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viernes, 13 de julio de 2012

Catalunya, al capdavant de la corrupció



El prufasò Nibey Sé, uno de los fundadores de Ciudadanos en la Red, nos ha remitido un dilema moral que fluye en estos momentos por las siempre estimadas tierras catalanas. ¿Realmente es lícito considerar que un pobre ex-consejero de gobernación de ERC, que defiende la independencia de Catalunya es un contrabandista cuando a quien estafa es al Estado español?. Lo único que está favoreciendo es el comercio libre del yugo fiscal español entre dos comunidades de habla catalana. Este hombre es un patriota catalán que debería recibir homenajes y alguna medalla porque gracias a su compromiso con la causa de la independencia catalana hoy se puede decir: ya no es necesario que nos roben en Madrid, hemos logrado la independencia en la corrupción, que nos roben los patriotas catalanes, que son de los nuestros.

¿Por qué los problemas políticos de España no tienen solución?


En este verano de 2012, los españoles estamos conociendo, al fin, cual es el principal problema que tenemos en este país: los políticos que dicen representarnos, y que en realidad sólo representan los intereses de sus respectivos partidos con nuestros votos.

Si Zapatero actuó como un infame con el bienestar de los españoles cuando decidió gastarse la riqueza del Estado en las chuminadas que se le ocurrieron, no está siendo menos infame Mariano Rajoy, cuando está ejerciendo la coerción desde el poder de hacernos pagarlas a los españoles, sin mostrarnos a los autores intelectuales del desfalco nacional.

El problema fundamental es que la política en España ha dejado de ofrecer soluciones a nuestros problemas para convertirse, sin duda, en el primer problema que estamos obligados a resolver los españoles sino queremos seguir viviendo en un país donde ya pagamos más impuestos proporcionalmente que en ningún otro de la Unión Europea, para tener los políticos más miserables de todo el continente. No puede aceptarse bajo ninguna ley de generosidad que todos los españoles estemos condenados a pagar el putiferio que se han montado nuestros eximios representantes.

Cuando la deuda total de España se aproxima a los 4 billones de euros, de los que 1 billón de euros será la deuda pública para el próximo año, no podemos aceptar que la única idea del Gobierno de Mariano Rajoy sea volver a subir los impuestos, porque eso sólo traerá una contracción del consumo, y consecuentemente de la producción, que nos hará introducirnos aún más en la recesión, al no haber posibilidades de que el crédito fluya y este país esté de caudales más seco que el desierto de Atacama. Rajoy ha mentido a los españoles igual que lo hizo Zapatero, pero con el agravante de que llueve sobre mojado, porque si los españoles han votado masivamente al PP era para quitarse al PSOE de encima, no porque Mariano Rajoy levante pasiones electorales, y porque había prometido que no subiría los impuestos para ganar las elecciones con esa mayoría absoluta.

¿Hasta qué punto estamos obligados los españoles a cumplir con unos decretos gubernamentales cuando los emite un Gobierno que nos ha mentido?, las mentiras del Gobierno del PP le han deslegitimado para liderar la salida de la crisis económica de este país, tanto como las mentiras del PSOE le deslegitimaron para seguir gobernando.

Pero el problema fundamental es que los españoles no podemos esperar ninguna solución de los políticos que dicen representarnos, sino más problemas, a los de Zapatero se suman hoy los de Rajoy y mañana de los que vengan. Por tanto habrá que tomar decisiones para romper con este sistema corrupto de poder que tenemos en España, que no satisface a nadie e indigna a todo el mundo. Si no hacemos nada estamos condenados a sufrirlos por el resto de nuestros días y al mismo tiempo, a seguir quejándonos eternamente de que esto no puede seguir así.

La capacidad de los políticos españoles para resolver nuestros problemas es nula de toda nulidad, es más fácil que un burro toque con una flauta travesera el Claro de Luna de Bethoven, que el Gobierno de Mariano Rajoy resuelva la crisis económica que heredó de los Gobiernos de Rodríguez Zapatero. Deberíamos tener en la Constitución Española una figura jurídica como el “impeachment” de los Estados Unidos y Reino Unido, por el que si un presidente o alto cargo miente y se demuestra está obligado a marcharse. Nos habríamos ahorrado muchos disgustos. Aunque dada la deriva que han acometido los representantes políticos españoles creo que la mejor alternativa para que en el futuro no nos sigan tomando el pelo, riéndose de nosotros y viviendo por encima de sus posibilidades mentales para que los españoles paguemos después los errores que cometan, es hora de establecer entre todos algunas fórmulas de GOBIERNO LIMITADO, porque no se pueden dejar en sus depauperadas inteligencias las decisiones que mañana tendremos que seguir pagando, cuando se vuelvan a equivocar.

Urge establecer un poder judicial independiente del poder político por completo y la mejor fórmula es la inventada por la democracia clásica griega: el sorteo. Tanto para el Tribunal Supremo, como para el Tribunal Constitucional, como para el Consejo General del Poder Judicial, así como para todas las Juntas Electorales, entre los candidatos posibles cualificados para ocupar esos puestos, se realiza un sorteo y los que salgan elegidos estarán obligados a ocupar los mismos durante un tiempo, salvo causa justificada que lo impida. De esta forma sí tendríamos un poder judicial independiente como establece nuestra Constitución. En la encuesta que se viene realizando en Ciudadanos en la Red, de 482 votos emitidos, 475 (98 %) apoyan una justicia independiente del poder político.

En cuanto a las votaciones electorales, es necesario retirar todas las barreras que facilitan la presentación de candidaturas desde los partidos políticos y dificultan las de cualquier otra opción, para que cualquier ciudadano que reúna mil firmas pueda hacerlo a todos los cargos representativos del Estado.

Por último, se debe establecer una ley de medios de comunicación que permita retirar la licencia de publicación a los medios de comunicación que reiteradamente intoxiquen a los españoles con sus informaciones, con un gradiente de sanciones correspondiente como estar obligados a publicar diariamente en primera página la relación de las causas judiciales abiertas por difamación o intoxicación, en las que estén inmersos, y si son medios audiovisuales a reiterarlas todos los días en las horas de máxima audiencia. Asímismo, deberán implementarse algunas alternativas para evitar que la censura siga haciendo invisible la auténtica realidad que se vive en la España real, mientras se promociona la delirante versión que beneficia exclusivamente a los representantes políticos.

Estas son algunas ideas para que los españoles podamos alcanzar algún día una democracia normalizada que nos aparte del régimen despótico en el que estamos condenados a vivir, hacerlo posible es una cuestión de todos, porque si no nos ponemos de acuerdo en poner trabas a que nos sigan amargando la vida los representantes políticos de los partidos españoles, entonces será de justicia que sigan haciéndolo, para eso somos tan lerdos que se lo permitimos aunque nos hayan defraudado por completo.

Enrique Suárez

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