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jueves, 28 de junio de 2007

Carta abierta de ACA a los Compromisarios de la Asamblea de Ciutadans


"Lo importante empieza el día después. Con la herramienta Cs o sin ella, la defensa de los valores ciudadanos será más necesaria que nunca. Siempre me encontraréis con quienes, desde la Pepa de Cádiz 1812, están con España y con la Libertad."

No estaré con Ustedes el 30 de junio y el 1º de julio.

Contribuí al nacimiento del partido en Bellaterra, encabezando la delegación de la agrupación digital. Quienes estaban conmigo recordarán que defendí allí un partido con valores y principios fieles al primer manifiesto de Boadella, Espada, Ana Nuño, Vázquez-Rial y otros intelectuales; que defendí las propuestas de Luis Bouza-Brey y de Clemente Polo en la comisión de Ideario; que desconfié de la elección alfabética, caótica y chapucera de la ejecutiva.

Jamás hubiera imaginado entonces, en mis peores pesadillas, que CS se encontraría hoy en tan desastrosa situación.

Muchos afiliados y compromisarios, entre ellos personas que ahora defienden posiciones contrarias a las mías, saben que desprecio el poder y que no albergo ninguna ambición política personal.

Me hubiera gustado, sin embargo, poder dirigirme a ustedes en la Asamblea. No podré hacerlo, pues determinados miembros de la ejecutiva de Cs me suspendieron cautelarmente, adoptando una medida ilegal, arbitraria e injusta. Se ha convertido en estos días en suspensión de militancia de tres meses. Se me reprocha haber declarado en los foros internos del partido que dos destacados dirigentes de Cs habían mentido y traicionado el proyecto de Ciutadans. Y también se me ha castigado por haber apoyado a mi admirado amigo Mario Acosta en su denuncia contra los atropellos y la deriva de los actuales responsables de este partido.

La represión llevada a cabo en estas últimas semanas contra afiliados de Cerdanyola, contra Acosta y contra mí no son cuestiones particulares. Son representativas del déficit democrático en Ciutadans y de la tergiversación de los valores que pretendemos encarnar.

Ustedes, Compromisarios, van a tener que decidir el futuro del partido y del proyecto. No me dirijo a los soldaditos de plomo que llevarán el papel dobladito en el bolsillo, con disciplina de voto digna del padrecito de los pueblos. No. Me dirijo a los Compromisarios libres, que se afiliaron por no querer vivir de rodillas y que decidirán en conciencia.

Les pido que no respalden a quienes han traicionado el proyecto ciudadano y se han pasado un año peleados entre sí e intentando alcanzar nuevas cuotas de poder.

No he apoyado ni apoyaré ninguna lista, pero Luís Bouza-Brey es un hombre capacitado y honrado. La alternativa representada por Julián de Fabián también es honesta y coherente. En cuanto a Ciudadano Ubú, dudo que se presente como un candidato más (aunque con él nunca se sabe), pero ha marcado el ritmo e impuesto los términos del debate, defendiendo la libertad, la democracia y la constitución. Su Manifiesto Zanahoria lo hago mío, como hago míos los principios defendidos desde Ciudadanos en la Red.

Lo importante empieza el día después. Con la herramienta Cs o sin ella, la defensa de los valores ciudadanos será más necesaria que nunca. Siempre me encontraréis con quienes, desde la Pepa de Cádiz 1812, están con España y con la Libertad.

martes, 26 de junio de 2007

viernes, 22 de junio de 2007

Bernard Rieux, desapestar por oficio

Hay cosas que no cambian, hay otras que se transforman demasiado deprisa. Entre ambas nos pasan los días. Lo que permanece no es esencial, es difícil de erradicar. Lo que aparece, difícil de comprender. Sin embargo, todo fluye, a veces por el cauce establecido, y otras por su trayecto propio, natural.

Orán está cerca de algún sitio, al norte de Africa, es una nostálgica urbe en la que se habla francés contra el tiempo. Hay ciudades que son más patrimonio de la historia que de la vida.

Las ratas, sí, las ratas, son seres admirables, no saben cambiar. Estos roedores han cesado su evolución tras haber alcanzado su máximo desarrollo posible. Prodigio de reproducción y adaptación al medio. Las ratas son como el mobiliario oculto de los escenarios de la vida, están ahí, pero solo se dejan ver de vez en cuando. Mientras tanto, horadan el tiempo, esperando su hora oportuna de invadir la normalidad tediosa.

Cuando confluyen determinadas circunstancias, las ratas abandonan las cloacas y brotan primaveralmente en la superficie, por breves periodos de tiempo. La luz las incomoda demasiado, prefieren la oscuridad, para no desgastar su mirada sobre otras formas de la vida que la suya. Si hay un animal que no busca cambiar, son estos magníficos héroes de la supervivencia cotidiana.

Solo hay un problema para las ratas, la peste; cuando se infectan, estos pequeños mamíferos husmeadores, amantes de la basura, y navegantes veteranos de las putrefacciones, resultan realmente peligrosos, porque pierden su rumbo y estallan en un dionisiaco espectáculo hostil contra cualquier forma de vida superior.

Hay ciudades que han desaparecido por la peste bubónica; la “peste negra” transformó Europa hasta la civilización de las costumbres, diezmando su población, pero también la suciedad ubícua. Los supervivientes, ratas y hombres, aprendieron que no es bueno para la existencia conjunta mezclarse sin prudencia; desde entonces cada especie ocupa su nicho, los humanos la superficie, y las ratas las catacumbas de las ciudades, en un paraíso cochambroso, fétido, corrupto, del que se elevan mefíticos miasmas de descomposición.

Aún así, en esta epopeya de ratas y hombres, hay personajes singulares e irrepetibles, como el Dr. Bernard Rieux, que se ha hubo de especializar en la decadencia de las epidemias, a fuerza de aburrimiento, y esperas fallidas. El samaritano de los apestados, corre siempre el peligro de no morir de otra cosa que sus pacientes.

No hay que ser Cottard para alegrarse de la existencia de la peste, pero gracias a estos singulares momentos de frenética lucha por la vida, van surgiendo personajes que dan lo mejor de sí mismos, cuando antes dormían el sueño de los ajenos. Así descollan diletantes morales como Paneloux, innovadores como Tarrou, reporteros como Rambert, y testigos como Grand.

Siempre supe que las cosas de Ciutadans, terminarían emulando el relato de La Peste de Camús, era algo más que una intuición, una premonición. Es el destino compartido que acontece al mestizaje imposible entre las ratas y los hombres; la epidemia es la alarma de que hay cosas incompatibles, por ejemplo, la simbiosis entre seres antagónicos. No es posible el hombre-rata, ni la rata-hombre.

Tras el carnaval de muerte resurgirá de nuevo la vida, unas cuantas ratas y unos cuantos hombres desaparecerán de la escena, pero siempre quedarán los suficientes para que Orán no se desvanezca por completo. Es tan hermoso el crepúsculo, con sus luces y sus sombras. La hora del final próximo, el momento de la catársis.

Solo aprendiendo a disfrutar del miedo, se comienza a distinguir que las ratas solo son las portadoras de la yersinia pestis (el auténtico mal), y los hombres, los receptores de la imprudencia más temeraria, que es contemplar a las ratas como simples animales acomplejados, que se conforman con su edén de alcantarillas.

Nada más lejos de la realidad, las ratas sueñan con que los hombres las sustituyan, pero siempre se acaban despertando antes de que la alegoría se cumpla. Los sueños de las ratas, son las pesadillas de los hombres.

Desde la llegada de los antibióticos, la peste atañe exclusivamente a las ratas, que ya no contagian a los hombres, y si lo hacen, los hombres sobreviven sin demasiada dificultad, mientras las ratas sucumben masivamente.

Doctor Rieux, tiene usted trabajo, mucho trabajo. No desfallezca.


Biante de Priena

martes, 19 de junio de 2007

Sólo el escrutinio mayoritario garantiza el respeto de la decisión ciudadana

"Las arbitrariedades en ayuntamientos de toda España son innumerables y dejarían atónito a cualquier elector de una democracia civilizada: baste mencionar, para vergüenza y escarnio de los implicados, a los criados de Piqué, llevados por ese personajillo a pactar hasta con los de Esquerra, amigos de Batasuna y enemigos de la libertad."

Una vez más asistimos al lamentable y escabroso espectáculo de los pactos y chanchullos postelectorales en España. He aquí algunos ejemplos de ese rutinario y repetitivo desprecio por la democracia:

-Como en Galicia recientemente, la lista más votada en Canarias (Psoe en este caso) no gobernará porque los nacionalistas minoritarios, oportunistas y cambiantes, han decidido ahora aliarse con el PP.

-La lista popular, mayoritaria en Navarra, sólo podrá seguir gobernando si así lo deciden los derrotados socialistas, tentados por acceder al poder de la mano de los filoetarras.

-Una situación parecida existe en Baleares, con el PP en primera posición, pero chantajeado por sus ex-aliados, unos regionalistas de medio pelo y ultra-minoritarios que ahora miran hacia el Partido Socialista.

-Las arbitrariedades en ayuntamientos de toda España son innumerables y dejarían atónito a cualquier elector de una democracia civilizada: baste mencionar, para vergüenza y escarnio de los implicados, a los criados de Piqué, llevados por ese personajillo a pactar hasta con los de Esquerra, amigos de Batasuna y enemigos de la libertad.

Todavía hoy sobrevive la chapuza proporcional y pactista en países como Italia, condenados a la confusión y al apaño, como forma de vida parlamentaria y a modo de perversión política permanente.
Sin embargo, hay antecedentes y ejemplos de países que han querido y podido salir de un callejón sin salida cuyo efecto es desanimar al elector y generar ese apolitismo, esa desconfianza generalizada contra lo político ("Todos podridos") que ha llevado, en fechas no tan lejanas, a populismos de laboratorio, totalitarismo y muerte.

