Un día de 2006, un amigo, uno de los grandes creativos que teníamos en Ciudadanos -sector crítico- nos sorprendió con esta magnífica parodia. Al ver hoy en lo que se ha quedado el partido de Albert Rivera, de Robles y Domingo, de De Carreras, aún cobra mayor importancia, en representación de la miseria de la política para los ciudadanos honestos que se aproximan a un partido político. Sirva como homenaje a los Ciudadanos Heróicos, que impidieron que políticos en ciernes como Albert Rivera, se salieran con la suya. En cada uno, en cada una había un héroe libre que soñaba con un mundo justo e igualitario. No lo conseguimos, no podíamos, ellos jugaban con el poder y nosotros con una verdad devaluada, y una honestidad maltratada, que de poco sirvieron. Pero hoy , ellos ya no existen, gracias a todos nosotros, los que dimos la cara ante su fraude, por lo que nos habían prometido y no nos permitieron conseguir.
Se acabó, el PSOE está definitivamente muerto, y dispuesto para su entierro en el cenotafio del olvido, con todos sus seguidores muertos que le acompañan como espectros fantasmagóricos hacia el próximo final. El imperio de maravillas del faraón Z ha llegado a su fin y con él, su partido el PSOE, que ya no levantará cabeza jamás. La hybris de la desmesura ha despertado a Némesis, la diosa de la última justicia.
Lo que el pasado 1 de junio hizo Pedro J. Ramírez, en la presentación del libro Titadyn, de Antonio Iglesias y Casimiro García Abadillo, cuya imparcialidad técnica ha sido verificada por el Colegio Oficial de Químicos de España, ha sido, es y será una bomba de neutrones para el socialismo español, como los negocios de Betino Craxi lo fueron para el socialismo italiano.
18 altos funcionarios públicos acusados de ocultar pruebas entre todos los que participaron en el enmascaramiento desorganizado del 11-M, es razón suficiente para concluir con la pantomima, porque un Estado que no investiga en profundidad un atentado que causó la muerte de 192 ciudadanos y lesiones, algunas para toda su vida, a otros 1400 ciudadanos, es un Estado que traiciona a los españoles, para beneficiar a un Gobierno, que a su vez había alcanzado el poder en unas elecciones, no a pesar de ese atentado, sino gracias a él. Esto no lo ha dicho Pedro J. Ramírez, en su inmortal discurso "Yo Acuso", pero lo digo yo.
El formato, la presentación, la “mise en scene”, la prosodia del discurso histórico de Pedro J. Ramírez, utilizando el caso Dreyffus y la acusación de Emile Zola es analizado por Luis del Pino con detalle, y doy por buena su percepción e interpretación, porque si alguien se ha dejado la piel, y buena parte de su salud con el tema en cuestión ha sido él.
Me interesa más el análisis de los acontecimientos, el momento en que se ha producido, el divorcio de la política cotidiana de los sucesos realmente históricos, y la plenitud del acabado de la obra de un buen periodista.
El acontecimiento, aunque ha ocurrido en fechas previas a la celebración de unas elecciones, es de tal magnitud, que sólo se puede relacionar con la historia, no con el instante en que se produce, es el episodio de una crónica que se sobrealza sobre lo cotidiano, porque tiene su propia cadencia temporal.
A mí me ha recordado la muerte de Sócrates, que comenzó siendo sofista y terminó siendo el filósofo más reconocido de la historia humana, entre otras cosas gracias a su discípulo Platón, y a la aceptación de su propia muerte por haber sido acusado de pensar y enseñar a otros sus pensamientos.
Esa catarsis del héroe, que abandona la propia vida para residir eternamente en el corazón de sus admiradores, le hacía demasiada falta a nuestro país, de quijotes y sanchos que recorren juntos el camino, sin apenas entenderse, en pos de sus sueños particulares. Esa es la mejor alegoría de España que jamás se podrá hacer.
