Cuando hoy, 15 de diciembre a las 19:30 horas, Francisco Álvarez Cascos acuda a la sede del Colegio de Médicos de Asturias en el número 10 de la Plaza de América de Oviedo para dictar una conferencia sobre las infraestucturas ferroviarias con especial incidencia sobre el AVE, aceptando la amable invitación que le ha brindado el Colegio de Ingenieros de Asturias, algo va a cambiar en la realidad política asturiana y española, yo también tengo una corazonada. Esta conferencia no será el único acto al que acudirá Francisco Álvarez Cascos esta semana, mañana mismo día 16, recibirá un homenaje en el distrito de Salamanca de Madrid, al que asistirá Esperanza Aguirre, que hoy mismo ha declarado: “"Nadie ha ganado nunca unas elecciones sin bajarse del autobús. Hay que trabajar hasta el último minuto. ¡Pico y pala!".
Con P de Pico y P de Pala se forman las siglas PP de Partido Popular, la única alternativa política con posiblidad real de extraernos del desmadre político social y económico que ha urdido el PSOE, que durante los últimos seis años ha atravesado como un obus la historia de España, desde un Estado en Alarma por el atentado del 11-M hasta hasta un Estado de Alarma declarado por el Gobierno socialista, incapaz de resolver un conflicto laboral con los controladores aéreos desde hace seis años y que ahora, urgido por las prisas de obtener liquidez con la venta de AENA, ha cometido la mayor barbaridad histórica que se recuerda en nuestra democracia, acabando de reventar el Estado de Derecho.
Hasta que el último controlador aéreo deje de estar militarizado esta nación permanecerá secuestrada en un estado de excepción impuesto improcedente, inadmisible, e inconstitucional. Tras la expulsión del Gobierno de estos fascistas disfrazados de demócratas, con el triunfo inevitable de una alternativa, podremos hablar de cómo blindar nuestra democracia con libertad, para que ningún advenedizo aspirante a Mesías, como José Luis Rodríguez Zapatero, vuelva a ciscarse en nuestros derechos y soberanía, pero el primer objetivo para recobrar la democracia en este país es dejar al PSOE con la cifra más baja de representación política de su historia, para que reflexionen sobre lo ocurrido, porque no se puede destrozar un país y el bienestar de un pueblo, con la soberbia, ignorancia e impertinencia que han derrochado en plena impunidad los socialistas. La recuperación social, política y económica tras el legado que nos dejarán nos llevará más de una década, en la que veremos a nuestros padres recortar su bienestar y a nuestros hijos sin trabajo.
Sigo insistiendo que antes de asumir responsabilidades de Gobierno, el PP debería encargar una Auditoría General del Estado a agentes independientes y exigir responsabilidades civiles y penales a los políticos del PSOE por su gestión corrupta de los recursos públicos, así como la dilapidación de los mismos en las causas más peregrinas. Si la economía española está hoy como está se debe fundamentalmente al despilfarro que se ha organizado de forma sistemática desde el Gobierno. Es hora de exigir responsabilidades a quien nos ha conducido a la quiebra. No se puede permitir ni un instante más que sigan envolviéndonos en su artera propaganda. Al fin y al cabo, los socialistas que hayan sido honestos saldrán adelante y los que han sido corruptos tendrán que abandonar el partido, porque José Luis Rodríguez Zapatero y su camarilla, no solo han destrozado el país, sino también la credibilidad de España, las instituciones del Estado y su propio partido, el PSOE, al que le espera una larga travesía por el desierto de su inconsecuencia. Basta ya de tomadura de pelo.
El aparato de agitación y propaganda del PSOE, perfectamente organizado por el superministro Rubalcaba que posee toda la información y poder en sus manos, está dispuesto a la defensa numantina de todos los “apesebrados” que le deben el bienestar de su vida, con la mayoría de los medios de comunicación a su favor, con todo el dinero del Estado para imponer su burka sectario a los españoles, por lo que se espera una batalla electoral épica en los próximos meses, en la que los ciudadanos tendrán que discernir sin duda alguna a quienes detentan el poder para su usufructo de quienes les ofrecen libertad y superación de la actual coyuntura.
Hace casi cuatro años, con la ayuda del libro “El mito de la izquierda” de Gustavo Bueno, ofrecimos a nuestros lectores una presunción de lo que haría la izquierda en nuestro país, no nos equivocamos, era previsible lo que ocurriría. Con el mismo criterio que mostramos la realidad de lo que acontecería, hoy anunciamos que la batalla electoral que se avecina será la más dura de nuestra democracia, porque en el PSOE saben que se la juegan a todo o nada y no están dispuestos a perder los privilegios que han adquirido en el poder y que dificilmente podrían mantener fuera de él. Por su parte el PP sabe que si no obtiene una mayoría absoluta no tendrá nada que hacer porque los nacionalismos, envenenados con el engaño por el PSOE durante estos años, siempre pactarán antes con el PSOE que les puede ofrecer lo que pidan, que con el PP que les pondrán más objeciones.