Francia, por ejemplo, vivió tiempos de gran confusión durante la cuarta república, hasta 1.958: un gobierno cada dos meses, acuerdos y contra-acuerdos en el Palacio Bourbon, sede de la asamblea nacional convertida en mesa de tahures y de charlatanes haciendo y deshaciendo a su gusto, retorciendo y doblando la voluntad popular a su antojo.
De Gaulle acabó con todo esto y le devolvió la soberanía al pueblo francés, salvando a su país por segunda vez, no contra los nazis, sino contra ella misma y sus demonios interiores. El advenimiento de la quinta república, tachada entonces de "golpe de estado" por el siniestro Mitterrand, garantizó mayorías claras y estables, imposibilitando acuerdos entre partidos a espaldas de la gente, y forzando a los partidos a descubrir sus cartas ANTES de la votación. Las dos vueltas de escrutinio permiten además al elector tener la última palabra y corregir, si lo considera oportuno, las tendencias del primer sufragio: se convierte así en dueño y señor del sistema, tanto a la hora de elegir al presidente como a sus diputados y a sus alcaldes.

Otro sistema extraordinariamente transparente es el inglés: se vota una vez, gana el primero y no hay más que hablar. Las coaliciones, si las hubiere, se forjan antes de someterse al voto popular, con luz y taquígrafos, sin combinaciones ni cesiones frente a particularismos exigentes y chantajistas.

España debe cambiar su sistema electoral y garantizar el respeto por las decisiones de los ciudadanos. Esta reforma, acompañada del retorno de Montesquieu y de las separación de poderes, es ineludible y urgente, en un país degradado por años de delincuencia felipista y en vías de liquidación a manos de un traidor iluminado.

Dante Pombo de Alvear, Reflexiones liberales

lunes, 18 de junio de 2007

El tsunami se quedó en marejadilla


La política francesa siempre será diferente a la de sus vecinos: anoche, los vencedores por mayoría absoluta aparecieron ante las cámaras con rostro serio y casi compungido, mientras que los socialistas, nuevamente minoritarios, sonreían y hasta celebraban su dulce derrota.

Para entenderlo, recordemos los hechos objetivos:

En primer lugar, los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, si bien le dan mayoría absoluta a la alianza presidencial en torno a Nicolas Sarkozy, no confirman las expectativas de victoria arrolladora e histórica del domingo anterior. En efecto, la nueva asamblea, aunque puede haber alguna ligerísima modificación en los resultados definitivos, contará con 346 diputados de la mayoría (incluídos los 22 elegidos del Nuevo Centro sarkozysta), el MoDem de Bayrou tendrá a cuatro representantes y la izquierda, incluyendo a comunistas (18) y Verdes (4) se compondrá de 227 miembros electos.

Estamos muy lejos de los 400 o 450 diputados UMP y afines anunciados en las encuestas. De hecho, la mayoría de centro y de derechas es inferior a la del congreso saliente, elegido en 2002 después de la segunda victoria presidencial de Chirac. Y los socialistas, que temían descender a la representación más baja en su historia centenaria, se encuentran con cincuenta diputados más que hace cinco años.

¿Qué ha ocurrido?

Explicaciones pueden haber para todos los gustos, pero las más razonables son:

1- La perspectiva de un tsunami azul asustó a muchos electores, entre ellos a votantes de la derecha y del centro. Las acusaciones vertidas contra el formato electoral desde hace meses, según las cuales el escrutinio mayoritario deforma la realidad y le da excesivo protagonismo a la opción ganadora en detrimento de las minorías, ha hecho mella en la opinión pública.

De forma paradójica, este resultado, que corrige lo anunciado en la primera vuelta y contradice las encuestas, tiene dos virtudes: demuestra por una parte que la votación uninominal mayoritaria puede garantizar una composición parlamentaria representativa del estado real de la opinión; recuerda que la última palabra la tienen siempre los ciudadanos.

2- Técnicamente, parece ser que la mayoría de los votantes del partido de Bayrou en la primera vuelta se han inclinado hacia la opción socialista en la segunda vuelta, cuando se daba (como ha sido muy frecuente) una final UMP-PS. Han seguido así la consigna del MoDem y la súplica del PS: "votad por la diversidad en el parlamento". Lo más probable es que los votantes de Bayrou en la Presidencial se han escindido en dos grupos: quienes siempre han tenido una sensibilidad de centro derecha ya se inclinaron por el "Nuevo Centro" en la primera vuelta, y han contribuido a la elección de los 22 diputados de ese nuevo partido, aliado con la UMP; los bayrouistas reacios al sarkozysmo han elegido a los 4 diputados del MoDem (incluído Bayrou) y optan por el voto PS frente a la alternativa UMP en segundas vueltas uninominales. Difícilmente se les puede considerar de centro izquierda, pero sí han integrado, probablemente, la perspectiva de una futura alianza entre las tendencias moderadas y socialdemócratas del PS y el bayrouismo.

3-Ha crecido la abstención, ya importante en la primera vuelta, pero los análisis de los próximos días posiblemente apunten a una mayor movilización de los electores de izquierdas y una mayor pasividad del electorado que apoya al centro y a la derecha.

4-La izquierda no ha muerto, algunos la habían enterrado con frívola precipitación. Los comunistas, por ejemplo, han resistido dignamente en sus feudos post-obreros, y cuentan con 18 diputados (contra 22 hace cinco años), lo que les permitirá constituir grupo parlamentario (con la adhesión, formal y con fines administrativos de dos diputados socialistas o verdes, será suficiente).
En muchas ciudades importantes, el voto "progresista" aguanta el temporal, encarnado por clases medias y acomodadas que se han volcado, en muchos casos, por el partido socialista, por ejemplo en París, donde hay mayoría de diputados PS, o en Burdeos, donde han derrotado al nº 2 del gobierno y ex-primer ministro, Alain Juppé (quien presentó su dimisión el domingo por la noche, pues ése era el compromiso de los miembros del gobierno si no salían elegidos).
Se confirma también la dicotomía este (derecha) - oeste (izquierda) que ya se había percibido entre Sarkozy y Royal.

5-Se comentan mucho las imprudentes declaraciones del ministro Borloo, entre las dos vueltas de la elección, acerca de la posibilidad de implantar, en 2009, un "IVA social", consistente, según el modelo alemán, en subir el IVA para penalizar los bienes importados desde países sin garantías sociales para los trabajadores y con un coste del valor/trabajo muy inferior al nuestro. La medida, si un día se lleva a cabo, irá acompañada con una reducción de las tasas al trabajo (impuestos a empresas y cotizaciones de los asalariados). A pesar de las rectificaciones del primer ministro y del presidente, el daño estaba hecho, y los socialistas han sabido aprovechar en la campaña de los últimos días esa gran torpeza, consistente en evocar medidas económicas políticamente desagradables antes de que terminase la maratón electoral.

Es una ducha fría para la derecha. Tiene mayoría suficiente para gobernar, y legitimidad política para iniciar las reformas prometidas, pero también es un aviso a navegantes: el electorado francés no es cambiante, sino independiente. No es infiel, sino exigente.
No habrá luna de miel con los votantes próximos a Sarkozy si las reformas tardan en llegar; pero tampoco la habrá con quienes son reacios al reformismo de la mayoría parlamentaria, representados por una oposición fuerte en el Congreso y por una red sindical y asociativa importante.
La vía es estrecha para Sarkozy. Optará probablemente por insistir en la "apertura" hacia personalidades del centro y de la izquierda que comparten su convencimiento de que Francia debe ser reformada drásticamente en los próximos años. Pero no será suficiente, pues deberá convencer a los franceses de que algunas medidas impopulares son necesarias. En cuanto al electorado más popular y más expuesto a las dificultades sociales, ha confiado en él porque le ha prometido trabajo, seguridad y control de la inmigración.

Si no cumple, el oleaje rosa y el populismo, dentro de cinco años, acabarán con el sarkozysmo.

Dante Pombo de Alvear, Crónicas de Calypso

Más de 100.000 visitas..... Gracias a todos.

Se nos había pasado desapercibido, con tantos líos en el partido, pero el grupo de blogs de Ciudadanos en la Red (el homónimo, Ciudadanos en la Prensa, Textos Ciudadanos, y Música Ciudadanos) ha superado esta semana las 100.000 visitas en el conjunto de sus cabeceras

Ciudadanos en la Red: 74.811 visitas (408 creaciones propias)
Ciudadanos en la Prensa: 26.568 visitas (779 noticias)
Textos Ciudadanos: 3.302 visitas (28 documentos políticos)
Música Ciudadanos: más de 1.000 (la tenemos un poco abandonadilla)

En total suponen 105.881 visitas desde el día 16 de noviembre de 2006 hasta hoy, siete meses nada más. Esto hace una media de 433 visitas diarias a todas nuestras secciones.

Ahora andamos un poco liados con el tema del Congreso, pero cuando pase, trataremos de introducir novedades para que vuestra estancia entre nosotros resulte aún más grata.

Muchas gracias a todos los que nos han visitado hasta hoy y a los que lo hagan a partir de ahora. El proyecto Ciudadanos en la Red se ha consolidado gracias a vuestra presencia y colaboración en los comentarios, logrando ese clima de interactividad y comunicación tan necesario en los tiempos actuales. Nuestro mayor éxito es vuestra presencia en este lugar.


Saludos
Ciudadanos en la Red

domingo, 17 de junio de 2007

El apartheid catalán

Coincidiendo con la creación de nuestro partido político, Ciutadans, alguien tan incuestionable para la izquierda como Carlos Semprún, se dejaba decir lo siguiente hace un par de años:

“Porque, como no hace mucho en África del Sur, cuando imperaba el apartheid (o separación), se está imponiendo un apartheid en Cataluña, entre los catalanes de sangre pura, de raíces puras, de alma pura, de lengua pura, y los “charnegos” y “murcianos”, incluso cuando tienen la desgracia de haber nacido en Cataluña, de padres, abuelos y tatarabuelos catalanes, porque eso no les basta, exigen además odio a España, a la lengua española, y particular odio a Madrid, paradigma de todos los horrores”. Carlos Semprún. “Apartheid” catalán. Ideas (14-06-05)

El escritor, supongo que sea el hermano de Jorge Semprún, (según me ha indicado un amable comentarista había un error de confusión con su hermano, afincado en París, y ministro de cultura con Felipe González, experiencia de la que no salió muy airoso), se ocupaba de entrecomillar el vocablo de origen afrikáaner. Hoy no resulta necesario, el diccionario de la RAE acepta el vocablo para expresar lo siguiente:

segregación racial, especialmente la establecida en la República de Sudáfrica por la minoría blanca.

