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domingo, 31 de agosto de 2008

No hay que pasar página, señor Zapatero

Hay que especializarse, no queda otra. Ahora que los niños ya no escriben cartas a los Reyes Magos o Papá Noel, porque prefieren enviarle un correo electrónico a la ONU quejándose de la Guerra de Irak, la crisis económica que les impide cambiar el patinete, y el hambre de otros niños que hay por esos mundos, he decidido dirigirme periódicamente a nuestro Presidente del Gobierno, para presentarle mis quejas por sus habituales meteduras de pata y mis felicitaciones por sus escasos aciertos.

Hay algo que me preocupa, y es que en este país hay una fuerte tendencia a pasar página con lo ocurrido con Zapatero y su gente, y los países que pasan página deprisa sobre las arbitrariedades y barbaridades, terminan pronto su historia y la de España es demasiado larga para erradicarla.

No creo que los españoles debamos pasar página sobre la politización extrema de nuestra existencia que nos ha traído el partido socialista, sobre la corrupción sectaria de afines al PSOE que han ocupado toda la administración y la gestión de los servicios públicos, sobre la corrupción económica que entre otras cosas ha conducido este país a una crisis sin precedentes del sector de la construcción y los sectores financieros.

No creo que debamos pasar página sobre la violencia de Estado, en su faceta de género, que ha llegado a distinguir jurídicamente hombres de mujeres en relación al mismo tipo de delito, no creo que debamos callarnos sobre el incremento de la criminalidad que hace que dos millones y medio de españoles sean potenciales víctimas de un acto criminal el próximo año.

Tampoco pienso que debamos callarnos sobre el totalitarismo en el que estamos viviendo con diversos frentes organizados en los que se mezclan el poder legislativo, judicial y ejecutivo con el mediático y el financiero para organizar la distribución de los recursos que proveemos todos los españoles. Y por supuesto no estoy de acuerdo en que se pase página en el tema de los nacionalismos y su usura recaudatoria, su tiranía cultural, y su despotismo paleto.

Y por último, no se puede pasar página sobre la enorme incultura política del ocupante de La Moncloa, que en una entrevista publicada en el El Mundo hoy mismo se deja decir lo siguiente:

· Le veo convencido de que España ni se rompe ni se romperá, que nuestra unidad está garantizada, ¿no?

· R.- Absolutamente. España ni se rompe ni se romperá, la democracia es la salvaguarda de nuestra unidad y además una mayoría amplísima de ciudadanos en todas las comunidades, subrayo en todas, quiere vivir en un Estado como España.


Verá usted señor Presidente por accidente, la democracia no salvaguarda absolutamente nada, porque en el momento que se manipula desde la política, como se hace, pierde todo su valor y ecuanimidad. Nuestra unidad, en todo caso, será la salvaguarda de la democracia, porque sólo hay que mirar a las autonomías sediciosas para observar que la democracia sirve precisamente al poder para implantar el despotismo de ETA de asesinarte si discrepas o desposeerte de la condición de español si vives en Cataluña.

¿Pero cómo la democracia va a salvaguardarnos, ZETAPE?, como no seamos nosotros los que salvaguardemos a la democracia, haciendo valer nuestra Constitución, estamos vistos para sentencia. La democracia en manos de políticos ineptos es como una ametralladora en manos de un niño que juega a Rambo.

Fíjense ustedes en las medidas palabras del inefable, cuando dice que hay muchos ciudadanos que quieren vivir en un Estado como España, o sea que vamos hacia lo de que ser español sea una condición electiva, como expresión máxima de la Libertad y la Democracia, ¿es eso Presidente?, ¿se nos está haciendo liberal, o sólo es por nacionalista?. Y mientras tanto los mismos ineptos “chupando del bote” que no han producido, rentabilizando la destrucción de la realidad para luego rentabilizar su reconstrucción.

Ser español es más que una realidad simbólica, es una condición social y política, y sobretodo cultural, que nos hace diferentes de otros y comunes entre nosotros. Y ningún político tiene derecho a distribuir esa condición identitaria, porque no corresponde al poder político esa atribución, más bien es a los españoles a quienes nos corresponde decidir que hace y no hace la política. Eso es democracia, lo demás es despotismo político.

Por eso no hay que pasar página y aceptar lo que usted ha hecho como algo normal, porque sería asumir que no hay solución para los problemas que se han creado desde el Gobierno, diciendo que estaba resolviendo lo que estaba precisamente estropeando.

A usted no le gustará la vajilla de la abuela, pero eso no le da derecho a destrozarla, señor Zapatero, hay otros a quienes nos gusta comer en ella de vez en cuando, mucho más que en los platos de diseño friki que usted quiere vendernos.

(seguro que continuará)

Erasmo de Salinas

sábado, 30 de agosto de 2008

Retroceder con Zapatero

He de reconocerlo públicamente, porque en privado ya tengo a la gente saturada de antizapaterismo, hasta mis hijos me regalan azulejos que dicen: “estoy de Zapatero hasta los...” y luego se ven dos huevos fritos. La coyuntura actual me recuerda la de otros tiempos, porque Zapatero es como el “alter ego” de Franco, ningún político español de la historia reciente ha levantado tantas ampollas y ha provocado tantas críticas. Algo tendrá el inefable, cuando tanta inquina dispara.

Pero en coherencia hay que decir que más que contra Zapatero, que ocupa un cargo institucional con la afición por el poder que muestran Hugo Chávez o Fidel Castro, la gente está contra la política, y como Zapatero es el “primus inter pares” pues recibe las críticas en primera persona, cuando en realidad sólo es el mascarón de la nave pirata que navega por la administración pública y los recursos del Estado.

Cierto es que el ínclito personaje no ceja en su empeño de convertirse en protagonista de la nefasta realidad, tanto por jugar desde el poder a colocarnos todos los delirios de sus fantasías infantiles y las de los que le rodean, como por mentir sin recato alguno a todo el que le pueda escuchar. La transversalidad en las críticas a Rodríguez Zapatero es un valor en alza, desde nacionalistas –etarras incluídos- hasta españoles de los tercios de Flandes, todos compartimos la animadversión hacia este sujeto, que además destaca en la veneración de sus sectarios promotores, que hacen de sus pobres expresiones manifiestos políticos de crucial importancia.

El antizapaterismo, como el antifranquismo, son reacciones generales contra una forma de hacer política pero que tienen la misma duración que el objeto de crítica. Triste es pasar a la historia por los errores cometidos, porque en el futuro próximo, cuando Zapatero desaloje el Gobierno todos los que hoy le veneran, que son los que esperan recibir algo o ya lo han recibido, se acordarán de sus antecesores.

Zapatero es un zombie, un cadáver político sostenido institucionalmente por un buen aparato de propaganda y una secta que se ha enseñoreado del poder que detenta. Quien se atreva a escribir la vida y obra del personaje, llegará a un punto en que no tendrá nada bueno que decir, porque nada bueno ha hecho y ha destrozado mucho.

Pero en realidad sí ha hecho algo importante por nuestro país, y todos tenemos que agradecérselo, aprovecho para reconocérselo desde estas páginas, porque gracias a Zapatero nunca tantos españoles se habían percatado de la miseria de la política, la ineptitud supina con la que se puede gobernar, y la ausencia de democracia real que vivimos en este país. Nunca el poder fue tan mal representado por alguien, tan vulgarmente maquinado, y tan absurdamente vendido a los ciudadanos. Y aún así, once millones de votantes han dicho sí a Zapatero, muchos para decirle no a Rajoy, y otros por miedo a que las cosas se pusieran peor, que es precisamente lo que ha ocurrido.

Ahora que tenemos crisis económica, la crisis política explotará en nuestras narices, porque Zapatero no es un personaje simpático, más tieso que una estatua egipcia, con una sonrisa “abobinable” de vendedor de cosméticos a domicilio. Tampoco es culto, más bien mecánico y reiterativo como un martillo mecánico, repitiendo las mismas frases con los mismos gestos.

Hay androides mucho más entrañables que el fantasma de La Moncloa. Por cierto, para navegantes despistados, los once millones de españoles que han votado al PSOE son absolutamente responsables de todo lo que ocurra en este país, gracias a ellos estamos haciendo el ridículo en el mundo, porque pasaremos de ser un país avanzado a un país retrocedido. ¿Quién se hará cargo de los daños causados a los españoles, a las instituciones de este país, y a nuestra imagen internacional?.

Biante de Priena

viernes, 29 de agosto de 2008

Traidores.


Traidores

El show de la pantera rosa

Algo tienen los dibujos animados de la pantera rosa que los distinguen de los demás, el mundo en rosa diseñado por Isador "Friz" Freleng, la melodía reiterativa de Hernri Mancini, la sencillez de los "sketchs" humorísticos, la comunicación sin palabras.

El simpático felino en realidad fue protagonista de los créditos de una película de Blake Edwards que se estrenó en abril del año 1963, en diciembre se hizo la película piloto de dibujos animados y al año siguiente obtuvo un oscar de la Academia al mejor cortometraje animado.




El personaje es descrito en la wikipedia como sigue

"La pantera rosa se puede definir como un gentleman (caballero con clase) británico, elegante hasta en el último de sus gestos. Es una pantera antropomórfica bastante metódica y muda (aunque en 2 episodios habla), con una capacidad intelectual muy elevada y con un genio bastante alegre y simpático; su aspecto físico es delgado con la situación de que es de color rosa y muda, se mete en algún lío o simplemente realiza tareas bastante comunes pero con un toque cómico singular, lo cual haría recordar por un momento un singular pero poco denotado parecido muy especial al gran maestro de la cinematografía sir Charles Chaplin y al personaje de Charlot"

Si recordamos a la pantera rosa no podemos olvidarnos de su acompañante habitual, el inspector Clouseau, genialmente interpretado por el actor Peter Sellers en varias películas.

El personaje es descrito en la wikipedia de la siguiente forma:

"Clouseau es un detective francés pedante, ingenuo y exasperante, que pese a su increíble torpeza finalmente tiene éxito en sus misiones, llegando incluso a convertirse en Jefe Inspector de la Surete, en reemplazo de su antiguo jefe, el Comisario Dreyfus, a quien lleva a la demencia. La Pantera Rosa, que da nombre a la saga, es un diamante en cuyo interior puede verse la silueta de una pantera. En la mayoría de las películas, el personaje fue desempeñado por Peter Sellers. En vida de Sellers sólo una fue desempeñada por otro actor, Alan Arkin, pero ni esta ni las que se filmaron tras su muerte tuvieron el mismo éxito, por lo que el papel esta íntimamente ligado al actor. El personaje de la película inspiró una serie de dibujos animados, donde aunque el personaje animado es llamado "El Inspector" y nunca Clouseau, está claramente basado en éste".

