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sábado, 30 de junio de 2012

¿Y si los funcionarios se hacen acreedores de parte de la deuda pública española?

Tabla salarial funcionarios españoles año 2010

A veces, las cosas son más sencillas de lo que parecen, España tiene actualmente un grave problema con la deuda pública, debido al despilfarro que cometió el anterior presidente de gobierno, pues entre 2007 y 2011 duplicó su volumen, en el 2007 teníamos una deuda de 380.661 millones de euros (36,1 % del PIB) y en el 2011, ascendía a 734.961 millones de euros (68,5 % del PIB).

La prima de riesgo era en junio de 2007 de 15 puntos, y en junio de 2011 de 290 puntos, actualmente es de 475 puntos tras llevar casi un mes por encima de los 500 puntos. Actualmente, gracias a la inconsciencia o la conciencia malvada del anterior gobierno, tenemos que pagar de intereses 435 millones de euros diarios, sin amortización de la deuda que ya se lleva casi el 25 % de nuestro PIB, junto con los intereses.

Estos son los resultados de una mala gestión, de la que nadie se hace responsable pero que está trayendo a los españoles una de las situaciones más precarias a la que nos hemos enfrentado en nuestra historia reciente. Los motivos que tuvo el anterior gobierno para cometer esta atrocidad pasan por diversas alternativas: el triunfalismo inane, la ineptitud galopante, o la insidia perversa de querer tapar sus errores para que no redundara en los resultados electorales del PSOE, de cualquier forma una descomunal irresponsabilidad que no puede caer en el olvido y de la que debe exigirse de forma inmediata explicaciones y restitución moral, además de material por el estropicio causado.

Sin embargo, conocer las causas del problema no ayuda a resolverlo, actualmente las filas de trabajadores del Estado están infladas de forma desorbitada, medio millón de funcionarios con un elevado número de transformados por la gracia de las cejas de Zapatero de laborales en vitalicios, en los últimos siete años, no es de recibo, entre otras cosas porque es un crecimiento artificial del Estado. La cuestión es que no pertenecen todos a decisiones directas del Gobierno, pero el Gobierno consintió que todos alcanzaran su puesto, sin poner puertas al campo, porque le interesaba electoralmente.

Llegados a este punto, además de una depuración de funcionarios adscritos al carnet y el enchufe que habría que erradicar, nos sigue quedando el problema de la deuda, que podría resolverse con ingenio si alguien en el Gobierno actual pensara racionalmente y reflexionara sobre los problemas reales del Estado español.

Una de las próximas medidas que se espera, además de la subida de impuestos es el recorte de funcionarios y de sus sueldos. Evidentemente los que entraron por el artículo del dedo del colocador, deberían ir pensando en abandonar su posición de privilegio si en este país existiera justicia, algo que cada día resulta más cuestionado. También sería necesario ajustar las plantillas a las necesidades reales. Pero sobre los restantes, alrededor de 2,5 millones con sueldos medios de 2.000 euros mensuales, antes que reducir su salario se podría pensar en pagar una parte del mismo, tal vez un 10 %, con deuda del Estado español, por ejemplo bonos a 10 años, mejor aceptado sería que reducir su sueldo en un 10 %.

Al disminuir el 10 % su salario se reducirían sus retenciones de IRPF, con lo que en percepción líquida la reducción sería de un 7 %, mientras que el 10 % que recibirían en deuda pública les procuraría unos intereses que a los 10 años les haría recibir prácticamente el mismo dinero, solo que de esta forma se diferiría su cobro. En cierta forma, funcionaría como un adelanto que los trabajadores del Estado realizan a su empresario, a cambio de mantener la seguridad de su trabajo y el compromiso del Gobierno de no realizar más medidas, lo que incrementaría la seguridad laboral. No sería una cantidad importante, alrededor de 10.000 millones de euros lo que se ahorraría cada año, pero sería un gesto importante para incrementar la confianza de nuestros socios europeos y los mercados en nuestro ánimo de resolver los problemas que tenemos. Además de ofrecer a la ciudadanía española una imagen de los funcionarios de responsabilidad y coparticipación en la asunción de los graves problemas económicos que atraviesa España.

Por otra parte, sería una forma de convertir en accionistas de su propia empresa a los funcionarios españoles, que recuperarían su dinero si las cosas van bien en la misma, eso incrementaría la productividad española de los empleados públicos, que está por los suelos en comparación con la mayoría de los países europeos, además de la competitividad, en la que España ocupa el puesto 39 del mundo, alejándose cada día más de las economías avanzadas.

Los efectos sobre la prima de riesgo y el déficit público serían inmediatos y al mismo tiempo harían que los mercados recobraran la confianza en nuestro país rápidamente. Además se podría hacer de forma consensuada directamente con los trabajadores mediante acuerdo personalizado, los únicos que no estarían de acuerdo, posiblemente, fueran los sindicatos de clase (UGT, CCOO) instalados en el Estado, que se verían desplazados para siempre de la negociación laboral pública, lo que les condenaría a su desaparición.

Pero que quieren que les diga, eso también haría que se incrementara la confianza y la credibilidad de los mercados en este país nuestro y que mejoraran nuestras circunstancias mucho más deprisa que si permitimos que los sindicatos sean los que regulen las condiciones laborales de los españoles, fundamentalmente en el sector público, porque vamos a dejar de engañarnos, ellos no viven de que las cosas funcionen bien, sino de que funcionen mal, cuanto peor funcionan más necesarios parecen.

Enrique Suárez

jueves, 28 de junio de 2012

¿Cómo se resuelve la crisis económica de España en dos tardes?


"Hay dos clases distintas de personas en la nación, aquellos que pagan impuestos y aquellos que reciben y viven de los impuestos" Thomas Paine

Aunque los mercados internacionales nos sigan señalando la deuda pública como principal problema de este país, ni es el mayor, ni el prioritario al que nos enfrentamos. El mayor problema económico que tenemos los españoles es la falta de crecimiento de nuestro PIB, que ni está, ni se le espera en los próximos años, más bien todo lo contrario.

Superando la disquisición fundamental propuesta por Leire Pajín, que nos dijo que el mayor problema que tenía el PIB en España es que era masculino, en fin, sea PIB o PIBA, lo más atenazador para nuestra precaria evolución económica es que decrecemos, y con cada 0,1 % que desciende el volumen de nuestra economía se cierran 2.000 pequeñas empresas, se incrementa el paro en 25.000 personas y se recortan los ingresos del Estado en unos cuantos miles de millones de euros.

Los problemas económicos de España tienen difícil solución, fundamentalmente porque para resolverlos es necesario alcanzar en su definición un panorama de realidad, para lo que todavía creo que faltan varios años, contando con los boicots y palos en las ruedas que se impondrán por parte de todos los interesados en que España no salga de la crisis económica, que son precisamente los que nos hundieron en ella. Sin alcanzar un diagnóstico real de la situación es harto difícil pensar en soluciones para resolverla.

Otro problema importante es la devastación de las iniciativas privadas que se han realizado en este país bajo la égida del contador de nubes, en su afán de crear una economía intervenida por parte del Estado en todas sus dimensiones, que elevara lo público a la principal empresa improductiva de España y por cierto la más onerosa. No es que tengamos un Estado descomunal, que lo tenemos, sino que los precios sobre servicios públicos están inflados por numerosas variables sociales, laborales y catecumenales, hasta prescindir de cualquier objetivo de competitividad. No es normal que los españoles estemos en el puesto 50 del mundo en competitividad y aproximadamente en el 40 de productividad, estando como estamos integrados en el euro y formando parte de una economía avanzada, según dicen.

El problema de España no nos lo cuentan, para no herir nuestra sensibilidad, pero no es otro que la pobreza, somos pobres sin remedio posible, en muchos casos porque trabajar por sueldos basura no compensa y es más fácil vivir del momio del subsidio. La mayoría de los sueldos de este país no pasan de los 16.000 euros al año, cifra que no es difícil de superar cuando los subsidios proporcionan a los que no trabajan alrededor de 5.500 euros y sólo tienen que lograr 10.500 euros, unos 850 al mes, en la economía sumergida, sobre los que no existen IRPFs, ni impuestos, porque no se declaran, mientras que el asalariado convencional está sometido a retenciones y pagos de impuestos.

El problema de este país es la legitimación del fraude como algo natural, tanto en los pocos que estafan cientos de millones de euros, como de los millones que estafan cientos de euros. No es de extrañar, viendo la moral ejemplar de la casta política que guía el curso de nuestras vidas que en este país todo el que pueda estafar al fisco lo haga, además con una conciencia reflexiva de que para que se lo gasten en vivir bien los que mandan, mejor se lo gasta el que produce los ingresos, que para eso trabaja, mientras los parásitos políticos o sindicales se dedican a vivir del momio. ¿Si a quiénes roban millones de euros del erario público no les ocurre nada, qué va a pasarles a los pequeños defraudadores que sólo estafan unos cientos o miles de euros al Estado?