De forma figurada se puede utilizar para definir la segregación que realiza una determinada facción de la población, privilegiada en sus derechos, con los que no comparten sus criterios. El tema racial, se puede sustituir perfectamente por el nacimiento, los apellidos, la lengua, la cultura, el hecho diferencial suficiente, que permita realizar exclusiones programadas, con la intención de engrandecer el tiránico poder de seguir excluyendo, y sembrando cada vez más hambre para lo ajeno.

Es la tiranía de lo propio, en suerte endémica de reproducción clonada, para lo que se requiere el poder; todo lo demás resulta instrumental a este propósito, lo fundamental es seguir adelante con la creación del invento sectario, que permite que cada día más cofrades compartan mantel, mesa y prebendas; y todo esto se hace asfixiando lo que no es afín, erradicando la diversidad.

“La asimetría que realmente padecen los pueblos distintos es que se les trate como iguales en su lengua en su derecho civil y en su historia (...) La asimetría más dañina es la obstinada negación de la diferencia. Si en algo habría que corregir la trilogía de valores de la Revolución Francesa es en eso: la diversidad es un valor tan decisivo como la igualdad”. Arcadi Espada (Blog de Arcadi Espada - 29-08-2005).

Estas palabras de Arcadi Espada, pronunciadas hace dos años, nos invitan de nuevo a reflexionar sobre lo que está ocurriendo en Cataluña. El “barretina power” se va instalando cada día más en la sociedad catalana, discretamente, sin estridencias, de esa manera sigilosa y sinuosa, con que los parásitos van determinando el futuro del territorio huésped, en esta ocasión, la población que habita en Cataluña.

Una inmensa mayoría, al servicio de los intereses enmascarados de una minoría elitista, precisamente esa definición coincide con lo que se conoce como Apartheid. Esa oligocracia, en la que solo los que disfrutan de todos los derechos se sienten satisfechos en su privilegio, (el oasis catalán), mientras que a los que se les han recortado (el gran desierto de lo español en Cataluña), van desfalleciendo lentamente.

El asimilacionismo obligatorio es xenófobia

En este mundo cada vez más liviano en las ideas, parece que determinadas palabras desaparecen. Lo había denunciado Nietzsche en su día, Foucault lo hizo más tarde, y Borges no dejo de decirlo. Secuestrar de la comunicación habitual y cotidiana determinados conceptos, es una forma de segregación establecida y consolidada en en Cataluña.

Cuando desde los partidos nacionalistas catalanes se habla de asimilación, siempre se refiere a la bondad del proceso para las poblaciones recientemente asentadas en el territorio catalán. A Pujol se le llenaba la boca hablando del asimilacionismo oferente de Cataluña para los venidos de otros países como prueba de sociedad tolerante y abierta.

Cuando se revisa la literatura antropológica, se comprende que realmente lo que se está haciendo en Cataluña, es asimilar a los propios catalanes al catalanismo, independientemente de su condición original.

Esto es un acto execrable denunciado desde hace años en la carta de los derechos humanos, que promueve el multiculturalismo, y no el etnocentrismo miserable, superado por la inmensa mayoría de las democracias avanzadas, por lo que Cataluña no cumple criterios de modernidad, sino de retroceso histórico al siglo XIX, construyendo la nación inventada que pudo haber sido y no fue.

No se puede reasimilar lo propio, y si lo propio es diverso, debe aceptarse, bajo peligro de sustraerse al progreso social, y regresar a las estructuras sociales arcaicas de las movimientos migratorios masivos de principios del siglo XX.

Hay una gran diferencia entre Cataluña y otros lugares avanzados del planeta como los Estados Unidos, donde los emigrantes eran quienes querían integrarse y aceptaban gustosos las facilidades para la asimilación, o por ejemplo, Portugal, Francia, Holanda, Reino Unido, países con colonias, que siempre han respetado las diversidades.

En España se sigue una política multicultural en todas las autonomías no nacionalistas, mientras que en las nacionalistas se establece una opresión permanente desde las minorías privilegiadas sobre las mayorías silenciadas, una reasimilación integrista y totalitaria. No se puede continuar así en nuestro país, España.

Estamos asistiendo a la creación de una aberración cultural en pleno siglo XXI, en un país europeo y nadie parece haberse enterado. El etnocentrismo catalán es anacrónico y utópico, un delirio de cuatro proxenetas de la libertad, que se sirven de la democracia instrumentalmente para obtener privilegios sectarios.

Cataluña recuerda cada día más a Marruecos, lo que se hace con los españoles que la habitan, es lo mismo que procura el gobierno de Mohamed VI con su política de asimilación de los saharauis. Laminación cultural al servicio de intereses económicos, para beneficiar a una inmensa minoría.

Hay apartheid en Cataluña, y no es racial, porque la etnia es la misma, pero en lo demás, cumple todos los criterios. Xenofobia organizada desde la administración pública, es una forma de maltrato institucional que debe erradicarse cuanto antes, por el bien de nuestros hijos y la memoria de nuestros padres. El Estado español no puede seguir mirando a otro lado, porque al partido que está en el gobierno en ambos lugares le interese políticamente.


Biante de Priena

sábado, 16 de junio de 2007

A la sombra de Françesc de Carreras

El rango de sensibilidades ideológicas y políticas en el seno de Ciutadans, es más amplio que en cualquier otro partido político, y eso conduce, inevitablemente, a un debate permanente sobre nuestra orientación final. Aunque en los últimos meses, inexplicablemente se ha reducido, debido a la crisis de organización del partido, iniciada tras nuestra llegada al Parlament.

Sobre el nacionalismo, hay una diversidad sorprendente de posiciones, pero siempre se establecen a lo largo de una transversalidad, que va desde la moderación reactiva, hasta la beligerancia radical. El discurso de Ciutadans más genuino, también se encuentra aderezado con un toque de sarcasmo e ironía, por la transferencia genética de Albert Boadella, uno de nuestros más ilustres y singulares mentores.

Sin embargo, hay posiciones deslizantes en la frontera con el nacionalismo que no acabo de comprender, quizás por desconocimiento de su longitud de miras, o por la ausencia de un criterio suficiente para juzgarlas. Quiero referirme en esta ocasión, a uno de los más conocidos precursores de Ciutadans, que casi es el único que se ha mantenido presente durante los últimos meses a nuestro lado, por lo que deduzco que alguna responsabilidad habrá tenido en lo ocurrido durante este tiempo en nuestro partido.

Estoy refiriéndome al profesor doctor D. Françesc de Carreras Serra, Catedrático de Derecho Constitucional de la UAB, analizando sus escritos, conferencias, disertaciones, y otras manifestaciones públicas, no acabo de entender realmente cual es su última intención, y cada día lo entiendo menos.

Iniciativa socialista no nacionalista

No sé si él guía ideológicamente a Ciutadans, o sencillamente, trata de que se equivoque menos, pero tampoco parece que haya demostrado algo provechoso para nuestro partido, en sus últimas instrucciones.

Y creo que no soy el único que no acaba de alcanzar su exquisita sutileza, porque Alex Vidal Quadras, hace más de un año, a raíz de la publicación de un artículo del profesor, titulado “Los verdaderos problemas” (La Vanguardia, 26-01-06), se quejaba de lo mismo en su análisis, cuando decía:

“Entonces, ¿a qué viene ese empeño de Françesc de Carreras en hacernos creer que Zapatero ha conseguido dejar el Estatuto ‘limpio como una patena’?.

Esa actitud de aceptar lo inaceptable, también a mi me sorprende. El líder del PP, se despedía diciendo que estaba reduciendo su optimismo, en cuanto a la influencia que el profesor podría ejercer sobre el futuro partido Ciutadans, que todavía no había siquiera aparecido en la escena pública.

Tras la lectura de lo anterior, parece desprenderse que la actitud de Françesc de Carreras es ciertamente connivente con el nacionalismo, sencillamente posibilista, y extremadamente amable y considerada (no conozco ningún artículo suyo en que se declare radicalmente contra el nacionalismo).

Su punto de partida es que el nacionalismo catalán es un menor mal que estamos obligados a asumir y que la única intervención admisible, es la de tutelar sus posibles desmanes, y corregir sus excesos esporádicos. Este señor también se siente en un oasis en Cataluña, y no quiere hacer nada por que el clima del seny se distorsione. Y sigo sin comprenderlo.

No comparto la posición del Sr. Carreras, cuando los problemas lingüísticos en Cataluña siguen sin resolverse, y se sigue actuando desde el sectarismo más insoportable contra la libertad de los ciudadanos a la hora de elegir su futuro. Nunca le he visto denunciar el proceso de exclusión hostil que se desarrolla desde el tripartit, contra todo lo que no pertenezca a la ideología prevalente. No sé, esto me hace cada día desconfiar más de las últimas intenciones del profesor.

Su no nacionalismo es tan suave que no se sabe si es nacionalismo o no nacionalismo. Se encuentra en el limbo en la frontera de los supervivientes, ubicado en la pretensión de un imposible consenso entre nacionalismo y no nacionalismo. Su color, en este mundo declarado de blancos o negros, es el gris variable permanente.

La ambigüedad elicitante

Tanto podría estar en Ciutadans, como en Convergencia i Unió, porque su defensa tolerante y flexible de la corrección de las barbaridades del nacionalismo en Cataluña, recuerda a las intervenciones de los embajadores de paz que acuden a la franja de Gaza y se marchan al día siguiente, creo que su opción política se distancia demasiado del auténtico sentir contra el nacionalismo que he conocido entre las bases de Ciutadans.

La trayectoria de Françesc de Carreras en su enfrentamiento contra el nacionalismo catalán desde la constitución del foro Babel, se ve consolidad con su reconocimiento por la Asociación por la Tolerancia en el año 1998, y en aquel momento, no había dudas sobre sus intenciones. En las circunstancias actuales, cuando la opresión nacionalista se ha afianzado adherida a la izquierda catalana, voy teniendo muchas dudas.