El show de la pantera rosa es como se denominó la serie de dibujos animados en que ambos protagonistas vivieron numerosas peripecias. La pantera rosa tiñendo el mundo de su color por donde iba, y el inspector metiendo la pata constantemente para ser habitualmente sonreído por la fortuna al final de cada episodio, porque en el mundo de "The pink panther" todo acababa bien, eran tiempos en los que los norteamericanos no hacían nada mal, y la Warner Brothers se había convertido en un altavoz de los mundos felices, daba igual que se viviera en plena guerra fría, porque lo importante era que el mundo era del color que uno quería, a gusto de cada uno, como expresión genuina de un clima de libertad que se confrontaba con el mundo de la opresión en la Unión Soviética.

Tenía razón Plutarco en su obra "Vidas Paralelas", porque los personajes del comic siempre encuentran parangón en el mundo real. La pantera rosa fue una creación de diseño, por encargo, se buscaba crear un nuevo espacio para el humor inteligente, porque el poder de la acción simpática no necesita palabras, como demostraron tantos actores del cine mudo.

El mundo rosa no existe en realidad, pero podría existir en nuestros sueños, una de las características de la serie es que la palabra rosa aparece en todos y cada uno de los episodios de la serie. Y la perfección es rosa, así nuestro personaje teñía de este color cada elemento del escenario que no era suficientemente rosa, rosáceo, o rosado. Nadie le quitaba protagonismo a la singular caricatura, pues siempre fue el personaje central de cada programa. Pero el humor norteamericano fue reduciendo cuota de televisión con los dibujos animados japoneses que supieron prever el mundo de los videojuegos que se avecinaba.

El simpático inspector Clousseau, magníficamente interpretado por Peter Sellers también tenía su personalidad particular, trataba de hacer las cosas bien pero siempre le salían mal, era un auténtico profesional de la comedia cuando en realidad él se creía la máxima representación de la autoridad. Extremadamente cauteloso, convincente y normativo, siempre terminaba metiendo la pata, porque era de ideas fijas, un académico convencido.

He de reconocer que me he reído con ambos personajes en muchas ocasiones, sobretodo por la simplicidad de sus mensajes tan evidentes para el consumo, que divertían lo mismo a niños que a adultos, pero lamentablemente hoy las cosas han cambiado y ya no hacen tanta gracia ni la pantera rosa queriendo transformar el mundo al color de sus intereses, ni el inspector Clousseau con sus meteduras de pata solemnes. Porque ambos son una secuela última del cine mudo de tartas y caídas.

Tras "Los Simpson", "Final Fantasy", los "manga" japoneses, "South Park", Jimmy Neutron, Bob Sponja, o Rugrats, el humor norteamericano de los sesenta ha perdido vigor y cuota de mercado.

De todos aquellos personajes de la Warner Brothers, con Hanna y Barbera, y de la factoría Disney, con Mickie y el Pato Donald, creo que sólo hay un personaje que se salvaría de la zarpa del tiempo gracias a su ingenio atemporal, porque posiblemente sea el origen de todas las series que hoy ven nuestros hijos, y precisamente fue creado por el mismo autor que hizo La Pantera Rosa, me refiero al conejo de la suerte, a Bugs Bunny, el adicto a las zanahorias, que siempre saludaba con una frase progresista: "Qué hay de nuevo, viejo".

El ingenioso Bugs Bunny, representaba como ningún otro personaje el espíritu de la libertad y la adaptación al medio. El mundo se resumía en conseguir las zanahorias necesarias para sobrevivir y el resto del tiempo lo dedicaba a divertirse gracias a aquellos personajes que desarrollaban su vida en un mundo mecánico. Bugs Bunny fue el primer hippie.

La pantera rosa y el inspector son la última entrega de un guión organizado para que la gente no pensara demasiado, se acostumbrara a ver las cosas de un solo color, y simplemente se riera de sus hazañas, un guión repetido hasta la saciedad con pequeñas variaciones, siguiendo un patron que indujera al consumo adictivo y programado de un producto fabricado para la adquisición automática.


Biante de Priena

jueves, 28 de agosto de 2008

Soñar en Libertad

Pues yo, por librar de muertes
y sediciones mi patria,
vine a entregarla a los mismos
de quien pretendí librarla.


"La vida es sueño" (1635).

Pedro Calderón de la Barca


Los jóvenes de hoy en día viven entre mundos reales insoportables y mundos virtuales apasionantes. Estudiar se ha convertido en un peñazo, conocer raya demasiado, total si el mundo está al alcance de un teclado y una pantalla con conexión a internet, ¿para qué preocuparse?.

El homo ludens de Huizinga emerge por todas partes, tanto por la disminución del tiempo dedicado al trabajo gracias a la tecnología, como por las posibilidades de ocio de consumo gracias a la tecnología, como por la escasez de trabajos, gracias a la tecnología. Al capitalismo le interesa que los consumidores de las sociedades avanzadas se hagan cada día más adictos a todas las parafernalias que nos venden.

Como decía José Antonio Marina, el ingenio es la representación de la inteligencia cuando juega y se divierte. Nuestra sociedad cada día dedica más inteligencia al ingenio que a otras cosas. Parece que las necesidades básicas están cubiertas en las sociedades avanzadas como la nuestra. El Estado de Bienestar es un gran invento, que debemos agradecer a Keynes. Todo está mercantilizado, tierra, capital, y trabajo fueron los elementos iniciales, y ahora viene una nueva vuelta de tuerca.

El ser humano occidental sólo necesita recursos suficientes para poder seguir consumiendo, que produzcan los chinos y los hindúes para poder consumir también. En los países avanzados ya no es necesario producir, todo sale más barato si se adquiere en los países en vías de desarrollo, Milton Friedman también tenía razón en lo de que los precios mueven el mercado.

Pero de lo que quería hablarles tras esta largo preámbulo coyuntural es de las utopías, porque ya no existen, se han extinguido. Algunos románticos piensan que los cuatro jinetes del apocalipsis han regresado a la vasija de Pandora, pero se equivocan, más bien se han transformado en sombras para pasar más desapercibidos, pero acechan en Georgia o Sudán, en Estados Unidos o Europa, Rusia o China.

Las utopías ya no son necesarias, porque la gente piensa que el mundo está en sus manos, al alcance de un ratón, cuanto se equivocan. Nunca fueron más necesarias. En realidad, lo que vivimos no nos pertenece, no somos dueños de nuestro destino, ni siquiera de una parcela de futuro, nunca hemos sido tan dependientes como ahora, es decir, menos libres.

La misma falacia que se vive con la democracia, se replica en el mercado. La gente piensa que con votar cada cuatro años por una opción política preparada para el consumo rápido ya han cumplido con su función política y pueden considerarse ciudadanos libres en un mundo libre. La gente piensa que con poder entrar en un supermercado y comprar lo que les apetezca ya es suficiente para sentirse afortunados. Y la gente piensa que con encender la televisión y cambiar de canal treinta veces, son los reyes del universo de las ondas. Cuanta ignorancia irredenta.

Ni hay democracia, ni hay libertad en el consumo de productos o informaciones. No hay libertad porque el proceso de decisión está limitado y enajenado por los intereses políticos y económicos. No somos consumidores libres, somos clientes seleccionados por los instrumentos del mercado para que hagamos lo que esperan que hagamos las grandes corporaciones empresariales y los gobiernos a su servicio.

Los romanos daban pan en el circo cuando el desempleo pasaba del 50 %, sacrificaban unos cuantos cristianos y gladiadores, mostraban algunas fieras exóticas, y preparaban las batallas con las Galias para que disminuyera el desempleo, hacían grandes obras públicas para gloria de las élites, y los augures y sacerdotes hablaban del bienestar del pueblo romano. Poco hemos avanzado. Que más da la Pax Romana que la Alianza de las Civilizaciones. Tras la Pax Romana el imperio se vino abajo, y tras la Alianza de las Civilizaciones España se irá al cuerno con el Calígula que nos ha tocado en las urnas.

Por eso son cada día más necesarias las utopías individuales, no las colectivas. Los proyectos personales y no las proyecciones faraónicas de algunos con propósito de instrucción. El antídoto contra la enajenación de nuestra identidad y voluntad se fragua en la lucha personal, en la utopía personal, porque quien tiene un sueño no necesita que le administren el futuro como consumidor. Los soñadores siempre han roto las alambradas de los corrales de domesticación.

La Nueva Atlántida, la Odisea, El Paraíso Perdido, La República, Utopía, Erewhon, Eureka, cualquier obra de Julio Verne, o Don Quijote de la Mancha son obras que reflejan que la realidad del hombre está más allá de la materia, del consumo, de la mecánica, del capital y de la política.

Un consejo a nuestros lectores, cuando ya no soportéis más la estupidez circundante, soñad, es gratis, pero soñad libremente, no con un nuevo coche, un viaje al Caribe, un premio en la lotería, un ascenso o un trabajo estable, o el triunfo en un concurso televisivo. Soñad por vosotros mismos, sin caer en "los sueños construídos" para el consumo de "los que no saben soñar". No permitais que fabriquen vuestros sueños. No es solo el Derecho a Soñar, que defendía Bachelard, es algo más, es la Libertad de Soñar lo que está en juego.

Soñad en libertad amigos míos, porque a los soñadores nadie puede encerrarlos en la cárcel miserable del más de lo mismo, de la coerción, del imperio sin salida. Soñad, aunque sea contando ovejas eléctricas, pero soñad sin tregua, porque.... soñar os hará libres.


Biante de Priena

domingo, 24 de agosto de 2008

Abajo el Gobierno de Zapatero

Hay gente que le da brillo y lustre al cargo que ocupa, que es beneficiosa para las instituciones que representa. ¿Qué era la Presidencia del Gobierno hasta que llegó Adolfo Suárez?.

Pero hay gente como Rodríguez Zapatero que denigra todo a lo que se aproxima, debemos darle las gracias por no asistir a los Juegos Olímpicos, porque realmente sus complejos y manías son la imagen proyectada de nuestro país en el mundo exterior. Cuando en otros países piensan en España, piensan en Zapatero y a mí me da vergüenza, que le voy a hacer.