Este es el principal y prioritario problema que tenemos en la economía española, la ausencia de moral pública, tanto en los políticos como en los ciudadanos. Pero quizás el siguiente sea la ausencia total de iniciativas emprendedoras, fundamentalmente de riesgo, que son las que resultan más sensibles a los tiempos, pero también son las más dinamizadoras de la actividad económica de un país. En España nos hemos acostumbrado a vivir de la sopa boba, porque nos han educado en el gratis total que nos proporcionaba el Estado Providencia creado por Zapatero y sus ineptos acompañantes. Desengáñense, la justicia social no era otra cosa que los que tenían carnet de izquierdas pudieran vivir como los que tenían carnet de derechas, mientras el pueblo español pagaba la fiesta. Unos se aprovechan en nombre de la justicia social y otros en nombre de la justicia natural, y los ciudadanos estamos condenados a padecer todas las injusticias a que nos someten, en eso consiste el juego.

Este país no se pondrá en marcha, tal vez no lo haga nunca, hasta que no se erradique por completo la explotación y expolio a que nos someten los que conforman la casta política de todos los partidos y depongan su actitud inadmisible en una democracia. Su inmoralidad es tan bochornosa que, en comparación, todos los que pueden estafar al Estado español cometiendo fraude van camino de convertirse en los héroes de nuestra época, como los bandoleros del siglo XIX. Hasta que en este país los que mandan no se den cuenta de que ejerciendo su tiranía convencen a los ciudadanos de que defraudar al Estado es un grito de libertad contra la opresión y la molicie, las cosas de España no tendrán remedio.

Es hora de exigir responsabilidades y restitución de sus desmanes a todos aquellos que los han cometido, porque de otra forma creo que los impuestos de este país los va a terminar pagando Rita la Cantaora. No se puede consentir que los políticos vivan en la aristocracia del bienestar absoluto, inmunes a cualquier dificultad, mientras el pueblo español cada día las pasa más putas para llegar a fin de mes. O la relación políticos-ciudadanos cambia por las buenas, o lo terminará haciendo... por las peores.

Mariano Rajoy, no se ha enterado todavía de que está leyendo El Marca sobre un volcán que humea, mientras se escuchan extraños ruidos que no se sabe de donde provienen.


Enrique Suárez

lunes, 25 de junio de 2012

Ceremonia de la confusión en la opinión pública española

"No hay viento favorable para aquel que no sabe donde va" Lucio Anneo Séneca

La finta que están haciendo a los españoles los socialistas pasará a la historia de este país como el mayor esperpento de nuestra memoria. Aquellos que primero negaron la crisis, hoy han desaparecido del escenario público a ver si la crisis les salva y los españoles nos olvidamos de su legado. La verdad que esto del socialismo español cada día resulta más infantil, a mí me recuerda al niño que rompe el jarrón chino de la abuela jugando al balón y se tapa los ojos para que nadie lo vea.

La cuestión es que los españoles vamos a pagar la desaceleración durante los próximos veinte años con nuestras vidas y las de nuestros hijos, que van a tener que emigrar si algún día quieren saber lo que es un trabajo normal. Y mientras, el autor intelectual de los crímenes contra la razón, que nos han traído hasta aquí se dedica a contar nubes desde el Consejo de Estado, mientras nos manda mensajes desde Al Jazeera, para que no le tengamos en cuenta la broma, que fue sin intención.

Tras muchos años viendo la deriva a la que nos conducían estos cenutrios, cada día más alocada, irracional y delirante, no sé si exigir que les juzguen en el Tribunal de la Haya por genocidio social, o reclamar su exilio y la disolución del PSOE, por amenaza pública. Lo que está claro es que si no accedemos a la realidad de una puñetera vez, para nada servirán todas las dificultades que estamos pasando y pasaremos en los próximos años. Pretender que los españoles nos vayamos a olvidar de que el defensor de la alegría incrementó la deuda pública de España al doble en los últimos cuatro años de su Gobierno, llevándola hasta cifras que hacen imposible su amortización y el pago de los intereses (435 millones de euros diarios); además, mintiendo sobre las cifras del déficit público para maquillar el engaño (del 6 % al 8,9 % en 2011) sabiendo que eso todavía nos iba a traer muchos más problemas, y al mismo tiempo yéndose sin despedirse dejando casi seis millones de parados y un país destrozado, creo que es abusar de la generosidad de los españoles. No pueden tener pretensiones infantiles de inmunidad e impunidad que no podemos permitirnos, porque sentado el precedente, jamás podríamos reclamar a nadie por sus despropósitos políticos, si ahora pasamos página, como si nada, sobre la obra de Zapatero.

Así que va llegando la hora de comenzar a hacer juicios y meter a unos cuantos en la cárcel, que bien merecida se la tienen, cuando nos han dejado a todos los demás en el peor de los escenarios posibles para vivir felizmente. Nos han hecho mucho daño y deben pagar por ello.


Lo que cada día me extraña más es que desde el PP no se haya comenzado a organizar la reclamación del despropósito con una mayoría absoluta, con las cifras del estropicio sobre la mesa, con la chulería de los agentes sociales que han trincado lo que no está escrito –a buena hora iban a dejar pruebas- y encima dicen que los del PP quieren acabar con todo, cuando no han cesado a ninguno de los 100.000 liberados sindicales y empresariales, mientras han conseguido, con el e las cejas, coleccionar seis millones de parados a costa de sus abusos e imposiciones. ¿Cómo se puede tener la cara tan dura?

Rajoy se está equivocando por completo al no plantar cara a tanto mangante, porque el tiempo que va pasando y las cosas que van ocurriendo, van logrando echar capas de noticias amenazantes que van ocultando las barbaridades cometidas por los del PSOE y los agentes sociales, por los consejeros de los partidos políticos que hundieron las cajas de ahorros y trataron de ocultarlo cambiando su nombre por bancos, con unos agujeros cósmicos de despilfarros y negligencias. Como no se dé cuenta de que aquí alguien va a pagar el estropicio cometido y siga permitiendo que los socialistas se pongan de perfil, dentro de no mucho tiempo, Zapatero habrá sido una entelequia fruto de nuestra imaginación y el socialismo estará vendiéndonos de nuevo la conquista del pleno empleo y el bienestar para todos, gratis total, contra los estropicios causados por la derecha. Así que urgen las demandas, que como no se den prisa, todavía veremos en la cárcel a alguno del PP por los delitos que cometieron los del PSOE, al tiempo.

Verán ustedes, no tengo ninguna duda sobre quienes han sido los culpables de esta crisis, sencillamente los que estaban en el Gobierno y la permitieron, no la impidieron, y encima la llegaron a negar para no perder los privilegios personales de los que tomaron las decisiones erróneas que vamos a pagar todos. No hay confusión posible, por mucho que hayan encendido los ventiladores de la propaganda, nos hablen de la crisis internacional y de que todos están igual de mal que nosotros. En realidad lo que está claro es que si los españoles tenemos hoy muchos más problemas que en 2004, la realidad señala a unos autores nada más: José Luis Rodríguez Zapatero, el PSOE, los sindicatos y empresarios de pesebre, los medios de comunicación que desinformaron e intoxicaron a los españoles, la justicia que miró para otro lado y la oposición, es decir el PP, que les dejó hacer mientras Mariano Rajoy concluía la lectura de El Marca.

Aunque como la tierra es del viento, en palabras del ínclito personaje que condujo España a la ruina, igual tenemos que juzgar a Eolo que en realidad es un facha desalmado que siempre sopla contra los bondadosos parásitos que nos joden la vida, y nos hacen retroceder 20 años en nombre del progreso, porque seguro que es de derechas.

Enrique Suárez

jueves, 21 de junio de 2012

¿Y si prescindimos de lo público?

"A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas" Marcel Proust

A grandes males, grandes remedios. Desde mi perspectiva de ciudadano hastiado por el devenir político de este país, quiero destacar varias cosas que no está haciendo bien el Gobierno de Mariano Rajoy.


En primer lugar, señalar con claridad quiénes han sido los autores del desastre en el que nos encontramos, al mismo tiempo que se les exige responsabilidades por el mismo, porque aquí parece que la crisis ocurrió y no tuvo autores intelectuales. El pueblo español, y posiblemente los mercados internacionales, necesitan escuchar de voz del Presidente de Gobierno, que su predecesor ha llevado esta nación discutida y discutible a la misma ruina. Si el contador de nubes no hubiera multiplicado por dos la deuda pública española hoy no estaríamos como estamos, pagando 435 millones de euros diarios por amortización e intereses de la misma. El PP debería convocar en el Parlamento al expresidente Rodríguez Zapatero para que rindiera cuentas del estropicio y ser sometido a una batería de preguntas en el pleno del Congreso sobre las decisiones erróneas que ha tomado, gracias a las que hoy estamos como estamos. El pueblo español se merece esa comparecencia, pues va a pagar sus despropósitos.

