Mi maestro, Gustavo Bueno, quizás el filósofo vivo más importante de este país, ha escrito recientemente un libro sobre las izquierdas, “El Mito de la Izquierda”. La tesis fundamental de la obra es que las izquierdas resultan antitéticas a la derecha uniforme. Tiene su lógica la cuestión.
La derecha defiende un orden determinado y su conservación, mientras que las izquierdas no pueden defender ningún orden, porque los únicos que han logrado a lo largo de la historia son en su mayor parte impresentables, si se consideran en su conjunto, aunque han aportado tendencias novedosas que se han incorporado en las políticas democráticas.
La derecha defiende un orden determinado y su conservación, mientras que las izquierdas no pueden defender ningún orden, porque los únicos que han logrado a lo largo de la historia son en su mayor parte impresentables, si se consideran en su conjunto, aunque han aportado tendencias novedosas que se han incorporado en las políticas democráticas.
Abundando en las tesis del Profesor Bueno, los modelos más importantes de las izquierdas son los que han logrado instalarse en el poder, y desde una perspectiva particular, aunque fundamentada en las teorías del filósofo materialista, son actualmente las siguientes:
El postmaoismo chino, representa la lenta evolución desde una economía planificada a un modelo capitalista en la oferta de productos y reducido estatalmente en la demanda. del que no hablaremos porque sus condiciones son excesivamente diferentes a las occidentales.
El postleninismo ruso, que tras renuncia a la burocracia del socialismo real y su negación sempiterna del capitalismo, ahora trata de subirse como puede al carro de la globalización y la economía de mercado.
El castrismo y sus variedades, con un fuerte impacto en Sudamérica en estos momentos, en el que se asocian miseria y populismo, junto con poder fundamentado en un lider carismático.
La socialdemocracia nórdica, fundamentada sobre sociedades muy estructuradas política y económicamente, con elevadas rentas, y escasa corrupción política. Son un modelo deseable, pero inalcanzable. Es más una evolución límite del liberalismo bien controlado desde el Estado.
El trans-socialismo mediterráneo, de Zapatero, Royal y Prodi, que se afianza en las democracias del sur de Europa, y que será del que fundamentalmente nos ocuparemos
EL TRANS-SOCIALISMO
Supone el desarrollo de lo que se ha conocido habitualmente como socialdemocracia, pero con unos ingredientes peculiares, que lo diferencian como una alternativa menos evolucionada, muy poco desarrollada por falta de organización teórica y líderes relevantes. Su racionalidad es oportunista y singular.
El trans-socialismo es un movimiento que fundamenta su acción en la supervivencia política, y aplica reglas de “todo vale” con tal de afianzarse en el poder. Sus planteamientos son circunstanciales y se soportan sobre la conveniencia. En cierta forma, es un socialismo muy egoísta y algo fanático, porque defiende que sus políticas son las únicas con capacidad de transformar la sociedad, y excluye al adversario, convirtiéndole en un obsoleto ejemplo de lo que hay que superar.
Tiene características de movimiento radical en diversas cuestiones:`
Política migratoria (puertas abiertas, la sociedad se adaptará, más recursos con los mismos servicios, no adaptación a la demanda peculiar que supone la migración, los grandes servicios se deterioran por no adaptarse a la circunstancia migratoria)
Política de género y retirada de apoyo al modelo familiar (feminismo discriminante, cuotas, violencia mediática e institucional contra los hombres, criminalización de los valores masculinos y del “hombre”; matrimonio homosexual en España, las familias dejan de recibir ayudas como institución)
Política postnacional (las naciones, tal como se las conoce, son organizaciones establecidas por la derecha para mantener el poder económico y político; los Estados deben fundamentarse en nuevas fórmulas con la asunción de las diferencias peculiares de los movimientos nacionalistas históricos o recientes. Royal dice que no le importa negociar Córcega, Zapatero sigue diálogo con ETA, Prodi habla de la posibilidad de federalización de Italia, particularmente por las presiones de la Padania).