Un personaje que apoya discretamente las autocracias democráticas de Latinoamérica, la inmoralidad, la corrupción, la degeneración de los países que tienen la desgracia de tener a émulos de Fidel Castro, ese asesino, en las presidencias de sus países, no puede ser bien aceptado por las democracias verdaderas.

Zapatero es un elemento fundamental en la crisis más exacerbada, política y económica, que vamos a vivir los españoles en los próximos años.

Con Zapatero disminuye el turismo, la inversión extranjera, las visitas de mandatarios democráticos, y degenera la imagen de España. Sube la inflación y el paro, y se oyen tonterías desde un gobierno de caricatura.

Todos los españoles luchando porque nuestro país destaque y salga adelante, y este individuo y su corte arrastrándonos a la miseria, porque en un mundo no miserable no tendrían nada que hacer.

La ética de Zapatero es funesta para nuestro país, criminaliza a los hombres para obtener los votos de las mujeres, criminaliza a los cristianos para jugar a la Alianza de las Civilizaciones, criminaliza a los militares porque pueden hacer la guerra y utilizar la fuerza sin conocer que esa es la principal atribución de un Estado si es necesario, bendice a los terroristas, bendice a los nacionalistas, es permisivo con los pederastas, con los corruptos, con los sinvergüenzas, con los delincuentes, y criminaliza a los ciudadanos que no comprenden su mesianismo rayano en la estupidez.

En cualquier país con una democracia consolidada ya lo habrían echado a la calle, pero ha sido elegido democráticamente como Fidel Castro o Hugo Chávez, y un país pletórico de ignorancia no comprende que la elección en las urnas sólo es la consecuencia última de un proceso político en democracia, que si fallan los elementos de legitimidad en el obrar, o ausencia de respeto a la Constitución, un Gobierno puede ser antidemocrático aunque haya salido de las urnas. Véase Zimbawe, por ejemplo.


Con Zapatero retrocedemos, regresamos al feudalismo, mientras vende como progreso el afianzamiento en el poder de su secta, mientras reparte privilegios a los suyos que pagamos todos los demás, mientras convierte en negocio el Estado y lo pone a su servicio. ¿Pero qué hemos hecho los españoles para tener esta desgracia de Presidente del Gobierno acordonado por una banda de trepas impresentable?.

En el excelente anuncio de Nike que protagoniza Pau Gasol está la respuesta: "ser español ya no es una excusa, sino una responsabilidad", aunque Zapatero no se entere y siga excusándose y excusándonos de todo porque en realidad quiere seguir manteniendo el paternalismo de Franco porque le conviene. Pero la diferencia está entre ver a los españoles como súbditos o como ciudadanos.

Los súbditos son dependientes, oprimidos, y aplastados por un régimen, tienen EXCUSA, porque es el régimen con Franco o Zapatero el RESPONSABLE; los publicistas han dado en la diana en el momento oportuno (por eso la publicidad es un arte), porque ser expañol ya no sirve de excusa, hemos cruzado hace tiempo la línea que separa a los súbditos de los ciudadanos, ahora los RESPONSABLES de todo lo que ocurra somos todos nosotros, con Franco o con Zapatero, no hay EXCUSAS posibles.

Y desde mi RESPONSABILIDAD aprovecho para decir bien alto y bien claro, ABAJO EL GOBIERNO DE ZAPATERO.


Biante de Priena

viernes, 22 de agosto de 2008

Yo desconfío


"Compressor Surge", la hipótesis más plausible

Gracias al ingeniero aeronáutico experto en motores Victor Fernández y Libertad Digital, tenemos una hipótesis sobre la mesa de lo que ocurrió en el fatal accidente de Barajas. Aquí pueden leerla

El comandante detectó la situación y se negó a despegar en un primer momento.

¿Quién es el responsable de haberle hecho despegar?.

Que aparezca ya, de forma inmediata. Los españoles queremos saber la verdad, pero ya Zapatero, pero ya, para saber hasta donde llegan los tentáculos del poder, que luego se ocultan las pruebas y se maquillan; el tiempo no se necesita para saber como fueron las cosas sino para presentarlo públicamente, y exculpar a muchos responsables, para construir la "verdad oficial".

Transparencia informativa para recobrar la confianza, es nuestro derecho, que no nos lo conculquen.

Añado: ¿Sólo para sus ojos? de Luis del Pino

La regla de Erasmo

El mundo de Zapatero se va a la mierda

¡Coño!, ya era hora, había llegado a pensar que habíamos comenzado la involución humana, pero no, al fin las cosas están en su sitio, y podemos respirar tranquilos.

Excluyendo a los imbéciles que detentan el poder, los imbéciles de la oposición oficial, y los imbéciles que apoyan a ambos porque algo esperan, o algo temen, el resto de los españoles somos normales, y lo ofrezco como diagnóstico porque puedo y sé.

Ante hechos inesperados como el ocurrido en la T4, además de la tristeza, rabia, y compasión (vamos a restringir el término solidaridad a cuestiones laborales, que está el país sindicalizado) que nos provoca, también es ocasión para comprobar el estado moral de este país en sus ciudadanos.

Y apunten para el futuro un nuevo criterio psicosocial al que denominaré la Regla de Erasmo, y que paso a definirles:

"Cuanto más próximo y dependiente es un sector profesional a la política (o al poder), menos científicos, rigurosos y humanos resultan sus criterios y resultados, o más desajustados, falsos, desviados o maquillados, como se prefiera".

En este caso decir que cierto sector de los periodistas de este país me está decepcionando, aunque en realidad sé que quienes deberían ser expulsados a la calle son los productores y realizadores políticos de los programas de televisión, o los redactores de los medios del fondo de reptiles o pesebre gubernamental u opositor.

Si yo fuera familiar de alguno de los fallecidos en el accidente de la T4 no dejaría pasar ni una, denunciaría a todo aquel que está tratando de sacar rentabilidad informativa de su dolor, igual que los estafadores esos que andan diciendo que son de una ONG de ayuda a las víctimas para estafar a la gente de buena voluntad.

Con los profesionales de la justicia tengo el alma dividida, hay acciones como la del juez que prohíbe la divulgación del dolor, que me parecen fenomenales, pero luego llegará "la gran justicia", ese océano de incomprensiones y arrebato legalista que vivimos con el 11-M y que realmente deja mucho que desear.

Un aplauso y un abrazo para todos los profesionales de las emergencias de Madrid, que en pleno agosto han mostrado su capacidad de intervención inmediata ante una catástrofe de extraordinarias dimensiones.

Un aplauso y un abrazo para los profesionales de la aviación española, en dos semanas volaré a Canarias para demostrar mi confianza en su trabajo.

Un aplauso y un abrazo para todos los forenses, y equipos funerarios que han hecho lo menos dolorosa posible la experiencia para los afectados, extensivo a todos los que les han atendido poniendo en primer lugar su dolor y no que eran funcionarios del ejército de defensa del Estado que les paga el sueldo. Lo humano surge con fuerza en estas circunstancias.

Sin embargo resulta estridente la estupidez de un Gobierno sobrepasado por la tragedia, incapaz de ofrecer seguridad en el sistema a los ciudadanos, que se permite declarar por voz de sus portavoces, que se hará lo que se debe de hacer. Es patético, ver a unos políticos decirnos que se va a investigar el caso exhaustivamente de forma independiente con una comisión de investigación internacional, porque saben que no se confía en ellos.

Con cada suceso extraordinario que ocurre en este país, los políticos que administran el Estado, que gestionan los servicios públicos, son inmediatamente cuestionados, y los ciudadanos ejercen su juicios sumarísimo sobre cada una de sus palabras.

El clima en que se vive en España es desquiciado, y los políticos que han contribuido al mismo, son los primeros que reciben los focos de la sospecha, de la duda, de la incredulidad.

Lamento no escuchar lo que me gustaría a nuestro Presidente del Gobierno o al portavoz correspondiente, que sería algo así como que el Estado español está en condiciones de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, y que el terrible accidente que hemos vivido demuestra que hay algo que no se ha hecho bien o una tremenda fatalidad, y que llegaremos a saber todo lo que ha ocurrido sin la menor duda. Apoyo absoluto a las víctimas a lo largo de todo el proceso, y garantía de que se juzgará a los responsables, en caso de que los hubiera, con la presencia del Estado como acusador de oficio.

Pero no, en vez de eso, un político como Zapatero visita a los heridos públicamente y a los muertos en privado, para que las cámaras le saquen ante los que se han salvado y omitan los abucheos de quienes le recibieron en IFEMA. Verá usted, señor Zapatero, hay cosas con las que no se hace política, ¡coño!, váyase de una vez, que es usted el mayor problema de los españoles, usted y su mundo de frikis que es incapaz de dar la talla ante la tragedia, imagínense ustedes lo que ocurrirá cuando nadie les vea, ni les juzgue.

La Regla de Erasmo se resume sencillamente en que todo lo que toca la política española deja de ser humano, por sí alguno no lo había pillado y yo me quedo con lo humano, siempre y en cualquier circunstancia. Una relación personal antes que cualquiera institucional con sistemas expertos, protocolos eficientes y multidisciplinares, y otras mariconadas.

Cuando ocurra lo que me duele quiero otro ser humano mirándome a los ojos, no un "sistema perfecto" o algún imbécil imitándolo, diciéndome tonterías y creyéndose que soy un ignorante o un idiota.


Erasmo de Salinas

jueves, 21 de agosto de 2008

Otro accidente en la T4

En primer lugar, manifestar nuestra condolencia a los familiares, amigos, y compañeros de las víctimas del accidente fatal ocurrido en la tarde de hoy en la T4 de Barajas. La eficacia de los servicios de emergencia de poco ha servido en esta ocasión para disminuir las dimensiones catastróficas del accidente de aviación más importante de la historia reciente de nuestro país.

En segundo lugar una terrible coincidencia, Spanair es una compañía aérea española que en estos momento se encuentra en proceso de negociación laboral, con la rescisión de más de mil contratos laborales. Esta misma mañana, los pilotos de Spanair denunciaban la precaria situación organizativa en la que se encontraba la compañía en un comunicado.

En esta ocasión, independientemente de las causas directas del accidente, que los expertos establecerán en su momento, hay un clima de conflictividad laboral en la compañía, que ha incidido probablemente en la secuencia de los hechos que han conducido al fatal desenlace.