Se abre un periodo constituyente en el que España se juega su futuro como nación y los españoles nos jugamos seguir siendo europeos, independientes, demócratas y libres. El PSOE ha mordido la manzana de la tiranía, al igual que los nacionalismos, y no estarán dispuestos a ceder ni un ápice en su deconstrución del Estado español al servicio de sus intereses y privilegios. Quien no duda en declarar Estados de Alarma preventivos con tal de salvarse electoralmente, aunque sea para aplastar los derechos de los trabajadores más privilegiados de este país, no dudará en imponer el régimen que le permita perpetuarse en el poder. Al igual que no nos equivocamos en la predicción que hicimos en el año 2007, es muy posible que ahora tampoco lo hagamos.
Por eso las sabias palabras de Esperanza Aguirre que ayer pronunció en la cena de Navidad del PP madrileño celebrada en Alcorcón son el lema de la campaña que se necesita, que coinciden con el lema de apoyo que la plataforma que promueve el regreso a la política asturiana de Francisco Álvarez Cascos que se ha mantenido desde hace meses. En esta ocasión no se trata de elegir candidatos que puedan ganar en las elecciones, sino de buscar aquellos que no puedan perderlas, porque el PSOE va a tensar el ambiente en una apoteosis épica de todas sus tácticas y estrategias de persuasión, agitación y propaganda para denostar al PP, extrayendo toda la información que posee sobre candidatos y gestiones. La beligerancia electoral que se avecina no tendrá nada que ver con el talante, sino con el talento. Cualquier desliz, imprudencia o inconsistencia nos conducirá a la reiteración de la debacle. Cualquier creencia en que las cosas pintan mal para el PSOE, no siendo necesaria más que la paciencia y la prudencia en la espera hasta que se caigan por si mismos, conducirá al fracaso.
En este escenario, el regreso de Francisco Álvarez Cascos a la política en el ámbito de Asturias es imprescindible por numerosas razones, la primera es que es el único candidato con posibilidades reales de obtener una mayoría absoluta en las elecciones del 22 de mayo, la segunda que siendo el político más investigado de este país no tiene nada que ocultar, a pesar de las amenazas de José Blanco; la tercera es que reune en su persona las características opuestas como gobernante a las que han mostrado los gobernantes del PSOE; la cuarta que es uno de los pocos políticos populares que intimida y contraargumenta las artimañas socialistas con desparpajo; la quinta, que nadie como Francisco Álvarez Cascos puede reunir en su persona y concentrar todos los ataques del PSOE, por lo que puede jugar un efecto pararayos que le permita enrocarse a Rajoy para librarse de la agresión continuada a que previsiblemente le someterán desde el PSOE.
La era del supuesto talante con guante de seda y zarpa de acero que ha esgrimido José Luis Rodríguez Zapatero se ha acabado, porque ahora están las lentejas en peligro. Si ayer demonizaron al PP excluyéndolo de la política, aislandólo con un cordón sanitario, sin estar en peligro su porvenir, que no serán capaces de hacer cuando ahora lo vean peligrar. La campaña electoral que ya ha comenzado se resolverá en una carrera de resistencia a la tensión y las agresiones continuadas, para eso hace falta experiencia, trayectoria y recursos extraordinarios, no es el momento de hacer experimentos, sino de confiar en quien pueda asegurar que no se amilanará ante el acoso, la infamia y la estridencia.
Francisco Álvarez Cascos es el candidato ineludible que Asturias necesita, cualquier alternativa no solo haría fracasar al PP en el Principado, sino en toda España. Cuando Esperanza Aguirre advierte de que estas elecciones se ganarán a pico y pala, cuando ha obtenido en Madrid los mejores resultados de su historia, está diciendo que en Asturias y en toda España se necesita coraje, trabajo, pico y pala para alcanzar la victoria electoral, sin complejos y sin espejismos.
