El Presidente del PP tiene un grave problema en Asturias, que se sigue acrecentando y que amenaza con convertirse en un grave problema en su partido, tanto en el ámbito del Principado, como a nivel nacional. Cuando el partido que preside obtiene los mejores resultados en la inmensa mayoría de las comunidades españolas, en Asturias sigue sangrando, porque la herida que se abrió con el rechazo por parte de la dirección nacional del PP a la candidatura de Francisco Álvarez Cascos bajo sus siglas a las pasadas elecciones, no ha sabido tratarse de forma adecuada.
Mariano Rajoy desdeñó durante meses la disposición abierta de Francisco Álvarez Cascos a encabezar la candidatura del PP en Asturias, tras haberle manifestado, al menos en dos ocasiones, que sería el candidato, pero que tenía que aceptar las imposiciones de la camarilla que dirigía el PP en Asturias, y en concreto, convertirse en un "presidente florero", al que le impusieran las listas de candidatos y todo lo demás desde su partido. El precio era demasiado elevado para el candidato ineludible. La traición se consumó el día 31 de diciembre, cuando Isabel Pérez Espinosa, la candidata elegida a dedo por la cúpula del PP de Asturias, impuesta por el Alcalde de Oviedo, factotum en el Principado del poder popular fue nominada por un Comité Electoral nacional, formado por once miembros, presidido por Arias Cañete y con tres votos a favor, uno en contra, dos abstenciones activas y cinco pasivas, que ni acudieron a la convocatoria.
La reacción del ex Vicepresidente de Gobierno y ex Secretario General del PP fue inmediata, se dio de baja del PP tras 34 años de militancia, el 1 de enero de este año, al día siguiente dio una conferencia en Oviedo y mostró su disposición al pueblo asturiano para acometer la descomunal tarea de liderar un nuevo proyecto político desde la nada. El día 18 de enero se crea Foro Asturias de Ciudadanos, a primeros de febrero Cascos firma su afiliación en Luarca, el día 5 de marzo se celebra su primer congreso en Pruvia (Llanera) y Cascos obtiene su Presidencia y nominación como candidato con el 99 % de los más de 3.000 asistentes, de forma directa, un hecho acontecido por primera vez en este país, que los afiliados voten de forma directa quien va a ser el candidato de su partido a una presidencia autonómica.
Tras una campaña en la que La Nueva España, el diario que se vendía más en Asturias despotricó lo que no está escrito contra Foro Asturias mientras alababa cualquier inanidad del Alcalde de Oviedo, una televisión pública, la TPA que ignoró por completo su presencia mientras alababa al PSOE, con un CIS (que pagamos todos) que ni siquiera preguntó por Álvarez Cascos como candidato cuando sí lo hizo por Bildu en Navarra, el candidato ineludible, con el apoyo de su legión de hormigas, a pico y pala, a tres turnos y siendo el que más trabajaba de todos, recorriendo 60.000 kilómetros en tres meses, dando más de 120 actos electorales, y concediendo decenes de entrevistas a los medios que decidían convocarlo, con una campaña de aproximación a los ciudadanos y un mensaje fundamentado en recobrar el orgullo de ser asturiano desde un proyecto reformista, logró, en tan sólo tres meses triunfar en las elecciones siendo la fuerza que obtuvo más diputados, lo que le permitirá ser el próximo Presidente del Principado de Asturias, si no surgen inconvenientes, pero además obtuvo 158 concejales, representación en 60 de los 78 concejos de Asturias y hoy ha obtenido nueve alcaldías asturianas, entre las que se encuentra Gijón, la población con más habitantes del Principado, que por primera vez en la historia de la democracia tendrá un alcalde que no será del PSOE.
