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sábado, 2 de octubre de 2010

Libertades Civiles en España


En nuestro país no hay representación genuina de la sociedad civil, porque la política lo ha invadido todo. En España la sociedad civil representada está sometida y subyugada a la representación política y partidaria, formando parte del totalitarismo sinuoso y discreto que se ejerce desde la detentación del poder por los políticos.

Se ha visto recientemente la connivencia entre gobierno y sindicatos con motivo de la huelga general y la intervención de los piquetes en plena impunidad. En pleno siglo XXI no se puede permitir que unos energúmenos impongan con coacción y coerción su dogmatismo en nombre de un supuesto bien general de los ciudadanos desde su interpretación sectaria y particular, al tiempo que distorsionan su vida por completo, comenzando por imponer su voluntad a los que en una sociedad libre se supone que tienen tanto derecho a trabajar como a no hacerlo. Ha resultado fascinante el consentimiento por parte de las instituciones gubernamentales de los actos delictivos de los promotores de la Huelga General, fundamentalmente porque forman parte de su base social y electoral.

España nunca ha sido en democracia tan atenazada en las libertades civiles de los ciudadanos, se nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino como en el franquismo. Nuestro país parece que estuviera viviendo en una realidad virtual en el que la irracionalidad y la ausencia de sentido común son las características de la época.

En España tenemos actualmente presos políticos por leyes que supuestamente tienen la pretensión de equidad y se han convertido en un instrumento de la tiranía. En otros países de nuestro entorno no ocurren estas cosas y aquí nos lo quieren vender como un triunfo del progreso cuando en realidad es una regresión hacia la tiranía. La Ley de Violencia de Género debe ser derogada de inmediato, por incumplir la Constitución en lo que concierne a la igualdad, la descomunal barbaridad que se ha implantado desde el gobierno con la connivencia del aparato político-judicial no tiene parangón en ningún otro país occidental avanzado. Les pondré un ejemplo para que comprendan los que aún no lo han entendido lo que ocurre. Si un hombre y una mujer que forman pareja se pelean, el hombre va a la cárcel y la mujer es multada, sin importar las lesiones que presenten, así un hombre al que su pareja ha dejado como un sambenito puede acabar en la cárcel mientras que una mujer que presente un rasguño puede permanecer en la calle. Esto es una absoluta tiranía.

¿Se imaginan ustedes que un hombre de raza blanca y otro de raza negra se peleasen y como los de raza negra son minoría, por una ley antixenófoba el blanco terminara en la cárcel y el negro en la calle, presentando más lesiones el blanco que el negro? Pues más o menos es lo que ocurre con esta interpretación de la justicia partidaria que se ha establecido desde el gobierno socialista. Con una justicia contaminada hasta las cejas por la política, es necesario que los ciudadanos nos agrupemos políticamente para hacer frente al sistema de opresión en que se ha convertido la democracia en España.

Otra representación de la coerción en España es la imposición idiomática en determinadas comunidades como Cataluña o Baleares. ¿Tiene derecho el Estado a imponer su doctrina política en forma de inmersión? Se sienta un precedente autoritario muy peligroso, pues si puede imponer el idioma ¿por qué no podría imponer por la misma intención valores nazis o comunistas, en definitiva totalitarios, sobre las poblaciones más jóvenes?. Vivimos una representación proyectada de la realidad con intereses políticos que no tiene nada que ver con la realidad existente. La propaganda, como decía Noam Chomsky, es en la democracia lo que la coerción en los estados totalitarios. En la historia reciente de nuestra democracia nunca ha habido tanta propaganda y coerción.

Pero hay muchas más, la ley de rotulación catalana, las leyes de tráfico que son las más coercitivas de Occidente, la imposición de la Ley Antitabaco, la ley antitaurina de Cataluña que prohíbe las corridas de toros mientras blinda los “carrebous” o la barbaridad acontecida en forma de recomendación de imponer desde el Ministerio de Sanidad unas vacunas de la Gripe A, en la época en la que Trinidad Jiménez era ministra, de dudosa eficacia y garantías para la salud, con una campaña en la que atemorizaron a la población española el año pasado, costando millones de euros que se fueron directamente a la basura. De todas estas acciones hay responsables que deben rendir cuentas de su impostura democrática. Esto sin hablar de las políticas de lenidad con las acciones de grupos antisistema que destrozan las ciudades cada vez que tienen oportunidad, la inducción a la juventud de costumbres perjudiciales para su salud y bienestar futuro, como la pasividad, el botellón, el abandono vital, sin ofrecer alternativas sociales a una población que ronda el 50 % de paro.

El Estado en manos de los políticos que nos representan se ha convertido en los últimos años en un sistema de coerción insoportable. La propaganda y el pensamiento políticamente correcto están acabando con nuestra democracia y atentan de forma continua contra la libertad de los españoles.