En segundo lugar, el Gobierno de Mariano Rajoy está inundando de pesimismo este país, sin hablarnos a los españoles de la ventaja que va a suponer para nuestro futuro esta crisis económica, a la que deberíamos estar agradecidos, pues gracias a ella vamos a poder librarnos de numerosas empresas públicas inútiles, cargos políticos innecesarios, y numerosas gilipolleces que se crearon en la égida del ilustre cejado. No en vano, su intención era crecer el Estado hasta proporciones descomunales para poder situar en su estructura a todos los veneradores del colectivismo, para que los ciudadanos pagaran la Gran Obra. Al quedarnos económicamente en chasis, vamos a poder prescindir de todo lo superfluo, inane e innecesario, algo que permitirá demoler el escenario ilusorio en el que hemos residido los últimos ocho años.

En tercer lugar, la única forma de resolver esta crisis pasa por la reducción de lo público, porque lo público, en realidad es la fortaleza en la que los parásitos sociales anidan y desarrollan toda su estrategia y propaganda para demoler cualquier alternativa que no puedan controlar. Creo que los españoles estamos suficientemente maduros para comprender que si los servicios ofrecidos desde lo público, resultan más onerosos e ineficaces que desde otros ámbitos, es hora de prescindir de ellos, o en su defecto, condenarnos eternamente a pagar muchos más impuestos para que auténticas legiones parasitarias que se han acantonado en las estructuras de poder, las instituciones y los servicios públicos sigan viviendo magníficamente mientras el resto de los españoles estamos condenados a trabajar el doble o el triple para mantenerlos.

Al fin y al cabo, la función del Estado no es proveer de servicios, sino velar porque su gestión sea eficiente, eficaz y asequible a nuestros recursos para sostenerlo. ¿De qué sirven unos servicios públicos que no podemos sostener más que deteriorando nuestra existencia sin fin para poder pagarlos, mientras unos no trabajan porque no pueden y otros trabajan el doble de lo que lo hacían y por la mitad de lo que recibían?

Por último, echo de menos creatividad en este Gobierno, no vamos a pedir genialidad en este país, pero cuando se ha visto que un modelo de gestión ha fracasado no se puede seguir insistiendo. La deriva descafeinada entre una socialdemocracia residual y un paternalismo tutelar, no creo que sea la mejor vía para resolver nuestros problemas. También pienso que le faltan agallas a este Gobierno para reducir de forma inmediata la parafernalia delirante que nos ofrecen los estertores del zapaterismo, con sindicatos que se inmolan cuando ven los garbanzos de sus miembros en peligro, y partidos de izquierda que de forma histérica amenazan y coaccionan al pueblo español con la madre de todas las revoluciones si al Gobierno se le ocurre salirse de la trayectoria trazada por ellos para mantenerse en las poltronas y seguir promoviéndose para el futuro desde el boicot permanente a toda acción de gobierno, la falta de respeto por las instituciones, y la estridente protesta contra la pérdida de sus condiciones de vida, cuando el resto de los españoles ya la hemos perdido gracias a ellos y su gestión delirante de la realidad.

Cuanto más tiempo tardemos en abandonar la farsa en la que nos han hecho vivir los del PSOE durante los últimos ocho años, más nos va a costar recobrarnos de sus desmadres. Creo que estos oclócratas le tienen tomada la medida a Mariano Rajoy, saben que de mantener a este país amenazado pueden salvarse del naufragio hasta las próximas elecciones, y el Presidente del Gobierno se ha creído el cuento. De hecho, todas las políticas económicas que ha puesto en marcha hasta ahora, podrían haber sido firmadas por Rodríguez Zapatero sin que le temblara el pulso.

Tengo ganas de escucharle a Mariano Rajoy diciéndole a los españoles que tenemos dos formas de salir de la crisis, una demoliendo buena parte del Estado que han creado los de la izquierda española para atecharse mientras los demás soportamos la tormenta, o bien, pagando los impuestos que nos va a costar mantener un sector público que no podemos permitirnos. Si quieren, les propongo un simple ejercicio de análisis de la propaganda, busquen las noticias sobre "lo público" en España y verán que no hay ni una siquiera que se oponga a su existencia y crecimiento. ¿No es extraño que todas coincidan en el mismo lavado de cerebro?. Hay muchos países avanzados en el mundo y en Europa que no tienen un sector público tan descomunal y sus ciudadanos gozan de mejores servicios que en España.

Mayor sector público no se asocia a mayor bienestar, si descartamos a aquellos que viven magníficamente de defenderlo y a su costa. ¿Y si prescindiéramos de lo público, al menos de lo más innecesario?, tal vez esa sea la única solución a nuestros problemas, por una parte la deuda se reduciría a una velocidad impresionante y por otra, nos libraríamos de una casta parasitaria apalancada en el buen vivir a costa de que los demás cada día vivamos peor.

Va siendo hora de que despertemos de la hipnosis a que nos han sometido la legión de aprovechados que ha arruinado nuestras vidas.

Enrique Suárez

Fraude



La gran recesión no ha sido culpa del libre mercado. Por contra, su causa debe buscarse en la profunda intervención del estado y los bancos centrales en la economía, provocando, de manera fraudulenta, ciclos recurrentes de expansión artificial, burbuja y recesión económica que terminan pagando todos los ciudadanos. FRAUDE (DOCUMENTAL)

miércoles, 20 de junio de 2012

Abducidos por la Economía


"El estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo trata de vivir a costa de todos los demás" Fréderic Bastiat

Ha ido ocurriendo poco a poco, la yihad contable, pero al final nuestras vidas se han terminado convirtiendo en una variable dependiente del déficit público, la prima de riesgo, la deuda, la inflación, el PIB y una colección de elementos que llevan camino de convertirse en los nuevos ídolos de la religión de nuestros días, a los que hace tan solo cinco años ni siquiera conocíamos.

Los seres humanos ya no somos la medida de todas las cosas, de las que son o las que no son, como nos anunció Protágoras hace veinticuatro siglos; tampoco somos ya constructores de nuestro destino, como reflejó Amado Nervo; ni siquiera somos una identidad definida en un Yo, porque ahora sólo somos circunstancias.

Parece que la última deshumanización del ser humano será económica, poniendo punto final a todas las precedentes en el último encarcelamiento de nuestros sueños de libertad. Bien pensamos, por algún momento, que sería política o tecnológica, pero la economía se ha erigido en diosa de los tiempos a la que debemos brindar nuestro tributo, rendir liturgia, y cumplir con sus preceptos si no queremos condenarnos al infierno de la quiebra de nuestras vidas y obras.

El materialismo ha triunfado, en su forma capitalista y socialista al mismo tiempo, al menos en España. Sólo hay que comprobar el paralelismo existente entre la gráfica de la deuda pública española y la del paro, ahora ya podemos decir que somos esclavos del Estado y de los mercados, gracias a decisiones políticas erróneas de las que no existen, todavía, responsables.

Nadie ha sido capaz de explicarnos por el momento lo que realmente ha ocurrido, cuando es extraordinariamente sencillo, porque en este blog lo advertimos en enero de 2009 y nadie nos hizo caso. La situación actual de la economía española se la debemos al genio delirante de un personaje que ahora se esconde en Al Jazeera, para pedir disculpas a distancia, porque no se atreve a dar la cara en el escenario nacional.

La crisis económica que actualmente atraviesa España se debe fundamentalmente a dos factores, el descomunal crecimiento del Estado en todas sus formas con la intención de conducir este país a una economía intervenida desde el poder político que es la utopía de todos los socialismos, y al mismo tiempo, consecuente con esta proeza, a la devastación de toda economía productiva ajena al Estado, es decir, al colapso de los mercados y las actividades privadas, que han quedado reducidas a su mínima expresión, fundamentalmente porque en España, para algunos, todo lo que no sea público es sinónimo de estafa, mientras que para otros, cada vez más, la estafa proviene de lo público, que se ha llenado de parásitos ineptos que además deciden el curso de nuestras vidas hacia la frustración y la ruina, mientras preservan sus intereses, privilegios y beneficios a salvo de cualquier eventualidad que los pueda poner en peligro.

España no estaría como está, si el contador de nubes no hubiera elevado la deuda pública al doble en los últimos cuatro años de gobierno, sencillamente para ocultar la ineptitud de todos los que tomaron las decisiones desde el poder, al ilustre cejado sólo se ocurrió apagar el fuego que comenzaba en 2008, cuando esto era una desaceleración y según su ministro Solbes, nada tenía que ver con una crisis, con ingentes cantidades de gasolina, hasta organizar un incendio que ahora ya no podemos apagar, al no poder pagar lo que debemos.

Aznar, su predecesor, dijo que nadie había hecho tanto daño a un país en tan poco tiempo como Zapatero, y le acusaron de soberbia, los que ocultaban el mesianismo del cazurro que ha dejado hipotecados a nuestros nietos para toda su vida por haber dado rienda suelta a sus delirios mesiánicos. Deberíamos promover que se le juzgara en el Tribunal de la Haya por crímenes contra la humanidad, por el genocidio existencial y la devastación que ha dejado, cual Atila, tras su paso por La Moncloa.

