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domingo, 22 de noviembre de 2009

Cien libros para el siglo XXI (010)


La Ciudad de Dios (413-426) - Agustín de Hipona (010)

No se puede comprender el mensaje de Agustín de Hipona sin imaginarlo incrustado en la época en que el autor escribió los 22 tomos de La Ciudad de Dios (De Civitate Dei contra paganos). Obra de senectud y reflexión, provocada por la Caída del Imperio Romano y el Saco bárbaro de Roma por Alarico I.

Esta obra puede decirse que abre la oscuridad política de la Edad Media en Occidente, en la que todo conocimiento quedó sometido a la revelación, pues era la fe y no la razón, la que debería guiar la vida de los mortales para alcanzar algún día la inmortalidad tras su final

Casi mil años pasaron entre la publicación de esta obra y el Renacimiento y la Reforma del cristianismo provocado por el Cisma de Occidente, previo fue el de Oriente, pero Agustín fue un autor valorado por los cristianos de todas las épocas, de todos los cristianos. Privó del conocimiento a la mayoría de ellos con un analfabetismo del que solo se podía librar quien elegía el clero o nacía en la nobleza. Es la servidumbra natural de los humanos a quienes detentan el poder, quizás el peor legado de San Agustin, pero gracias a esta fórmula inhumana la civilización occidental se salvó de la barbarie, y sirvió para concentrar el conocimiento durante siglos en los monasterios, privando a los simples mortales de su acceso al mismo.

“Para quienes amen a Dios, la principal lealtad debería ser para con la Ciudad de Dios, cuya ubicación final está en el reino celestial. La sociedad terrenal siempre será insegura y sujeta a cambios, debido a la naturaleza degradada del ser humano y su inclinación al pecado. Sin embargo, la Ciudad del mundo aún era necesaria, dado que era obligación de los gobernantes frenar los instintos depravados de los humanos pecadores, así como mantener la paz, la cual los cristianos necesitaban para vivir en el mundo. Por lo tanto, Agustín dio por sentado que el gobierno y la autoridad secular eran necesarios para la búsqueda de la verdadera vida cristiana sobre la Tierra; al plantear esto, proveyó una justificación para la autoridad política secular, la cual desempeñaría un importante papel en el pensamiento medieval (planeta sedna)”.

El obispo de Hipona es un planificador, ordena realidad tal como se imagina que debería ser si estuviera guiada por su fe en un orden divino. Desde un planteamiento que presupone la dialéctica enfrenta a la ciudad pagana, en la que las pasiones y la ignorancia guían a los seres humanos, con la ciudad divina, donde la búsqueda de la virtud y el conocimiento de la verdad ilumina el camino de los creyentes.

La filosofía deja de ser un fruto de la razón, para subyugarse a la revelación, la verdad deja de ser racional, para ser revelada. Es la fe la que mueve la realidad de los humanos, no la razón. Pero no toda fe es verdadera, sólo el cristianismo puede considerarse como tal.

Bajo el pabellón de la cruz se conquistaron países y se persiguió a los paganos, se abolieron las supersticiones y se negó cualquier poder que no fuera de origen divino, cualquier acción humana que no estuviera perfectamente regulada por la mano de Dios. Los monarcas y los nobles eran señores por la gracia de Dios, igual que los plebeyos eran plebeyos por la gracia de Dios. Desde el nacimiento todos los mortales estaban condenados a ocupar el lugar que les correspondía en herencia de la situación de sus ancestros. Los que nacían pobres morirían pobres –salvo extraña casualidad- y los que nacían ricos, morirían ricos –salvo extraña casualidad-.

La vida era instrumental a un propósito: alcanzar la gloria tras la muerte, y esta sólo podía alcanzarse cumpliendo con todas las leyes divinas y humanas. Y aún así, sirvió para separar la religión del Estado, porque la Nueva Jerusalem no era de este mundo.

Resulta extraño contemplar como 1600 años después todavía hay creyentes que consideran que el poder se obtiene por la gracia de Dios y no por la elección libre y democrática de los humanos. A ellos quiero dedicar esta obra, para que comprendan que la fe puede mover montañas, pero solo la razón puede evitar que nos caigan encima y nos aplasten como la obra de Agustín de Hipona por mil años. Hay obras que perduran no por sus enseñanzas, sino porque nos ofrecen un espejo en el que compararnos a lo largo del tiempo. La Ciudad de Dios es una de las obras más importantes, y posiblemente la columna vertebral de la historia de Occidente.

