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jueves, 7 de julio de 2011

La propaganda del PSOE: un híbrido totalitario entre el leninismo y el nacismo


Ante la extraordinaria campaña propagandística que se avecina, mientras nos quede libertad, será bueno prepararse para lo que acontezca, con una serie de capítulos dedicados a la propaganda política. Alfredo P., antes Rubalcaba, es el candidato designado por el comité central del PSOE en unas hegémonicas primarias que jamás se celebraron. Independientemente de las características del personaje, del que nos hemos ocupado en ocasiones anteriores, hoy quiero hablarles del aparato de propaganda del PSOE, una de las maquinarias de persuasión mejor organizadas de este país, no en vano, cuando la gente se pregunta como con cinco millones de parados, con un país que ha pasado en siete años a cuadruplicar su deuda, e incrementar el déficit del PIB en más de diez puntos, con indignados y acamapados, tras unas elecciones en las que han perdido más del 80 % del poder, con los resultados electorales más bajos de su historia, puede permanecer en el Gobierno, sin duda es gracias a la propaganda y al control exhaustivo de los medios de comunicación con dinero público.

Recordemos que el PSOE llegó al gobierno en 2004, tras una infame campaña urdida por las huestes de Rubalcaba, (Alfredo P.) el que pedía un gobierno que no nos mintiera, para alcanzar el poder y tras ello mentir a los españoles como nadie lo había hecho desde que Fernando VII pronunció aquello de “amor a su pueblo” el Pacto del Pardo entre Cánovas y Sagasta, o el gobierno socialista que patrocinó el GAL, aquel grupo al que Rubalcaba negaba su existencia. El no a la guerra de Irak (0 muertos) no se repitió en su furia contra la de Afganistán (100 muertos) o la de Libia.

La campaña electoral de 2008 pasará a la historia de España como aquella en que un partido ha mentido más a sus ciudadanos para alcanzar el poder, desde la negación de la crisis económica por parte del pirata Solbes, hasta la defensa de la alegría contra los cenizos, de los que se han organizado el trincadero de la SGAE, a los que ahora Zapatero no conoce de nada. Del pleno empleo hemos pasado al pleno desempleo, con cinco millones de parados, de los motivos para creer a los motivos para correr, del por todo lo logrado al por todo lo malogrado, pero todavía se aferran en el PSOE al poco poder que les queda, como garrapatas o sanguijuelas, sabiendo que el principal escollo para que comiencen a resolverse todas las crisis, es su presencia en las instituciones.

No me gusta el PSOE nada, en primer lugar porque jamás ha respetado la democracia, en segundo lugar porque ha sustituido la verdad plural, por la verdad socialista en una maniobra sectaria sin precedentes y en tercer lugar porque se ha encargado de “analfabetizar funcionalmente” a grandes sectores de la población, para posteriormente intoxicarlos con la revelación de sus dogmas. El socialismo es un enemigo de la libertad, que defiende la igualdad desde la envidia y la pereza, desde la ineptitud y la extravagancia, desde una operación destructora de todos los elementos que conforman la estructura social. La pobreza en España era en 2004 del 19,7 %, actualmente se aproxima al 23 %. El nivel cultural medio de los españoles, que en 2004 no era bueno, en 2011 es absolutamente pésimo. Sin trabajo, con deudas, con un 50 % de paro juvenil (con elevados niveles de formación, mayores que los que ocupan los puestos por designación política en la mayoría de los casos), tenemos sembrado, si no se malogra, el próximo triunfo de Alfredo P.

Mientras los indignados acampan en las plazas y el PP de Mariano Rajoy sigue de vacaciones, acometemos uno de los periodos más interesantes de la historia de la democracia española. En la que el enfrentamiento político no se producirá entre el PSOE y el PP, sino entre los aparatos de propaganda del PSOE y el PP, dispuestos a atraerse la confianza para sus respectivas formaciones de los electores desesperados y desamparados.

De Breve reseña sobre la propaganda contemporánea extraemos las reseñas que siguen sobre el socialismo y el nacional socialismo.