Quiero recordar una frase de André Gide que refleja magníficamente la idea que he querido transmitir: este mundo se divide en crustáceos y sutiles, siendo los primeros aquellos que se empeñan en mantener las mismas estrategias para resolver problemas que han cambiado con el paso del tiempo. Enfocar la estrategia electoral en el ámbito de resolver el talante sería el mayor error que podría cometer el PP, porque el talante ha muerto y ahora en el PSOE surge el “palante”, el todo vale, el fin que justifica los medios, las estrategias de supervivencia. En ese escenario, Francisco Álvarez Cascos no solo es ineludible, sino también inevitable. No darle opción de juego en las elecciones autonómicas supondría el mayor desastre para el PP, para Asturias y para España. ¿Cómo van a confiar en el PP los electores si a uno de sus mejores políticos, en los extravagantes momentos que vivimos en España, se le aparta de la primera línea de fuego por motivos espúreos?. Sería la mejor forma de mostrar que en el PP pesa más el interés electoralista que la eficacia gubernamental, algo muy peligroso en estos momentos, porque lo identificaría inmediatamente con un PSOE paralelo.
Enrique Suárez
Con P de Pico y P de Pala se forman las siglas PP de Partido Popular, la única alternativa política con posiblidad real de extraernos del desmadre político social y económico que ha urdido el PSOE, que durante los últimos seis años ha atravesado como un obus la historia de España, desde un Estado en Alarma por el atentado del 11-M hasta hasta un Estado de Alarma declarado por el Gobierno socialista, incapaz de resolver un conflicto laboral con los controladores aéreos desde hace seis años y que ahora, urgido por las prisas de obtener liquidez con la venta de AENA, ha cometido la mayor barbaridad histórica que se recuerda en nuestra democracia, acabando de reventar el Estado de Derecho.
Hasta que el último controlador aéreo deje de estar militarizado esta nación permanecerá secuestrada en un estado de excepción impuesto improcedente, inadmisible, e inconstitucional. Tras la expulsión del Gobierno de estos fascistas disfrazados de demócratas, con el triunfo inevitable de una alternativa, podremos hablar de cómo blindar nuestra democracia con libertad, para que ningún advenedizo aspirante a Mesías, como José Luis Rodríguez Zapatero, vuelva a ciscarse en nuestros derechos y soberanía, pero el primer objetivo para recobrar la democracia en este país es dejar al PSOE con la cifra más baja de representación política de su historia, para que reflexionen sobre lo ocurrido, porque no se puede destrozar un país y el bienestar de un pueblo, con la soberbia, ignorancia e impertinencia que han derrochado en plena impunidad los socialistas. La recuperación social, política y económica tras el legado que nos dejarán nos llevará más de una década, en la que veremos a nuestros padres recortar su bienestar y a nuestros hijos sin trabajo.
Sigo insistiendo que antes de asumir responsabilidades de Gobierno, el PP debería encargar una Auditoría General del Estado a agentes independientes y exigir responsabilidades civiles y penales a los políticos del PSOE por su gestión corrupta de los recursos públicos, así como la dilapidación de los mismos en las causas más peregrinas. Si la economía española está hoy como está se debe fundamentalmente al despilfarro que se ha organizado de forma sistemática desde el Gobierno. Es hora de exigir responsabilidades a quien nos ha conducido a la quiebra. No se puede permitir ni un instante más que sigan envolviéndonos en su artera propaganda. Al fin y al cabo, los socialistas que hayan sido honestos saldrán adelante y los que han sido corruptos tendrán que abandonar el partido, porque José Luis Rodríguez Zapatero y su camarilla, no solo han destrozado el país, sino también la credibilidad de España, las instituciones del Estado y su propio partido, el PSOE, al que le espera una larga travesía por el desierto de su inconsecuencia. Basta ya de tomadura de pelo.
El aparato de agitación y propaganda del PSOE, perfectamente organizado por el superministro Rubalcaba que posee toda la información y poder en sus manos, está dispuesto a la defensa numantina de todos los “apesebrados” que le deben el bienestar de su vida, con la mayoría de los medios de comunicación a su favor, con todo el dinero del Estado para imponer su burka sectario a los españoles, por lo que se espera una batalla electoral épica en los próximos meses, en la que los ciudadanos tendrán que discernir sin duda alguna a quienes detentan el poder para su usufructo de quienes les ofrecen libertad y superación de la actual coyuntura.
Hace casi cuatro años, con la ayuda del libro “El mito de la izquierda” de Gustavo Bueno, ofrecimos a nuestros lectores una presunción de lo que haría la izquierda en nuestro país, no nos equivocamos, era previsible lo que ocurriría. Con el mismo criterio que mostramos la realidad de lo que acontecería, hoy anunciamos que la batalla electoral que se avecina será la más dura de nuestra democracia, porque en el PSOE saben que se la juegan a todo o nada y no están dispuestos a perder los privilegios que han adquirido en el poder y que dificilmente podrían mantener fuera de él. Por su parte el PP sabe que si no obtiene una mayoría absoluta no tendrá nada que hacer porque los nacionalismos, envenenados con el engaño por el PSOE durante estos años, siempre pactarán antes con el PSOE que les puede ofrecer lo que pidan, que con el PP que les pondrán más objeciones.
