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sábado, 14 de noviembre de 2009

¿Quién teme a Valia Merino?


Es hora de que los políticos comiencen a respetar a los ciudadanos de este país; es hora de que la política española, que se ha convertido en una ampliación del ámbito de la delincuencia se redima de su corrupción por la fuerza de la ley. El mayor problema que tenemos los españoles es que quienes dicen representarnos públicamente carecen de talla ética suficiente y les sobra desparpajo para aprovecharse de su posición de poder, de forma impune y corporativa, como una mafia, porque si unos roban, otros callan, y otros miran para otro lado, para que siga el negocio adelante.

Si los ciudadanos queremos acabar con esta penosa situación, el primer objetivo es que no se reproduzcan las actividades demagógicas, denunciando públicamente a los portavoces de la estafa pública y no permitiendo que haya sucesión a nuevos herederos. La UPyD aspira al negocio con el discurso hostil, para recoger el malestar ciudadano y que no adopte otras formas más agresivas; es un bálsamo para la protesta. ¡Que bien lo hace Rosa Díez! ¿lo hace?, será lo dice, porque hasta ahora ¿qué ha hecho Rosa Díez más que promocionarse a sí misma protestando?

En Ciudadanos en la Red nos hemos ocupado de ello durante los últimos cuatro años, somos el Cádiz de la red hispana, nos guía el mismo impulso que a los españoles que se alzaron en 1808 contra el invasor francés, que condujo en 1812 a nuestros antepasados a enfrentarse contra el poder absoluto representado por Fernando VII, el rey felón; que indujo a los liberales españoles –los más honestos representante públicos de nuestra historia- a subyugar al poder real en 1820 y obligar a Tigrekan a sancionar la primera Constitución de la que nos dotamos, aunque al liberal Riego y a otros muchos como Torrijos, Mariana Pineda o el Empecinado les costara su propia vida. ¿Cuánto le debemos los españoles a nuestros antepasados liberales, que crearon esta nación política haciendo soberanos a los que eran súbditos?.

Cuarenta años de dictadura y más de treinta de democracia nos han conducido a una situación similar a la vivida por nuestros ancestros, porque de forma discreta, sutil y maquiavélica, el poder en manos de políticos sin escrúpulos nos ha llevado a los españoles a postrarnos ante el altar de sus demagogias y besar el anillo de su despotismo, esperando que el Estado nos conceda un trabajo temporal, una subvención, una contrata, un curso, o una pensión para seguir sobreviviendo. Nos han vuelto a subyugar convirtiéndonos en siervos a muchos, a otros en esclavos, cuando los españoles somos y seremos ciudadanos libres, los legítimos soberanos de la nación española, contra cualquier poder.

UPyD, el partido de Rosa Díez

Cuando Ciutadans no se había acabado de extinguir tras su inutilidad manifiesta, surgió el partido de Rosa Díez. ¡Albricias!, menos mal, dijimos los demócratas, aquí tenemos un personaje dispuesto a luchar por devolverle a este país su dignidad. A la llamada de Vargas Llosa, Savater y Boadella, fueron llegando hombres y mujeres libres para acometer la solemne batalla contra el despotismo voraz de los nacionalistas y sus leales socios socialistas, y la infinita incompetencia de los populares, los conservadores más ridículos de la democracia.

Al fin un partido dispuesto a derribar el muro de estupidez, ignorancia y corrupción que encierra a los españoles. Y todo iba fenomenal, la alegría de las obras que comienzan, más tarde la convivencia compartida en los ilusionados seguidores. ¡Qué bien habla Rosa!, ¡Cuánto vale esta tía!. Pero entonces, poco antes de que Rosa Díez alcanzara su acta de diputada por Madrid, comenzaron a ocurrir cosas extrañas: en Cataluña había problemas, como siempre (¿cómo no va a haber problemas en la Cataluña del Palau y el Pretoria?). Algunos, que estábamos atentos, contemplamos como gente honesta, muchos de ellos que se habían marchado de Ciudadanos por la insoportable patraña en que se había convertido el partido de Rivera, comenzaron a protestar públicamente. No puede ser, dijimos los que observábamos, pero sí, otra vez volvían a hacerlo, los mismos de siempre: boicotear cualquier reacción política contra el poder del PSC y los nacionalistas, ocupando los lugares desde los que podía hacerse. Porque de eso se trata la política de los partidos de resistencia, de hacer un discurso de salvación, mientras el poder sigue estrechando la vida, el no nacionalismo y la rendición sobrevenida.

