En las próximas semanas nos ocuparemos de hacer algunas propuestas para mejorar el sistema democrático que tenemos en España. El objetivo es reunir unas cuantas ideas que permitan una representación política más próxima a los ciudadanos. Las nuevas herramientas que nos ofrece la sociedad de la información lo pueden permitir. Evidentemente hay muchas instancias e instituciones interesadas en que eso no ocurra, porque el actual NEGOCIO DE LA POLÍTICA, es posiblemente la empresa que produce más beneficios económicos, precisamente para aquellos que menos se lo merecen, porque en su inmensa mayoría viven de aprovecharse de la posición de poder que han alcanzado gracias a los votos de los inocentes ciudadanos que acuden a las urnas a depositar su voto, pensando que realmente sirve para algo, cuando en realidad no sirve para nada. Elegir entre gato blanco o gato negro, no salva a los ratones de una muerte segura.
Comenzaremos con un par de propuestas, la primera se refiere a la democracia dentro de los partidos políticos y la segunda a la representación de los electores, que dejará de ser estructural e inmutable durante cuatro años, para ser funcional y dinámica durante toda la legislatura
1) Democracia Real y Participativa en los partidos políticos:
Con elecciones internas en el partido fundamentadas en listas abiertas, que se aproxime al criterio colectivo de representación directa de la voluntad de la asamblea. Elección directa por la asamblea formada por todos los militantes de los órganos políticos, legales y económicos del partido, así como los representantes públicos de la formación, es decir a todos los candidatos, desde el nivel local hasta el nacional. Cada representante será elegido por todos los militantes de la circunscripción correspondiente.
2) Representación Política: voto continuo, veto, representación dinámica.
Los electores tendrán derecho de voto, pero también de veto, es decir, el voto dejará de ser algo puntual y concedido para un periodo de determinado, para convertirse en continuo, cada elector dispondrá de la opción de apoyar o retirar su confianza al partido que haya votado. Para ello cada candidatura electoral contará con un resguardo con código de barras y caracteres alfanuméricos, que se desprenderá en el momento de la votación y el elector conservará como testigo de que ha votado a un determinado partido político. Posteriormente podrá utilizarlo como clave para decidir sobre determinadas propuestas del partido elegido o su posición ante determinadas propuestas de otros partidos.
Por ejemplo en el caso de leyes complejas como la del aborto o la de la reforma laboral, el mandato del partido será imperativo, teniendo que representar de forma obligatoria la decisión colectiva de los ciudadanos que al menos decidan participar en la decisión sobre la cuestión. Los que no decidan participar en estas votaciones, serán representados por el partido.
Un 25 % de representantes elegidos, podrán decidir someter una ley a referéndum, al igual que un millón de electores. Los referenda se deben institucionalizar de forma asequible y transparente, con un control exhaustivo en el que se encuentren representados ciudadanos al azar que serán elegidos por sorteo.
La forma de desarrollar el proceso electoral continuo será facilitada por el Estado con sistemas informatizados seguros y vigilados por funcionarios y ciudadanos conjuntamente a nivel central, elegidos de forma aleatoria para cada ocasión. La intefaz de votación podrá ser parecida a los actuales cajeros automáticos, y deberán estar instaladas en las delegaciones de gobierno correspondientes, o en los ayuntamientos de más de un determinado número de habitantes.
El proceso será sencillo, el ciudadano acude con su carnet de identidad y el resguardo de su voto –con datos alfanuméricos y código de barras- y bien por un lector automático o introduciendo los caracteres, de forma secreta emitirá su votación sobre la cuestión correspondiente. Esto lo podrá hacer tanto para propuestas políticas generales, como para propuestas de su propio partido.
Por último, el elector podrá retirar su confianza al partido si le defrauda y así lo desea. Al igual que podrá hacer propuestas concretas que el partido deberá responder y tener en cuenta. Es importante la condición de veto, porque permitirá que los partidos políticos tengan un apoyo diferente a lo largo de los cuatro años de su representación política. Un partido que no cumpla con la palabra dada podrá quedarse sin apoyos.
Los apoyos (o rechazos) al partido correspondientes se actualizarán cada seis meses o un año, y el elector que retire su apoyo a un partido, podrá concedérselo a otro. Esto se puede hacer con circunscripciones uninominales, por lo que un candidato que represente un determinado distrito puede comenzar una legislatura siendo representante y dejar de tener representación a los seis meses o un año, tanto si es representante europeo, nacional, autonómico, provincial o local.
La confianza de los electores dejará de ser un cheque en blanco para los políticos, que les permita hacer lo que les dé la gana durante varios años en plena impunidad e irresponsabilidad en este tiempo.
