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sábado, 31 de julio de 2010

Al idiota de la Alianza de Civilizaciones


Querido idiota:

Sabes que me dirijo a ti, sí, a ti, precisamente a ti, que tratas de convencer a los españoles de dos cosas: una, quizás la más importante, que en su conjunto los españoles somos más idiotas que tú (que ya es decir), porque debemos cuestionarnos la identidad que nos define, para ser homologables a la discusión bizantina que requiere tu estrategia electoral para perpetuarte en La Moncloa; la otra, no de menor importancia, que es cierto que tienes interés en aproximar culturas desde un criterio antropológico que has adquirido en dos tardes, como todo lo que sabes de Economía, gracias a Jordi Sevilla “el arrepentido”.

Verás José Luis, tu imprudencia ha pasado de la temeridad a la violencia reiterada contra la razón, eres un pequeño fantoche, inane, fútil, viscoso, que pretende en su inimaginable soberbia dar lecciones al mundo sin tener ni puta idea, un adanista producto de los tiempos, de la sociedad de masas más cutre, que pretende transformar en oclocracia y tiranía oligárquica y sectaria, la maltrecha democracia española tras su paso por la Presidencia del Gobierno.

Fíjate como será la cosa, que ni en vacaciones me puedo olvidar de ti y tus gilipolleces, cuanto más pienso en tus chuminadas más asco me da toda tu perorata de charlatán de feria trasnochado, tu soporte en la propaganda que pago con mis impuestos, y tu baja calidad humana, porque en realidad eres un auténtico miserable, José Luis, quiero que lo sepas.

Te has empeñado en convencernos de que tu espíritu pacifista nos hizo abandonar Irak, cuando en realidad lo que pretendías era acceder al gobierno aprovechando el pánico en el que se encontraba sumido el electorado que te votó (que no el pueblo al que dices representar) ante los atentados del 11-M de 2004. Hay que ser sinvergüenza para infundir el miedo a nuevos atentados con el objetivo de triunfar en unas elecciones.

Mala conciencia debe desvelarte por las noches, la que permite que continuemos en la guerra de Afganistán, tratando de imponer una democracia a gente que todavía tiene trabajo para entender lo que es tal cosa, cuando los muertos de esta guerra pesan sobre tu cabeza (más de un centenar) y los de la de Irak, sobre la de Aznar (ninguno), y todavía la gente que te vota piensa que tu eres un antibelicista y tu antecesor un belicoso.

La Alianza de Civilizaciones es un puñetero eufemismo que pagamos los españoles para que tu juegues a líder internacional, para establecer una coartada que te permita seguir asesinando musulmanes con patente de profeta de la paz, puro colonialismo al servicio de los intereses de otros países, porque ni siquiera sabes qué sentido puede tener lo que estás haciendo, te falta más de lo que posees para comprender las relaciones entre Occidente y Oriente. Sólo la cascarria que te apoya electoralmente puede convencerse de que si a Moratinos le imponen un turbante en Afganistán es que todo va bien.

Esa magnífica incongruencia de tu política exterior nos conduce a situaciones esperpénticas dignas de inmortalidad, como la de que la legión feminista a la que patrocinas se oponga a que las mujeres musulmanas puedan liberarse del burka en nuestro país, diciendo que es por su bien, evidentemente, que otra cosa iban a decir si entre ellas, los lobbys homosexuales, los altermundistas y la fraternidad de la modernidad “progre” nos han impuesto a los españoles el burka del pensamiento políticamente correcto (que es únicamente el suyo) para seguir viviendo del pesebre y tu lo aplaudes hasta con las cejas, porque son votos para tu causa.

Pero lo que más me fascina, de todos tus despropósitos es lo de la Alianza de las Civilizaciones (que no Culturas), porque gracias a tu estupidez y las de los que te acompañan en la profanación de las arcas del Estado, yo, como español, heredero de tradición cristiana de frontera aunque sea agnóstico, tengo que quedarme callado discretamente, suspendiendo todo juicio, en el bando de los conniventes, ante todas las barbaridades que nos brindan tus socios de la media luna, sea en Afganistán, Somalia, Kirguizstan, Palestina, Turquía o Chechenia.

El mundo nos mira José Luis, pero estos no son como los de los sindicatos que amordazas con dinero, los de la chilaba vienen para quedarse con Al Andalus, como a lo largo de la historia de esa España que tu tratas que se desconozca que ya lo anunció Osama Ben Laden en su día. Las comunidades teocráticas del Islam (que son una intensa minoría dentro de las numerosas comunidades de ciudadanos musulmanes y árabes) sólo tienen como pretensión acabar con todo lo que no sea Islam, como tu tienes la pretensión de acabar con todo lo que no sea tu versión de la realidad, como los catalanistas quieren acabar con todo lo español en Cataluña, o los vasquistas en Euskadi; quien iba a decirnos que íbamos a tener un Presidente del Gobierno de España que compartiera métodos y estrategias con los mismos talibanes.

Verás, José Luis, para respetar una cultura diferente lo más importante es el extrañamiento, un concepto antropológico que por supuesto desconoces, y que posiblemente ninguno de tus cientos de asesores sepa siquiera de que va. Sólo desde la conciencia de alteridad se puede llegar a comprender lo diferente, no desde la simulación de homogeneidad como la que ejerces sin piedad alguna, que es una nueva forma de colonialismo camuflada con créditos e inversiones en la población clave que pagamos tus compatriotas. Realmente José Luis, lo que estás haciendo es lo mismo que hicieron tus denostados yanquis con las tribus indias de Norteamérica, lo mismo que hizo Pizarro con los incas, o algunos lugartenientes de Hernán Cortés con los aztecas.

Eres igual que Felipe II, empeñado hace quinientos años en expandir el cristianismo por el mundo a costa de sus compatriotas, aunque fuera vaciando las arcas del Estado, solo que en esta ocasión tú lo que quieres imponer es la nueva moral socialista, de la que eres el máximo profeta, a todo el planeta, no me extraña que Obama te invite sólo a rezar, porque mira que hay que ser idiota para irte a Estados Unidos a darle lecciones a los norteamericanos sobre tu Alianza de las Civilizaciones, cuando ellos han tenido el coraje de elegir a Barack Obama, nieto directo de musulmanes para que guíe su destino.

José Luis, eres el mayor impostor de la historia de Occidente, nadie se había atrevido a hacer tantas estupideces juntas y venderlas como un triunfo de un pensamiento nuevo, hay que ser farsante para tener tal osadía; ¿pero qué tiene de nuevo abusar del poder para hacer las mayores barbaridades?. ¿Pero acaso es progreso regresar al Antiguo Régimen en que los sátrapas que te acompañan en esta Nueva Persia que te has inventado puedan hacer lo que les plazca sin respetar siquiera el Código de Hammurabi?. La cobardía del converso es la que dirige tus pasos, porque como bien sugirió Dante Alighieri en “La Divina Comedia” los primeros que deben ser condenados al infierno son los que ante la injusticia, la opresión, y el aplastamiento de los derechos humanos se quedan impasibles.

José Luis, ilustre papanatas, tú y tu Alianza de Civilizaciones es la coartada que ha permitido y permite a los talibanes hacerle a la chica de la foto esta barbaridad, tú que tiendes puentes de comprensión con estos salvajes, en compañía de las feministas que se callan en tu gobierno ante estos crímenes, sois responsables directos de que esto pueda seguir ocurriendo, simplemente con el objetivo de no perder las próximas elecciones. Hay que ser miserables y desalmados para quedarse callados y calladas ante tanta vesania, por un puñado de votos.

Biante de Priena

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