Políticas de clientelismo electoral, exclusión laboral de grandes sectores de la población (apoyo de fórmulas como el salario social y la ley de dependencia, subvenciones a asociaciones afines, retirada de fondos a los discrepantes; en vez de hacer una redistribución de la riqueza, hace una reorganización de la pobreza, dualizando la sociedad de una forma injusta, entre cada vez más dependientes y cada vez menos cotizantes con todos los derechos, pues los jóvenes nunca han tenido condiciones laborales tan precarias, pero como pasan de la política, no les votan en contra, “secuestro ideológico”)
Políticas de regulación de la vida privada de las personas y ausencia de respeto a las costumbres, con un gran intervencionismo social. Leyes prohibicionistas sanitarias, medidas que cambian los hábitos. Mecanización de los procesos de decisión. Despersonalización y deshumanización.
Fuerte intervención en los medios de comunicación de masas, en la justicia, en los servicios –los puestos de trabajo claves se promueven para gente afín, sean en lo más elevado o lo más bajo de la jerarquía laboral-, indefensión de los funcionarios de la Administración Pública ante las barbaridades que organiza su jefe, el Gobierno.
Doctrina ideológica fundamentada en el logro de la paz a cualquier precio, imposición de la paz como sea, incluso contra la tradición vigente o el sentido común. Política ecológica de palabra y terriblemente antiecológica de obra.
Líderes carismáticos, no por su hacer, sino por sus propuestas. Bajo nivel intelectual de sus políticas, “popularización” de la política. Negación radical de la autoridad (no del autoritarismo); creación del “nosotros, unos ciudadanos más como vosotros”, haciendo abstracción de su condición de políticos. Mesianismo. Buenismo. Seudoprogresismo. Falsa transparencia.
Políticas internacionales erráticas. Ahora se apoya esto, luego lo otro, según lo que vaya ocurriendo. Afinidad por los movimientos islámicos, (se pueden comprender por la opresión que han sufrido), de los movimientos colorados americanos (colorado, de vergüenza), antiamericanismo (incluyendo a Reino Unido, cada día más cerca de USA). Exclusión de Alemania de su proyecto. Fuertemente europeistas pero solo de una Europa a su medida.
VAGANDO Y DIVAGANDO
Estas son algunas de las características del trans-socialismo, un movimiento político de tránsito hacia ninguna parte, que deconstruye lo que existe, porque en lo que existe no puede sobrevivir, y necesita una sociedad convulsionada, irritada, crispada, de la que extraer sus votos.
Sigue una estrategia perversa que es la siguiente, desde el poder se crea un problema, los que se oponen a su política lo detectan y delatan, y entonces pasan a ser considerados como adversarios y culpables, que se oponen al progreso, una derecha reaccionaria, que se convierte inmediatamente en el principal obstáculo para la solución del problema que se ha creado.
Dicotomizan la sociedad en buenos (los nuestros) y malos (los otros), excluyen el consenso y la negociación con los contrarios, si se equivocan ha sido por que desde su mejor voluntad no han sabido acertar, si se equivocan los otros, es porque han tramado una política contra ellos. Generan paranoias entre sus electores y los de sus rivales. Un país en tensión es su mejor baza para triunfar.
Se ha visto en la política de Zapatero, y ahora que se inicia la etapa electoral en Francia, se verá en Royal, que va a crispar Francia hasta cotas jamás alcanzadas, desde la Revolución Francesa.
El trans-socialismo solo busca afianzarse en el poder, de cualquier forma, a cualquier precio, caiga quien caiga, destruya lo que destruya. Solo tiene un interés, como cualquier organismo en vías de extinción: su supervivencia. Solo hay una forma de que perdure, transformando la sociedad a su medida, instrumentalizando a los ciudadanos en su propósito, reduciendo el bienestar de todos, para incrementar considerablemente el de sus grupos electorales de apoyo.
Rentabiliza la catástrofe, un país que va mal, necesita cambiar y los únicos que pueden procurar un cambio son ellos; porque la derecha conservadora, lo único que haría sería mantener las cosas como están, o retroceder. El único progreso proviene de sus propuestas, o se avanza con ellos, o no se avanza.