Foro Asturias ha apoyado a todos los alcaldes del PP que necesitaban sus votos, mientras que el PP le ha privado del gobierno en el cuarto concejo más habitado de Asturias, Siero, aunque también ha permitido que Carmen Moriyón, la candidata de Foro, haya sido elegida alcaldesa de Gijón y también en otros cuatro concejos, el PP ha desoido la consigna de la dirección regional de no votar a Foro. El alcalde de Oviedo, principal adversario de Alvarez Cascos, ha salido elegido por los once votos de su propio grupo, mientra que tiene en contra los siete de FAC, los seis del PSOE y los tres de IU.
Rajoy se está equivocando con Asturias, tratar de tapar su intencionada equivocación con nuevos errores, lo único que está consiguiendo es que su partido en Asturias se deshaga poco a poco. El PP en Asturias ha perdido más de la mitad de su militancia en el último año, ha cosechado el mayor varapalo de su historia, perdiendo más de la mitad de los diputados que tenía en la legislatura anterior, y más de ciento veinte concejales. Sólo ha obtenido una victoria pírrica en la capital, con una alcaldía apoyada por once de los veintisiete concejales. La única solución para su partido en Asturias es zanjar definitivamente el conflicto con Álvarez Cascos, realizar un nuevo congreso y apartar de la dirección regional a la docena de sus dirigentes que se han enfrentado a Cascos, para perpetuarse en sus poltronas. Dicen que rectificar es de sabios, pero no enmendar los errores es de necios. Cuanto más siga despreciando Rajoy a Francisco Álvarez Cascos, más apoyos recibirá este y menos su partido, en Asturias.
Todavía está a tiempo de rectificar, cuando se elija en fechas próximas al Presidente del Principado si los diez diputados de su partido apoyan a lo dieciseis de Foro Asturias para que Francisco Álvarez Cascos salga elegido presidente y se disponen a mantener una colaboración amable y cordial con su antiguo compañero, de otra forma, cuantos más palos en las ruedas trate de imponer a su antiguo compañero, más apoyos recibirá este de los asturianos.
A Rajoy no le gusta Cascos, y a Cascos no le gusta Rajoy, pero están condenados a entenderse. Tras las elecciones, Mariano Rajoy vive en una nube, pensando que su tancredismo expectante le ha concedido la importante diferencia de votos con el PSOE fantasmagórico de Zapatero. Cuando en realidad el PP ha obtenido medio millón de votos más y ha sido el PSOE el que ha perdido más de un millón y medio de votos, es decir, la gente no ha apoyado fascinada al PP de Rajoy, lo que ha hecho es dejar de apoyar al PSOE de Zapatero. Si se hacen proporcionales las participaciones entre 2007 y 2011 (un 5 % más de participación), en realidad Rajóy sólo ha obtenido 200.000 votos más que en 2007, en las peores circunstancias políticas y económicas de la democracia española.
Rajoy envidia a Cascos y se nota demasiado, porque él, que a duras penas es capaz de sobrepasar por una centésima, la valoración que los ciudadanos hacen de Zapatero en su declive más desaforado, sigue sin comprender que tiene Francisco Álvarez Cascos para recabar el apoyo de los asturianos contra viento y marea, contra todas las circunstancias, las zancadillas de los medios, de sus adversarios y de sus antiguos compañeros, con las campañas más infames en su contra.
El problema de Rajoy es que cuando le pregunta a su espejito mágico si hay algún líder en España mejor que él, el espejito, que le dice la verdad, porque no está a sueldo del partido, le contesta que como doscientos personajes podrían arrebatarle su liderazgo y que el peor de todos es Francisco Álvarez Cascos, porque no sólo representa lo que la gente quiere del PP, sino que además ha demostrado que su estrategia, habilidad y esfuerzo es eficiente y eficaz. Y Rajoy entonces siente miedo, pensando que todo lo que beneficie a Cascos le perjudica directamente a él, cuando en realidad, no se da cuenta de que la mejor forma de neutralizar a Cascos es reconocer que es un estadista del que debería aprender, con humildad, y no obviar, desde la soberbia, la envidia y la impertinencia, que la política es consecuencia y no causa de las personas. No son las siglas las que hacen los políticos, sino los políticos las siglas.