No han fallado las alarmas, puesto que el avión regresó tras un primer intento por despegar, al parecer porque había indicadores de temperatura que se habían disparado. Una hora después, el avión despegaba y tras unos metros un motor estallaba provocando la tragedia de 153 fallecidos y 19 heridos.

Una pasajera, hermana de un superviviente exclamó antes del impacto: "el avión está mal y aún así despegaremos", algunos familiares reunidos en el IFEMA han manifestado a los medios de comunicación su crispación: "que se sepa la verdad, el avión estaba roto".

Paradójicamente ayer mismo, un avión británico procedente de Glasgow con 107 pasajeros a bordo, y una avería eléctrica en vuelo, efectuó un aterrizaje de emergencia en Asturias y hoy mismo los pasajeros han continuado su vuelo hacia el Algarve portugués en otra aeronave.

El clima enrarecido que se vive en nuestro país ha influido con elevada probabilidad en el accidente de Barajas. Mientras los políticos se acercan a rendir sus condolencias a las víctimas, interrumpiendo sus vacaciones para sacarse la foto de rigor, los familiares esperan que les devuelvan lo que queda de los suyos.

En un país en el que ocurren las cosas de forma inexplicable, como en el nuestro, en el que los políticos mienten a los ciudadanos, niegan la realidad, y miran para otro lado ante los problemas, es normal que en una compañía en crisis económica y laboral ocurran accidentes, especialmente si el personal inspector de AENA se relaja de sus obligaciones en el clima de permisividad y corruptela en el que se desarrollan las actividades mercantiles en este país.

Cuando el Estado no puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos, pierde toda credibilidad. El deterioro de los servicios gestionados por el Estado, dirigido por políticos ineptos, comienza a rendir sus primeros resultados. Quien siembra errores, recoge accidentes.

El 11-M ha servido al menos para alertar a los ciudadanos de que la gestión del Estado de las catástrofes deja mucho que desear y requiere atención expectante sobre cada movimiento a partir de ahora.

Los medios de comunicación que apoyan al Gobierno, hablarán de fatalidad, casualidad, y mala suerte, pero sobre este Gobierno y su Presidente se yergue ya una sombra de duda, que no podrán quitarse de encima, porque la mala suerte en algunas ocasiones es la consecuencia última de una cadena de errores, omisiones y negligencias, de las que no sólo es responsable una compañía aérea en crisis, sino un Gobierno que ha llevado las instituciones del Estado y la gestión de los servicios públicos a la peor de las crisis de la democracia española.

La muerte de tanta gente nunca es por casualidad, siempre hay responsables, porque los motores no estallan en el aire, ni se concede permiso para remontar el vuelo por parte de la autoridad competente a un avión que ha tenido que regresar a los hangares para ser revisado, y ha vuelto a despegar para estrellarse al instante.

Este accidente se pudo haber evitado, en varios eslabones de la cadena que condujo al siniestro. En la revisión, en el piloto, en la autorización de AENA, o en un protocolo de obligado cumplimiento que posiblemente no se ha cumplido. El Gobierno rápidamente ha descartado que sea un atentado, cuando en realidad tampoco tendría porque hacerlo hasta que se reunieran todas las pruebas, tanta celeridad recuerda el "excusatio...".

Pero este país no aprende de los errores, al contrario, sino Rodríguez Zapatero no podría ser presidente, no sólo por lo que ha hecho, sino por lo que ha dejado de hacer, y ahora todos pagaremos las consecuencias, algunos con su vida. Ahora habrá que esperar que repercusión tiene todo este aquelarre de confusión sobre el sector turístico español que ya está en recesión.

Tal vez nos digan que el accidente se debió al cambio climático, y estoy seguro de que muchos tendrían motivos para creerlo. La T4 vuelve a mostrarnos la realidad, ayer con un "accidente" y hoy con otro.



Biante de Priena

miércoles, 20 de agosto de 2008

El precio de la catalanidad

Leo en La Vanguardia que cada catalán, hasta los recién nacidos y los recién llegados, paga 42 euros al año por mantener esa ventana propagandística de la Generalitat y el nacionalismo denominada TV3, más otros 42 euros por mantener la cultura catalana a base de subvenciones a los amigos de los políticos, más todos los estudios que se hacen desde la Generalitat a 12.000 euros, diciendo que son para investigación.

La propaganda oficial es muy cara, cualquier ciudadano de Cataluña se podría acoger a una plataforma digital y recibir cincuenta canales por lo que cuesta mantener TV3 y los aparatos de propaganda, pero no puede hacerlo, porque los catalanes no son libres de decidir y elegir, sino sólo de asentir, tampoco de disentir.

No me extraña que a Montilla no le salgan las cuentas, y quiera más dinero a golpe de atraco al Estado en relación a no se qué principio diferencial que se sacará de la manga. Lo dijimos hace cierto tiempo y esta noticia confirma nuestros temores.

El nacionalismo es muy caro, si se une con el socialismo entonces resulta prohibitivo. Cada catalán paga un impuesto televisivo en Cataluña de 42 euros al año por TV3, más otros 42 euros para subvencionar las agencias nazis catalana, eso que se sepa.

Esto cuesta es sólo el aparato de propaganda oficialista, sumen sueldos y concesiones, y llegarán a la conclusión de que cada ciudadano en Cataluña se estima que paga un plus por su catalanidad, que se pregunte cada uno de los que cotizan si sus condiciones de vida y los servicios que recibe de la Generalitat lo merecen, en comparación con los demás españoles.

Una familia de cuatro miembros por 200 euros se podría acoger a una plataforma digital de televisión y aprender inglés, francés, alemán o japonés, además de ver buenas películas y programas interesantes. Se lo piensen.


Biante de Priena

La postmodernidad de Rosa Rivera y Albert Díez

Con el paso del tiempo se van descubriendo las cosas, pero también se van recubriendo de una pátina de mierda que les da cierto lustre y prestancia, en resumen, dos años perdidos definitivamente, miles de ciudadanos engañados y frustrados, una vergüenza pública, y ahora cabe recordar que todo comenzó por un grupo de intelectuales, en realidad divulgadores de la realidad, cronistas urgentes del descalabro, organizados con el propósito de hacer frente una agresión exasperante contra los ciudadanos (eso anunciaban, al menos).

Y como en aquellas ocasiones que precedieron a la presente, los cafés de Tanger se llenan de opiniones confrontadas. El mundo de Durrell, Orwell, Kafka y Joyce, y acaso Boris Vian, porque no, se unen en un guión esperpéntico y singular. UPyD y Ciutadans son tan parecidos que sería difícil distinguirlos en un "identity" cualquiera, obras mellizas, vidas paralelas. Son partidos políticos de diseño, esencia de la posmodernidad.

Rosa Díez y Albert Rivera son dos portavoces engrasados, Gorriarán y De Carreras (Robles y Domingo) son muñidores solemnes, Ovejero y Savater dos referentes antropológicos, Ázua y Pombo dos vates de la palabra, Espada y Marco dos posibilstas, Boadellla y Boadella dos ilusionistas del performance o tal vez uno, al menos sinceros, y que contienen toda la fuerza de aquel club de la lucha de cuyo nombre no quiero acordarme.

Pero no se resume la historia de esta "boutade" política en sus caras más conocidas y reconocidas, por eso quiero brindar homenaje a todos los desconocidos de buena voluntad que han participado en estas "join ventures" políticas con toda la mar detrás. Hay tanto anónimo o seudónimo notables, que para no nombrarlos a todos no mencionaré a ninguno. Y también, como comparsa de las obras, cuantos soldados desconocidos han entregado su tiempo y esfuerzo para tratar de levantar pirámides faraónicas en el desierto de la política española, y mostrarnos que no todas las cosas fueron así siempre, y que todavía perdura civilización entre tanta barbarie.

En fin, creo que es hora de reunir a todas las voces amordazadas, a todos los que participaron en la construcción de una alternativa política para este país y descubrieron que la razón se contrapone siempre a los intereses del poder, porque el poder es autopoiético, nada más.

La batalla continúa, los dirigentes políticos de UPyD y Ciutadans desprecian la democracia, aborrecen al ser humano, no respetan ni siquiera a los suyos, y están convencidos de que todos los que tienen su misma perspectiva son buenos y promocionables, y todos los que discrepan son discípulos de Ciudadano Ubú, zanahorios y cibercabras. Pobreza y estupidez caracterizan su parca obra, ceguera y sordera no pueden disculparles, porque fallan los jinetes y no las monturas.

¿Líderes?. Bazofia política incapaz de dar sentido a una realidad diferente, más de lo mismo, repartidores de putrefacción y miseria envuelta en oropeles de cambio. Porque al final se han visto claras las cosas: "no hay nada nuevo bajo el sol", son los mismos perros con collares más discretos, pero cánidos de la política atados al poder que ladran a la libertad de los caballos cuando la divisan desde su anclaje, que no es siempre, por supuesto.

Algún contertulio me acusó en cierta ocasión de ser extremadamente purista, racional y severo, para no reconocer que no estaba en el error; comprendo a las huestes del posibilismo, todos estos insectos que se reunen al calor de una propuesta contra el poder, pero son incapaces de asumir cualquier acción reactiva ante la opresión y el privilegio porque la secta liberticida, sus prebendas, son más importantes para ellos que el ser humano individual e independiente.

Dos años de lucha y la cosa continúa, pero cada día representamos mejor nuestros papeles, ellos tratando de doblegar la libertad y nosotros restregándosela por el morro. Sin embargo, lo más importante es la conciencia, saber que ellos forman parte del pasado y nosotros somos el futuro, porque miro la sonrisa de mis hijos y de los hijos de otros, de los inmigrantes, de la buena gente y entonces sé que ellos, los políticos que tratan de representarnos sin conseguirlo están muertos, y lo peor es que no lo saben, y los más muertos son los crustáceos que siguen tratando de revivir una política inasumible por los ciudadanos del siglo XXI, sea teñida de naranja o magenta, o desteñida de humanidad, que es lo mismo.

Brindo por el futuro, porque el desenmascaramiento de la política comenzó aquel día que Albert Rivera salió desnudo en un cartel y entonces nos dimos cuenta muchos que esa era la clave para destripar al monstruo, la de dejar en pelotas a tanto sinverguenza disfrazado de samaritano, la de mostrar sus pudendas partes, sus ocultos vicios. El medio es el mensaje, y también la virtud.