Nunca llegaré a conocer si el Sr. Carreras que se enfrentaba al nacionalismo establecido por CiU, lo hacía contra el nacionalismo de esta formación o contra su no izquierdismo utilizando el nacionalismo de forma instrumental, que me parece más plausible, a la vista de lo que han cambiado sus acciones una vez que los gobiernos de izquierda-nacionalista del tripartit han entrado en escena.

También resulta obvio que su último objetivo, como describe la wikipedia, es tratar de influir en el PSC para que recobre su espíritu estatal, de izquierda nacional, más allá de las veleidades complacientes con el nacionalismo más extremo, de Maragall y Montilla, con tal de gobernar en Cataluña.

La muestra del rango de rebelión de sus intenciones políticas y de su talante inclusivo con la realidad existente (aceptada y asumida), se puede descubrir en sus respuestas a esta entrevista que le hicieron en Libertad Digital:

P: “Cataluña es una nación” se lee en los libros de texto escolares desde Primaria y la mayoría de los catalanes ha asumido el concepto de manera errónea, sin saber la distinción entre “nación”, como “cultura especifica” y Nación como espacio político-jurídico, que se refiere al Estado. ¿cree que puede figurar en el Estatuto que “Cataluña es una Nación”, siendo un término jurídico que entraña soberanía?

R: Este tema lo he estudiado recientemente. La Constitución española emplea la palabra Nación en el sentido de pueblo, es decir, la base humana del Estado. Cuando el artículo 1.2 dice “la soberanía reside en el pueblo”, el artículo 2 menciona a la “Nación española” y en el preámbulo también se menciona dicho término, nos estamos refiriendo al “conjunto de los españoles”, de unos ciudadanos que tienen unos mismos derechos básicos. Sin embargo la Constitución utiliza otro término también en el artículo 2, el de “nacionalidades y regiones”, en el sentido de territorios en los que existen determinados rasgos distintivos que les confieren una especial personalidad. Si en el nuevo estatuto se quiere indicar que Cataluña es una sociedad que tiene unos rasgos específicos culturales se tiene que utilizar el término “nacionalidad” y no el de nación. En Derecho las palabras son muy importantes, hay que emplear palabras unívocas. Los textos deben ser claros para el intérprete y lo que ha hecho el Parlamento al aprobar el Estatuto ha sido introducir –por parte de algunos deliberadamente, por parte de otros por pura ignorancia– cuando menos confusión.

En varias ocasiones he observado como usted trata de reinterpretar el artículo 1.2 de la Constitución Española, para hacerlo compatible con la creación del Estatut catalán y los demás Estatutos autonómicos. Cuando precisamente, en nuestro partido lo que pretendemos es precisamente que no resulten compatibles. No sé, pero sigue sin gustarme nada su actitud.

P: Sabe que en ciertas Autonomías se ha utilizado la educación para la ideologización nacionalista? ¿Sabe que se modifica la Historia a conveniencia y que no tiene nada que ver lo que se estudia en una comunidad o en otra?

R: Como le digo, la culpa no es de la Constitución sino de la ley. Si los ciudadanos de estas comunidades piensan que el partido que ha hecho esta ley lo ha hecho mal, deben votar a otro partido que promueva otra política.

Somos no nacionalistas y no solo de centro-izquierda (Bellaterra)

Sr. Carreras si por usted fuera, creo que Ciutadans tendría menos sentido en su lucha contra el nacionalismo existente en Cataluña, que usted considera “casi aceptable”, que por su utilidad para retornar el PSC a su auténtico sentido, es decir que prevalezcan los valores estatales de la izquierda, por encima de los valores sectarios del nacionalismo. He de reconocer que no comparto como militante de Ciutadans, su forma de ver las cosas.

Esa es precisamente la política que se ha ejercido desde Ciutadans desde su llegada al Parlament, dirigida por Antonio Robles y por Albert Rivera, dos personas de plena confianza del profesor Carreras. Esa política no representa para nada el sentir de la mayoría de los militantes de nuestro partido.

Ese no nacionalismo decadente, posibilista, que clama por que el PSC recobre el buen camino, ha sido la principal causa de los problemas internos del partido Ciutadans, y su desastre electoral en las municipales.

Profesor Carreras, muchas gracias por los servicios prestados, pero quiero ser el primero en manifestarle que su vía para Ciutadans ha fracasado, y si su intención auténtica es la de que este proyecto salga adelante, creo que es hora de que permita que otras alternativas tomen las riendas del proyecto. Ciutadans es algo más que la pata nacional que el PSC ha perdido desde que gobierna en Cataluña con ERC e ICV.

Exactamente mucho más que lo que usted se ha propuesto y ha aconsejado, y tras el próximo Congreso espero que lo pueda seguir contemplando, pero en esta ocasión desde una posición más cómoda, apartada de la influencia directa sobre la dirección de nuestro partido.

Enrique Suárez Retuerta

El quinto poder será ciudadano

Hace unos días, naufragando por la red, me encontré con un artículo de Ignacio Ramonet, titulado precisamente:“El quinto poder”, del que rescato el siguiente párrafo:

“La cuestión cívica que se nos plantea de ahora en adelante es la siguiente: ¿cómo reaccionar? ¿Cómo defenderse? ¿Cómo resistir a la ofensiva de este nuevo poder que, de alguna manera, ha traicionado a los ciudadanos y se ha pasado con todos sus bártulos al enemigo? Es necesario, simplemente, crear un «quinto poder». Un «quinto poder» que nos permita oponer una fuerza cívica ciudadana a la nueva coalición dominante.

Lo del quinto poder era una idea que gravitaba por mi cabeza desde hace tiempo, sin embargo, mis pretensiones son más ambiciosas que las de Ignacio Ramonet, el quinto poder no solo debe controlar al cuarto, sino a todos los demás. Las urnas no son suficientes para determinar en la actualidad la condición democrática de la organización institucional del Estado. Los políticos tiene demasiado poder, y los ciudadanos, demasiada resignación y conformidad.

Los políticos han ocupado el nicho de las creencias del que han desplazado a las religiones, que desde la teoría de las dos espadas de Occam habían sido un contrapoder, al menos. Hoy el poder político se aproxima a la hegemonía, y es cada día más necesario que los ciudadanos recuperen buena parte de las decisiones políticas que le conceden a sus representantes.

El poder de los políticos es como un cáncer que acaba contaminando todas las instituciones, administraciones y servicios en nuestro país. El poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, conforman un todo, que nada tiene que ver con la doctrina de Montesquieu. El cuarto poder está configurado al servicio de los partidos políticos que disponen de subvenciones, mediatizado a su vez, por los intereses económicos de las grandes empresas y entidades financieras.

Ese todo uniforme, se ha convertido en un totalitarismo camuflado, al que los ciudadanos debemos hacer frente, de diversas formas.

En primer lugar asociándonos, agrupándonos de forma independiente en relación a los recursos que ofrecen los partidos políticos. La mayoría de las organizaciones sociales de este país reciben subvenciones políticas, por lo tanto terminan estando dirigidas en sus objetivos últimos por los intereses de los políticos. Necesitamos organizaciones independientes que no reciban fondos económicos del Estado, en sus diversas modalidades. Ciutadans debería ser en este sentido, un ejemplo para otras, mostrando que se puede funcionar sin deber nada al poder político.

En segundo lugar, el ámbito de desarrollo del poder ciudadano tiene que vincularse de forma extraordinaria a la red. La tecnología permite acceder a la información y la comunicación, los elementos fundamentales para promover programas, proyectos, objetivos y acciones políticas. Ciutadans también debería dar ejemplo de un activismo inexorable en internet, y ayudar a otras asociaciones de ciudadanos reunidos bajo cualquier pabellón y objetivo a despegar públicamente.

Por último, y quizás lo más importante de lo dicho hasta ahora, es la necesidad de que los ciudadanos tomen conciencia de la realidad política en la que viven y se comprometan activamente por iniciar los cambios para que en una década las cosas puedan ser diferentes. En ese sentido es necesario desarrollar estructuras existentes en la actualidad, pero que se utilizan mal. Encuestas, votaciones electrónicas, es necesario abrir el proceso de decisión política al colectivo de ciudadanos para cualquier tema relevante. La libertad y la igualdad deben guiar este proceso, de forma equilibrada e inteligente, en un modelo posibilista y justo.

Es la hora de ejercer la libertad, que consiste en elegir, no solo entre las alternativas que nos ofrecen, sino en las que los ciudadanos deseemos, y si no existen habrá que crearlas. La decisión última sobre el camino de nuestra sociedad debe depender en última instancia de los ciudadanos, y cada día debe ser menos mediado este proceso.

Los ciudadanos deben exigir sus derechos políticos y entre ellos no solo están las decisiones que les interesan a los políticos, sino temas tan trascendentes como el sistema de recaudación y redistribución de la riqueza. Considero que el nivel cultural del que hoy se disfruta en España, no solo da para elegir entre las alternativas de los partidos políticos convencionales, sino también para decidir a que se dedican nuestros impuestos, si gastamos más en sanidad o en educación, o si retiramos las subvenciones a los cientos de organizaciones que funcionan en paralelo a los partidos políticos, y que realmente impiden que la sociedad se pueda estructurar de una forma diferente.

Ciutadans debe avanzar en la linea de devolverle el poder al ciudadano. Se debe resolver de una vez la encrucijada ideológica que está retrasando nuestro futuro, por eso el transversalismo es cada día más necesario. La mayoría de la población tiene los mismos intereses, y los partidos políticos se encargan de que esto quede bien oculto para seguir actuando a su criterio. La acción es hija de la voluntad, la dirección, de la ideología. Una ideología compartida entre las posiciones ideológicas más moderadas del espectro político en torno al centro, es una ideología ciudadana, y lo que se salga de la línea que permita exclusivamente la acción ciudadana, entra en el partidismo político, siempre sectario, y no nos interesa.