Cascos hace política, mientras que la política, es la que hace a Rajoy, he ahí la enorme diferencia entre ambos, la que contemplan cada día los españoles, sin decir nada, hasta que un día lo digan todo.
Enrique Suárez
Mariano Rajoy desdeñó durante meses la disposición abierta de Francisco Álvarez Cascos a encabezar la candidatura del PP en Asturias, tras haberle manifestado, al menos en dos ocasiones, que sería el candidato, pero que tenía que aceptar las imposiciones de la camarilla que dirigía el PP en Asturias, y en concreto, convertirse en un "presidente florero", al que le impusieran las listas de candidatos y todo lo demás desde su partido. El precio era demasiado elevado para el candidato ineludible. La traición se consumó el día 31 de diciembre, cuando Isabel Pérez Espinosa, la candidata elegida a dedo por la cúpula del PP de Asturias, impuesta por el Alcalde de Oviedo, factotum en el Principado del poder popular fue nominada por un Comité Electoral nacional, formado por once miembros, presidido por Arias Cañete y con tres votos a favor, uno en contra, dos abstenciones activas y cinco pasivas, que ni acudieron a la convocatoria.
La reacción del ex Vicepresidente de Gobierno y ex Secretario General del PP fue inmediata, se dio de baja del PP tras 34 años de militancia, el 1 de enero de este año, al día siguiente dio una conferencia en Oviedo y mostró su disposición al pueblo asturiano para acometer la descomunal tarea de liderar un nuevo proyecto político desde la nada. El día 18 de enero se crea Foro Asturias de Ciudadanos, a primeros de febrero Cascos firma su afiliación en Luarca, el día 5 de marzo se celebra su primer congreso en Pruvia (Llanera) y Cascos obtiene su Presidencia y nominación como candidato con el 99 % de los más de 3.000 asistentes, de forma directa, un hecho acontecido por primera vez en este país, que los afiliados voten de forma directa quien va a ser el candidato de su partido a una presidencia autonómica.
Tras una campaña en la que La Nueva España, el diario que se vendía más en Asturias despotricó lo que no está escrito contra Foro Asturias mientras alababa cualquier inanidad del Alcalde de Oviedo, una televisión pública, la TPA que ignoró por completo su presencia mientras alababa al PSOE, con un CIS (que pagamos todos) que ni siquiera preguntó por Álvarez Cascos como candidato cuando sí lo hizo por Bildu en Navarra, el candidato ineludible, con el apoyo de su legión de hormigas, a pico y pala, a tres turnos y siendo el que más trabajaba de todos, recorriendo 60.000 kilómetros en tres meses, dando más de 120 actos electorales, y concediendo decenes de entrevistas a los medios que decidían convocarlo, con una campaña de aproximación a los ciudadanos y un mensaje fundamentado en recobrar el orgullo de ser asturiano desde un proyecto reformista, logró, en tan sólo tres meses triunfar en las elecciones siendo la fuerza que obtuvo más diputados, lo que le permitirá ser el próximo Presidente del Principado de Asturias, si no surgen inconvenientes, pero además obtuvo 158 concejales, representación en 60 de los 78 concejos de Asturias y hoy ha obtenido nueve alcaldías asturianas, entre las que se encuentra Gijón, la población con más habitantes del Principado, que por primera vez en la historia de la democracia tendrá un alcalde que no será del PSOE.
Foro Asturias ha apoyado a todos los alcaldes del PP que necesitaban sus votos, mientras que el PP le ha privado del gobierno en el cuarto concejo más habitado de Asturias, Siero, aunque también ha permitido que Carmen Moriyón, la candidata de Foro, haya sido elegida alcaldesa de Gijón y también en otros cuatro concejos, el PP ha desoido la consigna de la dirección regional de no votar a Foro. El alcalde de Oviedo, principal adversario de Alvarez Cascos, ha salido elegido por los once votos de su propio grupo, mientra que tiene en contra los siete de FAC, los seis del PSOE y los tres de IU.
