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martes, 17 de mayo de 2011

Amicus Plato, Sed Magis Amica Veritas


“AMICUS PLATO, SED MAGIS AMICA VERITAS”

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· Impelido por este proverbio latino (“Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad”) y ante la inminencia de las elecciones del próximo 22 de mayo para designar a nuestros representantes en el Ayuntamiento de Cerdanyola, quiero verbalizar, negro sobre blanco y desde la óptica de la doctrina de la “honestidad radical”, una reflexión sobre los dos principios que podrían o deberían guiarnos a los votantes, en la elección de nuestro alcalde y nuestros concejales para los próximos 4 años. Así, dejo constancia por escrito de aquello que muchos no se atreven a decir” y/o de “lo que otros no quieren oír” (M. J. de Larra). En efecto, “si la libertad significa algo, es el derecho de decirles a los demás lo que no quieren oír” (G. Orwell).


· Para J. Joubert, “como la dicha de un pueblo depende de ser bien gobernado, la elección de los gobernantes pide una reflexión profunda y reposada”. Por eso, en la elección de nuestros representantes para el Ayuntamiento de Cerdanyola, los ciudadanos de nuestro municipio deberíamos regirnos por el “principio de la racionalidad” y por el de “lo políticamente incorrecto” (que son lo propio de los que practican la "honestidad radical"); y no por el de la “oportunidad” y el de lo “políticamente correcto” (que son el santo y seña de los “políticos profesionales”, siempre dispuestos a llegar al poder, sin hacer ascos a ningún medio). W. Churchill lo tenía muy claro cuando escribió aquello de que “el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Y también E. Kennedy cuando aseveraba que “en política pasa como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto está mal”. Por otro lado, comparto a pies juntillas el punto de vista del poeta L. García Montero. Éste ha afirmado que “el compromiso político [...] tiene que ir de la mano de la conciencia crítica como defensa de la independencia de aquel que no quiere ser adorno del poder ni comparsa de nada, sino que se trata de un ojo que observa y sueña con ilusiones colectivas”.


· Por eso, impelido por la doctrina de la “honestidad radical”, por el “principio de la racionalidad”, por “lo políticamente incorrecto” y por el aforismo amicus Plato, sed magis amica veritas”, me veo en la obligación, en esta semana de reflexión preelectoral, de puntualizar algunas cuestiones.


· Por un lado, a los políticos no se les debe juzgar o valorar por lo que dicen (“verba”) sino por lo que hacen (“facta”). Además, es una verdad de Perogrullo (aquel que a la mano cerrada llamaba puño) afirmar que los políticos, una vez elegidos, sufren una metamorfosis amnésica, que hace que olviden lo prometido durante la campaña y que sus “facta”estén a mil años luz de las promesas (“verba”) que hicieron a la ciudadanía. Y, por otro lado, en más de una ocasión, sus “facta” están en las antípodas de la legalidad vigente, legalidad que ellos mismos deberían esmerarse en acatar y cumplir, dando así ejemplo a la ciudadanía. Sobre esto último y para muestra, vale un botón. Me explico.


· La actual corporación municipal, regentada por Carme Carmona (PSC), así como la anterior, presidida por Toni Morral (ICV-EaiA), en ambos casos en coalición con otos partidos (CiU, ERC y algún tránsfuga), siempre han gobernado en catalán, i.e. utilizando sólo el catalán como lengua de comunicación con los administrados. Durante esta campaña, los partidos precitados nos han prometido el sol, la luna y el paraíso en nuestro municipio, durante los próximos cuatro años, y, de nuevo, lo han hecho casi exclusivamente en catalán. Sólo el PP ha utilizado sistemáticamente el bilingüismo (catalán-español). Los otros, o han utilizado sólo el catalán (ERC, CiU) o bien han hecho una pequeña concesión al bilingüismo (catalán-español) en algún documento, pero sólo para pedir el voto (PSC e ICV).


· Este unilingüismo sectario (todo en catalán) de las autoridades municipales pasadas y presentes no es una buena carta de presentación ni un buen anzuelo para cosechar los votos de aquellos que tienen como lengua propia la otra lengua oficial y mayoritaria de Cataluña, el español. Y con este comportamiento lingüístico, los ex alcaldes, los ex concejales y los candidatos en estas elecciones han demostrado y demuestran: 1. que les trae sin cuidado respetar la legalidad vigente, dando un pésimo ejemplo a la ciudadanía de nuestro municipio; 2. que les importa un bledo el respeto a las reglas más elementales de la educación cívica, política y lingüística, dando nuevamente un ejemplo censurable a la ciudadanía; 3. y les importa un comino hacer el ridículo al enseñar el plumero: sólo utilizan el bilingüismo para pedir el voto a los ciudadanos y, después, si te he visto no me acuerdo.