La medida de la estupidez de los españoles es directamente proporcional a que todavía, tras lo ocurrido, no hayamos sido capaces de llevar a la cárcel a 20.000 mandatarios socialistas por corrupción, cohecho y prevaricación y a otros tantos, de los demás partidos políticos, que contribuyeron con su silencio a que estemos como actualmente estamos.

Tenemos lo que nos merecemos, por conformarnos con ser súbditos cuando ayer fuimos soberanos; por aceptar vivir en esta farsa demagógica a la que, los que mandan denominan democracia y los que somos mandados, tiranía; por quedarnos callados, inmóviles y atenazados por la ira, y el miedo, mientras permitimos que los que mandan nos sigan contando cuentos y no les exijamos rendir cuentas.

Enrique Suárez

domingo, 17 de junio de 2012

¿Haber ahorrado más o haber despilfarrado menos?


"El hombre no puede saltar fuera de su sombra" Proverbio Árabe

Supongo que alguno de ustedes se habrá sorprendido al ver al mismo Zapatero recobrado, tras su desaparición de la escena pública en los dos últimos meses. A él, humilde donde los haya, no le ha servido un medio español, ni europeo o norteamericano para hacernos llegar sus inolvidables reflexiones sobre la situación dantesca de la economía española –la del país que él gobernó durante siete largos años, que no se nos olvide-, no, porque en un alarde de cosmopolitismo cazurro, para dotar a su reaparición de solemnidad giliprogresista se nos ha ido hasta Al Jazeera, para hablarnos a los españoles y a los socios de la Alianza de Civilizaciones, desde su liderazgo mundial en el desarrollo de las energías sostenibles, los brotes verdes y el progresismo internacional, mientras sigue escribiendo libros de economía y contando nubes.

También se habrán sorprendido ustedes con el contenido de sus declaraciones en las que reconoce que si hubiera ahorrado más no estaríamos como estamos, parece que sus palabras inducen a pensar en un posible arrepentimiento, pero descuiden, para nada es esa su intención, ni voluntad, más bien al contrario. Cuando nos habla de ahorro, lo que quiere decirnos en realidad es que ha sido extraordinariamente generoso con el pueblo que ha gobernado, que no ha dudado ni un momento en hacer todos los esfuerzos, aunque fuera elevando la deuda pública al doble en los cuatro últimos años de su égida, para que los españoles no nos diéramos cuenta de las barbaridades que habían cometido sus gobiernos hasta que le pasara la tierra quemada y los trastos de gobernar a su sucesor, Mariano Rajoy, y poder salvar así su partido, el PSOE, y todos los parásitos que viven a su sombra de la debacle que hubiera acontecido en su formación política, en caso de que la crisis le hubiera estallado, en las actuales proporciones, en sus narices.

Pero lo peor de todo, es que el despilfarro de Zapatero no fue arbitrario, sino selectivo, porque siempre estuvo orientado a favorecer a sus promotores, clientes y seguidores, despreciando a los demás españoles, la libertad y la razón. Él es así, un líder mundial que da lecciones al planeta de hasta donde puede llegar la gilipollez humana y los delirios de un iluminado.

Lo de las declaraciones en Al Jazeera no ha sido casualidad, sino una magnífica forma de despreciar a los españoles, a los mercados internacionales, a los aliados europeos y norteamericanos y a todos los que no vean en este esperpento al próximo líder interplanetario que este mundo necesita. Aunque también, pensándolo bien, tal vez sea en el único lugar que le han permitido seguir diciendo chorradas, para que los musulmanes aprendan como son los occidentales y los españoles, algo así como Zapatero y duerman felizmente tranquilos, sabiendo que si este llegó a Presidente de España, Occidente está al caer, como fruta madura.

Debe tranquilizar mucho no tener un Presidente de Gobierno como Zapatero, no es por nada, que ya dijo Mariano Rajoy que España no es Uganda. Que más quisiéramos, Uganda es un país serio comparado con el vodevil nacional que nos hacen soportar nuestros egregios mandatarios.

Enrique Suárez

jueves, 14 de junio de 2012

¿Quién va a poner orden en España?

"Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justícia" Paul Auster

Quizás esta sea la pregunta que preocupa a más españoles, porque lo que está ocurriendo en España es la constatación de que la farsa política que hemos vivido durante la última década, al menos, no tenía otro objetivo que expoliar a los españoles por tierra, mar y aire. Se mire donde se mire, todo es un ejemplo de corrupción, oprobio y molicie. Da asco lo que cada día contemplamos en los medios de comunicación, no hay país en el mundo en el que la casta política esté más señalada por su usurpación constitucional y del Estado de Derecho, que la española.

Creer que estamos en una democracia con tanto mangante viviendo de representarnos es una estupidez que ya comparten muy pocos españoles. Es que resulta increíble todo lo que estamos viviendo, además en una barbaridad sin fin, no queda institución que no esté tocada por la corrupción. Pero no pasa nada, porque todos los partidos políticos se han aliado para blindarse ante cualquier reclamación.

La última entrega de la farsa nacional es el linchamiento político y mediático del Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar. Quizás, con el agravante de que no debiera ser él, precisamente, el que utilizara los recursos públicos para finalidades privadas, de las que si es responsable, debiera rendir cuentas como cualquiera, pero esta operación recuerda al famoso ventilador de Alfonso Guerra, porque el café para todos siempre era con azúcar: vosotros podréis robar lo que queráis, pero al que trinquen ni una palabra de que todos los demás estamos haciendo lo mismo.

A Alfonso Guerra siempre le ha gustado meter sus zarpas en la justicia española, sólo hay que recordar su: “Montesquieu ha muerto”, para decir que en este país no volvería a haber jamás una justicia independiente del poder político. También debió asesinar al descuido a Chomsky, porque desde hace años los medios de comunicación españoles solo se dedican a campañas de intoxicación y censura pagadas con fondos públicos.

Lo del asedio a la justicia por la izquierda española viene de lejos, no en vano en este país seguimos sin saber quienes fueron los autores intelectuales de la dictadura de Primo de Rivera, el golpe de estado catalán y la semana trágica, la revolución de octubre de Asturias, la guerra civil, el golpe del 23-F, el GAL, el pacto de los faisanes con ETA y el 11-M. Se van acumulando demasiados casos en la historia de España relacionados con algo en lo que acaba siempre surgiendo el PSOE, como para no tener sospechas de que algo inexplicado está ocurriendo en la política, justicia y comunicación pública españolas.

Pero lo que está claro es que por mucho que el señor Dívar haya podido financiarse con dinero público, es una insignificancia comparado con el dinero que se ha desviado por la política española desde fondos públicos a privados, y que haciendo un cálculo a mano alzada no disminuiría de 300.000 millones de euros en los últimos diez años, a razón del 3 % del presupuesto que han administrado los políticos españoles. Pero de forma preventiva, no está de más, para aquellos que han estafado a los españoles, hacer una operación para devaluar la justicia española que pudiera juzgarles, algo que encaja magníficamente con las operaciones de camuflaje a que nos tienen acostumbrados los totalitarios que presumen de demócratas.

Cuando les señalen el dedo de la justicia española que pudiera señalar a los corruptos que han hundido a este país, antes de exigirles responsabilidades por sus innumerables delitos, no se olviden de mirar hacia arriba, porque tal vez la luna ya no esté, porque se la hayan llevado.

Pero sigue causándome una profunda incertidumbre quien va a poner orden en este país, porque así no podemos seguir, con un PSOE que trata de ocultar su miserable existencia pública desviando la atención de los ciudadanos, con un PP que no se atreve a comenzar a exigir responsabilidades, con una justicia contaminada por el ambiente putrefacto, con unas instituciones inservibles, con una monarquía apestada, con un país sin rumbo, en ruinas, con seis millones de parados, abandonado a su suerte por Europa, y una sociedad civil absorta que no sabe exigir responsabilidades a todos aquellos que la han conducido a la pobreza, la miseria, la alienación y el colapso.

Enrique Suárez

martes, 12 de junio de 2012

¿Se pudo evitar la crisis en España?

"En todas épocas, los gobernados han tenido que expiar por la tontería de los poderosos" Jean de La Fontaine


Por supuesto, hubo muchísimas ocasiones que se desperdiciaron inútilmente.

La primera fue cuando en mayo de 2008, Obama llamó a Zapatero para decirle que España estaba en bancarrota, a pesar de ello el contador de nubes, con la inteligencia que ha caracterizado su trayectoria se leyó un libro de Keynes en una tarde y entonces hizo lo que sólo se le ocurre a un superdotado como él: desde una situación asfixiante con la deuda privada en este país, se propuso poner la deuda pública a la misma altura creando una demanda artifical por medio de la inyección de 300.000 millones de deuda, para reactivar la economía. Aquello de los planes E, que sirvió para renovar las aceras que se habían hecho un año antes y otras obras extrañas como piscinas climatizadas en municipios con escasa población y además de la que no frecuenta las piscinas.

