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miércoles, 18 de marzo de 2009
La concepción imperial de España
Al fin hemos encontrado una explicación para la política del PSOE, ha sido gracias al excelente discurso que hoy Rosa Díez ha plantado en el Parlamento español como una línea, que distingue a los que defienden los intereses de todos expresados en la Constitución Española de 1978 y los que defienden sus propios intereses, políticos, electorales y pesebreros. En la réplica, el portavoz del Partido Socialista se expresó con claridad: no queremos apoyar la concepción imperial de España.
El PSOE no quiere apoyar la concepción imperial de España, ha dicho, cuando en realidad lo que debería haber manifestado es que con un gobierno en minoría, requiere del apoyo político de los nacionalistas para mantenerse en el Gobierno, aunque para ello tenga que aceptar la discriminación de los ciudadanos en este país, sea por motivos culturales o lingüísticos.
El discurso de Rosa Díez ha sido oportuno, porque jamás en el Parlamento español se había podido observar con tanta claridad lo que es el PSOE, lo que son los nacionalistas, lo que es el PP, y lo que es Rosa Díez. Verán ustedes, he dicho el PSOE, no los socialistas, porque Rosa Díez también es socialista, pero aún no tiene ningún pesebre que defender, como tienen sus antiguos compañeros.
Hace unos meses anuncié que Rosa Díez había heredado el socialismo de Pablo Iglesias, y que el PSOE era un usurpador, repleto de pesebreros, pletórico de corrupción, una formación política inviable. Hace casi dos años anuncié que el PSOE no sobreviviría a Zapatero, cada día lo tengo más claro. El PSOE se ha transformado en una empresa social, es decir una empresa pública estatal que financia los negocios particulares de sus dirigentes y socava la tradición austera, solidaria y obrera de sus militantes. Hay socialistas que están entregando el carnet después de militar 30 años en el partido. Rosa Díez representa un sentir socialista español, algo que ya no puede representar el PSOE.
En cuanto al PP, a la espera de evolución sigue, con una renovación radical, que permita a los Feijoo y Basagoiti imprimir una nueva dirección al partido, sin los viejos dinosaurios del jurásico de Don Manuel, y también del Holoceno de Aznar. Rajoy está condenado a abandonar el partido tras las próximas elecciones europeas.
Pero regresemos a la concepción imperial de España, ¿qué se puede decir de tal osadía?. ¿Se imaginan ustedes a un político del gobierno francés, inglés o norteamericano hablar de la concepción imperial de sus respectivas naciones?.
La concepción imperial de España concluyó en 1898 con la guerra contra los Estados Unidos, ha pasado más de un siglo y los del PSOE siguen enfrentados a los fantasmas del pasado como en un cuento de Lovecraft, pero luego se les llena la boca de progresismo, porque consideran que la única forma de avanzar es convertir a los ciudadanos españoles en ciudadanos del mundo, que abjuren de su identidad nacional, para que pueden formar las huestes de la Alianza de las Civilizaciones y el Pacifismo mundial con los que su carismático líder delira día sí y día también.
¿Qué importan cuatro millones de parados?, ¿qué importa que más de la mitad de las empresas españolas estén en dificultades?, ¿qué importa que la morosidad de los ciudadanos envalentonados por el progresismo que les ha dejado con el culo al aire, impida conceder préstamos a los bancos, pero eleve el negocio de los usureros?, ¿qué importa que el Premio Nobel de Economía y el Presidente de la CECA digan que les aterroriza la situación económica de España?. ¿Qué importa que la justicia española esté en entredicho por entrar en connivencias con los órganos gubernamentales de poder?.
Eso no le importa en absoluto, como tampoco le importa un pimiento al Gobierno que España salga de la crisis en el 2010 o el 2011, con tal de que sea antes del 2012, año en el que hay elecciones, es suficiente para engrasar la maquinaria del poder, los medios de comunicación y enaltecer a los abonados al fondo de reptiles, para realizar el agit-prop correspondiente, con el nunca mais, el pásalo y el cordón sanitario. Más mirada positiva, más motivos para creer, más promesas incumplidas, más mentiras, y más defensa de la alegría y están seguros de que volverán a triunfar en las elecciones.
Lo han dicho con claridad, no quieren apoyar la concepción imperial de España que defiende Rosa Díez, una socialista declarada. Lo que en realidad no quieren es dejar de defender la degradación política de este país que les ha resultado tan rentable, junto al sometimiento a los presupuestos nacionalistas y la desigualdad territorial que han establecido en España, con ciudadanos que tienen distintos derechos y deberes dependiendo del territorio en el que residan, que reciben distintos servicios, y beneficios sociales, según el cacique periférico que les gobierne.