Biante de Priena

Censura en el foro de Ciutadans


Los moderadores del foro de nuestro partido velan por nuestra integridad intelectual y emocional vetando, mediante mensajes privados a los usuarios, las direcciones de internet que puedan ser consideradas "malignas".
Han vuelto los tiempos de la "amenazante censura fascista".
¡Heil Neng!

viernes, 15 de junio de 2007

the harder they come the harder they'll fall, one and all

Cançiò mol vunica dadicada a tods lus rasistens, als axpandientats, axpulsads,.. da Ciudatans.
Feliu, Acosta, “Lus Magnifics da Sardañola”, ACA, y lus ca ma ulvidu...
Par supuest tambiè a UbU.

Una cumpusiçiò dal jamaican Jimmy Cliff absolutamen da actualitat an al antorn da Ciudatans

The Harder They Come.

Well they tell me of a pie up in the sky
Waiting for me when I die
But between the day you're born and when you die
They never seem to hear even your cry

CHORUS:
So as sure as the sun will shine
I'm gonna get my share now of what's mine
And then the harder they come the harder they'll fall, one and all
Ooh the harder they come the harder they'll fall, one and all

Well the officers are trying to keep me down
Trying to drive me underground
And they think that they have got the battle won
I say forgive them Lord, they know not what they've done

CHORUS

ooh yeah oh yeah woh yeah ooooh

And I keep on fighting for the things I want
Though I know that when you're dead you can't
But I'd rather be a free man in my grave
Than living as a puppet or a slave

CHORUS

Yeah, the harder they come, the harder they'll fall one and all
What I say now, what I say now, awww
What I say now, what I say one time
The harder they come the harder they'll fall one and all
Ooh the harder they come the harder they'll fall one and all

P.D. Par situar-bus: taniu ca tanir an cuenta ca sa te ca substituí la palabra “officers” da la canció par C.E. da Ciudatans. com pudeu ubsarbar hi ha mols C.E.Ciudatans y molta yent ca sa queja..






La ejecutiva de Ciutadans acusada de despreciar la Ley


La Comisión de Garantías de Ciutadans, órgano encargado de dirimir los conflictos en el partido, ha publicado un informe el 15 de junio, adoptado por unanimidad, en el que considera "inadmisibles" las sanciones cautelares que Albert Rivera y otros miembros de la ejecutiva han tomado contra afiliados críticos.

Las conclusiones son demoledoras, pues apuntan a una violación flagrante, no sólo de los estatutos que rigen el funcionamiento interno de Ciutadans, sino de la Ley de Partidos, que define entre otras cosas el marco de actuación destinado a garantizar la libertad de expresión de los afiliados a partidos políticos en España.

Recientemente y a raíz de la multiplicación de conflictos en Ciutadans, la directiva de Rivera y Robles tomó sanciones cautelares contra afiliados como Mario Acosta, Antonio Casas Aragón, Manuel I. Cabezas, Gerardo Álvarez, Luisa Feliu y otros, lo que de hecho y contra toda legalidad les impide expresarse sobre el devenir del proyecto político, votar, salir elegidos para representar a sus agrupaciones o postularse a los órganos de dirección del partido, a escasas semanas de la Asamblea que el partido celebrará, en principio y si no se agrava todavía más la situación, el 30 de junio y el 1º de julio en Barcelona.

Ciudadanos en la Red se solidarizó con los afiliados disidentes injustamente reducidos al silencio, y ahora el órgano encargado por velar, dentro de Ciutadans, por la equidad y el respeto de la ley, acaba de subrayar clamorosamente que Rivera y sus seguidores en la ejecutiva han atropellado los derechos de quienes no piensan como ellos.

Conviene recordar que el conflicto en torno a la situación de militantes críticos en Ciutadans se enmarca en un debate mucho más amplio: el de la democracia interna de dicho movimiento, nacido para regenerar la política catalana y española (!), y también el de la línea estratégica que debe caracterizar a Ciutadans ante la grave situación política e institucional que vive España.

Luís Bouza-Brey, catedrático constitucionalista comprometido con Ciutadans desde el principio, acaba de publicar una interesantísima reflexión acerca de lo que debe ser Ciutadans, muy alejada de la deriva actual de los responsables del partido. Su contribución se añade a las iniciativas que reclaman un cambio radical en el partido, para que éste vuelva a coincidir con los postulados del Manifiesto de Boadella, Espada y otros intelectuales, orientado a defender la democracia, la constitución y la ciudadanía desde una perspectiva transversal (sin convertirse en un Psoe o en un Pp bis), contra los nacionalismos excluyentes y las arbitrariedades del poder político, llenando así el vacío dejado por una izquierda que ha traicionado sus valores y una derecha a menudo acomplejada e inoperante frente a las amenazas que se ciernen sobre la democracia española.

Jorge Harrison

jueves, 14 de junio de 2007

Ciutadans, desesperado, emprende una caza de brujas


Espectáculo patético el de Rivera y sus compañeros de la ejecutiva de Ciutadans: después del ridículo electoral de las municipales y de las suspensiones de militantes críticos que están provocando varias denuncias ante los tribunales por violar la Ley de partidos y atentar contra la libertad de expresión, el estado de descomposición avanzada del antaño proyecto de Boadella y Espada deja atónitos a varios intelectuales que firmaron el Primer Manifiesto por una regeneración política. Muchos de ellos se han alejado desde hace algún tiempo de un partido inmerso en una crisis profunda, y la rebelión así como la disidencia crecen cada día.

La deriva de Ciutadans no es nueva. Existe información abundante al respecto en Ciudadanos en la Prensa.

Ciudadanos en la Red se identifica con el proyecto original, parido en el Taxidermista por quince intelectuales entre quienes ya cuajaban desacuerdos significativos, pero que supieron ponerse de acuerdo en torno a varias prioridades: desconfiar de las ideologías identitarias y totalitarias, como son los nacionalismos; reclamar el regreso al principio de realidad en la política; exigir regeneración democrática y respeto por el orden constitucional español; defender el bilingüismo en Cataluña, donde, desde las autoridades nacionalistas y socialistas, se discrimina la lengua española en los espacios oficiales y se desprecian los derechos de las familias castellanohablantes que desean que sus hijos estudien en su idioma materno.

Tal y como se podía prever después del bochornoso congreso fundacional en julio 2006, con el paso al costado del grupo promotor y la elección caótica de unos responsables que no han sabido estar a la altura, y que se refugian en una huida hacia adelante, la degradación de la situación se ha acelerado, con divisiones internas, procedimientos disciplinarios y dimisiones masivas.

Lo más lamentable es observar cómo un partido nacido para la libertad se ha convertido en uno de los más autoritarios en su funcionamiento interno, intentando amordazar a afiliados que por definición no se van a callar porque no saben hacerlo: son Ciudadanos.

Jorge Harrison

La resistencia a la resistencia



Después de una etapa política en la que el asombro y la perplejidad en aumento han ido haciendo mella en la sociedad española, hoy podemos resumir someramente la situación.

El golpe de estado subrepticio que el PSOE proyectó en Santillana del Mar y que viene poniendo en práctica desde que asumió el gobierno de la nación, se ha hecho patente y notorio en los últimos días, nadie razonable duda ya de sus hechos e intenciones, ante lo cual cualquier acontecimiento político o social es instrumentalizado para el fin propuesto: sumir a España en un caos civilizatorio atacando cualquier elemento cohesionador de la vida pública.

Ninguna institución española pública o privada, desde la justicia a los sindicatos, los medios de comunicación o las organizaciones sociales, está libre de contaminación golpista, si bien al mismo tiempo estos mismos organismos u otros presentan claros síntomas de resistencia al golpismo. Tampoco queda libre del intervencionismo del gobierno golpista ninguna actividad social, sea el juicio del 11-M, la lucha antiterrorista, las filtraciones a la prensa, la educación pública, la vigilancia a personalidades, las presiones económicas a grupos determinados, las pretensiones de inversión con los fondos de las pensiones, o los escándalos de todo tipo que salpican a diario la realidad española. Y tampoco parece que se ahorren medios ilegales y/o mafiosos desde el estado español para contribuir a este auténtico asalto a la vigencia de la Constitución.

La actual nación española vive un momento histórico, un punto de inflexión en su recorrido político y social sólo comparable a los grandes acontecimientos en su transcurso como la invasión Napoleónica, las Cortes de Cádiz, el golpe de Estado de Franco o la etapa de la transición hace unos 30 años. Y lo que se dirime son dos cosas principales que se imbrican: un cambio de régimen y a la vez un cambio de paradigma civilizatorio, un cuestionamiento de su sistema democrático.

Para el cambio de régimen bastan las elecciones, si gana el PP y es capaz de restituir el status constitucional, la cosa parará ahí de momento. Pero si el PP sólo pretende asumir el gobierno sin poner en marcha las medidas regeneradoras que neutralicen la inercia general del país, el asunto del poder del estado estará a la orden del día y en ese caso serán los propios ciudadanos los que deberán coger en sus manos ese poder y hacerse con la dirección del país ante la impotencia de los partidos políticos de organizar la nación, pues se juegan su supervivencia social, política e individual. Es posible que el país se vea sumido en golpe de estado de uno u otro signo o incluso en una crisis revolucionaria, sobre todo si se confirman los malos augurios económicos.

Desde el punto de vista ideológico las principales ideas que disputan son por una parte las correspondientes al sistema democrático impulsado desde la muerte de Franco, que corresponden a su vez al pensamiento de la civilización con raíces inmediatas en la Ilustración, y por la parte golpista una especie de refrito en el cual la razón y la evidencia de los hechos carece de valor, es relativo, corresponde a la “vieja manera de pensar” y contradice de raíz los presupuestos alcanzado por occidente en sus conquistas políticas, sociales, educacionales, libertarias, etc. La ceguera ante los hechos o el delirio, parece formar parte de ese cuerpo doctrinal. Esto es dejar a las fuerzas vivas sin vestidos institucionales, discursos racionales o el arreglo de problemas sociales mediante palabras; esto es someter el conflicto a un terreno de disputa desnudo, a una cancha donde los intereses estén ausentes de otra cosa que no sea la violencia mutua.