La venganza de Sócrates no es otra cosa que la sublimación personal y el enfrentamiento público del ser humano individual contra el sistema formado por los que detentan el poder; en defensa de la razón, de la verdad, de la libertad, para sí mismos, para los demás, para los que vengan detrás. Quizás el factor más importante en la evolución cultural del ser humano, el que nos ha traído hasta aquí como somos, el que siempre ha impedido que la libertad sea sólo una palabra.
Pedro J. yo le daré ese gallo a Esculapio, fundamentalmente por los huevos que has tenido para romper, con tu verbo como espada, el telón que oculta la mezquina realidad de España. Con tus palabras, amigo, hemos recobrado el curso de la Historia de la que unos mequetrefes ineptos e incultos, nos habían expulsado. Gracias.
Bajo estas líneas se reproduce íntegra la intervención del director de EL MUNDO ayer, en la presentación del libro 'Titadyn'. Siguiendo el guión del célebre 'J'Accuse' de Émile Zola, Pedro J. Ramírez acusa a los 18 cargos policiales y judiciales cuya actuación ha impedido que se conozca lo que ocurrió el 11-M.
POR PEDRO J. RAMÍREZ
El 10 de enero de 1898, el prestigioso biólogo Émile Duclaux, director del Instituto Pasteur, frente científico del caso Dreyfus. Sostenía que se había condenado a un inocente, denunciando la falta de rigor de la instrucción sumarial, la ligereza de la sentencia y la actitud de las autoridades, a las que presentaba encerradas en una cueva para no recibir la luz que podían aportar las pruebas caligráficas, el análisis químico de los documentos o el cálculo matemático de probabilidades.
Aunque sea imposible determinar cuál fue el impulso decisivo, es evidente que este gesto estuvo entre los detonantes de la mucho más extensa y célebre misiva que tres días después Émile Zola publicó en L' Aurore con el título de J'Accuse. Si la ciencia entraba en liza en pos de la verdad, ¿cómo no iban a hacerlo la literatura y el pensamiento crítico?
Ni Antonio Iglesias está al frente de una gran institución pública -aunque méritos no le faltarían para ello- ni yo soy el Pedro Zola que para bien o para mal pintan algunos. Pero, a cambio, su aportación científica a la causa del esclarecimiento de lo ocurrido en Madrid el 11 de marzo de 2004 es mucho más concreta que la de monsieur Duclaux, y yo supliré con constancia y empeño mis menores dones literarios.
En todo caso, desde el momento en que conocí el minucioso trabajo de este químico perfeccionista y abnegado, me pareció que era nuestro deber moral contribuir a divulgarlo para que el mayor número posible de ciudadanos tengan elementos de juicio tan decisivos como los que constituyen sus conclusiones.
Yo no sé lo que ocurrió el 11-M y el trabajo de Antonio Iglesias tampoco lo desvela. Pero sí demuestra que lo que no ocurrió es lo que dice la sentencia, porque en todos los restos de los focos se halló dinitrotolueno y en el único que no había sido lavado con agua y acetona se halló nitroglicerina, dos componentes que están en el Titadyn y no en la Goma 2 ECO. Por lo tanto, es científicamente imposible, químicamente imposible, molecularmente imposible por mucho que lo afirmen la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo que «toda o gran parte de la dinamita [que estalló en los trenes] procedía de Mina Conchita», porque en Mina Conchita había Goma 2 ECO, pero no Titadyn.
La otra gran aportación de este trabajo son los sólidos indicios de la manipulación policial de la investigación, brillantemente realzados por el texto de Casimiro García-Abadillo, que más que un prólogo es una auténtica hoja de ruta del estado de la cuestión. Puede decirse, pues, que gracias a este libro ya sabemos por culpa de quiénes no sabemos lo que ocurrió en el 11-M o, al menos, por culpa de quiénes las posibilidades que un Estado democrático tiene de averiguar la verdad sobre un atentado político de esa magnitud quedaron infamemente disminuidas.
