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sábado, 16 de febrero de 2008

Es hora de hablar del 11-M

A la vista de los últimos acontecimientos se puede realizar una nueva lectura del peor atentado terrorista que ha sufrido nuestro país en su historia. Los hechos han sido juzgados, las sentencias dictadas, y las condenas se están cumpliendo.

Sin embargo hay algo que no se ha juzgado por los ciudadanos de este país, algo que raya en la bajeza moral y la falta de escrúpulos. Hagamos memoria.

Hoy se puede leer en una información de El País que la última encuesta del CIS realizada en febrero de 2004 concedía la victoria al PP por más de 7 puntos porcentuales. El vuelco que se produjo el 14-M de 2004 solo tiene como antecedente inmediato el atentado terrorista de Madrid que costó la vida a 192 personas, dejando más de dos mil heridos muchos de ellos con secuelas para toda la vida.

¿Qué ocurrió entonces?. ¿Se acuerdan ustedes del famoso “pásalo”?. Es importante que se recuerde ahora, cuatro años después, porque fue el homenaje póstumo que la gente de la izquierda española rindió a las víctimas de aquel atentado, el acto de solidaridad con que los partidos progresistas compartieron el dolor que todos los españoles sentíamos en aquellos momentos, heridos, hundidos y destrozados.

La demagogia de Rodríguez Zapatero, el hombre del talante tenso, ha llegado a crispar a más ciudadanos de este país que cualquier otro presidente de Gobierno en su reciente historia democrática. Alguien que se atreve a pedir lealtad al PP, cuando ha utilizado un atentado terrorista para acceder al gobierno, vicio de origen y estigma que no ha sido capaz de quitarse en toda la legislatura, y posiblemente no sea capaz de eludir en lo que le quede de vida.

El PSOE, el gobierno del PSOE, los partidos nacionalistas que se han aliado con el PSOE, IU, las asociaciones de titiriteros, los beneficiarios de la SGAE, los aficionados a la Alianza de las Civilizaciones, ETA, los islamistas yihadistas que hay en nuestro país, los homosexuales organizados políticamente, las plataformas tipo “nunca mais”, las feministas radicales, los ecologistas de salón, diversos medios de comunicación sectarios, algunos ilustres operadores financieros, los acallados sindicatos de clase, y los que viven bien exclusivamente porque gobierna el PSOE, porque con otro gobierno su lugar en la sociedad no sería el mismo ya que sus méritos personales no lo permiten, todos ellos son cómplices sobrevenidos de un acto execrable.

En fin, toda esta legión de beneficiarios deben su bienestar a un atentado terrorista que costó la vida a 192 residentes en nuestro país, de los que un buen porcentaje además no eran siquiera españoles y dejaron su vida en nuestro país, hay que recordarlo cuando a algún mequetrefe catalán se le ocurre hablar en términos racistas como precisamente hoy se denuncia en el blog de Martha Colmenares y hace unos días en Argenlibre.

Es interesante recordarlo a tres semanas de las próximas elecciones, porque la gente del PP se vuelve a equivocar una vez más, no es necesario seguir sospechando y buscar nuevas pruebas de autorías desconocidas. Es suficiente con poner encima de la mesa que hay un gran número de españoles que han utilizado políticamente el sufrimiento, el dolor, y la muerte de sus compatriotas para acceder al poder, está demostrado que han rentabilizado la agresión a nuestro país en su beneficio sectario, con eso es suficiente.

La doble moral de quien predica el talante y promueve la presión social, ha quedado explícita en la continuación de la entrevista que Iñaki Gabilondo le ha hecho al Presidente del Gobierno

Toda la política del PSOE ha sido de floritura y arabesco, y ha tenido como único objetivo ocultar su “implicación moral” como principal heredero de la mayor catástrofe terrorista que ha ocurrido en España.

Desde el matrimonio homosexual, hasta la crispación de los católicos con la Educación para la ciudadanía, desde el diálogo con ETA hasta la exclusión del PP de cualquier tema de Estado, desde la Alianza de las Civilizaciones hasta la absoluta sumisión del idioma español en Cataluña, desde la Ley de Memoria Histórica hasta la llegada masiva de inmigrantes, todo, absolutamente todo, ha sido un cordón sanitario, una máscara, un engaño, para distraer a los ciudadanos del auténtico fenómeno de esta legislatura, que por muy insólito que parezca no ha sido Zapatero y su política desmesurada y díscola, sino la utilización por un partido político de un atentado terrorista para acceder al poder, lo que supone un absoluto desinterés por el dolor, el sufrimiento, la alegría, o la misma vida de los españoles.

Es la demostración de la ambiciosa sevicia que ningún gobernante democrático había escrito todavía en las páginas de la historia de la Europa democrática, aunque en regímenes dictatoriales se pueden recordar algunos momentos estelares con los nazis en la segunda guerra mundial, lo ocurrido tras el muro en el régimen soviético y la reciente crisis de los balcanes; ésto es lo que saben fuera de nuestras fronteras, y tratan de que nos olvidemos dentro de ellas, que la ignominia de un delito no solo hace culpables a sus autores, sino a los que instrumentalmente lo utilizan para obtener algún beneficio. No es el azar, sino la utilización intencionada del azar la que requiere motivos para creer.