Desgraciadamente el milagro no se produjo, y al marcharse sin decir adiós el autor intelectual de la crisis española que había prometido pleno empleo y se fue dejando 5,3 millones de parados, que había negado la existencia de la crisis, y que defraudó a España y Europa con el último déficit, reduciendo más del 50 % sus cifras, estábamos bastante peor, con casi medio billón de euros de deuda pública más después de las geniales locuras de los últimos tres años de tiranía democrática que nos impuso con su presencia. Todo ello para que el PSOE pudiera presentarse a las elecciones como si no hubiera pasado nada, y poder así, seguir ocultando su culpabilidad en gran estafa que han hecho a los españoles.

Realmente seríamos crueles si le atribuyéramos a Rodríguez Zapatero el 100 % de la responsabilidad en la crisis española, dejémoslo en el 80 %, porque hubo otros actores indispensables para que se produjera, en realidad, todos aquellos que pudieron evitarlo, y no lo hicieron, a continuación se mencionan los más relevantes:

1) Una justicia independiente de la política que hubiera hecho respetar la Ley, porque en los últimos ocho años el ministerio fiscal más bien ha parecido un ministerio del Gobierno. Creo que va siendo hora de exigir a la justicia española una depuración de responsabilidades, algo que parece que se trata de impedir, creando nuevas confusiones.

2) Unos medios de comunicación independientes de la política que nos hubieran contado lo que estaba ocurriendo, no censuras e intoxicaciones al servicio del poder; en realidad, durante los últimos ocho años los medios de comunicación españoles han manipulado de tal forma a sus respectivas audiencias que es imposible concederles la presunción de credibilidad, hasta que no se demuestre que no mienten.

3) Una oposición decente que hubiera hecho su trabajo, por el que han cobrado todos los actores de la farsa, que se dedicó a seguir los pasos del ilustre Presidente de Gobierno que nos ha tocado, que por entonces, mientras España se hundía, se dedicaba a leer El Marca

4) Unas autoridades de organismos institucionales que hubieran hecho el trabajo por el que cobran todos los meses que no es pagado por el Gobierno, sino con los impuestos de los españoles, desde la Hacienda Pública, hasta el Banco de España, pasando por todos los organismos de regulación y control de las actividades políticas que, al contrario de lo que era su deber, se dedicaron a maquillar la realidad al servicio del Gobierno, como si estuviéramos en la Unión Soviética de Breznev.

5) Unas entidades financieras públicas denominadas Cajas de Ahorros que se transformaron en Bancos privados después de haberse llevado miles de millones de euros, sin saber quien había sido el autor de sus quiebras, ni donde estaba el dinero que habían estafado a los españoles. Pero lo más ingrato del proceso es que además ni hay responsables, ni se les espera, porque prácticamente todos los partidos políticos y sindicatos están implicados y ya saben ustedes que perro no come perro.

España tiene un grave problema, además de la crisis, y es que todos los mecanismos para resolverla están tomados por el poder que se ha convertido en totalitario y resulta prácticamente imposible cualquier reacción que pueda ayudarnos a resolverla, como no provenga de la sociedad civil manipulada, por la coerción de la propaganda y por la coacción de todos aquellos que, teniendo algo que perder, en caso de que lleguen algún día la luz y taquígrafos de la realidad a descubrir sus miserias, se dedicarán a confundir la realidad y ocultar sus responsabilidades, con el amparo del Gobierno de España.

Así, que sumisos españoles, no nos queda otra más que esperar y rezar –los que sean creyentes- porque no lleguemos a pasar hambre, porque nos vamos a empobrecer aproximadamente un 50-70 % en relación a la situación que los españoles teníamos en 2004 y a nuestros socios europeos en la actualidad. De hecho, en estos momentos un 50 % de los hogares españoles ya tienen serias dificultades que no tenían antes de comenzar la crisis, y se espera que en los próximos meses esa cifra se eleve hasta el 80 %.

Sólo nos queda desear que se detenga cuanto antes el progreso, porque a este paso, como sigan insistiendo nuestros eximios representantes políticos, ya podemos ir buscándonos caverna.

Enrique Suárez

domingo, 10 de junio de 2012

¡Hay que mirar hacia el futuro!

"¡Este país es ingobernable!" Amadeo de Saboya

A la pregunta de un periodista sobre las responsabilidades y responsables de la crisis financiera española, Luis de Guindos, responsable del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España respondió con la lacónica frase que da título a este artículo: “¡Hay que mirar hacia el futuro!”; de esta singular forma, el Gobierno de España manifiesta su voluntad política de amnistiar/se, sobre aquellos o aquello que pudiera estar en el origen de la catástrofe a la que, más absortos cada día, asistimos los españoles.

Recuerden ustedes que en la política española de los últimos tiempos, todo aquello que no tiene explicación, seguramente tiene intención. A mí, personalmente, me preocupan los motivos que puede tener el PP para hacer la vista gorda con todo lo ocurrido en las finanzas españolas, y como dice un amigo, prefiero pensar mal, aunque me quede corto, mientras observo quienes son los beneficiados de la lenidad del partido de Mariano Rajoy, fundamentalmente se me ocurren dos: los banqueros y los políticos, que en el caso de las Cajas de Ahorros que se fusionaron para formar bancos, vienen a coincidir. Evidentemente, como en ese proceso hay representantes de todos los partidos y los sindicatos, creo que el Gobierno se ha amnistiado a sí mismo y a todos los representantes políticos y sindicales.

Sin duda la mayor responsabilidad de la catástrofe que vivimos le corresponde al PSOE que fue el autor intelectual y material del despropósito, pero creo que no se salva nadie, pues en el consejo de administración de Bankia, por ejemplo, estaban representados IU, PP, PSOE, CCOO y UGT y sin su consentimiento y acuerdo, nada se pudiera haber hecho, así que unos como autores y otros como cómplices, se puede decir que todos están en el sarao.

Considero, tras el análisis de los hechos acontecidos durante los últimos seis años, que en España se está representando una magnífica farsa política por parte de aquellos que han detentado y detentan el poder, que ha tenido como consecuencia el empobrecimiento, el paro y el incremento incontrolable de la deuda española después de los despilfarros cometidos, por aquella economía que estaba en la Champions Ligue de las economías avanzadas, algo que posiblemente fuera cierto cuando el contador de nubes llegó al poder, de lo que se deduce que sus proyectos delirantes nos han hundido para siempre, porque la otra alternativa entre aquellas palabras y la realidad que vivimos es que nos hubiera tomado el pelo a todos los españoles, con la intención de estafarnos posteriormente, algo que añadiría alevosía a la insidia de su vesania. No obstante el PP compartió con su ausente oposición complicidad en el descalabro, que tanto leyó Rajoy El Marca que al final me parece que los españoles le hemos pagado el sueldo a la oposición para que se divirtiera mientras gobernaba el PSOE.

Por supuesto, que a nadie se le olvide que la renovación del Pacto del Pardo, o más bien, el nuevo Pacto del Duerno que han establecido entre el PSOE y el PP para ocultar sus miserias, no será exclusivamente sobre las responsabilidades civiles y penales que se eluden en el caso de las entidades financieras estatales que se privatizaron para dejar ricos a algunos pocos y pobres a muchísimos más y que tendrá una agradecida respuesta por parte del PSOE, IU y sindicatos en la protesta social que se realice ante el golpe de Estado encubierto de la partitocracia española para convertirse definitivamente en una aristocracia política.

Prepárense ustedes para escuchar voces en la izquierda española pidiendo guillotinas en las plazas, pero descuiden, la sangre no llegará al río, son tan ladinos estos sinvergüenzas que nos representan políticamente que no solo se han adueñado de los instrumentos de poder para ejercer su coerción y oprobio, sino también de los instrumentos de protesta para hacerlo posible, poniendo sordina al cabreo nacional. Son unos fenómenos, nos toman el pelo desde el poder, desde la oposición, desde los medios de comunicación, desde la justicia, desde las calles, desde el contro absoluto de cualquier reacción del pueblo y después nos convencen de que esta es una democracia de la Champions Ligue, supongo que será de la liga del infierno, en la que llevamos jugándonos nuestras vidas con estos mangantes desde hace 35 años.

Que nadie se atreva a no pensar lo que le dicen desde los púlpitos del poder y la oposición, no se puede poner en peligro una maquinaria de poder tan acabada y perfeccionada, a la que los políticos denominan democracia y los gobernados tiranía, con los años que les ha costado a los representantes políticos convertirla en lo que es, para gobernar este pueblo ingobernable.

