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martes, 27 de diciembre de 2011

Otra desaceleración


Cuando en mayo de 2008, el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero nos habló de una palabra que desconocíamos los españoles en nuestro lenguaje cotidiano, muchos nos preguntamos si esa era la forma de denominar a la recesión en la que estábamos viviendo, para permitirle triunfar en las elecciones engañando a los electores. Pero la realidad, que es necia, transformó “la desaceleración transitoria” de Zapatero en la mayor crisis económica que España ha atravesado desde la guerra civil. Tanto progresismo nos ha llevado, al menos, veinte años atrás; como sigamos con la memoria histórica como hoja de ruta, es posible que volvamos a contemplar a las dos Españas enfrentadas de nuevo, si acaso no han dejado de estarlo desde entonces.

Sorprende, por tanto, que el recientemente nombrado ministro de Economía del PP, Luis de Guindos, vuelva a utilizar la palabra desaceleración, pero en esta ocasión para .gifanunciarnos que el crecimiento del PIB será negativo en el último trimestre del 2011 y el primero de 2012, lo que en términos económicos se corresponde con una recesión, que si va acompañada de un ascenso de precios (algo que ha ocurrido con la reducción de salarios y la congelación de las pensiones, de forma encubierta, pues a pesar de haber subido los precios menos de un 3 %, de forma enmascarada y a dictado de decretos, los ingresos disponibles de los españoles han sido paulatinamente menores ), se conoce con el nombre de estanflación, que es la situación en la que llevamos más de tres años, sin ser reconocida por el partido del Gobierno pasado.

Llama poderosamente la atención que el nuevo Gobierno, siga utilizando los mismos recursos propagandísticos que el anterior, pero en esta ocasión para confirmar que estamos en una de las situaciones económicas más escabrosas de nuestra historia. Sin duda, es una primera impresión, porque todavía queda saber cuanto nos han dejado sin contar sobre la realidad, los que se han ido con la ayuda de nuestros votos, porque si han mentido en todo es de esperar que también lo hayan hecho en el colofón de su obra como legado.

Pero también llama la atención la escasa inteligencia de los nuevos gobernantes del PP, que con tal de alcanzar el poder, no fueron capaces de liderar a los españoles en su enfrentamiento con un Gobierno desquiciado y desnortado, mientras practicaba una perversa política de tierra quemada. Atrapados en el Síndrome de Casandra, secuestrados los españoles por un Gobierno desquiciado y una oposición ausente, hemos visto como se han alejado las posibilidades de solución a nuestros problemas.

Algunas de las características de una estanflación, para aquellos que las desconozcan, son las siguientes:
  1. La consecuencia inmediata es el incremento del desempleo, por debajo del 3 % de crecimiento del PIB se pierde empleo, fundamentalmente en los sectores más frágiles del mercado laboral que afectan especialmente a mujeres, jóvenes e inmigrantes.
  2. Se cierran empresas por quiebra, porque no pueden resistir las condiciones crediticias sin demanda de sus productos, las más vulnerables, las que estén con una elevada presión crediticia cerrarán en primer lugar. Más desempleo.
  3. Incremento de precios considerable, incremento descontrolado de la inflación, con grandes elevaciones de precios en productos básicos y de uso necesario.
  4. Disminución galopante del consumo, porque el desempleo influye en la cuestión, pero también el flujo económico que se reduce, enfriamiento de la economía, reducción de las importaciones, saldo en nuestros productos en venta al exterior con apenas beneficios, economía de supervivencia en las empresas.
  5. Conflictos en el mercado laboral, abaratamiento de la mano de obra, huelgas sectoriales ininterrumpidas. En consecuencia, dificultades crecientes en los servicios públicos.
  6. Incremento considerable del desempleo, que posiblemente llegue a alcanzar los seis millones, haciendo inviable la asignación de subsidios de desempleo prolongados.
  7. Disminución de la recaudación por parte del Estado con lo que se incrementará la presión fiscal con subida de impuestos, directos e indirectos.
  8. Ascenso de los tipos de interés para frenar el consumo. Esta medida al pertenecer nuestro sistema al euro, se compensará con exigencias extraordinarias por parte de la Unión Europea
  9. Desinversión extranjera, huida del capital a lugares menos tormentosos. Entrada de capitales especulativos en nuestro mercado, lo que incrementará los problemas financieros de nuestras empresas a medio y largo plazo.
  10. Paralización - estancamiento de la obra pública, el Estado reduce su participación en el mercado porque no tiene recursos más que para mantener su funcionamiento. Reducción de funcionarios, congelación de sueldos, exclusión de eventuales.
¡Que no falte la salud!

Enrique Suárez

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