La justificación de la acción propagandística por el socialismo

Para Lenin, los proletarios no tenían posibilidades de adquirir por sí mismos la conciencia de la explotación capitalista. El proletariado sólo podría alcanzar una "conciencia sindical". De acuerdo a este razonamiento, el pueblo no se transformaría en revolucionario por iniciativa propia sino que serán los intelectuales de la elite política los que tendrían el deber de despertar la conciencia revolucionaria de las clases proletarias. Esta elite al frente del partido es la que realmente tendría la inteligencia de poder anticiparse a la historia.

La masa sólo posee fuerza ciega y espontánea. Este postulado justifica la misión "educativa" que se le otorga a la propaganda dentro del sistema soviético. Desde esta perspectiva, la masa y el partido son complementarios, porque el uno no puede actuar sin el otro. La masa aporta la fuerza, la espontaneidad y el partido forma la conciencia revolucionaria. Sin embargo, la posibilidad de comprender la historia le otorga al partido una superioridad moral sobre la masa. Tal superioridad estaría apuntada en el deber de salvar a los proletarios, y, en última instancia, a la especie humana.

Cuando en 1917 los bolcheviques acceden al poder, uno de los primeros objetivos es crear OSVAG, un organismo en el que trabajaban propagandistas y agitadores.

Propagandista

Aquellas personas cuya misión es transmitir una gran cantidad de ideas a un grupo reducido de personas. El método utilizado se denomina "Revelación política" y consiste en relacionar un hecho puntal con el contexto general de la doctrina. Por ejemplo: "la gente no va al cine por que no tiene plata, y no tiene plata por culpa del FMI."

Agitador

A la inversa de los propagandistas, inculcaban pocas ideas a un número importante de personas. El método utilizado en este caso se denomina "Voz de orden". Las voces de orden suelen expresar objetivos a través de un "slogan" que actúa como control emotivo. Sin embargo, la voz de orden tiene un trasfondo racional. Por ejemplo: "Unidad del proletariado".

El partido nacional-socialista obrero alemán (N.S.D.A.P.)

La efectividad de la propaganda del Tercer Reich se logró sobre una compleja organización centralizada que cristalizó los postulados teóricos en un sistema de control que intetaba no descuirdar ningún frente. El objetivo era, naturalmente propagar el "nuevo credo".

En su libro, "Mein Kampf" (Mi lucha), Hitler da gran importancia a la propaganda no sólo como medio para obtener el poder sino también para conservarlo. En él se afirma:

"Toda acción de propaganda tiene que ser necesariamente popular y adaptar su nivel intelectual a la capacidad receptiva del mas limitado de aquellos a los cuales está destinada. De ahí que su complejidad intelectual deberá regularse tanto más hacia abajo, cuanto más grande sea el conjunto de la masa humana que ha de abarcarse (…) La capacidad receptiva de la gran masa es sumamente limitada y no menos pequeña la facultad de comprensión. En cambio es enorme su falta de memoria. Teniendo en cuenta todos estos antecedentes, toda propaganda eficaz debe concretarse sólo a muy pocos puntos y saberlos explotar como apotegmas hasta que el último hijo del pueblo se forme una idea de aquello que se persigue"

Estas palabras dan pie a la famosa consigna de Goebbels: "para convencer hay que afirmar, repetir y dar ejemplos".

En su libro, Hitler destacó también la importancia del orador. Describió en él, una técnica intuitiva que aplicaría con éxito en numerosas oportunidades: lo primero que hacía era refutar lo que le iban a decir, y ante la perplejidad del adversario podía ya exponer tranquilamente su mensaje.

El 13 de mayo de 1933 fue creado el Ministerio de Reich para la Educación del Pueblo y la Propaganda. La organización de esta institución pone en evidencia la enorme importancia que el Tercer Reich otorgó al control de la opinión pública como herramienta de gobierno.