¿Acaso no vivimos en el mejor mundo de los posibles?. Dejen ustedes de quejarse de todo y hagan caso al ministro de Economía y Competitividad del Gobierno de España: ¡hay que mirar hacia el futuro!, porque el pasado no existe y si existe, dejará de existir, que para eso existen la censura y el olvido inducido por la enormidad depravada del presente y el apocalipsis trágico del futuro que se avecina

Enrique Suárez

viernes, 8 de junio de 2012

¿Pero quién es responsable de la crisis financiera que vive España?

Sueldo anual de los consejeros políticos de Bankia

"El número de malhechores no autoriza el crimen" Charles Dickens

Vamos a bajar el nivel de acusación para que resulte más fácil dar con los autores intelectuales de la crisis financiera española, porque queridos y sufridos lectores, lo que está claro es que los principales partidos políticos de este país están utilizando la estrategia del calamar para que los españoles no nos enteremos de lo que ha ocurrido realmente, fundamentalmente en los bancos que ayer fueron cajas de ahorros y que casualmente son fruto del Estado mucho más que del mercado, porque todos los que se encargaron de fusiones, reuniones y aglomeraciones, fueron políticos españoles de la mayoría de los partidos (fundamentalmente PSOE, PP, IU y nacionalistas), y también sindicalistas (de UGT y CCOO) que tenían representación en los Consejos de Administración, sin cuya conformidad -de todos ellos- nadie podría haber hecho nada de todo lo que ha ocurrido.

Pero lo curioso es que ahora esos mismos partidos y sindicatos se ponen a parir entre todos creando una controversia bastante artificial y artificiosa que tiene como único objetivo abundar en la ceremonia de la confusión para que jamás se descubran los autores intelectuales del despropósito que nos va a costar a los españoles miles de millones de euros hasta dentro de 20 años, porque gracias a lo acontecido nos bajan la calificación de la deuda, sube la primar de riesgo, baja la bolsa y suben los intereses por la deuda que tendrán que pagar nuestros nietos.

No sé a ustedes, pero a mí me da igual que la responsabilidad sea de los que se fueron, de los que están o de los que vendrán, lo que quiero es que se aclare la situación y comiencen a surgir responsables con nombres y apellidos, cuentas en las Islas Caimán, negocios de los amiguetes y afines, y crecimiento del patrimonio de los interfectos familiares y allegados, en proporción al desfalco que se ha realizado en España en el proceso de bancarización, transformando Cajas de Ahorros (entidades financieras públicas sin finalidad de lucro) en bancos comerciales, proceso en el que se han lucrado legiones de desaprensivos que se encuentran en paradero desconocido.

Sin embargo, como en los mejores “thrillers” se va cerrando el círculo sobre los sospechosos, hace ahora un año, en un artículo titulado: “Las Cajas de los truenos” se denunció en este blog lo que estaba ocurriendo, la entente cordial entre unos y otros para transferir a los ciudadanos el gravamen del proceso de bancarización de las Cajas de Ahorros que tenía por finalidad ocultar todas las miserias cometidas por todos los que tomaron las decisiones. Gracias a la crisis económica que estamos viviendo, afloró a la superficie una de las mayores estafas públicas realizadas en este país y que supera con creces casos conocidos como el de Rumasa o Banesto, o todos los demás casos de corrupción descubiertos durante los últimos treinta años en nuestro país. En realidad, lo que se ha producido es el robo de dinero público para transferirlo a quien se dispusiera desde los organismos que organizaron el despropósito.

Los españoles ya nos hemos hecho una imagen nítida de lo ocurrido, tenemos acorralados a los autores intelectuales de la descarada estafa política que se ha cometido desde el poder, lo único que nos queda por averiguar es quienes son los responsables entre el PSOE, PP, IU, nacionalistas, UGT y CCOO, como principales actores, a los que se podrían añadir figurones afines como Rato o MAFO, y algunos otros consejeros que se han hecho muy millonarios gracias a la ineptitud, negligencia e insidia de los responsables. Sabemos que todos ellos han participado, lo que no sabemos es quienes han sido autores directos y quienes cómplices, es lo único que queda por aclarar en este magnífico putiferio.

Desgraciadamente para todos ellos, esto no se resuelve porque unos le echen la culpa a los otros, sino cuando vayan apareciendo responsables con nombre y apellidos y números de cuenta en los paraísos fiscales, y realmente a los españoles, nos da igual que pertenezcan al PP, al PSOE, a IU, a los nacionalistas, a UGT o a CCOO, lo único que queremos es que dejen de marear la perdiz, porque esa perdiz va a terminar pareciendo un faisán, de tanto enmarañar la cuestión. Si los españoles tenemos que pagar el despropósito, queremos que se devuelva hasta el último euro de dinero público expoliado por los gestores de la catástrofe, en caso contrario, tal vez tengamos que ponernos de acuerdo para cancelar nuestras cuentas en todas las Cajas de Ahorros que se terminaron convirtiendo en bancos quebrados, y comenzar a presentar demandas en los juzgados por estafa contra todos los partidos políticos y sindicatos.

Enrique Suárez

miércoles, 6 de junio de 2012

La prima de riesgo y el riesgo de hacer el primo

"Cuando los gobernantes pierden la vergüenza, los gobernados pierden el respeto" - G.C. Lichtenberg

Los políticos españoles siguen viviendo en su limbo, repartiéndose los privilegios entre las siglas de todos los partidos, mientras los españoles nos repartimos la miseria. Creo que no se están dando cuenta nuestros eximios representantes públicos de que al pueblo español sólo le falta la chispa para iniciar una magnífica reacción en cadena, avivada por las redes sociales y la presión vital que soporta este pueblo, que puede cambiar la realidad de este país para siempre.

No se puede seguir soportando que los partidos políticos, ahora unos y ahora otros, representen las decisiones que oprimen a los españoles y al mismo tiempo, las protestas contra ellas. El corralito del poder se va a acabar. Lo del 15-M solo fue un ensayo general, que terminó mal gracias al secuestro que se realizó de las iniciativas espontaneas de los que protestaban por parte de formaciones políticas organizadas como IU, EQUO y similares, y ridiculizada por su versión más esperpéntica, indigente y altermundista.

La indignación que viene no estará protagonizada por jóvenes sin empleo, parados de larga duración, vagabundos profesionales y errabundos ocasionales, sino por el núcleo duro de la sociedad civil: autónomos, funcionarios, profesores, sanitarios, pensionistas, parados, estudiantes, amas de casa, catedráticos, periodistas, trabajadores amenazados y todo bicho cotizante de este país. No tomará las plazas, sino que acudirá a los lugares en los que se representa la farsa del poder bicéfalo del partido único que gobierna en España desde hace tres décadas, como aquel que se estableció con el Pacto del Pardo, el 24 de noviembre de 1885, entre los dos principales partidos del poder para alternarse en el Gobierno. No estará representada tampoco por sindicatos, ni asociaciones, ni agrupaciones, porque será la sociedad civil de individuos cabreados que se unirá bajo una pancarta y un lema sencillo, sin que nadie la guíe, ni la ampare, ni la manipule: ¡NO ME REPRESENTAN!

No se puede seguir consintiendo que ciudadanos soberanos sean tratados como súbditos por políticos déspotas, ineptos y soberbios, que consideran que gobernar es hacer lo que les salga de las narices, siempre que a ellos no les afecten ni recortes, ni inmundicias. No se puede consentir que tengamos en el poder una aristocracia política en una democracia. No se puede permitir, bajo ningún concepto, ni un instante más, que permanezcan en el poder vulnerando la Constitución Española en sus artículos sobre derechos fundamentales, con la connivencia de la justicia hipotecada al poder y los medios de comunicación al servicio de sus patrocinadores.

La farsa debe concluir y debe hacerlo ya, la última decisión del Gobierno de Mariano Rajoy es un suicidio: negarse a la intervención que propone el G-7 para recapitalizar los bancos españoles en quiebra. Es un suicidio político, porque en su defecto seremos los españoles los que tendremos que pagar con nuestro sacrificio las pensiones multimillonarias de los consejeros políticos que han quebrado las Cajas de Ahorros, transformándolas en bancos para ocultar el estropicio, y también será un suicidio económico, porque España no está en condiciones de elegir el camino de la autarquía, pues su soberanía económica está conculcada por los acreedores internacionales.

La helenización a la que nos conducen las decisiones de los que detentan el poder y la oposición, para representar sus propios intereses frente a los de los ciudadanos, solo se puede explicar, porque el plan presentado por el G-7, inducido por Alemania y aconsejado por la Unión Europea, dejaría a los partidos políticos españoles con el culo al aire, primero, porque los nuevos consejeros de los bancos que ayer fueron cajas de ahorros descubrirían lo que ha ocurrido: el desfalco de las arcas públicas por parte de los partidos políticos españoles y eso no les conviene; y en segundo lugar, porque las formaciones políticas que detentan gobierno y oposición en España se quedarían sin un euro de financiación extraordinaria, algo que no se pueden permitir, porque dejaría sin trabajo miles de apesebrados comensales de su grey. Así que Mariano Rajoy decide que seamos los españoles los que sigamos pagando el estropicio, con tal de no quitarle poder financiero, privilegios y beneficios, a los partidos políticos españoles.