Ciutadans y UPyD han servido al final para algo, para descubrirnos que el poder no es invencible, que la libertad es maravillosa, y que la razón está de nuestra parte, porque el poder es de los ciudadanos y no de los políticos.

Su final será nuestro comienzo y cada día está más próximo . Ellos lo saben, y nosotros, también. Se creen reales pero son fantasmas, como Bruce Willis en "El sexto sentido", UPyD y Ciutadans son la última estafa política a los ciudadanos de este país, y si alguien tiene dudas que se pregunte: ¿para qué han servido realmente?. Nos sobra lo inútil.


Erasmo de Salinas

martes, 19 de agosto de 2008

Manifiesto por la destitución de Rodríguez Zapatero

La situación política y económica que se está viviendo en España es catastrófica, pero desde el Gobierno español trata de ocultarse, en un acto de oscurantismo sin precedentes. Ante la crisis económica, nuestro Presidente del Gobierno ha decidido no reconocerla, lo que expresa la inmadurez, impertinencia y petulancia de sus criterios políticos.

Si no se toman medidas excepcionales con carácter urgente, la economía española va a ser una de las más perjudicadas del mundo occidental, según nos indican medios de comunicación financieros e internacionales, como Liberation, The Financial Times, The Economist, o The New York Times.

La situación de crisis económica que fue expuesta por numerosos analistas y por rivales políticos del PSOE a finales del año pasado, ha sido omitida y ocultada expresamente por el Presidente Rodríguez Zapatero y todo su partido , con el único objetivo de triunfar en las elecciones generales mintiendo a los ciudadanos con intención y conocimiento de la situación.

Rodríguez Zapatero a fecha actual, con la inflación más elevada y con las mayores tasas de desempleo de las comunidades más avanzadas de Europa, con un crecimiento del PIB del 0,1 % en el último semestre, con advertencias del Banco Central Europeo sobre la necesaria corrección de nuestra política económica, se permite establecer decisiones políticas sobre le economía de nuestro país, demostradamente insuficientes y equivocadas. En vez de transferir a los ciudadanos la necesidad de "apretarse el cinturón", ha elegido el camino de mantener e incrementar el gasto del Estado.

La crisis económica conducirá a la crisis social, porque los ciudadanos de este país deberán realizar un esfuerzo fiscal inusitado para afrontar las veleidades económicas de un Gobierno que ha despilfarrado ingentes recursos en políticas arbitrarias. Los ciudadanos pagarán los errores del PSOE, limitando aún más su nivel de supervivencia, y empobreciéndose gracias a la imprevisión y errores de los políticos que guían la economía de este país.

El Estado providencia ha fracasado, el superavit fiscal se ha esfumado en tres meses, incluso se ha denunciado por parte de algún político que hay una fuerte tentación de proveerse de fondos en la "caja de la seguridad social", poniendo en peligro la subsistencia de las clases pasivas de este país de ahora y del futuro. El Estado de Bienestar alcanzado por los españoles a lo largo de los últimos treinta años está en peligro, gracias a los errores de un Gobierno incompetente, y un Presidente inconsecuente.

En estas circunstancias especiales, es necesario que los ciudadanos no nos quedemos de brazos cruzados viendo como el Estado español entra en quiebra, para acabar comprobando su incapacidad en la financiación de los servicios públicos que gestiona y administra.

La democracia no concede poderes ilimitados a nuestros políticos, sino poderes restringidos por nuestra Constitución y el más mínimo rigor y sentido común, que si son transgredidos, convierten a un Gobierno y a su Presidente en ilegítimos por muy democrática que haya sido su elección.

Es hora de ejercer democráticamente nuestros derechos, porque la democracia no sólo permite elegir a nuestros representantes, sino que nos obliga a revocarlos si no cumplen con lo acordado o descubrimos que nos han mentido como es el caso, en un acto de ciudadanía responsable.

Es hora de afrontar la realidad. Es hora de solicitar públicamente la destitución del Presidente español y de su Gobierno, y la convocatoria de nuevas elecciones generales.


Redacción de Ciudadanos en la Red

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lunes, 18 de agosto de 2008

Chatarreros de la política

No hay un partido político de izquierdas en este país, todas las opciones han mudado al progresismo, como denunciara Julio Anguita hace unos cuantos años. La izquierda española se ha incrustado en el capitalismo, los sindicatos se han apoltronado, los movimientos reivindicativos han sido desactivados por el Gobierno. La izquierda ha cambiado los intereses de los trabajadores por los acuerdos con los nacionalismos, todo lo más que se puede esperar de la izquierda en España es una posición no nacionalista, que es exactamente una alternativa consentidora del nacionalismo como un mal menor.

La izquierda política ha sido deslegitimada por la historia, por la caída del socialismo real en la Unión Soviética y los países del antiguo telón de acero. Pero también por las urnas, porque IU no es de izquierdas, y el PSOE ha dejado de serlo para convertirse en administrador del capitalismo de Estado. La izquierda se ha vendido al gran capital, abandonando los motivos originales de su demanda.

UPyD y Ciutadans son partidos de izquierda, disfrazados de transversalidad, con la única intención de restar votos a la derecha. Rosa Díez y Albert Rivera están condenados a entenderse y si no lo hacen públicamente, lo hacen en privado lo que se puede comprobar con el "pacto de omertá" que UPyD Cataluña le ofrece permanente a Ciutadans, para no menoscabar su andadura en la autonomía del virrey Montilla. En realidad, hay un acuerdo más amplio, que remeda la coalición del olivo italiana en esta región española que lidera el PSC. El PSC, apoyado por todos los partidos con la intención de matizar, que no de frenar, la opresión del nacionalismo.

En el País Vasco, origen de Basta Ya que fue el embrión de UPyD, tampoco se ha hecho nada más que las consabidas denuncias contra ETA y el mal del nacionalismo. En realidad, no se quiere molestar al PSE, criticarlo sí, pero no interrumpir su labor. Son partidos apéndices del socialismo autonómico nacionalista, no moverán un dedo jamás, por defender la estructura nacional de nuestro país, España, pero si aparentarán que lo hacen, con manifiestos y verbenas conciliatorias.

De la izquierda inexistente y la derecha sin rumbo

Los supuestos representantes de la izquierda española, no son de izquierdas, son progresistas, esa entelequia de modernidad y desarrollo colectivo que busca sustituir a la lucha de los menos privilegiados, de los oprimidos y de los aplastados por una sociedad capitalista cada día más siniestra, porque el gran capital también se ha escorado hacia las veleidades de quien tiene el poder político y la gestión pública de recursos. En España, el capitalismo es paleto, subsidiado, incapaz de generar riqueza, usurpador, advenedizo, y rentista.

Quizás todos estos movimientos expliquen la deriva sin rumbo de impulsos erráticos del Partido Popular, que dice cada día más tonterías, como que por la gobernabilidad es necesario negociar con los nacionalistas, sin reconocer que el origen primigenio de los problemas políticos que tenemos en este país es una consecuencia de las excesivas concesiones que se han hecho a los que defienden modelos secesionistas.

Demuestran Partido Popular y PSOE no estar a la altura de la defensa de nuestra Constitución caiga quien caiga, no ser capaces de establecer un acuerdo de Estado para independizar a la justicia de la política porque más de uno con un sistema judicial no politizado, con una fiscalía general al servicio del Estado y no del Gobierno, podrían acabar en los tribunales, y posteriormente en la cárcel o el exilio.

España se desmorona, pero en vez de buscar soluciones, el único interés que tienen los políticos españoles es que entidad comercial les pagará más por los cascotes de las ruinas.

En realidad nuestros representantes no son políticos, son chatarreros de la política, una brigada de demolición de las instituciones del Estado muy bien organizada que destroza lo que ocupa, para rentabilizar el solar patrio en la venta por parcelas y la reconstrucción tras la destrucción que han hecho. Tenía razón El Roto en aquella viñeta en la que decía algo así como que los políticos siempre se beneficiaban, primero destruían y cobraban y luego reconstruían y cobraban, ellos, sus beneficiarios y sus testaferros. Y es que la política española sigue el modelo del cáncer o de los virus, extrae recursos del huesped donde asienta sin importarle si lo destruye, al fin y al cabo, la política española es una mezcla extraña de desmesura, impostura y caradura, una auténtica locura sin tratamiento.


Biante de Priena

¡Que mierda de país!


Exteriores abandona a un grupo de españoles en Georgia

domingo, 17 de agosto de 2008

Crisis sanitaria en España

Uno de los sectores sociales que se verá más afectado por la crisis económica y política en la que estamos viviendo será la sanidad pública. El sector privado de la sanidad en España es subsidiario de la pública, por lo que puede incluirse como apéndice del común.

Los problemas de la sanidad española son múltiples y complejos, derivados de la ineptitud gestora de los políticos que se han acantonado en los puestos de dirección para defender los intereses del Gobierno de Rodríguez Zapatero o de los Presidentes de las autonomías que les pagan los sueldos cada mes.


Hay lugares en los que la detracción de recursos públicos para organizar delirios particulares de los políticos están trayendo graves consecuencias sobre el bienestar de los ciudadanos, sobre su seguridad sanitaria y sobre las posibilidades de mantenimiento en el futuro de un nivel de prestaciones equivalente al actual.

La realidad es que la sanidad se está privatizando, algo que no debería resultar alarmante en un país normal, en España resulta casi un acto criminal, porque la externalización de recursos sanitarios en realidad oculta una operación mercantil que beneficia a los favorecidos por el régimen socialista, popular o nacionalista, según ubicación y circunstancia.

En el año 2.000 la cobertura sanitaria era prácticamente universal, en la mayoría de las comunidades autónomas, tanto en oferta de recursos como en demanda de los mismos. En oferta porque el Estado procuraba recursos completos, desde la atención sanitaria directa hasta todos las atenciones complementarias que requiere, en demanda porque los ciudadanos sólo por ser españoles tenían asegurada la asistencia completa de sus problemas por el servicio nacional de salud.

Con la transferencia autonómica de los recursos se han producido numerosas desviaciones y peculiaridades gestoras, que expuestas con claridad ponen los pelos de punta a cualquier ciudadano medianamente informado.

La sanidad está tremendamente politizada, posiblemente sea el sector público más politizado. La gestión sanitaria no tiene como prioridad la asistencia de los ciudadanos, porque cada vez presenta más metástasis políticas, que en realidad busca defender la cara del régimen correspondiente, en un alarde de propaganda y ocultación.