Esta izquierda trans-socialista, recuerda mucho a los corsarios del Caribe, una forma de parasitismo organizado y redentorista, con intenciones oscuras y deleznables propósitos. Librémonos de los opresores o terminarán emulando a Lenin, democracia, ¿para qué?; libertad, ¿para qué?. Y nos convencerán de que debemos olvidarnos de la política, total, no sirve para nada. Política, ¿para qué?.
El postmaoismo chino, representa la lenta evolución desde una economía planificada a un modelo capitalista en la oferta de productos y reducido estatalmente en la demanda. del que no hablaremos porque sus condiciones son excesivamente diferentes a las occidentales.
El postleninismo ruso, que tras renuncia a la burocracia del socialismo real y su negación sempiterna del capitalismo, ahora trata de subirse como puede al carro de la globalización y la economía de mercado.
El castrismo y sus variedades, con un fuerte impacto en Sudamérica en estos momentos, en el que se asocian miseria y populismo, junto con poder fundamentado en un lider carismático.
La socialdemocracia nórdica, fundamentada sobre sociedades muy estructuradas política y económicamente, con elevadas rentas, y escasa corrupción política. Son un modelo deseable, pero inalcanzable. Es más una evolución límite del liberalismo bien controlado desde el Estado.
El trans-socialismo mediterráneo, de Zapatero, Royal y Prodi, que se afianza en las democracias del sur de Europa, y que será del que fundamentalmente nos ocuparemos
EL TRANS-SOCIALISMO
Supone el desarrollo de lo que se ha conocido habitualmente como socialdemocracia, pero con unos ingredientes peculiares, que lo diferencian como una alternativa menos evolucionada, muy poco desarrollada por falta de organización teórica y líderes relevantes. Su racionalidad es oportunista y singular.
El trans-socialismo es un movimiento que fundamenta su acción en la supervivencia política, y aplica reglas de “todo vale” con tal de afianzarse en el poder. Sus planteamientos son circunstanciales y se soportan sobre la conveniencia. En cierta forma, es un socialismo muy egoísta y algo fanático, porque defiende que sus políticas son las únicas con capacidad de transformar la sociedad, y excluye al adversario, convirtiéndole en un obsoleto ejemplo de lo que hay que superar.
Tiene características de movimiento radical en diversas cuestiones:`
Política migratoria (puertas abiertas, la sociedad se adaptará, más recursos con los mismos servicios, no adaptación a la demanda peculiar que supone la migración, los grandes servicios se deterioran por no adaptarse a la circunstancia migratoria)
Política de género y retirada de apoyo al modelo familiar (feminismo discriminante, cuotas, violencia mediática e institucional contra los hombres, criminalización de los valores masculinos y del “hombre”; matrimonio homosexual en España, las familias dejan de recibir ayudas como institución)
Política postnacional (las naciones, tal como se las conoce, son organizaciones establecidas por la derecha para mantener el poder económico y político; los Estados deben fundamentarse en nuevas fórmulas con la asunción de las diferencias peculiares de los movimientos nacionalistas históricos o recientes. Royal dice que no le importa negociar Córcega, Zapatero sigue diálogo con ETA, Prodi habla de la posibilidad de federalización de Italia, particularmente por las presiones de la Padania).
Políticas de clientelismo electoral, exclusión laboral de grandes sectores de la población (apoyo de fórmulas como el salario social y la ley de dependencia, subvenciones a asociaciones afines, retirada de fondos a los discrepantes; en vez de hacer una redistribución de la riqueza, hace una reorganización de la pobreza, dualizando la sociedad de una forma injusta, entre cada vez más dependientes y cada vez menos cotizantes con todos los derechos, pues los jóvenes nunca han tenido condiciones laborales tan precarias, pero como pasan de la política, no les votan en contra, “secuestro ideológico”)
Políticas de regulación de la vida privada de las personas y ausencia de respeto a las costumbres, con un gran intervencionismo social. Leyes prohibicionistas sanitarias, medidas que cambian los hábitos. Mecanización de los procesos de decisión. Despersonalización y deshumanización.