Poner ahora a esas personas en la picota pública no sólo es un acto de justicia compensatoria, sino que constituye posiblemente la última esperanza de reactivar la maquinaria de las instituciones e intentar limpiar -como escribió Zola- «la mancha de cieno» que ensucia nuestra dignidad nacional.
Por eso, igual que hizo él hace 111 años -ojalá nos traiga suerte tan perfecto capicúa-, yo acuso.
YO ACUSO al entonces comisario jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, de mantener una línea de conducta supuestamente orientada a la ocultación y manipulación de pruebas con flagrante incumplimiento de sus deberes profesionales, al transgredir losprotocolos sobre recogida y almacenamiento de restos, al asumir unos análisis que no le habría correspondido realizar, al no poner a disposición de la Policía Científica los fragmentos obtenidos en los focos de los trenes, al predeterminar la investigación con la muestra patrón de la Goma 2 ECO de la que presuntamente salió también el explosivo colocado en la Kangoo y al proporcionar al juez Del Olmo, a la Comisión de Investigación parlamentaria y al propio tribunal del 11-M información falsa o gravemente errónea, perjudicando una y otra vez la búsqueda de la verdad de lo ocurrido.
YO ACUSO a la perito química de los Tedax con carné profesional 17.682 de mantener una línea de conducta supuestamente orientada a la ocultación y manipulación de pruebas con flagrante incumplimiento de sus deberes profesionales, al no redactar y entregar a sus superiores un informe por escrito especificando los componentes de la dinamita que identificó en los análisis realizados en el laboratorio de los Tedax durante el mediodía del 11 de marzo de 2004 y al destruir la disolución en agua y acetona de los restos empleados, impidiendo así toda posterior verificación.
YO ACUSO al entonces comisario jefe de la Policía Científica, Carlos Corrales, de incumplimiento de sus deberes profesionales al no reclamar de forma fehaciente la entrega de los restos de los focos de los trenes para su análisis en su laboratorio tal y como erapreceptivo.
YO ACUSO al entonces subdirector general de la Policía, Pedro Díaz Pintado, y al entonces comisario general de Información, Jesús de la Morena, de incumplimiento de sus deberes profesionales al consentir expresa o tácitamente que el jefe de los Tedax no entregara a la Policía Científica los restos de los focos de los trenes.
YO ACUSO al general Félix Hernando, responsable de la UCO de la Guardia Civil, de mantener una línea de conducta supuestamente orientada a la ocultación y manipulación de pruebas con incumplimiento de sus deberes profesionales, al transmitir a la Comisión de Investigación parlamentaria, al juez instructor y al propio tribunal del 11-M información falsa o gravemente errónea sobre la investigación de la trama de explosivos en Asturias y el papel de sus confidentes en la misma, y al dar presuntamente instrucciones a su subordinado el alférez Jaime Trigo para que tratara de destruir la nota informativa que demostraba esa falsedad.
YO ACUSO al alférez de la UCO Jaime Trigo de mantener una línea de conducta segundo jefe de la Comandancia de Oviedo, Francisco Javier Jambrina, y pedirle, según su testimonio judicial, la destrucción de la nota que dejaba en evidencia a su superior Félix Hernando.
YO ACUSO al actual comisario jefe de la Policía Científica, Miguel Ángel Santano, y a sus subordinados Pedro Mélida, José Andradas y Francisco Ramírez de mantener una línea de conducta supuestamente orientada a la manipulación y ocultación de pruebas al «alterar» de «forma inveraz» -tal y como ha establecido la Justicia- un informe pericial que podía contradecir la versión oficial de lo ocurrido, dejando patente que -al margen de la propia trascendencia de dicho informe- existía una consigna política para orientar la investigación en una única dirección.
YO ACUSO al mando de la Policía Científica Alfonso Vega, jefe de la pericia ordenada por el tribunal del 11-M, de entorpecer la acción de la Justicia al poner trabas al trabajo de sus compañeros y al alentar en su propio informe al tribunal las más extravagantes teorías para tratar de justificar la aparición en los análisis de componentes químicos que echaban por tierra la versión oficial de los hechos.