· Ante estos hechos, los ciudadanos de Cerdanyola, conscientes de nuestros derechos (cf. art. 3.1. de la Constitución de 1978), tenemos la oportunidad y la obligación de pasar factura a todos estos partidos sectarios, el próximo día 22 de mayo. Los desmanes lingüísticos, cometidos por ellos, el sectarismo y el partidismo de los que han hecho gala deberían provocar la migración de nuestros votos hacia aquellas formaciones políticas que se comprometan a respetar los derechos lingüísticos inalienables de los ciudadanos de Cerdanyola, que tienen como lengua propia una de las lenguas oficiales y mayoritarias de nuestro municipio, el español. La impunidad lingüística de la que han disfrutado debería acabarse el 22 de mayo, día de las elecciones municipales. En nuestras manos está el restablecer el imperio de la ley.


Manuel I. Cabezas González

Cerdanyola, 16 de mayo de 2011

El Contrato Social ha caducado en España


Hace tres años anunciaba el agotamiento del viejo modelo de representación política de Rousseau en un artículo titulado “Hacia un nuevo Contrato Social”, dónde me preguntaba que tenía que ver con la sociedad actual, la que conoció el ginebrino y en la que construyó su modelo de relación entre ciudadanos y sus representantes políticos. España no es Suiza y estamos en el siglo XXI.

La democracia en España ha alcanzado su mayor grado de deterioro con los gobiernos de Rodríguez Zapatero y su ausencia de respeto por las condiciones naturales y culturales propias del país que ha gobernado. Su despotismo social, le ha llevado a prescindir del respeto a los elementos fundamentales que fundamentan una democracia, además de los votos. Ha impuesto las leyes que le han venido en gana, en muchas ocasiones en una soberbia de poder insoportable, con la intención de enmascarar sus enormes errores económicos.

Pero nadie debe olvidarse de que lo ha hecho con la ausencia de oposición parlamentaria, tanto porque el PP de Mariano Rajoy se ha dedicado al tancredismo expectante, como porque el resto de los grupos parlamentarios nacionalistas, han aprovechado para expoliar el Estado en su interés particular, tanto a nivel político, como económico. Los Gobiernos de Rodríguez Zapatero han tratado de socavar la soberanía nacional por todos los medios, convirtiendo a los españoles en ciudadanos socializados a sus propósitos inefables de perpetuación en el poder.

Su política ha sido una auténtica montaña rusa, en la que lo mismo se decía desde el PSOE que el Estatuto de Cataluña era su estatuto (Leire Pajín), hasta que el Tribunal Constitucional decidió que no era compatible con nuestra Carta Magna, no obstante, el Gobierno de Cataluña, en una ilegítima rebeldía no ha permitido que se corrijan los artículos que llevan vigentes varios años. En el caso del País Vasco ha ocurrido algo similar con la legalización de Bildu, convirtiendo al Tribunal Constitucional de nuevo, en árbitro de los excesos y deseos gubernamentales , contraviniendo la sentencia del Tribunal Supremo previa, creando un subyugación insoportable de la justicia independiente a la política justiciera. Sin olvidarse del secuestro del Parlamento a las decisiones del Gobierno, en lo relativo a todos los intentos de negociación con la banda terrorista ETA.

La sociedad del siglo XXI nada tiene que ver con la sociedad en la que vivieron todos los teóricos del contrato social. Una sociedad en la que es posible la comunicación inmediata, el acceso pleno a la información, con unas tecnologías que pueden permitir la la democracia directa en la mayoría de los problemas que se presentan en nuestras vidas, y con una población conformada por ciudadanos con un nivel cultural y un criterio suficiente, no puede seguir siendo representada con criterios de hace más de dos siglos, porque a los políticos, que son los principales beneficiados, les convenga.

