Un día descubrí que estaba muerto en la red social de Facebook, mi cuenta había sido deshabilitada, quizás porque dije algo inconveniente, tal vez por invitar a unos amigos a algun acontecimiento, o simplemente porque a alguien le molestó mi avatar o nick.
Al ponerme en contacto con los administradores del asunto, descubrí que Bot, un amable y simpático ente de origen desconocido, me remitía mensajes clonados en los que me solicitaba hacer la pregunta desde el correo con el que me dí de alta para poder responderme, tuve que buscarlo y encontrar las claves, pues un año es demasiado tiempo para la memoria en un mundo atiborrado de inútiles cosas para recordar, hice lo que me demandaba, más tarde me pidió que confirmara mi nueva cuenta, lo que tambien hice, (no recuerdo haber sido tan obediente desde hace años), pero sin embargo no sirvió de nada, dejó de escribirme y hasta hoy. Bot ya no quiere saber nada de mí o al que copia los mensajes prefabricados se le han acabado y tendrá que consultar con alguien que piense para ver como responde a mis preguntas sobre dónde se ha celebrado el juicio, cual ha sido la sentencia y quien ha decidido la condena.
Aunque haya sido una muerte virtual, fácil de solventar creando otra cuenta de correo, para crear otra cuenta de facebook y volver a convocar a todos los amigos que tenía explicándoles la fortuita situación inesperada, Bot deja una advertencia de que si hago tal cosa todas mis cuentas de correo podrán ser invalidadas, que debe ser algo parecido a la muerte eterna.
Realmente me estoy planteando seriamente si regresaré al caralibro, que ha servido a su dueño Mark Zuckerberg, para convertirse en la persona más influyente en el mundo de la tecnología. No tengo nada contra Mark, el oficio de todo negociante es forrarse y si además inventa el mecanismo para hacerlo por sí mismo mucho mejor, otros se forran a costa del prójimo y encima son elegidos en las urnas para salvarnos la vida, pero no llevo con paciencia lo de Bot, porque estoy seguro que al final de la cadena de control debe haber algún ser humano que toma las decisiones y veran ustedes, a mí eso de que me eliminen como si fuera un ternero en un matadero, sin darme siquiera explicaciones de mis faltas y delitos, pues me resulta bastante ominooso y me cabrea.
También pienso que he sido yo el que ha concedido a los del caralibro la oportunidad de hacerme estas cosas en magnífica impunidad, manteniéndome en la incertidumbre de que habré dicho o hecho, o quien o quienes son los hijos de su madre que me han denunciado por haber dicho o hecho algo que no les haya gustado.
Por lo pronto me voy a tomar un descanso y voy a sancionar con mi indiferencia a partir de esta carta a estos sicarios Bot del feisbuk, donde las dan las toman. Que se vaya enterando Mark Zuckerberg que ya no juego a su negocio y que ya tiene un detractor más.
Un buen amigo mío ha comparado el suceso con lo ocurrido en el Holocausto judío cuando los seguidores de Yahve iban desapareciendo a manos de los nazis. Yo creo que exagera, tampoco es para tanto, aunque la alegoría del asunto tiene cierto paralelismo, eso hay que reconocerlo.
Pero lo que tengo claro es que la libertad de expresión no se respeta en facebook, exactamente no, no se puede decir todo, se puede decir todo lo que no sea inconveniente para alguien y no me refiero a insultos, coacciones o amenazas, que eso es de razón, sino a que si dices que te gustan los toros entre antitaurinos o que eres seguidor del Madrid entre aficionados del Barsa, te puede pasar cualquier cosa. Facebook nos quiere clasificar en grupos homogéneos.
Que no hay isogoria, vamos, que la libertad no es igual para todos y que los consejos de guerra de Bot me recuerdan a aquellas cosas que ocurrían en las dictaduras: ha sido usted condenado a muerte, y si preguntabas el porqué, te decían: por algo que habrá dicho o hecho, y se quedaban tan frescos.
Si fuera el único caso que conozco de impunidad manifiesta en una decisión de expulsión sin explicación de sus motivos siquiera, pues podría considerar que hay equívocos que ocurren al azar, pero como sé que no soy el primero, ni seré el último, solo me queda preguntarme: ¿si hubiera consumido todo lo que me ofrecen en facebook hubiera ocurrido lo mismo?. No lo creo, y se comienza por una discriminación en el consumo y se termina por eliminar a los que no consumen nada de lo que ofrece el juego enjaulado. ¿A ver si tiene razón mi amigo y el Facebook este es como un campo de concentración virtual?. Para reflexionar es la cosa.
A ver si me lees Mark y pones orden, que como los Bot se sigan dedicando al exterminio te vas a quedar sin clientes, o simplemente con los más obedientes y cumplidores de todas las normas, es decir los más aburridos, e influenciables, los que están dispuestos a consumir todo lo que les ofreces en facebook. A mí este Mark me recuerda a un pastor de un rebaño de ovejas, que las esquila hasta que un día las acaba esquilmando, si dejan de ser productivas. Y es que hay desigualdad manifiesta, el Bot de Mark me puede eliminar y yo no puedo ni siquiera puedo saber por qué, por si se le ocurre enviarme un mensaje de disculpa. Exterminio puro y duro, de ente y obra, que yo sepa estas cosas solo ocurrían en la Unión Soviética como nos relataba Alexander Solzhenitsyn.
Esto del facebook huele cada día más a proyecto de secta con sus dioses, sus mitologías y sus rituales de obligado cumplimiento. ¿Estamos reinventando el tiempo perdido o formas de perder el tiempo?.
