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jueves, 14 de junio de 2007

Ciutadans, desesperado, emprende una caza de brujas


Espectáculo patético el de Rivera y sus compañeros de la ejecutiva de Ciutadans: después del ridículo electoral de las municipales y de las suspensiones de militantes críticos que están provocando varias denuncias ante los tribunales por violar la Ley de partidos y atentar contra la libertad de expresión, el estado de descomposición avanzada del antaño proyecto de Boadella y Espada deja atónitos a varios intelectuales que firmaron el Primer Manifiesto por una regeneración política. Muchos de ellos se han alejado desde hace algún tiempo de un partido inmerso en una crisis profunda, y la rebelión así como la disidencia crecen cada día.

La deriva de Ciutadans no es nueva. Existe información abundante al respecto en Ciudadanos en la Prensa.

Ciudadanos en la Red se identifica con el proyecto original, parido en el Taxidermista por quince intelectuales entre quienes ya cuajaban desacuerdos significativos, pero que supieron ponerse de acuerdo en torno a varias prioridades: desconfiar de las ideologías identitarias y totalitarias, como son los nacionalismos; reclamar el regreso al principio de realidad en la política; exigir regeneración democrática y respeto por el orden constitucional español; defender el bilingüismo en Cataluña, donde, desde las autoridades nacionalistas y socialistas, se discrimina la lengua española en los espacios oficiales y se desprecian los derechos de las familias castellanohablantes que desean que sus hijos estudien en su idioma materno.

Tal y como se podía prever después del bochornoso congreso fundacional en julio 2006, con el paso al costado del grupo promotor y la elección caótica de unos responsables que no han sabido estar a la altura, y que se refugian en una huida hacia adelante, la degradación de la situación se ha acelerado, con divisiones internas, procedimientos disciplinarios y dimisiones masivas.

Lo más lamentable es observar cómo un partido nacido para la libertad se ha convertido en uno de los más autoritarios en su funcionamiento interno, intentando amordazar a afiliados que por definición no se van a callar porque no saben hacerlo: son Ciudadanos.

Jorge Harrison

La resistencia a la resistencia



Después de una etapa política en la que el asombro y la perplejidad en aumento han ido haciendo mella en la sociedad española, hoy podemos resumir someramente la situación.

El golpe de estado subrepticio que el PSOE proyectó en Santillana del Mar y que viene poniendo en práctica desde que asumió el gobierno de la nación, se ha hecho patente y notorio en los últimos días, nadie razonable duda ya de sus hechos e intenciones, ante lo cual cualquier acontecimiento político o social es instrumentalizado para el fin propuesto: sumir a España en un caos civilizatorio atacando cualquier elemento cohesionador de la vida pública.

Ninguna institución española pública o privada, desde la justicia a los sindicatos, los medios de comunicación o las organizaciones sociales, está libre de contaminación golpista, si bien al mismo tiempo estos mismos organismos u otros presentan claros síntomas de resistencia al golpismo. Tampoco queda libre del intervencionismo del gobierno golpista ninguna actividad social, sea el juicio del 11-M, la lucha antiterrorista, las filtraciones a la prensa, la educación pública, la vigilancia a personalidades, las presiones económicas a grupos determinados, las pretensiones de inversión con los fondos de las pensiones, o los escándalos de todo tipo que salpican a diario la realidad española. Y tampoco parece que se ahorren medios ilegales y/o mafiosos desde el estado español para contribuir a este auténtico asalto a la vigencia de la Constitución.

La actual nación española vive un momento histórico, un punto de inflexión en su recorrido político y social sólo comparable a los grandes acontecimientos en su transcurso como la invasión Napoleónica, las Cortes de Cádiz, el golpe de Estado de Franco o la etapa de la transición hace unos 30 años. Y lo que se dirime son dos cosas principales que se imbrican: un cambio de régimen y a la vez un cambio de paradigma civilizatorio, un cuestionamiento de su sistema democrático.

Para el cambio de régimen bastan las elecciones, si gana el PP y es capaz de restituir el status constitucional, la cosa parará ahí de momento. Pero si el PP sólo pretende asumir el gobierno sin poner en marcha las medidas regeneradoras que neutralicen la inercia general del país, el asunto del poder del estado estará a la orden del día y en ese caso serán los propios ciudadanos los que deberán coger en sus manos ese poder y hacerse con la dirección del país ante la impotencia de los partidos políticos de organizar la nación, pues se juegan su supervivencia social, política e individual. Es posible que el país se vea sumido en golpe de estado de uno u otro signo o incluso en una crisis revolucionaria, sobre todo si se confirman los malos augurios económicos.

Desde el punto de vista ideológico las principales ideas que disputan son por una parte las correspondientes al sistema democrático impulsado desde la muerte de Franco, que corresponden a su vez al pensamiento de la civilización con raíces inmediatas en la Ilustración, y por la parte golpista una especie de refrito en el cual la razón y la evidencia de los hechos carece de valor, es relativo, corresponde a la “vieja manera de pensar” y contradice de raíz los presupuestos alcanzado por occidente en sus conquistas políticas, sociales, educacionales, libertarias, etc. La ceguera ante los hechos o el delirio, parece formar parte de ese cuerpo doctrinal. Esto es dejar a las fuerzas vivas sin vestidos institucionales, discursos racionales o el arreglo de problemas sociales mediante palabras; esto es someter el conflicto a un terreno de disputa desnudo, a una cancha donde los intereses estén ausentes de otra cosa que no sea la violencia mutua.