Por eso es hora de hablar del 11-M, porque realmente hay algunas cosas que solo pueden juzgarse por el pueblo. En ese sentido, las próximas elecciones del 9 de marzo no son unas elecciones normales, son un juicio popular con todo un pueblo como jurado.

Si Zapatero triunfa, no solo volverá a residir en La Moncloa, también significará que los españoles le hemos absuelto de utilizar nuestro dolor para hacerse con el poder; si eso ocurre, el próximo juicio será el de todos nosotros como corresponsables de la concesión de indulto a los comportamientos insidiosos de nuestros gobernantes. Dicho de otra forma, si le absolvemos, aceptamos sus acciones sin sanción alguna. En cierta forma, eso le confiere inmunidad pero a nosotros nos deja al pairo de próximas acciones lesivas por parte de quienes nos gobiernan.

¿Seremos capaces de juzgarnos a nosotros mismos o nos declararemos inocentes de cualquier responsabilidad en la elección libre de los políticos que nos gobiernan?. Debería colocarse un espejo al lado de las urnas, no resulta tan fácil votar en conciencia.


Biante de Priena

UPD: un programa miope y homeopático

Di NO al Partido Único, vota EN BLANCO (7)

Ya he tenido la oportunidad de cuestionar muy seriamente UPD acerca de su delirante defensa de un laicismo a ultranza, sin parangón en ninguna democracia existente.

Pero la lectura detallada de las proposiciones de UPD nos ilustra todavía más sobre la “regeneración democrática” que nos ofrecen estos pesoístas arrepentidos:
Sobre la reforma electoral, por ejemplo, sugiere fijar “el número de diputados en 400. Aumentar pues 50 diputados para ganar en proporcionalidad”. ¡Me ha costado creerlo y he tenido que volver a leerlo un par de veces para convencerme de que la renovación de la vida política española, según el partido de Díez y Savater, pasa por tener más diputados!

Es decir que no tenemos bastantes diputados, senadores, miembros electos en parlamentos autónomicos y en diputaciones, concejales, con su séquito de adjuntos, consejeros, secretarios y secretarias, moquetas rojas y azules, chóferes, audis oficiales, despachos, alojamientos de función, billetes de avión, notas de hoteles y de restaurantes, todo ello pagado por el asalariado y el autónomo (los más ricos, como Bardem, ya se sabe que no pagan impuestos)...

Y en contraste con tan insólita proposición, nada sobre un modo de elección auténticamente democrático, como podrían ser las listas abiertas (un mal menor) o escrutinios uninominales por distrito electoral, lo que permitiría la confrontación directa entre el candidato y sus votantes potenciales, más allá de la tiranía de los partidos y del anonimato de los mediocres.

Por otra parte, y más allá de este planteamiento bulímico de la organización política del estado, que refleja una visión política finalmente convencional y continuista, el diagnóstico que UPD hace de la Transición democrática y de la constitución de 1.978 demuestra que no es alternativa a lo existente, sino una pieza más, agregada a la maquinaria del Partido Único:

"Desde UPyD hacemos un balance muy positivo de la transición democrática que culminó en la aprobación de la Constitución de 1978. Las tres décadas de régimen constitucional han hecho posible que España haya alcanzado unas cotas de libertad, igualdad, prosperidad y prestigio internacional sin precedentes. No obstante, contemplamos con alarma el deterioro de la calidad de la democracia que se está produciendo en los últimos años."

¿”En los últimos años”? Dicho de otra forma, el gobierno de Rodríguez sería un desgraciado accidente, un paréntesis que hay que cerrar, un lapsus en el discurso. No puedo dejar de relacionar esta expresión con la defensa incondicional que Rosa Díez ha hecho del felipismo en varias declaraciones, recordado por ella como la mejor época de la democracia española. Y es cierto, retrospectivamente, que ninguno de los actuales protagonistas del proyecto UPD ha denunciado en su momento la corrupción generalizada del Estado-Psoe de González y Guerra, los escándalos y pelotazos de Rumasa y de los fondos reservados, el antenicidio, el terrorismo de estado desde las cloacas de Interior bajo la supervisión de Míster X, las horteradas bananeras de las joyas de Corcuera y un largo etcétera de tropelías contra el estado de derecho dignas de un PRI, de un PASOK, de un Craxi, referencias morales y políticas de Isidoro de Sevilla Jr.

Concluyendo (por hoy): a diferencia de la gentil intencionalidad homeopática de UPD, mi convicción es que la crisis política y nacional de España no empezó el 11-M ni en la cobardía y capitulación del 14-M. El desafío contra la unidad de la Nación, es decir contra las libertades de los españoles, se fraguó en la propia constitución y en el posterior e irresponsable desarrollo competencial de las autonomías, utilizado por los separatistas -con la complicidad más o menos importante de la izquierda y de la derecha oficiales- para romper el marco unitario de España, y por consiguiente la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

Di NO al Partido Único, vota en BLANCO y resiste.

Dante Pombo de Alvear

Pactos



De la factoría Libertadciudadanos.es, enhorabuena!!

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