Este ministerio, conducido por Goebbels, estaba dividido en varias secciones que cubrían la vastas áreas vinculadas a la cultura y a la comunicación: crear lemas, divulgarlos y educar al pueblo en la doctrina.

Adaptación por el socialismo de los postulados nazis y leninistas a la España del siglo XXI

No se podría explicar la permanencia del PSOE en el poder sin la propaganda, la extorsión informativa, la divulgación de falsedades, la intoxicación continuada de la opinión pública, la censura, el pesebrimos de los medios de comunicación y una parafernalia propia de otros tiempos, que se subvenciona con dinero público.

La batalla por el poder en España se desarrolla esencialmente en el campo de la comunicación, la coacción y coerción de la opinión pública. La propaganda y la agitación son los elementos fundamentales para que el socialismo alcance, se mantenga y trate de perpetuarse en el poder. El socialismo jamás triunfaría en unas elecciones sin recurrir a la propaganda propi y la censura y denostación de los contrarios, sin intoxicanos con mentiras, sin persuadir del miedo a sus rivales y sin una población, extraordinariamente desinformada que recibe las consignas y los lemas socialistas, como los cristianos de la Edad Media recibía las verdades reveladas. La democracia para los socialistas es exclusivamente un instrumento para alcanzar el poder, que reclaman cuando están en la oposición y tratan de eliminar, discretamente, cuando se encuentran en el poder.

A lo largo de estos años se han expuesto diversos artículos en este blog sobre la penetración del PSOE en la opinión pública española, a la que mantiene tan cautiva como no se recuerda desde el franquismo. El PSOE ha mantenido como máxima estrategia la destrucción de toda la estructura social existente, creando una masa amorfa alienada, anómica y alejada de la realidad política, que es la más vulnerable a su propósito de persuasión, en la que cultiva con esmero sus ideas fuerza: “la derecha es enemiga del pueblo”, “la sociedad debe prevalecer sobre cualquier otra condición humana”, “el socialismo es bueno y generoso con los más desafortunados”, “el socialismo es progreso”, “el socialismo dice la verdad”, “los socialistas somos honrados”.

Aunque la realidad nos haya demostrado en numerosas ocasiones que todos estos lemas son solemnemente falsos, los electores socialista se olvidan y siguen creyendo, porque están atrapados por la propaganda de que cualquier política que no sea socialista va a perjudicarles. Las capas más desinformadas de la población son vulnerables al mensaje socialista, perfectamente ampliado por los sindicatos y colectivos subvencionados por el Estado con dinero público, en realidad agentes comerciales a sueldo del Gobierno en la expansión de las verdades reveladas por el socialismo. No en vano se calcula en alrededor de 100.000 personas en este país pagadas con sueldos públicos, con el principal objetivo de expandir las verdades socialista y denostar cualquier otra alternativa. Además de todos los medios de comunicación creados y subvencionados a lo largo de las últimas décadas, con publicidad institucional, muy por encima de la que correspondería a su número de lectores, oyentes o televidentes.

En cuanto al emergente espacio de internet, será extraño que no se encuentren ustedes algún detractor de cabecera en los principales blogs, foros, muros, o espacios sociales de la red, dispuesto a negar cualquier evidencia, con los recursos más peregrinos que han sido expuestos en el diccionario de falacias de García Damborenea. Habitualmente se presentan varios, convocados por las redes sociales que ponen en práctica el recurso establecido por Trotsky de caminar aparentemente separados y golpear juntos.

El PSOE es el principal enemigo de la libertad que tenemos en España y el más pernicioso de todos gracias al poder y dinero que ha acumulado y expandido en los últimos siete años, al tiempo que se ha extendido fuera del poder en afines grupos mediáticos que le deben su existencia y beneficios, creando una red de acción dispuesta a acometer de forma inmediata, la tarea de ocupar los espacios de información en los que se construye la opinión pública.

Una sociedad desinformada e intoxicada, no puede ser una sociedad libre, y en una sociedad que no sea libre no puede existir democracia, todo es demagogia, desmesura y depravación.

Enrique Suárez

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