YO ACUSO al juez Juan del Olmo de grave negligencia e incompetencia profesional al permitir la destrucción de pruebas esenciales como los propios trenes, al no asegurarse de que la Policía hubiera cumplido los protocolos establecidos para el análisis de explosivos, al concluir la instrucción sin tan siquiera contar con una prueba pericial de lo que estalló en los trenes, al permitir el incumplimiento de las normas de custodia de las pruebas, al orientar unidireccionalmente las investigaciones y al perseguir con saña sin «ponderación, mesura ni equilibrio» a los dos policías que podían poner en evidencia algunos aspectos irregulares de las mismas, tal y como acaba de establecerlo la Justicia.
YO ACUSO al juez Javier Gómez Bermúdez de negligencia profesional, al incluir en la sentencia graves errores materiales de carácter fáctico en relación al resultado de la pericia de explosivos; de inconsistencia intelectual, al no reflejar en la sentencia las consecuencias lógicas del resultado de la prueba pericial por él mismo encargada; de incoherencia personal, al defraudar las expectativas por él mismo alentadas cuando comunicó a las víctimas que algunos policías irían «caminito de Jerez»; de frivolidad, imprudencia y posible revelación de secretos, al colaborar en el libro de su esposa sobre el juicio, y de manipulación política, al hacer una presentación sesgada, tendenciosa y distorsionada de la sentencia. Vergüenza sobre vergüenza.
YO ACUSO a los jueces Alfonso Guevara y Fernando García Nicolás de negligencia profesional, al suscribir los graves errores materiales de carácter fáctico incluidos en la sentencia, al respaldar las inconsecuencias del ponente en relación al resultado de la pericia de explosivos y al respaldar pasivamente su presentación sesgada, tendenciosa y distorsionada de la sentencia.
YO ACUSO a la fiscal del caso, Olga Sánchez, y a su superior directo, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, de negligencia profesional e incumplimiento de las obligaciones que se derivan del Estatuto del Ministerio Público al impulsar una investigación unidireccional, ceñida a la conveniencia del Gobierno, y desdeñar el valor probatorio de la evidencia científica mediante expresiones como: «En los trenes estalló Goma 2 ECO y vale ya» o «Da igual el explosivo que se utilizara».
No, no da igual el explosivo que se utilizara porque si, tal y como se deduce del riguroso trabajo del químico Antonio Iglesias, lo que estalló fue Titadyn, es muy probable que algunos inocentes hayan sido condenados y no cabe duda de que hay grandes culpables en libertad, pues nadie ha sido juzgado y condenado por suministrar este explosivo.
No, no vale ya. Por seguir ciñéndome a la estructura e incluso a las palabras literales de aquel artículo de Zola, en cuanto a estos 18 funcionarios públicos a los que acuso, «debo decir que ni les conozco, ni les he visto nunca, ni siento particularmente por ellos rencor ni odio. Les considero como entidades, como espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizo aquí no es más que un medio revolucionario [yo elegiría un adjetivo más modesto, pues, no en vano, la democracia ha progresado en los 111 años transcurridos] de activar la explosión de la verdad y de la justicia».
Zola concluía de forma impactante y melodramática: «Sólo un sentimiento me mueve, sólo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la humanidad que ha sufrido tanto y tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los tribunales y que me juzguen públicamente».
Yo suscribo ese mismo espíritu de lucha por la verdad y, por supuesto, como siempre, asumo las consecuencias de la libre expresión de estas opiniones. Pero, dicho sea con toda franqueza, aspiro a que los juzgados sean ellos.