Es una ideología híbrida que recoge lo más “selecto” que el pensamiento con fines totalitarios ha generado en la reciente historia de la humanidad y a cuyos métodos se aplica con denodada insistencia y escandalosa contumacia. El fascismo y el stalinismo basaron sus metas en el “bioligismo” el primero, con la raza como pretexto, y el sometimiento incondicional de cada individuo al partido el segundo por encima de cualquier otra consideración, la servidumbre al dios de la salvación universal “de los trabajadores”., que no era más que la servidumbre a los intereses de una excrecencia grupal producida por una revolución podrida. Al fin y al cabo, el totalitarismo extremo y salvaje de un imperio con un Estado “novedoso”.

Es natural que a una nueva época de intento esclavizador y cosificador de la población, corresponda una ideología “nueva” en su presentación, pero como el objetivo es el mismo que antaño, métodos, consignas y discursos, deben recoger necesariamente las "enseñanzas" que intentos anteriores produjeron cierta y provisional eficacia, aunque como todo el mundo sabe, fueron “pasajeros”, al final la Libertad triunfó siempre.

Y como la historia produce paradojas sin cesar y nuestro país es particularmente ejemplar en ello, la resistencia a este golpe de estado contará entre otras con tres fuerzas que garantizan el triunfo de la libertad y la democracia en la feroz lucha que se avecina. 1.- La Iglesia que se opone a que nadie le haga competencia en al adoctrinamiento de almas, ella tiene mucha experiencia e inversiones en ese trabajo para que unos advenedizos les quieran hacer competencia en su negocio (parecido escenario cuando Napoleón). 2.- La derecha “casposa” que no quiere permitir que sus negocios se les vayan de las manos, ellos son los dueños “naturales” del país y no unos “progres sectarios amigos de los dictadores”. 3.- Finalmente, pero muy importante, la conciencia nacional española, que incluye tanto la resistencia a los cambios cuando los españoles han vivido mejor que nunca desde el advenimiento de esta democracia, como su bagaje cultural “atrasado” que impide movimientos “progresistas” aunque procelosos. Aquí viene bien eso de “Virgencita, que me quede como estaba”.

Y es que la historia es como es y lo que verdaderamente se dirime ahora en España no es un movimiento “de progreso” en el aire de las revoluciones “convencionales”, su esencia es el de la resistencia nacional a un movimiento que pretende no sólo llevarnos a los tiempos del franquismo, sino también a los umbrales de la edad media; no es sólo un cambio de régimen lo que buscan, sino una verdadera reacción, un viaje atrás en nuestra historia. Ante eso la vida, la libertad y la democracia, tienen el triunfo asegurado a pesar de su coste en sangre. Depende de la resistencia a nuestra resistencia.

Gumersindo Vázquez

Zelig sigue en sus trece

Rodríguez declaró ayer, en petit comité: "Los demócratas nunca se equivocan". "La culpa es de los más descerebrados de Eta".

En la película Zelig, Woody Allen creó un falso documental que relataba la vida de un personaje que veía transformada su personalidad hasta convertirse en un clon de quienes pasaban junto a él.

Parece que un equipo de psicólogos italianos acaba de descubrir el caso de un paciente de 65 años cuyas características recuerdan asombrosamente al camaleón humano descrito en la ficción. Habría que recomendarles venir aquí y estudiar al cándido felón de la Moncloa.

Después de su encuentro con Rajoy, aunque no se atrevió a salir de la bodega, mandó a "la otra" a decir que "había que derrotar a Eta", fórmula inédita en tres años de gobierno.

Pero dos días después se reúne con algunos enemigos de España y de la Constitución, gente del Pnv, Esquerra y demás recogenueces. A la salida, ya no se trata de derrotar a Eta, sino de conseguir un compromiso genérico de todos los partidos democráticos de apoyar al Gobierno y mostrarse unidos cuando se produzca el primer atentado de la banda. Sin embargo, dichos amigos de Patxi nadie jamás secundarían, y así lo manifestaron, algunas de las propuestas defendidas por Rajoy. «Será en otro momento en el que podamos construir otro escenario». Escenarios, eso es lo que son para Rodríguez las diferentes situaciones a las que se enfrenta: vive en una representación permanente, su vida es un sueño, a costa de nuestras pesadillas.

Según reporta el interesantísimo blog Fogonazos, el paciente descubierto por los estudiosos italianos "mantiene los roles hasta que le asalta una nueva situación." Según ellos, se trata de una forma de desinhibición con cuadros de amnesia y anosognosia. Concluyen los investigadores que parece haber perdido la capacidad de mantener su propia identidad de manera constante y se adapta excesivamente a las variaciones del contexto social. De esta forma altera su propia personalidad y trata de adoptar el rol que el entorno propone”.

En el caso de Rodríguez, esos indicios de alteración de la personalidad vienen acompañados por la iluminación de un individuo mediocre e inculto, pero determinado y convencido, proyectado hacia una finalidad que le supera, una misión mística que sólo él puede cumplir, contra vientos y marea.

El paciente de los italianos sufrió hace algún tiempo daños en el lóbulo fronto-temporal a raíz de un ataque cardíaco y desde entonces experimenta acusadas variaciones de identidad en función del ambiente en que se mueve. Aunque de Rodríguez no se conozca ninguna caída de infancia, el sabio Gustavo Bueno ya ha vaticinado que padece del pensamiento Alicia, con una coherencia interna de la sinrazón inquebrantable ante lo que en una persona con sentido común sería un choque más, de bruces con la terca realidad.

Con su corte de mediocres preocupados por el pago de su hipoteca y acompañado (de forma desigual y cada vez más dudosa) por el entramado de los medios "del gran poder", Rodríguez va dando saltitos hacia el precipicio, con esa mirada fija de niño concentrado en su juguete.

¿Hasta cuándo, Españoles, hasta cuándo?

Dante Pombo de Alvear, Reflexiones liberales

miércoles, 13 de junio de 2007

La sonrisa de la libertad

Sonreír es un arte singular. Mostrar los dientes cerrados, blancos o blanqueados, es un regalo que los seres humanos nos concedemos. Una sonrisa abra muchas puertas y cierra muchas iras. La sonrisa, es un arma cargada de futuro.

Todos sonreímos, pero no lo hacemos de la misma forma. Hay gente que sonríe elevando discretamente las comisuras de los labios, como la Gioconda; mientras otros lo hacen a carcajadas de forma espontánea y estridente.

La sonrisa apolínea es estética, políticamente correcta, mantiene la compostura, es elegante y climática, puede fingirse cómodamente y siempre queda bien, es cultural y diplomática, sostiene la comunicación y decora las relaciones.

La sonrisa dionisiaca, al contrario, rompe con la realidad, es abrupta y manifiesta, no pasa desapercibida para los presentes, y de ella se desprende alegría o ausencia de control sobre la expresión de los sentimientos, e indica un estallido de vida y pasión.

Los buenos políticos sonríen de forma apolínea, y lo hacen bien. Nunca se ríen a carcajadas en público, deben guardar la compostura porque está mal visto que la pierdan, y deben ser correctos en esta sociedad española tan mojigata con las expresiones de alegría.

Sin embargo, hay sonrisas que delatan ocultos comportamientos, precisas intenciones y voluntades, son las sonrisas sectarias. Todos los sectarios tienen una forma particular de sonreír, que varía según la familia que representen. Cuando uno está atento puede percatarse de cual es la relación de los que interaccionan por su forma de sonreír.

En “Manifiesto de un traidor a la patria”, Albert Boadella hablaba de la sonrisa étnica de los nacionalistas catalanes, expresando lo siguiente:

“Las sonrisas, en esta latitud del Mediterráneo norte no han sido nunca sonrisas relajadas y espontáneas; analizándolas con cierto detalle, da la sensación que mientras se mueve la boca se aprieta el culo. Pero aquellas sonrisitas condescendientes (máxima expresión del hecho diferencial) aquellos guiños de etnia superior, ciertamente, tuvieron la virtud de exasperarme. Son muecas crípticas, reservadas solo a los que ostentan el privilegio de pertenecer al meollo del asunto. Se trata, de una contraseña indicativa de los preconcebidos nacionales y que también, obviamente, compromete al mantenimiento de la omertá general.”

Contra las sonrisas sectarias de los políticos, a los ciudadanos solo nos queda la sonrisa de la libertad, esa que tanto temen los que se benefician de representarnos. Es la sonrisa inteligente, irónica, socarrona, sarcástica, provocadora, y desabrida, que señala y acusa los desmanes de los afianzados al poder, por la explotación más impía de sus congéneres, a los que venden su salvación, mientras que lo único que hacen es de defender sus privilegios, habitualmente obtenidos con malas artes.

La sonrisa de la libertad, es posiblemente el mejor antídoto contra los desaprensivos que desconocen las lágrimas y el dolor de los que sufren para que ellos puedan seguir adelante en sus propósitos. Esa gente, la mayoría de los políticos, no se merece ningún respeto, ni deferencia. Propongo que los derribemos con sonrisas. Una sonrisa ante su desfachatez, es la mejor demostración de que seguimos siendo libres. Una sonrisa es una pancarta que dice: ¡anda ya!.

Sonría a los políticos, por favor. Hágalo en su cara. Si es posible, a carcajadas. Que se enteren de lo que no pueden arrebatarnos: la libertad de reirnos en sus narices. Ejerzamos nuestros derechos políticos.


Jean Le Non

martes, 12 de junio de 2007

San Raúl de los Goles Imposibles


El Mundo publica hoy una deliciosa noticia acerca de la iniciativa espiritual de Pericos felices hasta la levitación.

En el empate del minuto 89 en el Nuevo Campo del club suizo afincado en Barcelona, Tamudo culminó una carrera y un itinerario extraordinarios, superando incluso el lazarillo gol a su hermano Toni en aquella final de copa y rey contra el equipo marbellí-colchonero.