Sería necesario convocar un referéndum para decidir si los españoles quieren seguir pagando más impuestos para mantener al PSOE y al PP –partido único- al cargo de la política española o prefieren su eventual disolución con una intervención europea en los bancos de origen público quebrados por la desmesura e ineptitud infinita de los políticos que los han gestionado, tras descubrirse lo que ha ocurrido con el dinero de los españoles que se ha utilizado, tanto desde la arbitrariedad de consejeros políticos que decidían el despilfarro sectariamente con los que compartían carnet, a lo que se añade las milmillonarias inversiones que se brindaron desde el Estado (con más deuda) para el proceso denominado como "fusion fría" y que ha terminado convitiéndose en una auténtica "fusión tórrida".

La cuenta atrás para la política española, tal como la hemos conocido hasta ahora, ha comenzado; sería aconsejable que los políticos, que dicen representar a los españoles , depusieran su actitud despótica que invita a pensar en una tiranía y aceptaran la solución financiera menos gravosa para el pueblo español, que es la propuesta por el G-7, la UE y la Alemania de Ángela Merkel.

Ni Mariano Rajoy, ni Alfredo Pérez Rubalcaba, ni todos los que les acompañan en la farsa política nacional, tienen credibilidad suficiente para convertir este país en una nueva Numancia, los españoles no estamos dispuestos a seguir soportando sacrificios, para que nuestra aristocracia política siga acumulando privilegios y beneficios. Si deciden seguir adelante haciéndose los patriotas, en España vamos a tener un problema grave, pero les aseguro que va a ser mucho más grave para los que han quebrado este país y pretenden irse de rositas, que para los que estamos teniendo que pagar su orgía de poder.

La hoja de ruta de la insurrección cívica está diseñada, solo falta una razón, un motivo compartido por la mayoría para ponerla en marcha, cuando los políticos son la causa de nuestros problemas y no de las soluciones a los mismos, los que sobran son los políticos que incumplen con su palabra, que nos estafan, que nos toman el pelo y que nos tienen hartos.

La desmesura de los gobernantes que no entran en razones, sólo tiene una única salida, la insurrección del pueblo que gobiernan, que puede ser más o menos alocada o violenta, en proporción al daño recibido, este país tiene seis millones de parados, ha perdido desde 2004 un 30 % de poder adquisitivo, la gente está aceptando condiciones laborales inmorales, no porque los contratantes sean unos negreros, sino porque su situación es tan precaria como aquellos a los que contratan. Algunos no se han enterado todavía del estallido social que se está incubando en este volcán que humea, llamado España. Tal vez, cuando se enteren, sea demasiado tarde... para ellos.

Enrique Suárez

martes, 5 de junio de 2012

Elogio del olvido histérico


Hace años, leí que un ser humano que no tuviera la capacidad de recordar no podría vivir ni un día de forma independiente, pero ese mismo ser humano, si no pudiera olvidar nada de lo que ocurre en su vida, se terminaría volviendo loco. No es bueno recordar todo, por tanto, y la manera de seleccionar lo que recordamos y lo que olvidamos depende, habitualmente, de su utilidad, aunque también recordamos mejor lo que nos asombra que lo que se repite constantemente, lo extraordinario mejor que lo ordinario. Aunque, no muchos saben, el olvido también puede ser inducido, de forma interesada.

Hubo algunos casos de mnemonistas que asombraron al mundo, por su memoria eidética o fotográfica, siendo capaces de recordar cosas que al resto de los mortales nos resultaría imposible. Celebres casos fueron los de Alexander Lorayne, Kim Peek, o Solomon Shereshevski. También algún caso de grandes maestros de ajedrez que eran capaces de recordar el desarrollo de varias partidas simultaneas con todas sus jugadas.

Sin embargo de lo que quiero hablarles no es de la memoria, sino del olvido, fundamentalmente del olvido histérico, también conocido en ocasiones como amnesia selectiva. Quizás sea el mayor problemade este país, que no somos capaces de recordar con claridad lo que ha ocurrido durante los últimos años, todavía no se le ha ocurrido a ningún periodista o escritor contarnos la historia de España desde el 11-M de 2004 hasta la actualidad. Durante estos años España se ha convertido en un engendro, fundamentalmente porque “el contador de nubes” se dedicó por todos los medios a cumplir su profecía, que España era una cuestión discutida y discutible, se puede sentir orgulloso porque logró su objetivo, hoy todo el mundo discute sobre España y su futuro, posiblemente esto sea el progreso: 5,6 millones de parados, una economía quebrada, un déficit astronómico, una deuda galopante y un vago recuerdo de no hace tiempo alguien que luego fue ministra de sanidad, nos dijo que el principal problema de la economía española era que el PIB era masculino.

¿Cómo se nos han podido olvidar la desaceleración, la negación de la crisis de Solbes ante Pizarro, la champions ligue de la economía mundial, los coches eléctricos, los brotes verdes, las bombillas de bajo consumo, la tierra del viento y la conjunción interplanetaria? ¿Recuerdan ustedes como se llamaba el Presidente del Gobierno que hundió España? ¿Saben acaso a que partido político pertenecía? ¿Cómo se nos pueden olvidar estas cosas que son el origen de la quiebra de este país? ¿Cómo podemos seguir crispándonos con Europa si no somos capaces de crisparnos contra los autores del siniestro total?

¿Saben ustedes que los gobiernos del contador de nubes administraron casi nueve billones de euros de presupuestos durante los años que estuvieron en el poder? Y que tan solo en los últimos cuatro años se gastaron medio billón de euros de deuda, para tapar el estropicio, incrementando el riesgo-país hasta la cuenta atrás, exclusivamente para que no se notara lo que habían hecho y seguir ganando elecciones engañando a todo el mundo.

¿Cómo hemos podido olvidarnos de José Blanco, aquel ministro tan simpático que confundía los “concetos” con las témporas, y desde su sectario analfabetismo repartió miles de millones de euros según el criterio que le brindó la Divina Providencia, hasta acabar imputado por un caso de corrupción que lo convirtió en un campeón de la inmoralidad?, sí, aquel que nos decía que los españoles habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades en los últimos años, evidentemente supongo que se referiría a los socialistas, porque en la historia mundial jamás semejante recua de incapaces fue mejor pagada. En el caso de Blanco, habiendo resultado imputado por corrupción, debería realizarse una auditoría general por parte de una entidad independiente para descubrir cuantos más casos de corrupción se organizaron desde el Ministerio de Fomento. Quien no se corta para hacerlo una vez, supongo que lo habrá hecho ciento.

Los españoles sin carnet, vivimos por debajo de nuestras posibilidades, desgraciadamente, y peor que se va a poner la cosa, porque la herencia del socialismo la vamos a pagar a plazos durante los próximos veinte años, pero lo que más me fascina de todo es que entre los humildes socialistas (la humildad es soberbia fingida en este caso), no ha salido ninguno para decir al os españoles que lo hicieron mal, reconocer sus errores y al menos pedir disculpas por todo lo ocurrido, no, lo que se les ocurre es culpar a Alemania de nuestro males, a los mercados, a la derecha, y en último extremo a todos los españoles, criminalizando a este pueblo de sus equivocaciones, por que como va a equivocarse un socialista, eso jamás se vio sobre la tierra española.

En fin, yo ni olvido ni perdono, exijo responsabilidades a los autores de la crisis en la que estamos viviendo, quiero ver a Zapatero en la cárcel o en un manicomio, no se puede ser tan infame para marcharse sin decirnos adiós después de la que ha armado, de como nos ha dejado, sin contar lo que nos queda por delante.

Advertencia a los españoles, si no reclamamos ahora a los responsables de la crisis todo lo que corresponda por sus desmanes, estamos aceptando y asumiendo que cualquiera puede hacernos cualquier cosa desde el poder, esa reclamación tenemos que hacerla los ciudadanos damnificados directamente, porque si esperamos que la haga el PP o los medios de comunicación, que a lo único que se dedican es a tratar de que no intervenga Europa las entidades financieras públicas que fueron privatizadas en quiebra, sin que se supiera quienes las habían quebrado, porque entonces se quedarían sin un euro para seguir haciendo chanchullos, pesebres y corrupciones.

Lo peor de los que están ahora en el Gobierno, es que no solo no van a salvarnos de la que está cayendo, sino que encima vamos a tener que agradecerles que nos empobrezcan un 25 % a todos los españoles, para tapar el desfalco del PSOE, ese que se rasga las vestiduras por defender el Estado de Bienestar que se cargó sin piedad, ni miramientos con sus despropósitos y corrupciones.

