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domingo, 14 de octubre de 2007

Lacsions Infurmática-02.

¡Viva España! (¡y el Espanyol!)

Quiénes tuvimos la suerte, anoche, de estar en el Stade de France de Saint-Denis no olvidaremos fácilmente la grandeza del espectáculo ofrecido en torno a uno de los deportes más bellos. Se enfrentaban en semifinales del Mundial de Rugby Francia e Inglaterra. En las tribunas, 50.000 franceses y 20.000 ingleses respetando el himno del rival y entonando incesantemente el suyo. No era una demostración cavernícola de fragor nacionalista, sino una celebración popular, pacífica y entusiasta en un extraño ambiente, incomprensible para quienes sólo han asistido a encuentros futboleros: hinchas mezclados y serenos, sin una mala palabra ni un mal gesto. Enamorados del balón oval, y orgullosos de representar, como los inmensos atletas en el césped, a su país y colores.

Unos tenían que ganar, y otra vez fueron los ingleses, "mejores enemigos" de Francia desde Juana de Arco en Ruán. Aplausos para todos por parte de todos, lágrimas (pocas), alegría, mucha alegría rojiblanca, y resignación azul, digna y pausada, ante la mirada sanamente envidiosa de algunos españoles que por allí observábamos cómo todavía es posible, en nuestro viejo continente, tierra de batallas milenarias, celebrar odas colectivas de apego a la Nación desde actitudes individuales libres y racionales, desprendidas de cualquier estado de trance tribal o de odio hacia el de al lado, y sin embargo portadoras de sentimientos ampliamente compartidos, los de una pertenencia difusa a una comunidad de destino aceptada y asumida.

En el frío de Dinamarca, mientras tanto, y contra el deseo de millones de compatriotas, si sumamos a separatistas, raulistas y culés, ganaba España. Era inevitable, pues por primera vez desde hace treinta años, tres jugadores del Espanyol/Español representaban a nuestra selección. No podía fallar. Así que el puñado de españoles que estábamos en Saint Denis, con bufandas francesas y una cerveza británica en la mano, levantamos el vaso y dijimos, con voz tranquila y melancólica: Viva España.

Dante Pombo de Alvear, Crónicas de Calypso

¿Pero que estás diciendo?

Después de poner ojos como platos, Alejo Vidal-Quadras le susurra a Francesc de Carreras, antes de soltar una carcajada: "¿Estás seguro de lo que dices?".
Eso fue en un programa de la televisión nacionalsocialista catalana, en "el acto de terminación" del partido Ciutadans, según Arcadi Espada.

"Fem un referèndum i diem d'una vegada què volem", dijo exactamente el profesor de Carreras, redactor del nuevo Ideario de su partido y cabeza pensante así como referencia intelectual y moral de Ciutadans desde el "congreso de las langostas" en Hospitalet. También ostenta un cargo oficial en dicho movimiento.

Ante las miradas atónitas y las reacciones estupefactas de los participantes, tanto de independentistas como del representante del Partido Popular, Carreras va más allá. Sin titubear y con una coherencia discursiva absoluta (nada que ver con esas declaraciones pasmosas que se ven a veces en TV, por parte de personajes públicos sometidos a alguna substancia etílica o química), el ex-militante del Psuc y firmante del manifiesto de los intelectuales que dio origen a su actual partido, explica lo que quiere decir: su proposición, a diferencia de la de los separatistas, no es exactamente un referéndum de autodeterminación, puesto que no es posible legalmente, sino una consulta política a los ciudadanos, cuyo resultado puede presentarse a las autoridades de la Nación. Cita un ejemplo canadiense-quebequense sobre el que no me extenderé, pues ha sido comentado en otro lugar, donde se subrayan las diferencias fundamentales entre la situación de Quebec y la de Cataluña, así como la frivolidad de la comparación, viniendo de un especialista universitario de derecho constitucional.