Por eso es necesaria en nuestro país la presencia de movimientos que defiendan las libertades civiles de los ciudadanos frente a la inmensa impostura de un Estado que trata de educar coercitivamente a la sociedad civil, cuando debería ser instruido por ella en sus acciones limitadas.

Movimiento Democrático es una asociación política que tiene como objetivo defender las libertades civiles de los españoles, nunca tan amenazadas y aplastadas en democracia como hoy en día, gracias a la ineptitud de gobiernos ignorantes que lo único que saben hacer es mandar, utilizar el poder para imponer su voluntad, en un amago de tiranía, con la única finalidad de cultivar electores para su causa.

Ciudadano, es hora de que te comprometas en la lucha por tus libertades civiles y derechos fundamentales. Mañana puede ser demasiado tarde. Únete a Movimiento Democrático y defiende tu integridad humana, tu libertad y tus derechos contra el Estado que trata de imponer su opresión sobre tu vida.

Tolerancia cero con las imposiciones del poder que vulneren nuestra Constitución y la Declaración de Derechos Humanos, e impidan nuestras libertades civiles. Hoy es el momento de actuar, mañana será demasiado tarde.

Biante de Priena

La resistencia política en España: antipartidaria y transversal


La etapa que atraviesa la política española en la actualidad es digna de estudio por los politólogos. El PSOE ha transformado la democracia española en una auténtica oclocracia, una tiranía despótica e irracional que se apoya en las muchedumbres subvencionadas, por ejemplo los sindicatos, y todos aquellos que se afianzan alrededor del pesebre estatal. La reacción del principal partido de la oposición, el PP, es de denuncia y ausencia, como si no tuviera nada que ver, ni quisiera contaminarse con la deriva del gobierno socialista. Los nacionalistas, viendo que el Estado tiene agotadas sus ubres, han moderado su discurso y pactan con todo aquel que les prometa más que el contrario. Los ciudadanos atónitos permanecen perplejos ante un gobierno que lleva hacia el abismo al país y una oposición que lo contempla, esperando a que se estrelle, para recoger beneficios del descalabro del PSOE, aunque sea al precio de tener un país arruinado. Dentro de este sistema también hay otras formaciones partidarias, como IU, Ciutadans o UPyD, que a lo único que aspiran es a participar de la tarta del poder sin modificar el sistema político del más de lo mismo.

Ante el espectáculo goyesco y esperpéntico surge en España una nueva facción política formada por aquellos que consideran los partidos políticos, es decir la partitocracia, como una facción de poder única que se ha convertido en un sistema cerrado de dominación, en el que se alterna lo malo con lo peor, en una sucesión sin fin. Alejándose del modelo partidario que defiende siempre de forma dogmática los intereses sectarios de una ideología o la contraria, para establecer un modo de acción diferente, orientada a la protesta contra lo existente. Entre las alternativas transversales de la resistencia, no sometidas a la disciplinariedad doctrinaria, a pesar de haber muchas más, las principales se distribuyen en tres grupos.

Los que desde la participación pasiva pero visible pretenden denunciar lo existente ante la opinión pública, es el caso de Ciudadanos en Blanco, que tienen la pretensión de conseguir la representación política del voto en blanco, es decir interna de una forma genuina, recogiendo las actas de representación y abandonando desde el primer minuto la institución parlamentaria o municipal en la que han obtenido presencia. Al parecer, se estrenará en las próximas elecciones catalanas.

Hay otra alternativa de la que es ejemplo MCRC, Movimiento Ciudadano hacia la República Constitucional que tiene como objetivo la no participación en el sistema partitocrático, manteniendo una opción crítica con lo existente y abogando por una auténtica democracia en este país, algo que realmente nunca ha existido al menos más allá de lo nominal. Este grupo está dirigido por Antonio García Trevijano y tiene apoyos diversos y variados. Su participación en política es externa a la partitocracia y activa

Por último hay otra alternativa que es la organizada alrededor de Movimiento Democrático de España, una asociación política orientada a la acción en la defensa de las libertades civiles y los derechos constitucionales que pretende realizar, desde la participación activa en la partitocracia, una denuncia permanente de la representación política de los ciudadanos por parte de los partidos políticos convencionales. Su participación es interna en la partitocracia y activa

Por último tendríamos la población abstencionista, que a su pesar es interna y pasiva, aunque su intención posiblemente sea de no participación en el juego político, el poder la termina atribuyendo al desinterés de los ciudadanos, al clima o las circunstancias y no a la protesta pasiva con su no participación en las elecciones. Habitualmente ronda el 30 % de la población con derecho a voto. Si la población abstencionista decidiera apoyar alguna de las alternativas anteriores, el sistema español cambiaría por completo.