Las alternativas para el cambio del régimen demagógico en el que vivimos pasan por cuatro vías, que posiblemente se desarrollarán de forma conjunta e imbrincada:

Reforma desde la política: el primer caso de regreso a la política que respete a los ciudadanos se está produciendo en Asturias con el partido Foro Asturias, que tiene por presidente a Francisco Álvarez Cascos. Es la voz más clara de este país que denuncia con claridad la connivencia del PSOE y el PP en el reparto del poder, de una forma que recuerda a los gobiernos alternantes de Cánovas y Sagasta (Pacto del Pardo, 1885), a finales del siglo XIX, realizados a espaldas de la ciudadanía. La regeneración de la política requiere fundamentalmente que los políticos abandonen sus tentaciones de convertirse en la nueva aristocracia de un antiguo régimen camuflado de democracia. De cualquier forma, el ejercicio despótico del poder a que nos tienen acostumbrados los partidos convencionales toca a su fin. El establishment político-económico-mediático hace tiempo que ha entrado en agonía.

Reforma desde la ciudadanía: los movimientos organizados alrededor de las redes sociales están en auge, no solo en España, sino en todo el mundo. Buena prueba han sido las recientes revoluciones de los países musulmanes de Egipto, Túnez, Libia, Siria, o Yemen. En España cada vez se van perfilando más opciones que tenderán a concentrar sus objetivos en el futuro. La presión en un país con cinco millones de parados es inmensa. El problema al que se enfrentan estos movimientos es a la tradicional manipulación que la izquierda hace de la calle en su propio interés. Resulta fascinante comprobar que cuando el PSOE está a punto de abandonar el poder, surgen movimientos de reivindicación contra los políticos en general y no contra el PSOE en particular que es el que ha organizado el desastre. (La plataforma Democracia Real Ya!, se reunen en La Puerta del Sol y no en La Moncloa. La izquierda siempre ha tendido a difundir sus propias responsabilidades cuando las cosas van mal, y la derecha, desde su tradicional acomplejamiento, se lo ha permitido, confundiendo el respeto a la democracia con el respeto a la demagogia). Qui prodest?, evidentemente, en estas fechas, al PSOE, ahora no se manifiestan contra la guerra como el 11-M, para llevar al PSOE al poder; ahora lo hacen por la que ha armado el PSOE en el Gobierno, para que no abandone el poder el 22-M, como está previsto según las encuestas y siga llevándonos al desastre. Casualidades tiene la historia.

Reforma Constitucional: España camina sin prisa, pero sin pausa, hacia una nueva Constitución. No se puede aceptar un sistema político que se organiza sobre la expoliación del pueblo y en interés de las clientelas mercantiles y electorales de los partidos políticos. El sistema autonómico no puede sostenerse en las actuales dimensiones, sobre un incremento de la deuda que pagarán nuestros nietos para crear una casta de privilegiados en la política. Los nacionalismos no pueden crear sus naciones a expensas de la ruptura de la nación de todos. El único interés de los nacionalismos es posicionarse con ventaja para obtener privilegios políticos y económicos con respecto a los demás españoles, creando una desigualdad inconstitucional e ilegítima. Los españoles, un pueblo soberano, nos hemos convertido en súbditos de los políticos, los nacionalismos, las ideologías, la corrupción, la mala gestión y las legislaciones sectarias.

Reforma Económica: queramos o no, nuestra economía forma parte de la Unión Europea, que cada día va cogiendo más atribuciones. La quiebra de Grecia, Irlanda y Portugal, determina un nuevo estilo de gestión económica y política determinado por las reglas compartidas establecidas por la Europa de los 27, lo que se ha denominado como Gobernanza. Los países de la Unión Europea, en especial los que formamos parte de la moneda única, tenemos un marco de actuación que viene determinado por la totalidad. Hemos entregado parte de nuestra soberanía en un nuevo Contrato Económico, Político y Social, y si queremos seguir perteneciendo al club europeo estamos obligados a cumplirlo.

Lo único que nos queda saber a fecha actual en España, es los tiempos de ejecución y las pautas de organización a seguir, para crear un nuevo contrato social, si los políticos depondrán su actitud por si solos, o habrá que sugerírselo de forma más contundente, en las urnas, en la calle, o en la red. Pero lo que está claro es que ya no hay marcha atrás, el modelo ha caducado, o se regenera por si mismo, aunque no queda mucho tiempo, o se regenera por imposición de los ciudadanos. La democracia es el Gobierno al servicio del pueblo, no el pueblo al servicio del Gobierno.

Biante de Priena

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