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martes, 17 de mayo de 2011

El Contrato Social ha caducado en España


Hace tres años anunciaba el agotamiento del viejo modelo de representación política de Rousseau en un artículo titulado “Hacia un nuevo Contrato Social”, dónde me preguntaba que tenía que ver con la sociedad actual, la que conoció el ginebrino y en la que construyó su modelo de relación entre ciudadanos y sus representantes políticos. España no es Suiza y estamos en el siglo XXI.

La democracia en España ha alcanzado su mayor grado de deterioro con los gobiernos de Rodríguez Zapatero y su ausencia de respeto por las condiciones naturales y culturales propias del país que ha gobernado. Su despotismo social, le ha llevado a prescindir del respeto a los elementos fundamentales que fundamentan una democracia, además de los votos. Ha impuesto las leyes que le han venido en gana, en muchas ocasiones en una soberbia de poder insoportable, con la intención de enmascarar sus enormes errores económicos.

Pero nadie debe olvidarse de que lo ha hecho con la ausencia de oposición parlamentaria, tanto porque el PP de Mariano Rajoy se ha dedicado al tancredismo expectante, como porque el resto de los grupos parlamentarios nacionalistas, han aprovechado para expoliar el Estado en su interés particular, tanto a nivel político, como económico. Los Gobiernos de Rodríguez Zapatero han tratado de socavar la soberanía nacional por todos los medios, convirtiendo a los españoles en ciudadanos socializados a sus propósitos inefables de perpetuación en el poder.

Su política ha sido una auténtica montaña rusa, en la que lo mismo se decía desde el PSOE que el Estatuto de Cataluña era su estatuto (Leire Pajín), hasta que el Tribunal Constitucional decidió que no era compatible con nuestra Carta Magna, no obstante, el Gobierno de Cataluña, en una ilegítima rebeldía no ha permitido que se corrijan los artículos que llevan vigentes varios años. En el caso del País Vasco ha ocurrido algo similar con la legalización de Bildu, convirtiendo al Tribunal Constitucional de nuevo, en árbitro de los excesos y deseos gubernamentales , contraviniendo la sentencia del Tribunal Supremo previa, creando un subyugación insoportable de la justicia independiente a la política justiciera. Sin olvidarse del secuestro del Parlamento a las decisiones del Gobierno, en lo relativo a todos los intentos de negociación con la banda terrorista ETA.

La sociedad del siglo XXI nada tiene que ver con la sociedad en la que vivieron todos los teóricos del contrato social. Una sociedad en la que es posible la comunicación inmediata, el acceso pleno a la información, con unas tecnologías que pueden permitir la la democracia directa en la mayoría de los problemas que se presentan en nuestras vidas, y con una población conformada por ciudadanos con un nivel cultural y un criterio suficiente, no puede seguir siendo representada con criterios de hace más de dos siglos, porque a los políticos, que son los principales beneficiados, les convenga.

Las alternativas para el cambio del régimen demagógico en el que vivimos pasan por cuatro vías, que posiblemente se desarrollarán de forma conjunta e imbrincada:

Reforma desde la política: el primer caso de regreso a la política que respete a los ciudadanos se está produciendo en Asturias con el partido Foro Asturias, que tiene por presidente a Francisco Álvarez Cascos. Es la voz más clara de este país que denuncia con claridad la connivencia del PSOE y el PP en el reparto del poder, de una forma que recuerda a los gobiernos alternantes de Cánovas y Sagasta (Pacto del Pardo, 1885), a finales del siglo XIX, realizados a espaldas de la ciudadanía. La regeneración de la política requiere fundamentalmente que los políticos abandonen sus tentaciones de convertirse en la nueva aristocracia de un antiguo régimen camuflado de democracia. De cualquier forma, el ejercicio despótico del poder a que nos tienen acostumbrados los partidos convencionales toca a su fin. El establishment político-económico-mediático hace tiempo que ha entrado en agonía.

