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jueves, 2 de mayo de 2013

¿Qué es la deflación Mariano Rajoy?




Mientras las potencias mundiales se preparan contra el tsunami deflacionario que viene, como advertimos hace quince días en este blog, al ilustre pontevedrés que vela por nuestras miserias no se le ha ocurrido otra cosa que subir más los impuestos e iniciar una campaña de recortes, aferrado a la austeridad, a pesar de que ya tenemos 6,2 millones de parados, una recesión que dura seis semestres y lo que queda, y que este país ha dejado de consumir porque no le queda más remedio.

En La Moncloa no se enteran de lo que está ocurriendo en el mundo, viven fuera de la realidad, pensando que con aferrarse al mástil de lo local, el huracán de lo global no va a afectar a este país.

Advertíamos hace dos semanas que alguna potencia mundial estaba vendiendo recursos para obtener liquidez, porque es mejor deshacerse de las reservas que adquirir deuda, pero Mariano Rajoy hace precisamente lo contrario, sigue endeudando este país sin límite, porque no se entera que está jugando en la liga planetaria en competición con las demás economías mundiales. Mariano Rajoy nos está conduciendo a un pozo sin salida posible, porque está haciendo exactamente lo contrario que los demás países, es decir, austeridad, cuando desde los estados se están inyectando grandes cantidades de dinero para que no se detenga el consumo, y por tanto la demanda interna, cosa que ya está ocurriendo en España.

Se puede ser cateto o muy cateto, Mariano Rajoy pertenece a la segunda categoría, porque no se le ocurre otra cosa más que inyectar dinero público en planes renove, como si la economía de un país como España se pudiera mantener con subvenciones específicas. Sigue la trayectoria de Zapatero que logró elevar el déficit hasta el 10 %, la deuda pública en medio billón de euros y el paro en 3,5 millones de agraciados.

Japón ha iniciado, tras 25 años de espiral deflacionaria, una política de fuertes inversiones públicas para dinamizar la economía, al igual que se está haciendo en Estados Unidos, donde se inyectan cada mes 80.000 millones de dólares en los mercados para que no se detenga la economía productiva. China está haciendo lo mismo, al igual que la India. Las potencias emergentes, los BRICS están realizando fuertes inversiones públicas en sus planes de desarrollo. Alemania, Francia y Reino Unido se están lanzando a la inversión pública, por eso realmente está disminuyendo la prima de riesgo en España. Grecia, espejo en el que debemos contemplarnos, ha entrado en deflación este mes por primera vez desde 1968.

Pero Mariano, con diez cañones por banda, no corta el mar si no vuela, hacia el país de nunca jamás, porque se ha creído el cuento de que los problemas de España se reducen ahorrando dinero público, cuando  la desnortada política económica española, no permitirá que este país comience a crecer al 3 %  - para que se cree empleo real- hasta el año 2.019.

Resulta fascinante ver el bajo nivel de los medios de comunicación españoles, porque ni uno de todos ellos está advirtiendo del lodazal en el que nos está metiendo el actual Gobierno, por continuar con las políticas socialdemócratas de Zapatero. Debe ser alguna enfermedad grave la que provoca que en España tengamos los gobernantes más iluminados del orbe, no es normal que tras la devastación del profeta de las cejas, ahora nos haya tocado el prodigio de la magia del barbudo.

Si ustedes se fijan, en los supermercados españoles se comienzan a ver los primeros signos de la deflación, que son dos: la bajada de precios con grandes descuentos, la escasez de determinados productos. Algo que también pueden observar en cualquier sector del comercio, mientras se van cerrando cada día más empresas y negocios.

Pero el mayor problema que tenemos los españoles, no es que el Tancredo de La Moncloa no perciba los ciclos económicos mundiales, el mayor problema es que en otros países que no tienen semejantes tarugos como los que aquí tenemos si lo están viendo y ya se han puesto manos a la obra a tratar de corregir los malos vientos, cambiando las velas. En España no sólo se deja de orientar la navegación de la economía del país a favor del viento, sino que el mentecato que gobierna rodeado del consejo de ministros más adocenado de la historia de la democracia, ha tenido la genial idea de izar velas contra el viento, como si realmente supiera navegar, que es lo que le han debido decir sus asesores: a toda vela contra los arrecifes de la historia.

Si no se cambia rápidamente de rumbo en la economía española, vamos hacia el naufragio seguro, sólo es cuestión de tiempo. Que Santa Bárbara nos proteja.

Enrique Suárez

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