En todos los partidos, sin excepción, pueden ocurrir incidentes, a raíz de declaraciones de algún responsable que contradicen la línea estratégica de su colectivo y hasta sus principios. Por ejemplo, Gallardón cada dos o tres días, o Piqué cada dos o tres meses, hasta hace poco. También Rosa Díez, hasta el mes pasado, antes de irse del Psoe. En tales circunstancias, con mayor o menor fortuna, las cúpulas de los partidos reaccionan para desmentir, matizar o sencillamente reprender al imprudente, al torpe o al disidente.

En este caso no. Acabo de visitar la página oficial del partido Ciutadans y hay cosas muy interesantes sobre Frankfurt, una firme condena de una manifestación ultra en Valencia (y ni una palabra sobre el terrorismo urbano en San Sebastián, el mismo día: cuánta coherencia), varios artículos de Carreras, infinidad de entrevistas a Rivera... pero nada sobre ese programa y sobre las declaraciones del ilustre Méntor de Cs. Ni desmentido, ni puntualización, ni reacción frente a la polémica surgida, ni respuesta a Gorriarán, quien pide explicaciones en nombre de UPD, ni tampoco la reproducción del artículo de Espada con su "acto de terminación": nada.

Por cierto, Arcadi Espada también se refiere a otra declaración de Carreras, en el ya famosísimo programa, cuando el primo de Narcís Serra le dice al presentador : "...si quiere se lo explico, pues esto ya lo he dicho muchas veces, y lo he escrito". Resulta, en realidad, que Carreras, efectivamente, ya había escrito algún artículo acerca de los referendos, pero expresando una opinión muy distinta de la que expuso en la telebasura catalana.

Después del proceso de "purificación", con marginación, expulsión o dimisiones de todos aquellos que discrepaban con la línea Rivera-Carreras, Ciutadans se precipita pues, aparentemente, hacia el vacío con los silencios oficiales y el repliegue al estilo "los últimos mohicanos". Los apparatchiks cierran definitavemente la puerta y han decidido replegarse en la reserva catalana, en la que defenderán hasta la última gota, rodeados de algunos idiotas medianamente útiles, sus escaños autonómicos y alguna presencia en las listas catalanas para las elecciones generales, con la esperanza irracional de conseguir un acta de diputado por Barcelona. Pero ésa es la parte doméstica o alimenticia, propia de la miseria humana tan expandida en la casa nostra.

Lo más importante es otra cosa, y lo encarna con brillantez el Sr. de Carreras: toda una lección de ciencia política, sobre cómo promover, reorientar y finalmente desviar un proyecto político de regeneración ciudadana y democrática, supuestamente dirigido a luchar contra los abusos de los nacionalismos periféricos y a defender las libertades de todos los españoles garantizadas por la Constitución. Cómo impedir, desde hace dos años, que se pueda organizar realmente una alternativa política y social contra el golpismo separatista, contra la complicidad de la izquierda oficial y contra las flaquezas y los complejos del Partido Popular, único partido nacional y español que a duras penas sobrevive.

Hay que felicitar a esta gente, es mucho más hábil de lo que algunos pobres ingenuos podrían imaginar. Hoy más que nunca, la discriminación y el apartheid linguístico avasallan a los hispanohablantes de Cataluña; hoy más que nunca, el ciudadano español medianamente lúcido y consciente vive desamparado frente a poderes políticos arbitrarios, visionarios, extremistas y lunáticos, cuyas delirantes iniciativas ponen en peligro la supervivencia del pacto constitucional y permiten que una minoría de antiespañoles marquen el ritmo de la política nacional.

¿Tiene la culpa Ciutadans? Evidentemente, no. Es una gota de agua en el océano, pero ha sido muy útil a la hora de jugar al despiste; de desviar la atención y las energías de ciudadanos dispuestos a comprometerse en un proceso de resistencia y de disidencia.

Enhorabuena, Profesor.

Jorge Harrison

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