Todos los políticos son corruptos, hasta que se demuestre lo contrario fuera
de los tribunales españoles, porque los tribunales españoles también son
corruptos, hasta que no se demuestre lo contrario. Lamentable es la ausencia de
legitimidad de la casta política española amparada por la casta judicial
colocada por la casta política española para protegerles de sus desmanes.
Todos los periodistas mienten hasta que no se demuestre lo
contrario, incluso cuando se demuestre lo contrario es necesario replicar las
pruebas porque seguro que alguno se escapa del cedazo. Es triste que en España
no se pueda confiar en ningún medio de comunicación, porque todos están
contaminados por la política.
Todas las instituciones están corrompidas y en proceso de
podredumbre hasta que no se demuestre lo contrario. No hay institución en
España que no haya sido tocada por el dedo de la casta y contagiada de sus
métodos de terrorismo social. Hasta que no se demuestre lo contrario todo
político, sindicalista, juez, fiscal, periodista, funcionario o empleado
público, forma parte de la casta.
Todos los partidos políticos son responsables de lo que ha
ocurrido en este país y si tuvieran un ápice de vergüenza ya se habrían
disuelto y solicitado el perdón de los ciudadanos por sus crímenes, sus
desfalcos y todas sus mezquindades.
Esta es la situación de la España actual, y la única solución
para que las cosas cambien es que los funcionarios, jueces, periodistas,
políticos, sindicalistas que estén limpios den un paso al frente y se enfrenten
a todos los miserables que han hundido este país, arrebatándonos pasado,
presente y futuro.
Es hora de que todos los españoles que hayan sido esquilmados
por la casta den un paso al frente y comiencen a denunciar cada caso de
corrupción, corruptela o desvío que se haya ocasionado en las instituciones
españolas.
No hacerlo supone un grave riesgo para todos, no hacerlo nos
conduce a la tiranía, porque se están cerrando las puertas de la fortaleza que
va a segregar en este país al 1 % que vive de lo ajeno de todos los demás que
les pagamos la fiesta. Es hora de acabar con el caos que se ha organizado en
este país, antes de que la violencia se manifieste. Si no lo hacemos ahora,
después será demasiado tarde. No se puede permitir en un país europeo del siglo
XXI los métodos de la mafia en la cosa pública, que se amparan en un
totalitarismo que recuerda a los nazis o a los comunistas soviéticos.
La casta no es inmune, el día que el pueblo se enfrente a
ellos cara a cara, se acabó para siempre. Somos el 99 % y no podemos seguir
admitiendo que un 1 % de miserables nos impongan sus dogmas, para mantener sus
privilegios mientras nos condenan a los demás a la miseria.
Enrique Suárez