En realidad las tres alternativas forman parte de un movimiento antipartidario transversal que se suceden en un continuo de acción, Ciudadanos en Blanco desde la presencia pasiva, MCRC desde la crítica externa con una orientación pedagógica y formadora de opinión pública, y Movimiento Democrático desde la crítica interna con una orientación más activa hacia la intervención directa en la política partidaria.

Las tres alternativas comparten que los problemas de este país provienen de un fiasco de democracia que conculca el derecho de los ciudadanos a elegir a sus representantes políticos, porque en realidad los votantes lo único que hacen es ratificar o rechazar a los candidatos que han sido designados por los líderes o los aparatos de los partidos convencionales. Los partidos convencionales han usurpado la esencia de la democracia, restringiendo las posibilidades del pueblo para elegir a sus gobernantes y decidiendo quienes son los que van a controlarles desde la justicia, al elegir desde la política a los componentes de los tribunales de control y al fiscal general del Estado, que más bien parece el fiscal general del gobierno. No hay separación real de poderes en nuestro país, por lo tanto estamos viviendo en un régimen totalitario, en el que desde los partidos mayoritarios, PP y PSOE, se eligen componentes del parlamento, del poder judicial y del ejecutivo. Aquel que alcance el ejecutivo determinará todo el entramado de poder, en una democracia que de hecho funciona como un sistema presidencialista o semipresidencialista republicano y no como una monarquía parlamentaria. De esta forma el poder se autoperpetua y realimenta, creando una fortaleza protectora institucional, que conculca el auténtico significado del concepto democracia que es el gobierno del pueblo, no el gobierno del pueblo pero sin el pueblo, porque eso es el despotismo, la realidad política de este país.

El fiasco político del actual Gobierno que nos ha llevado en compañía de sus aliados nacionalistas y gracias a la no oposición del PP a una situación límite, nos permite observar en su esplendor la perversión de la mal denominada democracia que tenemos en España, que más bien es una organización política del poder que excluye al pueblo soberano de otra decisión que no sea la que le impongan. Se abre por primera vez una magnífica ventana para observar lo que el poder trata de ocultarnos de forma continua, que la representación política es una ficción democrática.

Sin embargo en la oposición real a la facción única representada por los partidos políticos convencionales no se está cometiendo el error de confrontar una unidad de acción, sino todo lo contrario, una diversidad plural y libre de alternativas mutuamente excluyentes. La opción que promueve CenB es excluyente con MCRC y MDE, porque ambas alternativas abogan por la actividad y no por la representación pasiva.

Mientras que MCRC decide no participar en la partitocracia, mientras que MDE decide hacerlo mostrando también su exclusión mutua. Esto no quiere decir que en la convergencia de objetivos, estas tres opciones sean un contrapoder que se enfrente a los partidos convencionales, que de facto funcionan como un partido único, que no se cuestiona a sí mismo como sistema, ejerciendo su tiranía de poder, detentando la representación concedida. Hay otros muchos movimientos políticos emergentes en nuestro país, pero todos ellos se pueden encuadrar en las alternativas expuestas en los ejes pasividad-actividad y participación-no participación en la partitocracia. Hay otras alternativas, como los antisistema o los altermundistas, o partidos específicos o dogmáticos, que tienen como objetivo la desestabilización del sistema para imponer otras alternativas diferentes, pero habitualmente nada tienen que ver con la democracia liberal, sino con la oposición de sus ideas sobre cualquier otra alternativa, pero sin duda también forman parte de la resistencia.

Al menos es grato comprobar que si en los partidos convencionales queda poca inteligencia en su alternativa real existe un acuerdo claro, implícito, pero patente de lo que es democracia y lo que no lo es, desde la libertad. Eso quiere decir que no está todo perdido, pero también que el cambio resulta muy difícil, porque la gente comprende como democracia lo que realmente no lo es y considera que la libertad es escoger entre lo que le ofrecen aquellos que les hurtan su soberanía, y no elegir lo que realmente quieren, porque los partidos políticos convencionales se han encargado desde la utilización de la propaganda, la coacción y la manipulación de los medios de comunicación de expandir la consigna políticamente correcta de que no puede existir nada más que lo que ellos ofrecen en política.

La democracia vigente en España se ha convertido en una cuestión de fe y creencia, perdiendo su condición de instrumento político que permita repartir el poder de forma equitativa, respetando la libertad y garantizando su control, para pasar a ser una religión que determina los límites de la realidad, de las circunstancias que les permiten imponer su tiranía como en el cristianismo en la Edad Media, en los regímenes nazi o comunista, o en los gobiernos islámicos en la actualidad.

Biante de Priena

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