Rajoy se está equivocando con Asturias, tratar de tapar su intencionada equivocación con nuevos errores, lo único que está consiguiendo es que su partido en Asturias se deshaga poco a poco. El PP en Asturias ha perdido más de la mitad de su militancia en el último año, ha cosechado el mayor varapalo de su historia, perdiendo más de la mitad de los diputados que tenía en la legislatura anterior, y más de ciento veinte concejales. Sólo ha obtenido una victoria pírrica en la capital, con una alcaldía apoyada por once de los veintisiete concejales. La única solución para su partido en Asturias es zanjar definitivamente el conflicto con Álvarez Cascos, realizar un nuevo congreso y apartar de la dirección regional a la docena de sus dirigentes que se han enfrentado a Cascos, para perpetuarse en sus poltronas. Dicen que rectificar es de sabios, pero no enmendar los errores es de necios. Cuanto más siga despreciando Rajoy a Francisco Álvarez Cascos, más apoyos recibirá este y menos su partido, en Asturias.
Todavía está a tiempo de rectificar, cuando se elija en fechas próximas al Presidente del Principado si los diez diputados de su partido apoyan a lo dieciseis de Foro Asturias para que Francisco Álvarez Cascos salga elegido presidente y se disponen a mantener una colaboración amable y cordial con su antiguo compañero, de otra forma, cuantos más palos en las ruedas trate de imponer a su antiguo compañero, más apoyos recibirá este de los asturianos.
A Rajoy no le gusta Cascos, y a Cascos no le gusta Rajoy, pero están condenados a entenderse. Tras las elecciones, Mariano Rajoy vive en una nube, pensando que su tancredismo expectante le ha concedido la importante diferencia de votos con el PSOE fantasmagórico de Zapatero. Cuando en realidad el PP ha obtenido medio millón de votos más y ha sido el PSOE el que ha perdido más de un millón y medio de votos, es decir, la gente no ha apoyado fascinada al PP de Rajoy, lo que ha hecho es dejar de apoyar al PSOE de Zapatero. Si se hacen proporcionales las participaciones entre 2007 y 2011 (un 5 % más de participación), en realidad Rajóy sólo ha obtenido 200.000 votos más que en 2007, en las peores circunstancias políticas y económicas de la democracia española.
Rajoy envidia a Cascos y se nota demasiado, porque él, que a duras penas es capaz de sobrepasar por una centésima, la valoración que los ciudadanos hacen de Zapatero en su declive más desaforado, sigue sin comprender que tiene Francisco Álvarez Cascos para recabar el apoyo de los asturianos contra viento y marea, contra todas las circunstancias, las zancadillas de los medios, de sus adversarios y de sus antiguos compañeros, con las campañas más infames en su contra.
El problema de Rajoy es que cuando le pregunta a su espejito mágico si hay algún líder en España mejor que él, el espejito, que le dice la verdad, porque no está a sueldo del partido, le contesta que como doscientos personajes podrían arrebatarle su liderazgo y que el peor de todos es Francisco Álvarez Cascos, porque no sólo representa lo que la gente quiere del PP, sino que además ha demostrado que su estrategia, habilidad y esfuerzo es eficiente y eficaz. Y Rajoy entonces siente miedo, pensando que todo lo que beneficie a Cascos le perjudica directamente a él, cuando en realidad, no se da cuenta de que la mejor forma de neutralizar a Cascos es reconocer que es un estadista del que debería aprender, con humildad, y no obviar, desde la soberbia, la envidia y la impertinencia, que la política es consecuencia y no causa de las personas. No son las siglas las que hacen los políticos, sino los políticos las siglas.
Cascos hace política, mientras que la política, es la que hace a Rajoy, he ahí la enorme diferencia entre ambos, la que contemplan cada día los españoles, sin decir nada, hasta que un día lo digan todo.
Enrique Suárez