Una de sus enseñanzas más importantes de esta obra es la concepción negativa de la política (en el libro V), habitualmente sometida al poder sectario de los hombres, porque los políticos tratan de emular a Dios siendo pobres mortales. La política es buena para el progreso de la humanidad, pero los políticos son deleznables porque juegan a ser dioses con sus propios congéneres. Por eso el orden divino es para todos igual, todos hijos de Dios, por encima de sus poderes terrenales.

Referencias

Sobre la obra

Prólogo a la Ciudad de Dios

Comentarios

Resumen

Sobre el autor

La filosofía de Agustín de Hipona

Obras de San Agustín

Interesante obra sobre el cristianismo y el pensamiento político

Vida de San Agustín

San Agustín, filósofo y teólogo

La obra en internet

La ciudad de Dios (Iglesia reformada)

La ciudad de Dios (quedelibros)


La obra en papel

Editorial Porrúa 13 €


Editorial Tecnos 19,23 €


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Fe y Razón en San Agustín

Más de un 70 % de afiliados de UPyD ""NO"" han apoyado a Rosa Díez como portavoz del partido


Tan solo el 29,63 % de los afiliados a UPyD
han elegido a Rosa Díez como portavoz


En los tiempos que corren, hay que tener mucho cuidado con la información que nos ofrecen los medios de comunicación, fundamentalmente por la manipulación a que nos someten con sus titulares (proporcionados con intención por los actores y no analizados ni contrastados por “los periodistas”).

Hoy, precisamente, se clausura el primer congreso de UPyD, las fanfarria magenta está alborozada por la ratificación política en su seno de Rosa Díez como su portavoz.

Los titulares de los diarios de papel y digitales no dejan de repetir el resultado magnífico que ha obtenido la mesiánica lideresa que viene para salvarnos a los españoles del infierno del PSOE y el cielo del PP, para ofrecernos el purgatorio, aunque quizás lo mejor para los sufridos ciudadanos es que sigamos en el limbo, porque para decidir entre lo malo y lo peor, mejor no decidimos nada, aunque eso suponga un seguro deterioro.

Pero no quiero apartarme del titular que les he ofrecido, porque revisando los datos que nos han ofrecido los medios de comunicación he observado que en el partido de Rosa Díez, solamente la han apoyado un 29,63 % de sus afiliados, se lo explico con detalle a continuación.

El partido de Rosa Díez tiene a fecha actual 4781 afiliados con derecho a voto –según fuentes oficiales que han sido la únicas con derecho a consultar las cifras del censo general-, de los que han acudido a votar un 36,58 %, de los que un 81 % lo han hecho en apoyo de Rosa Díez y un 19 % en apoyo de Valia Merino.

La gran noticia de este congreso no es que Rosa Díez haya salido elegida con el 29,63 % de los votos de sus compañeros, sino que un 63,42 % de los afiliados al partido, hayan rechazado las propias condiciones del congreso como democráticas para participar en el mismo. Algunos no han podido votar queriendo hacerlo y otros no han podido hacerlo por las dificultades que ha supuesto para las personas con discapacidades.

Una magnífica noticia para la democracia, por mucho que traten de teñirla de magenta las huestes oficiales, menudo batacazo que se han dado después de dos años de urdir la estafa política que ha supuesto este, su primer congreso, en el que no ha habido ni igualdad de oportunidades para los participantes, ni igualdad de normas para su participación, ni libertad de expresión, ni respeto a la pluralidad.

La democracia no miente, la realidad es que un 63,42 % de afiliados al partido de Rosa Díez han rechazado con su ausencia la participación en la pantomima que han organizado los dirigentes del partido magenta como congreso, una cifra similar a la de las recientes elecciones celebradas en Afganistán. A los que se deben sumar los que han preferido a Valia Merino que han sido un 6,95 %de todos los afiliados.

Dejando las cosas más claras, de cada 100 afiliados a UPyD, 63 han decidido con su abstención no avalar un congreso que no ha reunido las mínimas condiciones democráticas, 30 han apoyado a Rosa Díez y 7 se han decidido por Valia Merino. O para que recuerden el “éxito glorioso” les ofrezco una sencilla fórmula:

Abstención 63, Rosa Díez 30, Valia Merino 7.

Esta es la lectura que debe hacerse del magnífico show político que ha supuesto el Congreso de UPyD, en el que de la transversalidad se ha pasado a la “socialdemocracia heterodoxa”, de la unidad de la nación española tan cacareada por Rosa Díez para obtener votos, a la búsqueda a medio plazo de un Estado Federal Cooperativo de Intensidad Media (pero sin que los españoles se enteren demasiado de lo que es), y por cierto, de los 1,7 millones de euros en gastos no justificados ya nunca se sabrá nada (hasta que el Tribunal de Cuentas investigue, claro).


Enrique Suárez Retuerta

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