Estos malandrines del PSOE lo que no quieren admitir es el IMPERIO DE LA LEY que representa NUESTRA CONSTITUCIÓN, que es la única concepción imperial que HOY EXISTE en España. De eso hablaba Rosa Díez, de la realidad actual de desigualdad y latrocinio público en la que estamos viviendo los españoles, no de la memoria histérica que se dice progresista.
Biante de Priena
El PSOE no quiere apoyar la concepción imperial de España, ha dicho, cuando en realidad lo que debería haber manifestado es que con un gobierno en minoría, requiere del apoyo político de los nacionalistas para mantenerse en el Gobierno, aunque para ello tenga que aceptar la discriminación de los ciudadanos en este país, sea por motivos culturales o lingüísticos.
El discurso de Rosa Díez ha sido oportuno, porque jamás en el Parlamento español se había podido observar con tanta claridad lo que es el PSOE, lo que son los nacionalistas, lo que es el PP, y lo que es Rosa Díez. Verán ustedes, he dicho el PSOE, no los socialistas, porque Rosa Díez también es socialista, pero aún no tiene ningún pesebre que defender, como tienen sus antiguos compañeros.
Hace unos meses anuncié que Rosa Díez había heredado el socialismo de Pablo Iglesias, y que el PSOE era un usurpador, repleto de pesebreros, pletórico de corrupción, una formación política inviable. Hace casi dos años anuncié que el PSOE no sobreviviría a Zapatero, cada día lo tengo más claro. El PSOE se ha transformado en una empresa social, es decir una empresa pública estatal que financia los negocios particulares de sus dirigentes y socava la tradición austera, solidaria y obrera de sus militantes. Hay socialistas que están entregando el carnet después de militar 30 años en el partido. Rosa Díez representa un sentir socialista español, algo que ya no puede representar el PSOE.
En cuanto al PP, a la espera de evolución sigue, con una renovación radical, que permita a los Feijoo y Basagoiti imprimir una nueva dirección al partido, sin los viejos dinosaurios del jurásico de Don Manuel, y también del Holoceno de Aznar. Rajoy está condenado a abandonar el partido tras las próximas elecciones europeas.
Pero regresemos a la concepción imperial de España, ¿qué se puede decir de tal osadía?. ¿Se imaginan ustedes a un político del gobierno francés, inglés o norteamericano hablar de la concepción imperial de sus respectivas naciones?.
La concepción imperial de España concluyó en 1898 con la guerra contra los Estados Unidos, ha pasado más de un siglo y los del PSOE siguen enfrentados a los fantasmas del pasado como en un cuento de Lovecraft, pero luego se les llena la boca de progresismo, porque consideran que la única forma de avanzar es convertir a los ciudadanos españoles en ciudadanos del mundo, que abjuren de su identidad nacional, para que pueden formar las huestes de la Alianza de las Civilizaciones y el Pacifismo mundial con los que su carismático líder delira día sí y día también.
¿Qué importan cuatro millones de parados?, ¿qué importa que más de la mitad de las empresas españolas estén en dificultades?, ¿qué importa que la morosidad de los ciudadanos envalentonados por el progresismo que les ha dejado con el culo al aire, impida conceder préstamos a los bancos, pero eleve el negocio de los usureros?, ¿qué importa que el Premio Nobel de Economía y el Presidente de la CECA digan que les aterroriza la situación económica de España?. ¿Qué importa que la justicia española esté en entredicho por entrar en connivencias con los órganos gubernamentales de poder?.
Eso no le importa en absoluto, como tampoco le importa un pimiento al Gobierno que España salga de la crisis en el 2010 o el 2011, con tal de que sea antes del 2012, año en el que hay elecciones, es suficiente para engrasar la maquinaria del poder, los medios de comunicación y enaltecer a los abonados al fondo de reptiles, para realizar el agit-prop correspondiente, con el nunca mais, el pásalo y el cordón sanitario. Más mirada positiva, más motivos para creer, más promesas incumplidas, más mentiras, y más defensa de la alegría y están seguros de que volverán a triunfar en las elecciones.
Lo han dicho con claridad, no quieren apoyar la concepción imperial de España que defiende Rosa Díez, una socialista declarada. Lo que en realidad no quieren es dejar de defender la degradación política de este país que les ha resultado tan rentable, junto al sometimiento a los presupuestos nacionalistas y la desigualdad territorial que han establecido en España, con ciudadanos que tienen distintos derechos y deberes dependiendo del territorio en el que residan, que reciben distintos servicios, y beneficios sociales, según el cacique periférico que les gobierne.
Estos malandrines del PSOE lo que no quieren admitir es el IMPERIO DE LA LEY que representa NUESTRA CONSTITUCIÓN, que es la única concepción imperial que HOY EXISTE en España. De eso hablaba Rosa Díez, de la realidad actual de desigualdad y latrocinio público en la que estamos viviendo los españoles, no de la memoria histérica que se dice progresista.
Biante de Priena
Categorías:
Ciudadanos en España,
Constitución Española 1978,
España
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