Es cierto que el Ministerio de Sanidad se ha quedado como testimonial en la gestión de los recursos sanitarios, pero el Gobierno español es responsable de todos y cada uno de los problemas sanitarios de nuestro país. Sean por falta de recursos, sea por desviación de los mismos, o sea por que los negocios prevalecen sobre los intereses de los ciudadanos.

En estos momentos se están haciendo grandes negocios en sanidad a espaldas de los ciudadanos, porque de la transferencia de recursos del Estado a las Autonomías, se ha pasado a la transferencia de recursos de las Autonomías al mercado, al mundo de los negocios.

Algunas de las operaciones mercantiles que se están haciendo con los recursos de la sanidad pública son las siguientes:

Grandes operaciones inmobiliarias, como ubicar un hospital o centro de salud en determinado lugar y comprar previamente los terrenos circundantes previo chivatazo a los amigos, porque incrementarán inmediatamente su valor.

Conceder rescisiones de medicamentos de demostrada eficacia a determinados laboratorios, para que dos años después saquen una molécula similar a un precio diez veces mayor que los originales. Permitir la incorporación de nuevas sustancias de utilidad no suficientemente demostrada.

Privatización de servicios sanitarios como todos los relacionados con los servicios parasanitarios, el transporte, la limpieza, la seguridad, concedidos a empresarios próximos a las causas particulares de cada autonomía.

Restricción de la incorporación de nuevos profesionales sanitarios, con la intención de realizar contratos con profesionales de otros países que acepten gustosos la proletarización laboral en su incorporación al sistema.

Permitir por parte del Estado la publicidad engañosa de los nutricéuticos, alimentos que llevan incorporadas sustancias que supuestamente son beneficiosas para la salud, sin haber realizado suficientes contrastes científicos de su eficacia. Cuenten diez anuncios televisivos en cualquier cadena y descubrirán que casi un 50 % están relacionados con la salud, especialmente en las emisiones matinales que tienen una audiencia de mayor edad y con más problemas de salud.

Un fuerte crecimiento del sector de la parafarmacia, devolviendo la ciencia médica a la época de la creencia irracional, porque la diferencia entre una sustancia eficaz contrastada, y otras sustancias que posiblemente sean beneficiosas, es la misma que la de seguir con vida o morirse de forma extraña.
La sanidad no se libra de la contaminación política, al contrario, cada día se está haciendo más incisiva y agresiva, sin que ninguna asociación sanitaria o de consumidores diga absolutamente nada, porque todas son dependientes del Gobierno y tienen su silencio comprado y asegurado desde los órganos de gestión y concesión de subvenciones.

Se está produciendo una estafa sanitaria a los ciudadanos de este país, un signo más del deterioro irreversible del Estado, de la degeneración de la política, del abuso y la opresión del poder, y de la pasividad estúpida de los ciudadanos que aceptan que les erosionen sus derechos sin hacer absolutamente nada.

Mientras haya salud no ocurrirá nada, pero el día que precisen de asistencia más allá de un catarro o unas anginas, pónganse a temblar, no por la buena formación de los profesionales sanitarios españoles, posiblemente de los más prestigiosos del mundo, sino por la aventura que supone llegar desde la demanda de asistencia a su prestación, y todo gracias a los numerosos obstáculos políticos que se han interpuesto entre los enfermos y quienes tienen que asistirles.

Lo dicho, que no falte la salud, y en su defecto no se pierdan las series "House", "Urgencias", "Anatomía de Grey", entre otras, para que comprueben como en realidad no son las cosas, y muéranse felices pensando lo afortunados que son por todo lo que han avanzado las ciencias de la salud en las series televisivas.


Erasmo de Salinas

sábado, 16 de agosto de 2008

Ciudadanos y políticos se enfrentan en España

El conflicto está en marcha, sólo queda saber la hora y fecha de la quiebra completa de la confianza de los ciudadanos en sus representantes políticos. El mayor problema que tiene nuestro país es que los ciudadanos no tienen experiencia en la resolución de sus conflictos sociales y políticos sin recurrir a intermediarios, porque estos últimos se han encargado de que los españoles no sepan afrontar la lucha si no es por medio de su intervención.

Los sindicatos de clase se han desclasificado para convertirse en oportunidades de rentables cargos de representación, como si fueran consejeros delegados del trabajo. Los partidos políticos hace tiempo que van por su cuenta y a lo suyo. La justicia está demasiado politizada y el cuerpo fiscal se ha convertido en un agente del Gobierno, no del Estado. La iglesia católica esta en periodo de letargo conveniente. Los medios de comunicación representan sus intereses comerciales, utilizando los problemas de la sociedad española para generar ingresos, y además no hay sociedad civil con capacidad de respuesta política, porque las agencias que podrían enfrentarse a los políticos han sido erradicadas o abducidas por el Gobierno.

Todos los políticos defienden unos intereses comunes que consisten en su supervivencia política, una vida cada vez más cómoda y ostentosa, poco trabajo y esfuerzo, y consideran la política como una actividad mercantil extraordinariamente rentable, por eso se dedican con toda su fuerza y ambición a perpetuarse a cualquier precio.

Todas las políticas que se hacen a este país responden a este propósito de mantener una existencia cómoda de sus agentes, y a la propaganda de las ideas que más rentables les resultan, que evidentemente no son las más necesarias para los ciudadanos.

Todos los ciudadanos estamos cada vez más hartos de los políticos, y hemos pasado de considerarlos como representantes de una noble profesión, a que nos parezcan vulgares ladrones organizados, estafadores prestos a delinquir por obtener ventajas personales, que no sólo nos hurtan el presente sino que nos restringen y limitan el futuro. Cada día somos más los que pensamos que sin políticos viviríamos mejor, porque los funcionarios podrían hacer su trabajo sin tener que rendir cuentas a unos ineptos, porque la mayoría de los políticos actuales lo son.

La representación política nos sale demasiado cara, con los nacionalistas porque cada euro que dedican a la construcción de sus sueños nos lo detraen de los servicios que no recibimos, con los socialistas porque han convertido el Estado en su granja particular rentable exclusivamente para ellos, y con los populares porque han demostrado que ni saben negar, ni afirmar tampoco, no están a la altura de lo que se requiere en este país, sólo saben gobernar pero todavía no han aprendido a ser oposición. Y ninguna de estas formaciones políticas pasaría la ITV democrática, según los propios militantes que las nutren. ¿Es necesario continuar con esta pantomima de democracia sin libertad, sin igualdad y sin justicia?.

Estamos viviendo en un cambio de paradigma, la realidad no puede seguir siendo como es y no acaba de ser como debiera. Y como en todos los cambios de paradigma el conflicto está latente hasta que se haga manifiesto.

La consecuencia esperada es la desaparición de la actual forma de representación política, el fin de los partidos políticos tal como los conocemos, y de los políticos que sólo buscan en la política su interés personal, que utilizan la política como si fuera un negocio.

Es cada día más perentorio un cambio en la forma de pensar en los españoles, para que descubran que la democracia no consiste exclusivamente en votar cada cuatro años a los representantes que eligen los partidos políticos, para que los ciudadanos queden atrapados exclusivamente entre decir que los aceptan o que los rechazan.

El precio de no hacer nada para los ciudadanos, de confiar en sus actuales representantes es asumir pasivamente todo lo que decidan, los nacionalistas subvencionando sus delirios, los socialistas su peculiar forma de ver el mundo, y los populares cualquier cosa.

Los nuevos partidos políticos como Ciutadans y UPyD tampoco han elegido la representación ciudadana como alternativa, y prefieren seguir el clásico fiasco de sus compañeros parlamentarios. Ambas opciones están condenadas al fracaso, porque sólo pueden nutrirse de quienes dicen no a esta forma de hacer las cosas, y a lo primero que dicen no los votantes de Ciutadans y UPyD es a la depravación política, son electores que tiene que especializarse en la elección de lo minoritario, de lo infrecuente, de lo raro. Votando a Ciutadans y UPyD se creen que votan contra PSOE, PP y los nacionalismos, pero en realidad votan por su supervivencia política, porque amortiguan la crítica que les vendría encima a las formaciones tradicionales si no hubiera opciones alternativas.

Pero la alternativa de las nuevas formaciones no es a los partidos políticos y ahí se equivocan ambas, sino a la política que están haciendo los partidos políticos contra los intereses generales de los ciudadanos. No se trata de matizar los errores de PSOE, PP y nacionalismos, sino de negar su legitimidad para hacer lo que están haciendo en España, pero siguen sin enterarse porque no les conviene y pretenden seguir jugando en un lodazal de confusión y corrupción al que denominan arena política como si eso fuera lo más normal.

La democracia no es exclusivamente el derecho a votar, sino el derecho a elegir. La democracia es una regeneración de la vida institucional, pero si la vida institucional está prostituida entonces es pura demagogia. No hay democracia si no se respeta la Constitución, si se vulnera el Estado de Derecho, si se politiza la justicia por medio del cuerpo fiscal y la elección de sus representantes, si un representante público utiliza su posición pública para hacer sus propios negocios. Eso no es democracia, es un cuento democrático.

¿Estamos los españoles a la altura de lo que la catastrófica situación política de nuestro país, de la crisis económica en la que estamos viviendo, y la perversión de la vida política requieren de nosotros?.

Yo soy optimista, creo que sí. El último trimestre de 2008 va a ser un periodo muy duro, porque hemos pasado de ser un país rico a ser un país con muchas dificultades, gracias a los políticos, dificultades que pagaremos los ciudadanos, y que costarán más caras a los que dispongan de menos recursos, como siempre.

En este conflicto los políticos juegan con ventaja, pero los ciudadanos tenemos la razón de nuestro lado. Los políticos consideran que el poder es suyo, cuando se han olvidado y nos han hecho olvidar que exclusivamente son nuestros representantes, no nuestros amos.


Biante de Priena

viernes, 15 de agosto de 2008

La afasia de Zapatero

Algún caso se ha descrito de sujetos que no podían pronunciar una determinada palabra, lo que es síntoma de un trauma psicológico o una reacción neurótica más que de un problema neurológico o del aparato de fonación. Esto le ocurre al Presidente Zapatero con la palabra “crisis”, indicando superstición o algo peor.

Sin embargo al Presidente del Gobierno se le llena la boca hablando de medidas sociales cuando le preguntan los periodistas por la crisis económica, es como si un loro repitiera un discurso que le han implantado por condicionamiento operante.