En efecto, ese gol en el templo de la corrección política catalanista, en la casa nostra del más que un puticlub, significó: 1-hacerle perder la Liga a los indultats; 2-entregarle la Liga en bandeja al horrible Madrizzz del ocupante espaÑol; 3-convertirse en el goleador absoluto de la historia del Espanyol; 4-borrar en el sepulcral silencio del cementerio blaugrana veinticinco años de derrotas, risas y desprecios; 5-darle una respuesta exquisita, en plazo razonable y con intereses, a la tosca burla de los culés, cuando lanzaban hace escasos meses, entre carcajadas y bocadillos de chorizo, aquellos gritos de "¡A Segunda!", en su condescendencia burlona hacia ese grano en el culo que es y será siempre, para ellos y para quienes padecen barcelonitis aguda, el ESPAÑOL.

a.c. Aragón, Ciudadano Perico

Sitges: el candidato a alcalde por C´s no está en el censo electoral

En El Garraf ocurre cada cosa. El candidato a alcalde por Ciutadans no figuraba ni en el censo electoral... ¿pero quién ha organizado ésto?

lunes, 11 de junio de 2007

Tsunami azul


Un tsunami superior a las previsiones más optimistas le da a los candidatos apoyados por Sarkozy un principio de victoria arrolladora.
A diferencia de las cifras que buena parte de la prensa española ha publicado hoy, la mayoría presidencial ha alcanzado en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas la marca histórica de entre 46 y 47 %.
En efecto, no tiene sentido contabilizar sólo los resultados de los candidatos de la UMP como tal, sino de todos aquellos candidatos ungidos por el apoyo presidencial ("Nuevo Centro", Independientes, algunos candidatos del MPF...).

Entre los 577 diputados del Parlement, ya hay un centenar de sarkozystas elegidos en la primera vuelta (han conseguido más del 50% en su zona electoral), y 1 de la izquierda.

La segunda vuelta dará los diputados restantes. Al tratarse de votación uninominal por circunscripción, se supone, en relación con las fuerzas en presencia, que la UMP y sus satélites sacarán entre 405 y 499 diputados, el nuevo partido de Bayrou entre 0 y 4, el Frente Nacional 0, los comunistas entre 4 y 12, los verdes entre 0 y 3 y los socialistas el resto, entre 60 y 140.
La horquilla de posibilidades es muy amplia ya que el resultado final dependerá de la movilización del electorado el próximo domingo (la participación ha sido escasa el 11 de junio, con un 60%, muy inferior al 84% de la presidencial), y del traslado de votos de los candidatos eliminados hacia los finalistas, desigual y parcialmente imprevisible.

El sistema de votación francés no es proporcional. Al contrario, recompensa, ya que no hay listas sino candidatos individuales, al vencedor en cada comarca, independientemente del reparto de los votos entre las distintas opciones. Esto conlleva que el resultado del sarkozysmo en la primera vuelta (récord absoluto en la 5ª república) le dará en torno a los 4/5 de diputados en el congreso (también va a ser récord absoluto, o muy cercano a uno de los parlamentos de De Gaulle en los años 60).

Con diferencias técnicas, comparte con Gran Bretaña (allí gana la lista con más votos, a una vuelta de escrutinio), el hecho de que es un sistema que favorece al que llega en primera posición, para evitar pactos postelectorales entre partidos (tripartito catalán, por ejemplo) y para evitar que minorías chantajeen a los partidos que representan las opciones mayoritarias.

Ahora se critica mucho "el tsunami azul" desde la izquierda y desde algunos medios. No era así en 1981, cuando "el tsunami rosa" se llevó los 3/5 del congreso, después de la victoria de Mitterrand. Entonces, ningún demócrata "progresista" protestó.

Este sistema electoral, adoptado entre 1958 y 1962, da estabilidad y fuerza al que gana. También responsabiliza al diputado, quien está en contacto permanente con sus administrados y debe: conocerse cada calle de cada ciudad de su área electoral, así como todos los problemas y problemitas de la gente; trabajar tres días en París y cuatro en su comarca; estar en los mercados; en las inauguraciones; en las reuniones de barrio; recibir a los ciudadanos sin cita previa, como el médico de cabecera; conseguir financiación para las necesidades locales...

En estos últimos años, muchos ciudadanos del país vecino han cambiado el voto con facilidad para castigar a una mayoría incumplidora. De esa forma, se han producido alternancias rudas y castigadoras en ambos sentidos: en 1981 (rosa), 1993 (azul), 1997 (rosa) y ahora. El escrutinio mayoritario es pues como una espada de Damocles sobre el glorioso vencedor de un día. Dentro de cinco años, los éxitos y los fracasos de Nicolas Sarkozy determinarán la continuidad o no del cambio reformista de centro derecha en Francia.


a.c. Aragón

Traición


"Esa fidelidad del socialista sincero, enojado con el French Doctor o reacio a caminar sin complejos y con determinación junto a los amigos del desaparecido Goyo, es una mirada insegura y casi llorona hacia el ayer. Es anteponer la autocompasión existencial a la realidad. ¿Qué realidad? El proceso de disolución de la nación res publicana, por ejemplo; o el crepúsculo de la educación liberadora, basada en las huellas de brillantez de quienes nos precedieron."


En Francia, la “apertura” del nuevo Presidente de la República hacia personalidades de la izquierda transformadas en ministros de un gobierno popular (UMP, el partido mayoritario, es exactamente eso, el Partido Popular francés), ha provocado reacciones indignadas por parte de la progresía, tratando de traidores y tránsfugas a políticos como Kouchner o Besson, quienes siempre habían militado en la izquierda y ahora están con Sarkozy sin renunciar, según dicen, a sus convicciones.

Sin embargo, la izquierda también lo intentó, en 1981 por ejemplo, cuando algunos “gaullistes de gauche” apoyaron a Mitterrand, o en 1988, cuando el presidente socialista fichó a Soisson. Al contrario, entonces se oyeron halagos hacia hombres engrandecidos por su “ausencia de sectarismo”, porque se atrevieron a iniciar ese entusiástico viaje hacia la izquierda.
Lo contrario es propio, según esta visión del mundo, de los judas, pues no hay que olvidar que la izquierda es, según los zurdos que se pasan la vida definiéndola, divina, defensora de los humildes contra quienes les humillan, de los crucificados contra quienes les crucifican. Su vocación es enfrentarse con la injusticia, y su mensaje es el de la igualdad universal, por mucho que los egoístas, los ricos y los privilegiados se obstinen en no oir el clamor del pueblo.

Es difícil prever el éxito o el fracaso del ciclo reformista que se abre en Francia, y que debería durar dos mandatos, es decir 10 años, según el proyecto estratégico de Sarkozy.
Pero sí es previsible, sin embargo, que la modernización de la práctica política favorezca otra ruptura... con el melodrama. Y reconcilie así “la inteligencia con la prosa del mundo”, como dice Finkielkraut. La izquierda sin renovar no ha salido todavía de la biblioteca rosa. Aunque el voto de castigo es una norma imprescindible en una democracia madura, también en Francia persisten ataduras con las adhesiones políticas irracionales. El síndrome Savater (“hay que sancionar al PSE, pero no le puedo votar al PP porque es de derechas”), tan español, también sobrevive, aunque de forma marginal y esperemos que provisoria, allende los pirineos. En efecto, las encuestas cualitativas demuestran que una proporción significativa de electores habituales de la izquierda, aún discrepando profundamente con el fondo y la forma de Ségolène Zapatejà, le votaron (consiguió un honroso 47% en la segunda vuelta presidencial) porque se consideran fieles a sí mismos y a su “familia ideológica”.

Insólita esclavitud, cuando pensamos que, para que nacieran la filosofía y, en su estela, la democracia, fue necesaria la puesta en tela de juicio de la identificación del bien y de la tradición ancestral. ¿O no somos acaso los herederos del NO a nosotros mismos, con la pregunta que nos llevó al precipicio de la libertad (¿Qué?) contra la autoridad de la familia y del habitus?

El filósofo Leo Strauss nos recuerda que en las sociedades democráticas existe una tensión entre “lo que es mío” y “lo que es bueno”. Una tensión que puede llevar a... la ruptura, aunque sólo sea la del corazón. Porque pensar es traicionar, juzgar, actuar por sí mismo. Enarbolar la fidelidad como supremo valor moral, ético, político, estético y un largo etcétera de la adjetivación neoprogre, es precisamente lo contrario: negarse a arriesgar, sacrificar las exigencias del ahora y cuidar así su corazoncito. Se puede entender, y hasta contemplar con cierto cariño, ese repliegue familiar de los antaño universalistas, perdidos en el océano de la planetarización. Pero no podrán aguantar mucho más, la vela resulta insuficiente con tan poco viento.

Esa fidelidad del socialista sincero, enojado con el French Doctor o reacio a caminar sin complejos y con determinación junto a los amigos del desaparecido Goyo, es una mirada insegura y casi llorona hacia el ayer. Es anteponer la autocompasión existencial a la realidad. ¿Qué realidad? El proceso de disolución de la nación res publicana, por ejemplo; o el crepúsculo de la educación liberadora, basada en las huellas de brillantez de quienes nos precedieron.

Salvo en contadas excepciones (el nuevo laborismo inglés, por ejemplo), la izquierda, a pesar de las advertencias, sigue impermeable a la percepción de lo trágico, extraviada entre la carcajada de Prometeo, en el mejor de los casos, y la risita postmoderna.

A quienes insultan a supuestos renegados o, peor todavía, viven con el miedo a convertirse en uno de ellos, les quiero decir que denunciar a los “traidores” o negarse a cruzar el Rubicon en circunstancias extraordinarias es darle la espalda a la deliberación colectiva sobre el sentido de la vida, y darse un paseo por el bosque mientras, en la planicie, se fragua la madre de todas las batallas.

Dante Pombo, Reflexiones liberales

(ilustración: La trahison )

Todos somos MARIO ACOSTA


Mario Acosta ha publicado un comunicado en el que anuncia su dimisión de Ciutadans.

Era hasta hace pocas semanas coordinador de la agrupación del partido Ciudadanos en Sevilla y Andalucía occidental. Su trayectoria política y ciudadana es la de un luchador infatigable contra los abusos del nacionalismo catalán (cuando muchos de los actuales protagonistas de lo que queda de CS estaban calladitos o en otros menesteres). Su trayectoria humana es la de un intelectual comprometido con su tiempo y con la gente, y la de un hombre honrado que cultiva la intransigencia democrática. En tiempos de zapaterismos serviles, de izquierdas anquilosadas, de derechas acomplejadas y de relativistas alegres, puede incluso ser confundido con un extraterrestre. Eso le pasa por ser... un ciudadano.