Yo sólo puedo acusarles ante el tribunal de la opinión pública pero confío en que todos estos indicios, pruebas y argumentos estimulen a quienes están legitimados para ello a iniciar las acciones pertinentes para que todas o al menos algunas de estas 18 personas deban rendir cuentas de sus actos en el plano profesional, administrativo o eventualmente penal. Sólo procediendo contra ellos podremos ahora recorrer el camino inverso de las piedras de Pulgarcito hacia el origen de los hechos y las fuentes de la verdad. «Así lo espero»
Bussus pasu copia dal curreu alactronic camacaba da llagá:
Contra La SGAE
Esto lo escribió un currante indignado... con sus razones:
Dada la mierda que nos escupe diariamente la tele, radio, prensa y demás medios de comunicación, un grupo de disidentes hemos elaborado este manifiesto a favor (sí, A FAVOR) de la piratería. Si te mola, pásalo. Si prefieres creerte las mentiras de la industria, haz con él lo que te salga del arco del triunfo. De:El currante medio, aplastado por la hipoteca, la precariedad laboral, los horarios DE MIERDA y otros abusos sociales, como la caña de cerveza a 2 putos Euros.
A:Ese músico mediático que se duele detrás de unas gafas de sol en la Moncloa , forrado de pasta hasta los pendientes. Tiene cojones ir de rebelde por la vida y terminar en las escaleras del centro del Estado (por si no captáis las sutilezas, el ejemplo se refiere a Alejandro Sanz , aunque es extensible a todos los membrillos/impresentables que le acompañaban).
Mira, chavalote, en la gira que te vas a marcar este verano vas a ganar más pasta -haciendo algo que te gusta y que en teoría te llena- de lo que ganaré yo en toda mi puta vida de currito, cargando, además, con una actividad que no me aporta nada personalmente y con la que, si no fuera por el sueldo adicional de mi pareja, ni siquiera me daría para pagar el piso donde vivo. 'La música está muy mal' -gimes. Tú, chavalote, no sabes lo que es estar mal. ¿Qué sabes tú de hipotecas, de rebotar de un contrato a otro, de currar a turnos o de 7 a 7? ¿Qué sabes tú de llegar a fin de mes, o de lo que me cuesta a mí plantearme tener hijos con lo que piden en una guardería? Porque te recuerdo que aquí, en el mundo real, curramos dos para pagarnos 70 metros cuadrados .
'La gente que compra en el top manta no ama la música' -escupe otro. ¿Con qué validez moral exigís vosotros, que vivís a todo trapo de camino entre Madrid y Miami, sin saber ni el dinero que tenéis, al currante que os pague los vicios y haga multimillonaria a la multinacional de turno ¿Cómo se puede tener la cara de plantarse en plan víctima sobre una vida de lujo?
La industria ha abusado -y abusa con los precios y las calidades.
Sólo ahora que se ve con el rabo en el culo ofrece lo que no pueden dar los piratas: DVD's con vídeos, extras y demás. Todo, curiosamente, al mismo precio que antes. ¿No llorabais que no se podían bajar los precios? Cómo vale ahora un álbum que lleva 12 canciones en el CD y 16 en un DVD (verídico) lo mismo que antes el mismo álbum con el CD a pelo? ¿Cómo puede valer un mismo álbum en España 18 euros y en Alemania 20 (contrastado) cuando los alemanes ganan más del doble que un español?
Ahora que las mafias e Internet os revientan, ahora, que ya no tenéis la sartén por el mango, pasáis de la posición dominante y abusiva a la apelación más rastrera de sentimientos. Pues yo, y muchos como yo respondemos: AHORA, QUE OS DEN POR CULO.
NADIE puede pedirme que le pague la colección de coches de lujo, el yate y las cuatro casonas en Miami, la Sierra o Marbella.
NADIE puede pedir moral desde la inmoralidad.
Ejemplo: Bustamante se acaba de comprar una casa de 500 kilos de las antiguas pesetas en solo CUATRO AÑOS DE CARRERA MUSICAL, claro ejemplo de lo mal que está el panorama musical.
Firma: Cualquier anónimo hasta los güevos de sandeces. PD: Cópialo, pégalo y pásalo.
PD 2: Si alguien sabe el correo de Ramoncín que haga el favor de pasárselo.