“Lo importante son las medidas sociales, no renunciaré a las medidas sociales”, repite sin cesar, pero nunca dice en que consisten, algo muy político por cierto: no decir en que consiste lo que se promete.

Medidas económicas sí ha propuesto, y ha dicho espontáneamente que “no son pan para hoy y que no hipotecan el futuro”. Cuando nadie le ha preguntado, que anticipe que no son accesorias, ni determinantes, es para temerse lo peor. Veamos las medidas económicas que se han propuesto desde el Gobierno.

En el último Consejo de Ministros extraordinario, celebrado precisamente por la “crisis económica”, se han aprobado veinticuatro reformas para seis sectores: financiación de pymes, vivienda, transporte, energía y cambio climático, telecomunicaciones y sociedad de la información, y servicios.

Y el Presidente de Gobierno ha concluido diciendo que si el petróleo sigue su tendencia a la baja la inflación posiblemente disminuirá. Fíjense que capacidad predictiva tiene el ocupante de La Moncloa. Así andamos a estas alturas

Ahora analicemos los hechos, el PSOE triunfó en las elecciones gracias a que el PP entonó un discurso racional económico y nacional político, del que ahora parece haberse arrepentido, demostrando a los ciudadanos que la irracionalidad es más rentable. Las grandes medidas económicas de este gobierno han sido devolver 400 euros devaluados a los que los han pagado de más primero, ofrecer ayudas al alquiler a los jóvenes y 2500 euros a los nuevos papás.

El PSOE contrató a figuras internacionales para hacer su programa político electoral, entre ellas algún prestigioso economista, pero ante la crisis económica más importante de las tres últimas décadas se organiza con ocurrencias. Esto es lo que podemos esperar de un gobierno que nos ha mentido para triunfar en las elecciones, por boca de Solbes y del Presidente, y que pretende resolver los problemas energéticos de España con un ministro como Sebastián que va a regalar bombillas de bajo consumo a los ciudadanos, una por año.

La afasia de Zapatero con la palabra crisis sólo es un síntoma de un grave cuadro patológico, a veces se comienza por la omisión de una palabra y se termina como el barón de Munchausen, viajando a la luna sobre una bala de cañón, y seguiremos sin saber si las medidas sociales son la ley de plazos del aborto, la incorporación de transexuales al ejército, o la prohibición del pan de molde.


Erasmo de Salinas

jueves, 14 de agosto de 2008

El timo de la idea de progreso

Comencé el año en curso hablando del progreso, durante este tiempo he seguido dándole vueltas al concepto más rentable de la política española, en el que el socialismo se redime de sus pecados prácticos y nos ofrece un mundo de posibilidades inimaginable e inexistente, por supuesto.

En este artículo hablaré sobre el progreso y su precio, que no es otro que la renuncia a ser lo que somos, a nuestra identidad, a nuestra forma de vivir en plenitud y como nos dé la gana. Cada vez que les hablen del progreso, codifíquenlo en clave de renuncia. ¿Qué pierdo de lo que soy o tengo para poder progresar?, para poder progresar en el concepto de los que mandan, porque la primera condición del progreso es que resulta intangible, es una promesa vaga que se hace desde la política, como en otros tiempos se ofrecía el más allá para amortiguar la penuria en este “valle de lágrimas” desde la religión cristiana.


El progreso es una condición social, no individual, aquí está el primer engaño porque progresar se contrapone a ser libre, sobrealzando el “bienestar común” por encima de cualquier otra circunstancia. Se puede observar como China ha progresado de forma extraordinaria, pero los ciudadanos de este país han perdido su libertad.

El progreso requiere la deshumanización del ser humano, la implantación de una oligarquía tiránica que subyuga cualquier interés al definido como común. Veamos un ejemplo, el gobierno actual está contra la libertad de fumar, pero ingresa miles de millones en impuestos de las labores del tabaco. ¿Realmente está contra el hábito de fumar?. No, simula que no aprueba el tabaco, mientras recoge pingües beneficios de su distribución pública. ¿Doble moral?, no, más bien se cura en salud, restringiendo el consumo de tabaco en determinados lugares, pero sin incidir sobre el mismo. Si los fumadores dejaran de fumar, el Estado tendría graves problemas. Lo mismo ocurre con el consumo de bebidas alcóholicas, o de combustibles. El progreso hace su discurso bondadoso, pero sigue cobrando impuestos al tiempo que criminaliza a los ciudadanos, que beben, fuman, o conducen.

La idea de progreso, por cierto incluida en las siglas del partido de Rosa Díez, UpyD, esgrimida por Zapatero, aplaudida por Llamazares, es extraordinariamente nociva para la sociedad, al igual que para los individuos que la conformamos.

El progreso es la adición de todos los recursos que anula las capacidades propias de los individuos, porque elimina el afán de logro y superación, para convertirnos en elementos de un rebaño. Sustituye la cooperación por la competencia, en un mundo globalizado extraordinariamente competitivo, pero la cooperación sin igualdad, es decir, en la que unos rinden más y otros menos, y los que rinden más al no obtener ninguna diferencia con los que rinden menos terminan rindiendo menos, se produce una regresión a la media, con un resultado peor del inicial. Un ejemplo, para que los políticos no peguen golpe los ciudadanos tenemos que trabajar más, convirtiéndonos funcionalmente en siervos de los nuevos señores que dirigen nuestro destino.

La idea de progreso no nos hace más iguales, nos impide ser diferentes que no es lo mismo. Las diferencias siguen existiendo, pero se reprime su manifestación, haciendo más mediocre cada día nuestra sociedad, porque los individuos se acomodan en el no hacer.

La idea de progreso, paradójicamente produce regresión en la práctica, nos obliga ser más ignorantes porque el desarrollo de la cultura y la inteligencia están restringidos por el poder, y determina nuestra existencia canalizándola en un mundo de posibilidades cada vez más limitadas. Nos atrapa en nichos de producción y consumo de los que no podemos evadirnos. Nos convierte en engranajes de la sociedad, como en una gran cadena de montaje imponiéndonos el “tylorismo” más inhumano.

La idea de progreso se contrapone a las ideas de evolución y desarrollo, a las que limita y exlcluye. No es una idea que beneficie al interés general o común, sino a las facciones sectarias que la rentabilizan: socialistas, homosexuales politizados, feministas, ecologistas, pacifistas, dependientes, desempleados, mientras que todos los que no se encuentren en estas categorías, que somos la inmensa mayoría, resultamos perjudicados porque se detraen recursos que benefician al interés general para mejorar las circunstancias de los que forman los acólitos bendecidos que electoralmente rendirán cuentas en cada convocatoria a urnas.

La idea de progreso es un cuento que acaba destruyendo nuestras vidas, utilizada por políticos sin escrúpulos, ignorantes, incapaces, y muy ambiciosos, que apartan a sus competidores mejor formados, más aptos, de los lugares que ocupan en el poder y la sociedad.

La idea de progreso es un timo muy bien organizado desde el poder, porque se atribuye los logros de la evolución tecnológica, de la organización social, de las aportaciones del esfuerzo individual de los que remolcan la sociedad, como si fueran propios, cuando en realidad un progresista es un lastre para toda la sociedad. Sin progresistas avanzaríamos mucho más deprisa, pero los nuevos parásitos se han acantonado en el poder, se han incrustado en el bienestar que proviene del malestar ajeno general que provocan, y ahora va a resultar difícil erradicarlos.

La idea de progreso es incompatible con la democracia, con la libertad y con la justicia, porque requiere la ausencia de democracia, de justicia y de libertad para realizarse, para implantarse, para reducir a los seres humanos a una condición exclusivamente mecánica, para cosificar la vida y mercantilizarla.

La idea de progreso es la forma más rastrera y perjudicial del capitalismo, porque beneficia exclusivamente a los que menos se lo merecen y perjudica a todos los demás. Es la expropiación de nuestra existencia, el expolio de nuestra realidad, la anulación del ser humano, una auténtica desposesión y una involución de nuestra condición de seres libres.


Biante de Priena

lunes, 11 de agosto de 2008

Surrealismo

Comienza el juicio a los políticos españoles

Un Estado de Derecho no puede distinguir entre ciudadanos y políticos, no debe hacerlo bajo peligro de perder su legitimación. En España hay muchos políticos que no están cumpliendo con la labor para la que fueron elegidos en las urnas, más bien se han aprovechado de su elección democrática para ir contra los intereses comunes de los ciudadanos, contra la Constitución y contra la Nación española.

Esa forma de actuar sólo tiene un nombre: TRAICIÓN. Es traición a España y los españoles vulnerar los derechos fundamentales plasmados en la Constitución, es traición ejercer políticas que se sabe que rompen la igualdad de los españoles, que atentan contra su libertad para expresarse o recibir educación en su idioma. La traición es un delito tipificado en nuestra Constitución y por lo tanto sujeto a las reglas del Estado de Derecho.

Un gobierno corrupto se puede reconocer porque en vez de buscar el interés general, la protección de los ciudadanos de los crímenes políticos, omite su intervención, o impide que la justicia intervenga. La oposición a ese gobierno que no hace nada, también es copartícipe del delito.

Los diputados y senadores españoles deben rendir cuentas ante los ciudadanos, su mandato no es ilimitado, debe estar ceñido a la Constitución, si vulnera la Constitución entonces han perdido su legitimidad.

En estos momentos se está presentando una batalla entre la nación española y el Estado español, porque al Presidente del Gobierno se le ha ocurrido la feliz idea de enfrentarlos para lograr sus objetivos de perpetuación electoral apoyado por los nacionalistas, enemigos de la Nación española que cobran del Estado. La oposición literalmente no existe.

Los ciudadanos, en estas circunstancias y respetando las reglas del juego democrático debemos pasar a la acción, exigiendo que se juzgue a la mayoría de los políticos que nos representan por los delitos que han cometido, no por el libre ejercicio de la política, sino por el uso de sus atribuciones para agredir, lesionar y escatimar el Estado de Derecho a los ciudadanos.

Es hora de que se juzgue a los políticos, comienza la etapa de instrucción, de reunión de pruebas, de artículos de la Constitución que se han vulnerado.

ES HORA DE QUE LOS POLITICOS RINDAN CUENTAS ANTE LOS CIUDADANOS, por maltratarnos desde el Estado, por favorecer a nuestros enemigos, por ciscarse en la Constitución, por no representar los intereses generales de los españoles, sino los particulares que resultan afines a sus propósitos, aunque sean perjudicándonos a todos.

