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domingo, 6 de junio de 2010

Descrédito y Restitución


Nadie ha desacreditado España como José Luis y sus gobiernos, sustentados en ese partido socialista y cuentista –ejemplo de socialista cuentista es José Bono, el número tres que marca patrón para todos los demás-. Con José Luis hemos vuelto a ser de nuevo el país anormal de Europa, como lo fuimos con Franco en su día, pero él ha logrado en tan solo seis años lo que un dictador tardó cuarenta años, tras una guerra civil, lo que tiene indudable mérito. Ni siquiera su predecesor Felipe González, de mierda hasta las orejas, dejó un legado tan funesto.

En estos momentos España está en el ojo del huracán, atenazada económicamente por los especuladores internacionales e internamente por los dilapidadores nacionales. La opinión pública europea mira nuestro país como un ejemplo de cómo no deben hacerse las cosas. ¿A qué se debe la debacle?.

El factor fundamental es la indigencia política, económica y cultural de los seguidores del socialismo, que han sido sobrealzados al poder por un profeta del despropósito. José Luis ha construido la destrucción de España, con ayuda de los suyos. Se ha permitido el lujo asiático de modificar leyes y costumbres para promoverse y perpetuarse en el poder. Ha excluido la razón, el mérito, y la capacidad como criterio para rodearse de gente, tal vez, para que no sea vapuleado por sus críticas, a las que obviamente, desde su soberana inmadurez, debe ser muy sensible.

El nieto del Capitan Lozano ha querido ganarle la guerra a la historia y lo que ha conseguido es sacarnos de ella, para convertirnos en un planeta de la estupidez universal, en el que las cosas que no ocurren en otros países suceden cada día.

La explicación es sencilla, aprovechando la ola de relativismo, deconstrucción y postmodernidad que vivimos, ha aplicado las últimas novedades del constructivismo con la fe militante del poseso, con el único objetivo de cambiar culturalmente a los españoles y llevarlos a su redil ideológico. España se ha convertido en un laboratorio de los experimentos de la izquierda internacional.

En políticas de género se ha saltado el sentido común y la razón, en proyectos ecológicos nos ha llenado de energías renovables y coches eléctricos, en memoria histórica por poco no levanta el país buscando cadáveres, porque con cada cadáver encontrado se legitimaba en su furibunda locura. Ha conseguido que estemos próximos a los cinco millones de parados habiendo prometido pleno empleo, somos el país con más riesgo económico de Europa tras haber negado la existencia de una crisis para ganar las elecciones, ha convertido a los etarras en hombres de paz, porque necesita negociar a cualquier precio con ellos para recuperar credibilidad, y ha abierto la caja de los truenos con el Estatut de Cataluña.

Pero también ha incrustado en todas las instituciones del Estado a los suyos, habitualmente con el único mérito de tener el carnet en la boca, gente servil que en su vida hubiera alcanzado por vías normales y normativas los puestos que ocupan, y esos son los que están dirigiendo el país. ¿Pero cómo van a dirigir el país los socialistas cuentistas si no saben?

Que se vayan preparando porque el próximo gobierno va a revisar todas las cuentas y va a mostrar a la opinión pública española lo que han dilapidado y robado y por supuesto, tendrán que devolver. El dinero público va a resultar que si era de alguien, el pueblo español se ha convertido en acreedor de los socialistas y que no esperen que a nadie se le vaya a ocurrir condonar la deuda. Van a devolver hasta el último euro de la última langosta que se comieron a costa nuestra, y de las propiedades que hayan adquirido mientras han estado en política ya pueden ir buscando todas las facturas. No habrá amnistía para los depravados y corruptos.

La próxima etapa que viene para este país es descubrir y recuperar todo el dinero que se ha dilapidado desde el PSOE, los sindicatos y los colectivos que se han beneficiado a la sombra del inefable cejudo. Restitución del dinero público malgastado y dilapidado por los socialistas es lo que debemos exigirles para que se puedan presentar de nuevo a las elecciones. No podemos permitir que unos ladrones representen a los ciudadanos.

La credibilidad internacional y en nosotros mismos vamos a tardar años en recuperarla, pero de la pasta que han trincado hasta el último céntimo. ¿Acaso no eran los patrocinadores de la igualdad?, ¿alguien puede explcarme cómo en cuanto han podido los detentadores se han hecho desiguales hacia arriba a costa de dejar cinco millones de parados y la economía hecha una mierda?

No soporto a los egoistas, pero aún menos a los que se benefician de los demás en nombre del altruismo, la solidaridad y la representación de la gente con menos recursos propios, los más desafortunados. Los socialistas que han acompañado a José Luis en el poder son unos declarados sinvergüenzas, unos aprovechados y unos miserables.

Biante de Priena

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