Es una ideología híbrida que recoge lo más “selecto” que el pensamiento con fines totalitarios ha generado en la reciente historia de la humanidad y a cuyos métodos se aplica con denodada insistencia y escandalosa contumacia. El fascismo y el stalinismo basaron sus metas en el “bioligismo” el primero, con la raza como pretexto, y el sometimiento incondicional de cada individuo al partido el segundo por encima de cualquier otra consideración, la servidumbre al dios de la salvación universal “de los trabajadores”., que no era más que la servidumbre a los intereses de una excrecencia grupal producida por una revolución podrida. Al fin y al cabo, el totalitarismo extremo y salvaje de un imperio con un Estado “novedoso”.

Es natural que a una nueva época de intento esclavizador y cosificador de la población, corresponda una ideología “nueva” en su presentación, pero como el objetivo es el mismo que antaño, métodos, consignas y discursos, deben recoger necesariamente las "enseñanzas" que intentos anteriores produjeron cierta y provisional eficacia, aunque como todo el mundo sabe, fueron “pasajeros”, al final la Libertad triunfó siempre.

Y como la historia produce paradojas sin cesar y nuestro país es particularmente ejemplar en ello, la resistencia a este golpe de estado contará entre otras con tres fuerzas que garantizan el triunfo de la libertad y la democracia en la feroz lucha que se avecina. 1.- La Iglesia que se opone a que nadie le haga competencia en al adoctrinamiento de almas, ella tiene mucha experiencia e inversiones en ese trabajo para que unos advenedizos les quieran hacer competencia en su negocio (parecido escenario cuando Napoleón). 2.- La derecha “casposa” que no quiere permitir que sus negocios se les vayan de las manos, ellos son los dueños “naturales” del país y no unos “progres sectarios amigos de los dictadores”. 3.- Finalmente, pero muy importante, la conciencia nacional española, que incluye tanto la resistencia a los cambios cuando los españoles han vivido mejor que nunca desde el advenimiento de esta democracia, como su bagaje cultural “atrasado” que impide movimientos “progresistas” aunque procelosos. Aquí viene bien eso de “Virgencita, que me quede como estaba”.

Y es que la historia es como es y lo que verdaderamente se dirime ahora en España no es un movimiento “de progreso” en el aire de las revoluciones “convencionales”, su esencia es el de la resistencia nacional a un movimiento que pretende no sólo llevarnos a los tiempos del franquismo, sino también a los umbrales de la edad media; no es sólo un cambio de régimen lo que buscan, sino una verdadera reacción, un viaje atrás en nuestra historia. Ante eso la vida, la libertad y la democracia, tienen el triunfo asegurado a pesar de su coste en sangre. Depende de la resistencia a nuestra resistencia.

Gumersindo Vázquez

Zelig sigue en sus trece

Rodríguez declaró ayer, en petit comité: "Los demócratas nunca se equivocan". "La culpa es de los más descerebrados de Eta".

En la película Zelig, Woody Allen creó un falso documental que relataba la vida de un personaje que veía transformada su personalidad hasta convertirse en un clon de quienes pasaban junto a él.

Parece que un equipo de psicólogos italianos acaba de descubrir el caso de un paciente de 65 años cuyas características recuerdan asombrosamente al camaleón humano descrito en la ficción. Habría que recomendarles venir aquí y estudiar al cándido felón de la Moncloa.

Después de su encuentro con Rajoy, aunque no se atrevió a salir de la bodega, mandó a "la otra" a decir que "había que derrotar a Eta", fórmula inédita en tres años de gobierno.

Pero dos días después se reúne con algunos enemigos de España y de la Constitución, gente del Pnv, Esquerra y demás recogenueces. A la salida, ya no se trata de derrotar a Eta, sino de conseguir un compromiso genérico de todos los partidos democráticos de apoyar al Gobierno y mostrarse unidos cuando se produzca el primer atentado de la banda. Sin embargo, dichos amigos de Patxi nadie jamás secundarían, y así lo manifestaron, algunas de las propuestas defendidas por Rajoy. «Será en otro momento en el que podamos construir otro escenario». Escenarios, eso es lo que son para Rodríguez las diferentes situaciones a las que se enfrenta: vive en una representación permanente, su vida es un sueño, a costa de nuestras pesadillas.

Según reporta el interesantísimo blog Fogonazos, el paciente descubierto por los estudiosos italianos "mantiene los roles hasta que le asalta una nueva situación." Según ellos, se trata de una forma de desinhibición con cuadros de amnesia y anosognosia. Concluyen los investigadores que parece haber perdido la capacidad de mantener su propia identidad de manera constante y se adapta excesivamente a las variaciones del contexto social. De esta forma altera su propia personalidad y trata de adoptar el rol que el entorno propone”.

En el caso de Rodríguez, esos indicios de alteración de la personalidad vienen acompañados por la iluminación de un individuo mediocre e inculto, pero determinado y convencido, proyectado hacia una finalidad que le supera, una misión mística que sólo él puede cumplir, contra vientos y marea.

El paciente de los italianos sufrió hace algún tiempo daños en el lóbulo fronto-temporal a raíz de un ataque cardíaco y desde entonces experimenta acusadas variaciones de identidad en función del ambiente en que se mueve. Aunque de Rodríguez no se conozca ninguna caída de infancia, el sabio Gustavo Bueno ya ha vaticinado que padece del pensamiento Alicia, con una coherencia interna de la sinrazón inquebrantable ante lo que en una persona con sentido común sería un choque más, de bruces con la terca realidad.

Con su corte de mediocres preocupados por el pago de su hipoteca y acompañado (de forma desigual y cada vez más dudosa) por el entramado de los medios "del gran poder", Rodríguez va dando saltitos hacia el precipicio, con esa mirada fija de niño concentrado en su juguete.

¿Hasta cuándo, Españoles, hasta cuándo?

Dante Pombo de Alvear, Reflexiones liberales

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