Escrito desde el más allá de facebook, es decir, desde la realidad.
Biante de Priena
Al ponerme en contacto con los administradores del asunto, descubrí que Bot, un amable y simpático ente de origen desconocido, me remitía mensajes clonados en los que me solicitaba hacer la pregunta desde el correo con el que me dí de alta para poder responderme, tuve que buscarlo y encontrar las claves, pues un año es demasiado tiempo para la memoria en un mundo atiborrado de inútiles cosas para recordar, hice lo que me demandaba, más tarde me pidió que confirmara mi nueva cuenta, lo que tambien hice, (no recuerdo haber sido tan obediente desde hace años), pero sin embargo no sirvió de nada, dejó de escribirme y hasta hoy. Bot ya no quiere saber nada de mí o al que copia los mensajes prefabricados se le han acabado y tendrá que consultar con alguien que piense para ver como responde a mis preguntas sobre dónde se ha celebrado el juicio, cual ha sido la sentencia y quien ha decidido la condena.
Aunque haya sido una muerte virtual, fácil de solventar creando otra cuenta de correo, para crear otra cuenta de facebook y volver a convocar a todos los amigos que tenía explicándoles la fortuita situación inesperada, Bot deja una advertencia de que si hago tal cosa todas mis cuentas de correo podrán ser invalidadas, que debe ser algo parecido a la muerte eterna.
Realmente me estoy planteando seriamente si regresaré al caralibro, que ha servido a su dueño Mark Zuckerberg, para convertirse en la persona más influyente en el mundo de la tecnología. No tengo nada contra Mark, el oficio de todo negociante es forrarse y si además inventa el mecanismo para hacerlo por sí mismo mucho mejor, otros se forran a costa del prójimo y encima son elegidos en las urnas para salvarnos la vida, pero no llevo con paciencia lo de Bot, porque estoy seguro que al final de la cadena de control debe haber algún ser humano que toma las decisiones y veran ustedes, a mí eso de que me eliminen como si fuera un ternero en un matadero, sin darme siquiera explicaciones de mis faltas y delitos, pues me resulta bastante ominooso y me cabrea.
También pienso que he sido yo el que ha concedido a los del caralibro la oportunidad de hacerme estas cosas en magnífica impunidad, manteniéndome en la incertidumbre de que habré dicho o hecho, o quien o quienes son los hijos de su madre que me han denunciado por haber dicho o hecho algo que no les haya gustado.
Por lo pronto me voy a tomar un descanso y voy a sancionar con mi indiferencia a partir de esta carta a estos sicarios Bot del feisbuk, donde las dan las toman. Que se vaya enterando Mark Zuckerberg que ya no juego a su negocio y que ya tiene un detractor más.
Un buen amigo mío ha comparado el suceso con lo ocurrido en el Holocausto judío cuando los seguidores de Yahve iban desapareciendo a manos de los nazis. Yo creo que exagera, tampoco es para tanto, aunque la alegoría del asunto tiene cierto paralelismo, eso hay que reconocerlo.
Pero lo que tengo claro es que la libertad de expresión no se respeta en facebook, exactamente no, no se puede decir todo, se puede decir todo lo que no sea inconveniente para alguien y no me refiero a insultos, coacciones o amenazas, que eso es de razón, sino a que si dices que te gustan los toros entre antitaurinos o que eres seguidor del Madrid entre aficionados del Barsa, te puede pasar cualquier cosa. Facebook nos quiere clasificar en grupos homogéneos.
Que no hay isogoria, vamos, que la libertad no es igual para todos y que los consejos de guerra de Bot me recuerdan a aquellas cosas que ocurrían en las dictaduras: ha sido usted condenado a muerte, y si preguntabas el porqué, te decían: por algo que habrá dicho o hecho, y se quedaban tan frescos.
Si fuera el único caso que conozco de impunidad manifiesta en una decisión de expulsión sin explicación de sus motivos siquiera, pues podría considerar que hay equívocos que ocurren al azar, pero como sé que no soy el primero, ni seré el último, solo me queda preguntarme: ¿si hubiera consumido todo lo que me ofrecen en facebook hubiera ocurrido lo mismo?. No lo creo, y se comienza por una discriminación en el consumo y se termina por eliminar a los que no consumen nada de lo que ofrece el juego enjaulado. ¿A ver si tiene razón mi amigo y el Facebook este es como un campo de concentración virtual?. Para reflexionar es la cosa.
A ver si me lees Mark y pones orden, que como los Bot se sigan dedicando al exterminio te vas a quedar sin clientes, o simplemente con los más obedientes y cumplidores de todas las normas, es decir los más aburridos, e influenciables, los que están dispuestos a consumir todo lo que les ofreces en facebook. A mí este Mark me recuerda a un pastor de un rebaño de ovejas, que las esquila hasta que un día las acaba esquilmando, si dejan de ser productivas. Y es que hay desigualdad manifiesta, el Bot de Mark me puede eliminar y yo no puedo ni siquiera puedo saber por qué, por si se le ocurre enviarme un mensaje de disculpa. Exterminio puro y duro, de ente y obra, que yo sepa estas cosas solo ocurrían en la Unión Soviética como nos relataba Alexander Solzhenitsyn.
Esto del facebook huele cada día más a proyecto de secta con sus dioses, sus mitologías y sus rituales de obligado cumplimiento. ¿Estamos reinventando el tiempo perdido o formas de perder el tiempo?.
Escrito desde el más allá de facebook, es decir, desde la realidad.
Biante de Priena