Llegaron las elecciones generales, Rosa Díez obtuvo un acta de diputado, pero entonces se pudo observar la auténtica realidad. ¿Por qué el partido del discurso antinacionalista furibundo obtenía sus peores resultados en los territorios españoles donde había problemas con los nacionalismos y los mejores resultados en donde no los había, precisamente donde triunfaba el PP. Muchos pensaron que un partido joven se podía permitir errores, claro. También pensaron que la apelación a la confianza entre compañeros que hacían los dirigentes, podría suplantar a la democracia hasta que el partido se hubiera consolidado, por supuesto. Incluso estuvieron de acuerdo cuando se expulsaba del partido a gente por discrepar, o se baneaba a “los enemigos” que intentaban denunciar lo que estaba ocurriendo en los blogs de Rosa Díez y Carlos Martínez Gorriarán.

Ciertamente, en marzo de 2008 comenzaron a cambiar las cosas en UPyD, alcanzando el grado de esperpento político al que estamos asistiendo. Entonces muchos más empezaron a tener dudas sobre lo que estaba ocurriendo, parecía que lo de Cataluña no era una excepción, sino una norma. Sin embargo había que ser condescendientes con los dirigentes, ¿por qué quien podía dudar que querían lo mejor para el partido que sus propios progenitores?. Obediencia debida y seguir adelante, pero con cautela, estaban ocurriendo cosas extrañas.

¿Por qué no se permitía la comunicación libre entre los afiliados, ni que se reunieran?, ¿por qué se consideraba que todo el que no estaba de acuerdo con lo que decía Carlos Martínez Gorriarán era un traidor?, ¿por qué se estaban yendo los miembros del consejo político fundador –hoy están fuera un 85 %-?. ¿Por qué militantes destacados por su currículum político y democrático decían que no les gustaba nada lo que estaba ocurriendo?.

Dos hechos definieron el futuro, cuando gente que estaba con Rosa y Carlos desde Basta Ya, se vieron relegados del proyecto, ¡por demócratas!, y entonces decidieron exigir sus derechos en el partido, incluso judicialmente, crearon una web de nombre “estanoeslawebdeupyd” y comenzaron a protestar públicamente por lo que estaba ocurriendo, esto fue motivo de expulsión –en pleno siglo XXI- ¿Cuántos de los votos de Rosa Díez habrán conseguido los expulsados?.

Poco después, el número dos de Rosa Díez en la candidatura por Madrid, Mikel Buesa, compañero de fatigas de Rosa Díez desde hacía muchos años y expresidente del Foro de Érmua dio un portazo solemne y se largó del partido, junto con los babiecos, un grupo de gente que se había plantado ante la ignominia del comité central del partido.

Comenzaron a surgir numerosos blogs en la red que denunciaban lo que estaba ocurriendo, primero discretamente, luego realmente indignados, por último, extraordinariamente cabreados. ¿Cómo podía estar ocurriendo lo que ocurría?

Desde entonces nadie más que dos o tres saben el resultado de la catástrofe que se enmascara y disfraza cada día. Rosa Díez con un micrófono y los militantes suficientes para que le monten el circo, no necesita seguidores, sólo votos y subvenciones para seguir adelante. ¿Para qué va a querer seguidores con la lata que dan queriendo tener los mismos derechos que ella?. Así que, como ocurrió en Ciutadans –exactamente lo mismo- se impidió la entrada de nueva gente en el partido mientras por aburrimiento o expulsión se fue erradicando a todos los discrepantes, porque en UPyD, que sigue más el modelo de una secta que de un partido político, sólo hay un pensamiento posible que es el del aparato del partido, la única doctrina verdadera, que será presentada como verdad revelada a todos los fieles, y los fieles más adocenados y con más expectativas de medrar públicamente son los que se han quedado con Rosa Díez.