Fuerte intervención en los medios de comunicación de masas, en la justicia, en los servicios –los puestos de trabajo claves se promueven para gente afín, sean en lo más elevado o lo más bajo de la jerarquía laboral-, indefensión de los funcionarios de la Administración Pública ante las barbaridades que organiza su jefe, el Gobierno.
Doctrina ideológica fundamentada en el logro de la paz a cualquier precio, imposición de la paz como sea, incluso contra la tradición vigente o el sentido común. Política ecológica de palabra y terriblemente antiecológica de obra.
Líderes carismáticos, no por su hacer, sino por sus propuestas. Bajo nivel intelectual de sus políticas, “popularización” de la política. Negación radical de la autoridad (no del autoritarismo); creación del “nosotros, unos ciudadanos más como vosotros”, haciendo abstracción de su condición de políticos. Mesianismo. Buenismo. Seudoprogresismo. Falsa transparencia.
Políticas internacionales erráticas. Ahora se apoya esto, luego lo otro, según lo que vaya ocurriendo. Afinidad por los movimientos islámicos, (se pueden comprender por la opresión que han sufrido), de los movimientos colorados americanos (colorado, de vergüenza), antiamericanismo (incluyendo a Reino Unido, cada día más cerca de USA). Exclusión de Alemania de su proyecto. Fuertemente europeistas pero solo de una Europa a su medida.
VAGANDO Y DIVAGANDO
Estas son algunas de las características del trans-socialismo, un movimiento político de tránsito hacia ninguna parte, que deconstruye lo que existe, porque en lo que existe no puede sobrevivir, y necesita una sociedad convulsionada, irritada, crispada, de la que extraer sus votos.
Sigue una estrategia perversa que es la siguiente, desde el poder se crea un problema, los que se oponen a su política lo detectan y delatan, y entonces pasan a ser considerados como adversarios y culpables, que se oponen al progreso, una derecha reaccionaria, que se convierte inmediatamente en el principal obstáculo para la solución del problema que se ha creado.
Dicotomizan la sociedad en buenos (los nuestros) y malos (los otros), excluyen el consenso y la negociación con los contrarios, si se equivocan ha sido por que desde su mejor voluntad no han sabido acertar, si se equivocan los otros, es porque han tramado una política contra ellos. Generan paranoias entre sus electores y los de sus rivales. Un país en tensión es su mejor baza para triunfar.
Se ha visto en la política de Zapatero, y ahora que se inicia la etapa electoral en Francia, se verá en Royal, que va a crispar Francia hasta cotas jamás alcanzadas, desde la Revolución Francesa.
El trans-socialismo solo busca afianzarse en el poder, de cualquier forma, a cualquier precio, caiga quien caiga, destruya lo que destruya. Solo tiene un interés, como cualquier organismo en vías de extinción: su supervivencia. Solo hay una forma de que perdure, transformando la sociedad a su medida, instrumentalizando a los ciudadanos en su propósito, reduciendo el bienestar de todos, para incrementar considerablemente el de sus grupos electorales de apoyo.
Rentabiliza la catástrofe, un país que va mal, necesita cambiar y los únicos que pueden procurar un cambio son ellos; porque la derecha conservadora, lo único que haría sería mantener las cosas como están, o retroceder. El único progreso proviene de sus propuestas, o se avanza con ellos, o no se avanza.
Esta izquierda trans-socialista, recuerda mucho a los corsarios del Caribe, una forma de parasitismo organizado y redentorista, con intenciones oscuras y deleznables propósitos. Librémonos de los opresores o terminarán emulando a Lenin, democracia, ¿para qué?; libertad, ¿para qué?. Y nos convencerán de que debemos olvidarnos de la política, total, no sirve para nada. Política, ¿para qué?.
Biante de Priena
Ciudadanos en la Red se solidariza con el Profesor Gustavo Bueno, y condena los actos de quienes, como el señor Luis Pizarro del PSOE de Andalucía, tratan de impedir en este país la Libertad de Expresión, faltaría más.