partido que quiere arrebatarle su candidatura a las elecciones generales. Duran i Lleida, un día se va y otro no de la unión con la Convergencia de Artur Mas.  

 La interpretación sosegada de estos acontecimientos partidarios, junto con la preocupación intensiva de los españoles por la corrupción política, los pírricos resultados en el mercado del empleo, el incremento continuado de la deuda pública y la escasa celeridad de la justicia en resolver los muchísimos casos de corrupción y fraude políticos, conducen a la deslegitimación de los partidos políticos ante la opinión pública. El 83 % de los españoles según las últimas encuestas no confía en los partidos políticos. Recientemente en las elecciones departamentales francesas los votos a todos los partidos han sido menos que los no emitidos, blancos y nulos. En las elecciones europeas, el PSOE y el PP perdieron 5,2 millones de votos al alimón.

Pero sin duda el hecho más importante de todo lo acontecido es la rebelión interna y manifiesta en algunos partidos políticos que pronto se extenderá a todos. En ningún partido político español hay actualmente democracia, todos deberían ser erradicados siguiendo la ley de partidos, además de sus incumplimientos constitucionales diversos y sus aforamientos impresentables. La ausencia de isocracia, igualdad entre representantes y representados, deslegitima el proceso electoral español, en el que todo está “atado y bien atado” como con Franco. La demagogia y la propaganda, a la que tan afines son los medios de comunicación españoles que viven del pesebre público, ya no puede sostener tanta mendacidad.

Aunque algunos desde sus sanedrines y vértices piramidales hayan decidido amenazar a los españoles con los fuegos del infierno, ya no tienen credibilidad para ser atendidos. Vamos directamente hacia una segunda transición, el oficio de político será el de servicio público y no el de público a su servicio a partir de ahora y aunque traten de enmarañar la cuestión desde arriba, los de abajo no van a permitir que se juegen su futuro a caerle bien a los que ponen a los candidatos. La casta de todos los partidos, también la de Podemos, que nadie se equivoque, está acorralada por los ciudadanos españoles del siglo XXI, que no están dispuestos a seguir votando ladrones como rentistas de su destino. 

Esta pequeña revolución ha comenzado, el castillo de naipes se desmorona, al final ni habrá ruido, ni furia, sencillamente silencio, el silencio de los demócratas, que hasta ayer fueron inocentes corderos inmolados en el tiempo, que creían que con votar se hacía una democracia. 

Una democracia no se hace por los votos, se hace por cumplir los criterios que así la definen, que siguen siendo los mismos que hace 2500 años en Grecia: isegoria (libertad de hablar en la asamblea, hoy transferida a las redes sociales), isonomia (igualdad ante las leyes, nada de aforamientos) e isocracia (igualdad entre representantes y representados, nada de yo soy el que manda y vosotros los que votáis tenéis el deber de obedecerme, de los despotismos), por supuesto, siempre en un ámbito de Justicia (diké) independiente del poder político, económico y social. 

Otra circunstancia relevante (la extraigo del blog Sueldos Públicos), es que hay muchísima gente dependiendo de lo que decidan las respectivas castas, de sus partidos, para convertirse a su vez en casta y ante los vientos de cambio que se avecinan, se han puesto muy nerviosos.

  • Número Alcaldes elegibles: 8.192 (elecciones 2011: 8.116)
  • Número de concejales elegibles: 67.640 (elecciones 2011: 68.462)
  • Número de alcaldes pedáneos nombrados: 2.995 (elecciones 2011:3.304)
  • Número de diputados provinciales designados: 1.040 (mismo que elecciones 2011)
  • Censo electoral: 35.104.986 votantes (elecciones 2011: 34.681.888)

Como dije hace años, la casta se derrumbará el día que retumbe el silencio de los demócratas... y parece que ya se escucha a lo lejos.

Enrique Suárez

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