Y ahora lo quieren legitimar con un Congreso

Ahora lo que pretenden los dirigentes de UPyD es legitimar democráticamente el sistema feudal que han organizado sus dirigentes, será como votar un referéndum con Franco, algo parecido a lo que hizo recientemente Hugo Chávez en Venezuela, para ello, por supuesto, lo primero ha sido crear una ley que lo permita, un reglamento precongresual que determina que Rosa Díez va acompañada de los suyos y quien quiera a Rosa Díez, tendrá que aceptar a quienes ella designe para que la acompañen en la dirección del partido (no a quien ellos quisieran elegir, entiéndase bien).

¿Cuántos coordinadores iniciales del partido han sido reemplazados?. ¿Cuántos se han ido dando de baja?. ¿Cuántos militantes se han ido?, ¿Cuántos militantes no dejan de protestar?. ¿Cuánta gente ha llorado por lo que han hecho estos engreídos déspotas con la UPyD, su partido?.

Se eligieron delegados, los oficiales que asentían a lo que diga Rosa con todas las facilidades, los discrepantes que pedían democracia con todas las trabas, pero estos delegados no son una asamblea constituyente pues sólo pueden elegir un consejo político que no tiene capacidad decisoria, y votar 3000 enmiendas en dos horas, porque todo el poder se ha concentrado en el Consejo de Dirección que Rosa Díez trata de imponer, como un viejo Comité Central del partido comunista.

El sistema de elección es novedoso –como todas las chapuzas que anticipan un pucherazo- así que los afiliados podrán elegir entre Rosa Díez y quien se atreva a presentarse, y en este caso ha sido Valia Merino el elegido por sus compañeros democráticamente. Pero Valia Merino no juega en igualdad de oportunidades (isogoria) ni de leyes (isnomia). Es una nueva alegoría de David contra Goliat. ¿Y por qué no juega en las mismas condiciones?, pues porque a fecha de hoy y queda una semana para el congreso, todavía no sabe ni a quien tiene que dirigir su discurso porque a su candidatura no se le ha permitido acceder al censo de militantes, porque Rosa Díez ocupa el 100 % de la web oficial, y porque se prohíben terminantemente la comunicación fuera de los canales establecidos –y controlados- por el partido.

Pero aún así podría esperarse una Comisión Electoral independiente que pusiera orden en todo este caos –que ha tenido dos años dos, para organizarse-, pero no será así, porque la Comisión Electoral formada por siete miembros, tienen entre ellos a tres miembros de la candidatura de Rosa Díez, y estas cosas es las que se hacen en el partido que pregona la separación de poderes por boca de su portavoz.

No acaba aquí el despropósito, porque si todo la estrategia que se ha urdido fallara, aún quedaría el voto telemático, una baza de última hora para organizar un resultado a la medida de los intereses de Rosa Díez, vendiendo modernidad y tecnología –un sistema que ha denostado la Unión Europea hasta para Afganistán por sus escasas garantías democráticas-

Y ante este monstruo voraz que han creado los políticos de UPyD organizados como una secta, un ciudadano se yergue recortando su silueta sobre el horizonte del ocaso: Valia Merino. No le conozco, nunca le he escuchado, le he leído por primera vez al hacerle la entrevista en nuestro foro y me ha gustado, jamás he hablado con él, pero no importa sé que si se enfrenta a Rosa Díez, representa la lucha por la libertad, la democracia, la pluralidad y la justicia, y con eso para mí es suficiente, porque Rosa Díez representa exactamente lo contrario.

Hoy a las 22 hora podrán ustedes conocerle en el canal Intereconomía de Televisión. Suerte Valia, no estás solo.

Enrique Suárez Retuerta

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