Ciudadanos en la Red se solidariza con Mario Acosta, comparte su análisis y le acompañará en la denuncia del atropello a la libertad que suponen los nacionalismos y los sectarismos.

COMUNICADO DE MARIO ACOSTA:

Ante el estado calamitoso de Ciudadanos –Partido de la Ciudadanía, con fecha de hoy he manifestado al secretario de mi agrupación la voluntad de abandonar este partido para que la transmita a las instancias correspondientes. Esta decisión está basada en el convencimiento de que la esencia original del partido ha sido pervertida a pesar de su escaso tiempo de existencia.

Ciudadanos no ha sido capaz de hacer cumplir sus normas internas ante el asalto ilegal al poder de su Consejo Ejecutivo, llevado a cabo por sendos grupos encabezados por el actual presidente Albert Rivera y el Secretario General Antonio Robles. La actual dirección pretende seguir un curso completamente contrario al ideario inicial, contraviniendo los principios y las reglas de funcionamiento con los que se fundó Ciudadanos.

Este partido NO es el original, ha sido manipulado y prostituido con objeto de llevar a cabo políticas contrarias a los principios declarados en su partida de nacimiento, habiéndo subvertido además su normativa interna. Ciudadanos Partido de la Ciudadanía, se ha convertido en la práctica en un partido mucho peor en formas y contenidos que otros con los cuales vinimos a competir.

A pesar de todo ello, la voluntad, la firmeza y la esperanza de tantos y tantos afiliados que gastaron sus esfuerzos en este partido, no quedarán sin representación política aunque no de forma inmediata. Trataremos de construir cauces para su justa, trabajada y merecida expresión. Los compañeros que permanezcan en el partido deben exigir el cumplimiento del espíritu del Tívoli y la limpieza de los procedimientos estatutarios dentro de Ciudadanos.

Los nacionalismos que se extienden por toda España, forman parte de una insoportable presión social sectaria que oprime la convivencia pacífica y la libertad de los ciudadanos españoles. Que no consideren los nacionalistas sectarios como dejación de sus obligaciones esta decisión de algunos ciudadanos, porque solo es un cambio de estrategia, un amargo paso necesario para seguir luchando más eficazmente contra su perversa existencia política.


Mario M. Acosta
11 de junio de 2007.


sábado, 9 de junio de 2007

La perversión de la democracia



Hablar sobre los fundamentos de la democracia supone siempre regresar, porque la democracia más bien se ha deteriorado con el paso del tiempo y la intervención de los políticos. El progresismo, es una artimaña pretenciosa que puede conducirnos definitivamente a la prehistoria de la política.

En una entrevista realizada hace tres años, a raíz de la publicación de su libro: “Panfleto contra la democracia realmente existente” (La esfera de los libros, 2004), el filósofo Gustavo Bueno se manifestaba de la siguiente forma, contra los paladines del pensamiento políticamente correcto:

«La democracia es fundamentalista; perniciosamente fundamentalista. ¿Por qué? Porque influye en todos nuestros comportamientos sin que nosotros nos demos cuenta de sus trampas. Pero esto tiene mal remedio, pues la gente, en general, también es fundamentalista.»

Las reflexiones del profesor Bueno sobre la democracia, se había expresado con anterioridad en el ensayo titulado “La democracia como ideología” (Ábaco, 1997):

“Damos por supuesto que la democracia es un sistema político con múltiples variantes «realmente existentes». Por ello podríamos afirmar (valiéndonos de una fórmula que el mismo Aristóteles utilizó en otros contextos) que la democracia «se dice de muchas maneras».

Pero la democracia es también un «sistema de ideologías», es decir, de ideas confusas, por no decir erróneas, que figuran como contenidos de una falsa conciencia, vinculada a los intereses de determinados grupos o clases sociales, en tanto se enfrentan mutuamente de un modo más o menos explícito o encubierto”.

La democracia para el máximo exponente del materialismo filosófico, es un sistema de ideas, es decir, una ideología, y como tal una estructura sujeta a creencia, relativa a nuestra fe y confianza en su autenticidad última. Las ideologías son refutables, por lo tanto, la democracia es una idea que se puede y debe poner a prueba.

La democracia existente

Muchos de los políticos que salen en la televisión contándonos sus historias, nos dicen que no acaban de comprender porque los índices de abstención se incrementan con cada proceso electoral. De lo que se puede deducir que desconocen que es lo que está ocurriendo en las democracias occidentales, o bien que están mintiendo con fluidez.

En cualquiera de las dos opciones demuestras su inaptitud y su ineptitud para ocupar los cargos representativos que les han sido asignados, o mejor dicho, para los que han sido designados. Los políticos españoles no son elegidos por los ciudadanos, sino por los jefes de sus partidos políticos que son los que los incluyen en listas cerradas a las que los electores solo pueden decir sí.

El ciudadano español medio considera que un proceso político es democrático siempre que se pueda elegir por medio de votación entre diversas opciones a sus representantes políticos, y que esto se pueda hacer con cierta periodicidad, manteniéndose un nivel aceptable en la libertad de expresión de los actores.

Sin embargo, el ritual de las urnas es exclusivamente la foto finish de un largo proceso del que desconocemos los elementos más importantes. Votar cada cuatro años es un acto de democracia consumista, que se asemeja al “fast food”, al “pret-a-porter”, o simplemente un “quicky” o polvo rápido (“kiki”). El ciudadano consume así la política que le ofrecen como la única posible.

La perversión de la democracia participativa consiste en limitar la intervención de los ciudadanos en las decisiones políticas al simple hecho de votar cada varios años. Eso sí, son libres de no hacerlo.

Hace más de dos mil años en Atenas, el 80 % de los ciudadanos participaban en algún cargo representativo a lo largo de su vida, aunque fuera en el “consejo de los quinientos”. Hoy en día, menos del 0,5 % de los ciudadanos podrán ser representantes políticos a lo largo de su vida, y como mucho, si tienen suerte, algún día podrán acudir a ser testigos del proceso en una mesa electoral.La participación democrática se ha ido reduciendo progresivamente con el paso del tiempo.

La perversión de la democracia participativa consiste precisamente en limitar la intervención de los ciudadanos en las decisiones políticas al simple hecho de votar cada varios años. Eso sí, son libres de no hacerlo, exactamente igual que si apagan la televisión si no les gusta un programa determinado.

Pero esta no es la única de las perversiones, quizás la más importante de todas sea la perversión de la democracia representativa. Los ciudadanos no eligen directamente a sus representantes políticos, sino que eligen entre las alternativas que les ofrecen los partidos políticos, así el profesor Bueno, prefiere definir nuestro régimen político como una “partitocracia”, al que yo añado el calificativo de demagógica, que como una democracia.

El proceso para ser elegido candidato dentro de un partido político para nada respeta la democracia, más bien al contrario, se establece contra la democracia. Los candidatos o elegibles, son designados por los que detentan el poder dentro del partido, los grupos más poderosos, los líderes, o los “lobbys externos”.

Al final se presenta una opción, exclusiva en la mayoría de los casos, que es votada por los afiliados. En menos ocasiones, puede haber listas críticas alternativas, que siguen el mismo proceso que las oficiales. De esta forma se produce la perversión de la democracia representativa.

El proceso de la contra-democracia política que vivimos en España, consiste en alejar progresivamente las decisiones últimas de los ciudadanos, y aproximarlas a los grupos de poder o a los líderes autoritarios. La antológica definición del sufragio libre y directo, de “un ciudadano, un voto”, se está quedando poco a poco en: "un político, un coto”.

Hacia la democracia real

No se puede continuar en el siglo XXI hipnotizados por la creencia en que los sistemas democráticos en los que vivimos en los países avanzados, son lo mejor de lo posible. Al contrario, los ciudadanos debemos pasar a la acción y exigir la inversión del proceso, la representación política debe aproximarse paulatinamente al ciudadano, hasta lograr que cada ciudadano se pueda representar a sí mismo.

Los políticos deberán cambiar de profesión en los próximos años, eso sería el mayor indicador de madurez política en nuestra sociedad. Mientras se logra ese objetivo, debemos mantenernos atentos a los agujeros de la estructura que permiten la injerencia de autoridades ajenas a la propia ciudadanía, a veces de forma tan zafia que resultan extravagantemente cómicas.

Juan Pablo Mañueco, ha publicado un grueso libro de 496 páginas titulado: “La democracia Real. Hacia el final del Estado totalizador de lo público” (Fundamentos, 2004) en el que refiere diversas “puertas” para la vulneración de la legitimidad democrática, de las que se pueden destacar algunas como las siguientes:

La soberanía de los ciudadanos es suplantada por la soberanía de los políticos. Son los políticos los que deciden los candidatos, no los ciudadanos, que solo pueden suscribir o no las candidaturas en las urnas.

Los representantes electos no se vinculan a mandatos concretos, el cumplimiento de sus funciones debería evaluarse por el desarrollo de sus programas, pero a esto nadie le presta atención. Se dispersan y se alejan de sus propuestas, que solo utilizan para acceder al cargo.

Control externo y ciudadano del ejercicio del poder, de las acciones y decisiones políticas, esto se ignora por completo, un político recoge el acta y ahí se acabó su responsabilidad con sus electores, en otros países como Francia o Reino Unido esto no ocurre.

Control ciudadano de las figuras encargadas de la autoridad, de la organización política, de la administración pública, del tesoro público, de los bienes públicos, y por que no, de los servicios públicos.

División real de los poderes públicos. Independencia de los mismos, política y económica. Tanto a nivel externo, como interno. Es inadmisible que el fiscal general del estado sea un miembro “volante” del gobierno.

Eliminación de la injerencia del Estado en la vida privada de las personas. Respeto máximo a la libertad por parte de las autoridades, siempre que no se vulneren los códigos legales.

Existencia de un cuarto poder, conformado por los medios de comunicación que se mantenga independiente (eliminación de las ayudas gubernamentales de todo tipo) de la gestión política del Estado, y de todos los gobiernos locales, autonómicos, y nacionales.

Biante de Priena

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