Los controles sobre el buen funcionamiento del sistema serán exhaustivos, transparentes, y rigurosos, con participación directa de los ciudadanos.
ESR
Comenzaremos con un par de propuestas, la primera se refiere a la democracia dentro de los partidos políticos y la segunda a la representación de los electores, que dejará de ser estructural e inmutable durante cuatro años, para ser funcional y dinámica durante toda la legislatura
1) Democracia Real y Participativa en los partidos políticos:
Con elecciones internas en el partido fundamentadas en listas abiertas, que se aproxime al criterio colectivo de representación directa de la voluntad de la asamblea. Elección directa por la asamblea formada por todos los militantes de los órganos políticos, legales y económicos del partido, así como los representantes públicos de la formación, es decir a todos los candidatos, desde el nivel local hasta el nacional. Cada representante será elegido por todos los militantes de la circunscripción correspondiente.
2) Representación Política: voto continuo, veto, representación dinámica.
Los electores tendrán derecho de voto, pero también de veto, es decir, el voto dejará de ser algo puntual y concedido para un periodo de determinado, para convertirse en continuo, cada elector dispondrá de la opción de apoyar o retirar su confianza al partido que haya votado. Para ello cada candidatura electoral contará con un resguardo con código de barras y caracteres alfanuméricos, que se desprenderá en el momento de la votación y el elector conservará como testigo de que ha votado a un determinado partido político. Posteriormente podrá utilizarlo como clave para decidir sobre determinadas propuestas del partido elegido o su posición ante determinadas propuestas de otros partidos.
Por ejemplo en el caso de leyes complejas como la del aborto o la de la reforma laboral, el mandato del partido será imperativo, teniendo que representar de forma obligatoria la decisión colectiva de los ciudadanos que al menos decidan participar en la decisión sobre la cuestión. Los que no decidan participar en estas votaciones, serán representados por el partido.
Un 25 % de representantes elegidos, podrán decidir someter una ley a referéndum, al igual que un millón de electores. Los referenda se deben institucionalizar de forma asequible y transparente, con un control exhaustivo en el que se encuentren representados ciudadanos al azar que serán elegidos por sorteo.
La forma de desarrollar el proceso electoral continuo será facilitada por el Estado con sistemas informatizados seguros y vigilados por funcionarios y ciudadanos conjuntamente a nivel central, elegidos de forma aleatoria para cada ocasión. La intefaz de votación podrá ser parecida a los actuales cajeros automáticos, y deberán estar instaladas en las delegaciones de gobierno correspondientes, o en los ayuntamientos de más de un determinado número de habitantes.
El proceso será sencillo, el ciudadano acude con su carnet de identidad y el resguardo de su voto –con datos alfanuméricos y código de barras- y bien por un lector automático o introduciendo los caracteres, de forma secreta emitirá su votación sobre la cuestión correspondiente. Esto lo podrá hacer tanto para propuestas políticas generales, como para propuestas de su propio partido.
Por último, el elector podrá retirar su confianza al partido si le defrauda y así lo desea. Al igual que podrá hacer propuestas concretas que el partido deberá responder y tener en cuenta. Es importante la condición de veto, porque permitirá que los partidos políticos tengan un apoyo diferente a lo largo de los cuatro años de su representación política. Un partido que no cumpla con la palabra dada podrá quedarse sin apoyos.
Los apoyos (o rechazos) al partido correspondientes se actualizarán cada seis meses o un año, y el elector que retire su apoyo a un partido, podrá concedérselo a otro. Esto se puede hacer con circunscripciones uninominales, por lo que un candidato que represente un determinado distrito puede comenzar una legislatura siendo representante y dejar de tener representación a los seis meses o un año, tanto si es representante europeo, nacional, autonómico, provincial o local.
La confianza de los electores dejará de ser un cheque en blanco para los políticos, que les permita hacer lo que les dé la gana durante varios años en plena impunidad e irresponsabilidad en este tiempo.
Los controles sobre el buen funcionamiento del sistema serán exhaustivos, transparentes, y rigurosos, con participación directa de los ciudadanos.
ESR
1 comentario:
tambien se les podría poner a los políticos un sueldo a base de incentivos, es decir, por cada promesa que cumplan, cobran un plus. Asi se evitaría que durante el proceso electoral te prometan 50 cosas y luego cumplan 2.
Por ejemplo, un sueldo de 1.000 euros y por cada promesa cumplida un plus de X dinero.
Asi evitamos que mentirosos y vividores estén 4 años en el poder sin hacer nada.
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