Reforma desde la ciudadanía: los movimientos organizados alrededor de las redes sociales están en auge, no solo en España, sino en todo el mundo. Buena prueba han sido las recientes revoluciones de los países musulmanes de Egipto, Túnez, Libia, Siria, o Yemen. En España cada vez se van perfilando más opciones que tenderán a concentrar sus objetivos en el futuro. La presión en un país con cinco millones de parados es inmensa. El problema al que se enfrentan estos movimientos es a la tradicional manipulación que la izquierda hace de la calle en su propio interés. Resulta fascinante comprobar que cuando el PSOE está a punto de abandonar el poder, surgen movimientos de reivindicación contra los políticos en general y no contra el PSOE en particular que es el que ha organizado el desastre. (La plataforma Democracia Real Ya!, se reunen en La Puerta del Sol y no en La Moncloa. La izquierda siempre ha tendido a difundir sus propias responsabilidades cuando las cosas van mal, y la derecha, desde su tradicional acomplejamiento, se lo ha permitido, confundiendo el respeto a la democracia con el respeto a la demagogia). Qui prodest?, evidentemente, en estas fechas, al PSOE, ahora no se manifiestan contra la guerra como el 11-M, para llevar al PSOE al poder; ahora lo hacen por la que ha armado el PSOE en el Gobierno, para que no abandone el poder el 22-M, como está previsto según las encuestas y siga llevándonos al desastre. Casualidades tiene la historia.

Reforma Constitucional: España camina sin prisa, pero sin pausa, hacia una nueva Constitución. No se puede aceptar un sistema político que se organiza sobre la expoliación del pueblo y en interés de las clientelas mercantiles y electorales de los partidos políticos. El sistema autonómico no puede sostenerse en las actuales dimensiones, sobre un incremento de la deuda que pagarán nuestros nietos para crear una casta de privilegiados en la política. Los nacionalismos no pueden crear sus naciones a expensas de la ruptura de la nación de todos. El único interés de los nacionalismos es posicionarse con ventaja para obtener privilegios políticos y económicos con respecto a los demás españoles, creando una desigualdad inconstitucional e ilegítima. Los españoles, un pueblo soberano, nos hemos convertido en súbditos de los políticos, los nacionalismos, las ideologías, la corrupción, la mala gestión y las legislaciones sectarias.

Reforma Económica: queramos o no, nuestra economía forma parte de la Unión Europea, que cada día va cogiendo más atribuciones. La quiebra de Grecia, Irlanda y Portugal, determina un nuevo estilo de gestión económica y política determinado por las reglas compartidas establecidas por la Europa de los 27, lo que se ha denominado como Gobernanza. Los países de la Unión Europea, en especial los que formamos parte de la moneda única, tenemos un marco de actuación que viene determinado por la totalidad. Hemos entregado parte de nuestra soberanía en un nuevo Contrato Económico, Político y Social, y si queremos seguir perteneciendo al club europeo estamos obligados a cumplirlo.

Lo único que nos queda saber a fecha actual en España, es los tiempos de ejecución y las pautas de organización a seguir, para crear un nuevo contrato social, si los políticos depondrán su actitud por si solos, o habrá que sugerírselo de forma más contundente, en las urnas, en la calle, o en la red. Pero lo que está claro es que ya no hay marcha atrás, el modelo ha caducado, o se regenera por si mismo, aunque no queda mucho tiempo, o se regenera por imposición de los ciudadanos. La democracia es el Gobierno al servicio del pueblo, no el pueblo al servicio del Gobierno.

Biante de Priena

3 comentarios:

pelaya dijo...

La reforma social que empieza no es con Cascos, es con los jóvenes y no tan jóvenes que han salido a la calle a manifestarse sin apoyo de partidos, plataformas ni sindicatos y que ha renunido en más de 50 capitales milleras de personas.Eso es la revolución social Y las que les pese a todos los políticos esto es el comienzo de una nueva situación política, ahora es la hora del grito de millones NO LES VOTES Y DEMOCRACIA REA YA!!!esto es el comienzo de una nueva era y clase política que empieza a salir a la calle.Ni Cascos ni nadie podrá frenar lo que el pueblo está gestando

Anónimo dijo...

Pelaya, el día que aparezcan los líderes de ese movimiento, descubriremos que tras de todo están los mismos de siempre. Los que se movieron por el No a la Guerra de Irak y se quedaron en casa ante la guerra de Libia...son los mismos que hoy, cuando el PSOE va a perder las elecciones, salen a la calle, porque cuando la izquierda gobierna este país la democracia existe, aunque haya trincado más que la derecha, y cuando no gobierna, hay que luchar por la democracia. Dejá vu.

Democracia socialista Ya! dijo...

Ya no engañan a nadie:

Con el PSOE...algún día alcanzarás la democracia, en esta vida o en la otra

¡Motivos para creer no te faltan!

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