No se puede juzgar a un ciudadano por no pagar sus impuestos, y permitir que un político no rinda cuentas de lo que hace con ellos. Esto es una tomadura de pelo. Ante estas circunstancias quedan dos alternativas: el juicio de los políticos o la desobediencia civil. No hay más, si queremos seguir siendo lo que somos, ciudadanos de un Estado democrático y de una Nación libre.

Erasmo de Salinas

La influencia de la escuela en los niños

domingo, 10 de agosto de 2008

¿España o Zapatero?, tu eliges por qué pagas

Tras un par de años de análisis cotidianos de la realidad política española, se pueden extraer algunas conclusiones interesantes. Quizás la más importante sea que los problemas de los españoles están cada vez más próximos a su solución. Sé que algunos lectores no compartirán el optimismo del autor del artículo, pero trataré de justificar el posicionamiento.

El PSOE es un partido corrupto, sectario, impresentable en una democracia que no sea bananera, pero con once millones de votantes despistados. Pero al mismo tiempo, los españoles no están ciegos ante la apariencia de normalidad política que se promueve desde el Gobierno como se muestra en una reciente encuesta, en la que un 76 % de los consultados consideran que no se sabe la auténtica realidad de lo ocurrido el 11-M, y eso después de haberse juzgado el caso. Hay una importante contradicción.

Hace dos años, cuando comenzaba su andadura este blog, Ciudadanos en la Red, apenas algún artículo de muy contados periodistas hablaba de la realidad secesionista de las comunidades mal denominadas "históricas",(porque tal falacia no puede admitirse, hay comunidades con mucha más historia de independencia que Cataluña, País Vasco, o Galicia, como Asturias o Aragón, que no son denominadas históricas, y deberían serlo, pero como no utilizan “hechos diferenciales” para aprovecharse de su condición, son comunidades “normales”, estandar, sin privilegios). Repito, las preocupaciones políticas de los españoles no eran precisamente los temas relacionados con el nacionalismo, hoy no hay español que deje de saber que otros españoles tratan de aprovecharse de los demás, haciendo valer sus supuestas diferencias. Cada día somos más los que les decimos a los “naciotraficantes” que en este país todos somos igual de diferentes, no hay ninguna diferencia que justifique la opresión, el privilegio, o la estafa a la que nos someten.

Sin respuesta desde la política

También hace dos años había un Partido Popular que defendía la unidad de España como garantía de libertad e igualdad de los españoles, pero se ha apeado de su trayectoria para competir electoralmente con las reglas de sus adversarios.

Surgió un partido impulsado por “intelectuales”, de nombre Ciutadans, que se extinguió por sus propios errores al convertirse en no nacionalista catalán, porque ese era el interés de sus mentores, para descalabrar cualquier alternativa de resistencia a la opresión nacionalista y socialista de los españoles en Cataluña.

Más tarde, Rosa Díez dijo que iba a defender a los derechos de los ciudadanos, y llegó al Parlamento por una opción que lleva el término “unión” en su marca. Pero lo que se ve es que va a defender un modelo de Estado como el del PSOE, sin las barbaridades que le ha incorporado Zapatero, que podríamos denominar como “socialismo constitucional”. Pero a fecha actual se observa que UPyD sigue siendo más socialista que constitucionalista, y lleva mal remedio que cambie de destino, porque sus dirigentes son incapaces de comprender que lo que se requiere es la defensa transversal de la Constitución, no están a la altura de lo que se necesita, tiempo perdido dedicarse a la construcción de un instrumento inútil, para cambiar la realidad, aunque posiblemente sea útil si le resta poder al PSOE, que ese es su principal objetivo.

Millones de españoles huérfanos políticos, esperan una solución que provenga de los partidos políticos, que habrían de ser sus representantes legítimos, pero en realidad sólo son sus representantes democráticos, porque la legitimidad la han perdido en el mismo instante que juegan fuera del tablero de la ley, que manipulan la justicia, que no respetan la Constitución, que pactan sobre la justicia otra cosa que no sea su independencia.

Millones de españoles esperamos una solución política que no llegará, porque el Estado se ha convertido en enemigo de la Nación española, y los políticos que tenemos son representantes del Estado que les da de comer, y abjuran de la Nación, la Constitución, y el régimen democrático se les ha quedado estrecho para implantar sus veleidades, y tienen que traspasar la barrera de la legitimidad política para asfixiar la libertad de los ciudadanos representada legítimamente en sus derechos.

Está claro que el programa político de Zapatero nada tiene que ver con las necesidades de los españoles, se ha hecho tan sectario como en Andalucía o Venezuela, y defiende exclusivamente los intereses de los grupos de presión que le apoyan: feministas, homosexuales politizados, ecologistas de salón, defensores de la paz, destructores de cualquier signo de identidad español, vividores del subsidio permanente, inmigrantes sometidos, y demás rentistas de lo ajeno. Está claro que la oposición no tiene capacidad para oponerse a esta tiranía de una forma de ver las cosas minoritaria, está claro que en la política no hay solución, ni alternativa.

¿Cuánto nos cuesta Zapatero?

Y también está claro que los españoles estamos hartos de soportar tanta estupidez política que nos ocasiona un retraso evitable con respecto a otros europeos, porque en España no es que se paguen más impuestos por recibir servicios mediocres o malos administrados por políticos ineptos, es que se pagan impuestos para que los políticos conviertan sus delirios en realidad, y con cada delirio de Zapatero o sus alíados nacionalistas, España se aproxima más a la miseria. En situación de bonanza económica apenas se percibe esta coyuntura, pero en una situación de crisis extraordinaria como la que estamos viviendo se acabaron las frivolidades políticas.

Un ejemplo claro, las obras públicas en este país se han detenido porque se ha acabado el dinero, la Ley de Dependencia no se cumple, los proyectos independentistas han tocado techo y lo saben, y ahora quieren sacar lo que puedan y como puedan, porque saben que si Zapatero está obligado a cerrar el grifo (y de paso cerrarles la boca de pedigüeños enriquecidos), porque es incomprensible para cualquiera y más para alguien que se reconoce como socialista, que los más ricos paguen menos y reciban más, que es precisamente lo que está ocurriendo.

Por eso andan desesperados en el País Vasco, en Cataluña, en Baleares y en Galicia, porque se acabó la fiesta y ahora hay que pagar los excesos cometidos, y los nacionalistas van a tener que devolver lo que han robado a España durante estos últimos años de dilapidación económica para construir sus naciones, porque es incomprensible que Cataluña o el País Vasco no avance económicamente, porque Carod Rovira e Ibarretxe quieran seguir en la poltrona y para eso es imprescindible más nacionalismo, más dinero para lo particular contra lo general.

Los ciudadanos españoles no podemos esperar soluciones de la política para esta situación extravagante, pero sí de la economía porque las reivindicaciones políticas de los nacionalistas siempre han sido un envoltorio amable de la avaricia económica que supone en algunas comunidades, después de haber detraído más recursos del Estado que otras, de enriquecerse a costa de todos los españoles, que busquen ahora su independencia fiscal y quedarse con lo usurpado. No hay socialismo que resista tal barbaridad, porque precisamente lo que necesitan las comunidades menos afortunadas es el apoyo de las demás para mejorar su situación, y a eso se oponen los nacionalistas, y también ¡los socialistas!.

Pero en su ceguera no se dan cuenta de que Europa funciona así, los planes de solidaridad europeos son los que han permitido a España ser una potencia económica, y la solidaridad Española será la que permita que los españoles, sin distinción de sexo, raza, creencia o ubicación territorial seamos cada día más iguales en recursos y derechos, porque somos también europeos. A esto se niegan los nacionalistas, pero sin embargo es el programa irrenunciable del socialismo, por eso el PSC, el PSE y el PSGa pretenden hacerse nacionalistas cuanto antes, porque saben que si no lo hacen los nacionalistas territoriales les nominarán como enemigos de los ciudadanos de sus comunidades, y no tendrán posibilidades electorales en ellas.

El PSOE tiene un grave problema, porque de no mantener planteamientos socialistas, UPyD se le va a quedar con los escaños; ha vendido su alma política al nacionalismo por un plato de lentejas electoral que le permita mantenerse en el poder o competir por él en las comunidades “históricas”. Si apoya al nacionalismo, se quedará sin votos en las comunidades “normales”, si no lo apoya se quedará sin votos en las comunidades “históricas”. No puede seguir brindando con cava mientras el resto de los españoles tienen dificultades para llegar a fin de mes, para pagar su hipoteca, sus préstamos, para seguir viviendo.

Por eso soy optimista, Zapatero se ha metido por su extraordinaria ambición política en una trampa que no sólo conducirá a su final, sino al del Partido Socialista Obrero Español. Los españoles podemos hacer dos cosas esperar y ver como termina el desastre, o practicar la eutanasia con el moribundo.

La economía pone las cosas en su sitio

Insisto que la solución de nuestros problemas vendrá de la economía, y el instrumento para resolver nuestras dificultades no puede ser otro que la justicia; la ley está de parte de los ciudadanos, la Constitución nos ampara, y con nuestra Constitución es absolutamente imposible que Zapatero se declare musulmán, cristiano, y judío al mismo tiempo para permanecer en el poder exclusivamente.

Lo invisible, lo que se ha tratado de ocultar a los españoles desde el poder, como todas las cosas que tratan de escatimarse a los ciudadanos, afortunadamente tiene sombra, y con el resplandor de la crisis quedará perfectamente delimitada.

Es posible que Zapatero no coma las uvas en La Moncloa, porque está claro que se ha convertido gracias exclusivamente a su inteligencia política en el nexo común de todos los problemas de los españoles, por lo tanto será el “chivo expiatorio”. La sabiduría castellana es diáfana en sus refranes: “muerto el perro, se acabó la rabia”.

Zapatero siempre ha sido un “mientras tanto”, un “tránsito”, un recreo en el programa estructural de organización política de este país. En el fondo ha sido una concesión que nos hemos hecho los españoles,con un poquito de soberbia, para recuperar la confianza en nosotros mismos, es algo así como si Nadal jugara al tenis con una sola mano .

Este chico de las cejas nos ha salido un émulo de Franco, ha jugado a imprescindible, a sucederse a sí mismo, a "mesías pacificador del mundo", quien lo iba a decir. Las cosas están suficientemente claras.

Lema de campaña para los próximos meses: “¿España o Zapatero?, tu eliges por qué pagas”.


Biante de Priena

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