Como para olvidarse está la cosa. Esta es la memoria histórica que realmente nos interesa a los españoles. Va siendo hora de verles desfilar ante los tribunales, pero a cientos, no de uno en uno. Y que devuelvan lo que se llevaron.

Enrique Suárez

lunes, 4 de junio de 2012

Epi y Blas te explican la crisis


"Lo que más me inquieta es que en España todos se preguntan: ¿qué va a pasar? Casi nadie se pregunta: ¿qué vamos a hacer?" Julián Marías


- Hola Blas, ¿qué tal todo?
- Hola Epi, bien
- Oye Blas, ¿qué es la crisis?
- No es fácil explicarlo, mmmmmm, pero lo intentaré
- Bueno, si quieres lo dejamos para otro día
- No mejor, hoy, Epi, lo primero para comprender la crisis es saber si es una causa o una consecuencia
- ¿causa o consecuencia?
-Si Epi, si se confunde esta cuestión, como hacen los medios de comunicación y los políticos en España, entonces no se llega a ninguna conclusión, por eso es muy importante
- ¿Y qué es la crisis?, Blas, ¿una causa o una consecuencia?
- Pues las dos cosas, Epi, las dos cosas
- ¡Ah!, ¿y cómo puede ser dos cosas al mismo tiempo?
- Pues por qué hay que entenderlo a lo largo del tiempo, como las estaciones, en primavera las flores florecen, en otoño caen las hojas de los árboles, en verano hace calor y en invierno, frío
- No entiendo nada, Blas
- Pues como la mayoría de los que hablan de la crisis, es decir, todos los españoles y muchos tertulianos que imitan a los loros, no te preocupes por eso Epi.
- Pues a ver si logras explicármelo
- Mira Epi, te lo he explicado ya, pero no te has enterado, de eso se trata la política y la comunicación política, de explicar las cosas para que no se entiendan, como te ha ocurrido ahora mismo
- ¡Ah!, ¿es cómo un juego o algo así?
- Pues sí, mira la crisis tiene unas causas, pero como los causantes no quieren que se sepa que han sido ellos los autores, entonces deciden echarle la culpa a la propia crisis de su incapacidad para resolverla cuando ni lo han intentado, haciendo todo lo posible para que la gente piense que la crisis es algo material que ha causado todos los males, cuando en realidad la crisis es la acumulación de todos los errores de los causantes.
- Oye Blas, no sé si lo comprendo, a ver, eso es como cuando un conductor se estrella con su coche por qué va borracho y no controla, y le echa la culpa a la carretera del accidente, más o menos.
- Exactamente, Epi, algo así, pues imagínate que el coche se llama España y el conductor Zapatero-Rajoy y la carretera Europa, y habrás comprendido lo que pasa.
-Gracias Blas, tengo que recordarlo, hay que distinguir entre causas y consecuencias, que si no todo se acaba confundiendo.
- Adios Epi
- Adios Blas

Enrique Suárez

viernes, 1 de junio de 2012

Los autores intelectuales del apocalipsis español


"Cuando los gobernantes pierden la razón, los ciudadanos tienen una magnífica ocasión para recobrarla"

Si un trabajador no llega a la hora durante una semana seguida, sin causa justificada, puede ser despedido; si un político derrocha lo que no está escrito, le hace un favor a un amigo con una subvención, le arregla para su cuñado un problema de recalificación de terrenos, coloca al hijo de su hermana en un puesto de la administración, acepta un regalo de unos cuantos miles de euros en una cuenta de Suiza por los favores prestados al cacique del lugar y además es un inepto soplagaitas que no sabe hacer la o con un canuto, al que le gusta sonreir como un idiota, mientras le exigen responsabilidades, no pasa nada. Así es la política, al menos en España, para aquellos que les gusta recordarnos que tenemos una Constitución y un Estado de Derecho, para lo que nos sirven a los ciudadanos.

El grave problema que atraviesa este país es moral, tanto porque se han dinamitado los valores y principios que hacían de la profesión política una actividad honesta, como por que los ciudadanos están desmoralizados ante tanta cochambre y corrupción. Aunque nadie le dé importancia a este problema es el más grave que tenemos los españoles, porque si las estructuras que sostienen las instituciones del Estado tienen aluminosis, no solo se irá al olvido la primera empresa del país, sino el órgano administrativo que rige la gestión de la mayor parte de servicios y órganos que regulan la vida pública. En estos momentos no está en peligro el Estado del Bienestar, sino el propio Estado.

La cuestión más importante para nuestro porvenir, es la de tratar de averiguar que ha ocurrido con los nueve billones de euros en recursos que ha administrado el PSOE durante los últimos ocho años, ocho billones por impuestos y un billón por deuda, no es baladí la cantidad; sería necesario investigar, tras haber comprobado que los órganos de vigilancia de cuentas del Estado han sido vulnerados por numerosas operaciones financieras, si fueron correctamente gastados, porque sospecho que no ha sido así, de lo que se deduce que hay responsabilidades políticas, civiles y posiblemente, penales que se están ocultando a los españoles por acuerdo establecido entre los dos grandes partidos del país, el gran duerno nacional, para ocultar sus miserias mutuamente.

El PP de Mariano Rajoy, que ahora tiene dificultades para obtener 20.000 millones de euros en los mercados internacionales para tratar de resolver el desfalco político que se ha hecho de Bankia (de los 100.000 millones de euros que necesitan todas las entidades financieras), o los 60.000 millones de euros que necesitan las autonomías para no morir de asfixia (de los 200.000 millones de euros que necesitan para su saneamiento), está mostrando una artera complicidad con el desmadre del PSOE durante los últimos ocho años, y soporta estoicamente las patadas fuera de lugar con que cada día nos sorprende el partido de Rubalcaba. Salvo que esté implicado demasiado en las barbaridades económicas que se han cometido cuando el PSOE gobernaba, no se encuentra explicación para su lenidad y ausencia en la reclamación del dinero público que ha desaparecido en este país, que se cuenta por cifras que superan cientos de miles de millones de euros.

En Grecia, el PASOK, que es el partido socialista de aquel país ha obtenido en las últimas elecciones un 13 % de los votos y no serán mucho mejores los resultados que obtenga en las próximas encuestas. En Italia, hace veinte años se disolvió el PSI, y Bettino Craxi, su líder se tuvo que exiliar en Túnez, donde posteriormente falleció. España no es diferente, el PSOE es el responsable máximo de los problemas económicos que tenemos en España, que además trató de ocultarlos gastándose medio billón de euros de deuda en la última legislatura, no importándole para nada la situación en la que dejaría el país a los que vinieran detrás.

Es inaudito que el PSOE y el PP, en coalición de intereses contra los ciudadanos españoles, nos impongan el apocalipsis, exclusivamente para guardarse sus vergüenzas, habiendo declarado una amnistía política, consensuada y soterrada, para todos los desmadres políticos y económicos que han acontecido. No se puede admitir bajo ningún concepto que la inmunidad política conduzca a la impunidad jurídica, contra el Estado de Derecho y la Constitución Española de 1978.

¿Por qué Mariano Rajoy no propone hacer una Auditoría General del Estado desde el año 2004 hasta ahora? ¿Qué poderosas razones impiden que se recobre el dinero despilfarrado, evadido, y olvidado que se gastó el PSOE mientras gobernaba? Sólo contemplo una razón: que el PP esté tan corrupto como el PSOE y por eso no quieran tirar de la manta. Desgracia para España, tener un partido único gobernando alternativamente en cuestiones de chapuzas económicas y corrupciones, que sin la más mínima legitimidad ha decidido que seamos los ciudadanos de a pie los que paguemos la fiesta que se han pegado los compañeros y compañeras a costa del deterioro de nuestra vida, y los del PP, que estuvieron ocho años mirando a la luna de Valencia, porque algo recibirían del negocio público de estafar a los ciudadanos desde las instituciones del Estado. Sin olvidarnos de las entidades financieras, fundamentalmente las politizadas Cajas de Ahorros que se transformaron en bancos quebrados, después de haber recibido cientos de miles de millones de euros del Estado para resolver su desastrosa gestión.

Creo que a la larga, en esta cuestión nos ocurrirá lo de siempre, gracias a la justicia corrupta que tenemos en este país y los medios de comunicación que callan más de lo que cuentan, para seguir recibiendo subvenciones, nunca sabremos quienes fueron los autores intelectuales (es un decir) que hundieron este país, como ocurrió en el 23-F, en el GAL, en el 11-M y en los grandes casos que la justicia nos ha hurtado a los españoles, gracias a su dependencia del Estado. La verdad que en estos tiempos da mucha vergüenza ajena ver a “políticos” (o estafadores), “banqueros” (o sucedáneos), “jueces” y “periodistas” (al servicio del que paga), tratando de ocultar sus miserias, para que no sepamos que son los autores intelectuales de la nuestra

Si no queremos que se sigan reproduciendo los desmanes, es hora de exigir responsabilidades, caiga quien caiga, y cuantos más caigan, mejor.

Enrique Suárez

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