Se abre un periodo constituyente en el que España se juega su futuro como nación y los españoles nos jugamos seguir siendo europeos, independientes, demócratas y libres. El PSOE ha mordido la manzana de la tiranía, al igual que los nacionalismos, y no estarán dispuestos a ceder ni un ápice en su deconstrución del Estado español al servicio de sus intereses y privilegios. Quien no duda en declarar Estados de Alarma preventivos con tal de salvarse electoralmente, aunque sea para aplastar los derechos de los trabajadores más privilegiados de este país, no dudará en imponer el régimen que le permita perpetuarse en el poder. Al igual que no nos equivocamos en la predicción que hicimos en el año 2007, es muy posible que ahora tampoco lo hagamos.
Por eso las sabias palabras de Esperanza Aguirre que ayer pronunció en la cena de Navidad del PP madrileño celebrada en Alcorcón son el lema de la campaña que se necesita, que coinciden con el lema de apoyo que la plataforma que promueve el regreso a la política asturiana de Francisco Álvarez Cascos que se ha mantenido desde hace meses. En esta ocasión no se trata de elegir candidatos que puedan ganar en las elecciones, sino de buscar aquellos que no puedan perderlas, porque el PSOE va a tensar el ambiente en una apoteosis épica de todas sus tácticas y estrategias de persuasión, agitación y propaganda para denostar al PP, extrayendo toda la información que posee sobre candidatos y gestiones. La beligerancia electoral que se avecina no tendrá nada que ver con el talante, sino con el talento. Cualquier desliz, imprudencia o inconsistencia nos conducirá a la reiteración de la debacle. Cualquier creencia en que las cosas pintan mal para el PSOE, no siendo necesaria más que la paciencia y la prudencia en la espera hasta que se caigan por si mismos, conducirá al fracaso.
En este escenario, el regreso de Francisco Álvarez Cascos a la política en el ámbito de Asturias es imprescindible por numerosas razones, la primera es que es el único candidato con posibilidades reales de obtener una mayoría absoluta en las elecciones del 22 de mayo, la segunda que siendo el político más investigado de este país no tiene nada que ocultar, a pesar de las amenazas de José Blanco; la tercera es que reune en su persona las características opuestas como gobernante a las que han mostrado los gobernantes del PSOE; la cuarta que es uno de los pocos políticos populares que intimida y contraargumenta las artimañas socialistas con desparpajo; la quinta, que nadie como Francisco Álvarez Cascos puede reunir en su persona y concentrar todos los ataques del PSOE, por lo que puede jugar un efecto pararayos que le permita enrocarse a Rajoy para librarse de la agresión continuada a que previsiblemente le someterán desde el PSOE.
La era del supuesto talante con guante de seda y zarpa de acero que ha esgrimido José Luis Rodríguez Zapatero se ha acabado, porque ahora están las lentejas en peligro. Si ayer demonizaron al PP excluyéndolo de la política, aislandólo con un cordón sanitario, sin estar en peligro su porvenir, que no serán capaces de hacer cuando ahora lo vean peligrar. La campaña electoral que ya ha comenzado se resolverá en una carrera de resistencia a la tensión y las agresiones continuadas, para eso hace falta experiencia, trayectoria y recursos extraordinarios, no es el momento de hacer experimentos, sino de confiar en quien pueda asegurar que no se amilanará ante el acoso, la infamia y la estridencia.
Francisco Álvarez Cascos es el candidato ineludible que Asturias necesita, cualquier alternativa no solo haría fracasar al PP en el Principado, sino en toda España. Cuando Esperanza Aguirre advierte de que estas elecciones se ganarán a pico y pala, cuando ha obtenido en Madrid los mejores resultados de su historia, está diciendo que en Asturias y en toda España se necesita coraje, trabajo, pico y pala para alcanzar la victoria electoral, sin complejos y sin espejismos.
Quiero recordar una frase de André Gide que refleja magníficamente la idea que he querido transmitir: este mundo se divide en crustáceos y sutiles, siendo los primeros aquellos que se empeñan en mantener las mismas estrategias para resolver problemas que han cambiado con el paso del tiempo. Enfocar la estrategia electoral en el ámbito de resolver el talante sería el mayor error que podría cometer el PP, porque el talante ha muerto y ahora en el PSOE surge el “palante”, el todo vale, el fin que justifica los medios, las estrategias de supervivencia. En ese escenario, Francisco Álvarez Cascos no solo es ineludible, sino también inevitable. No darle opción de juego en las elecciones autonómicas supondría el mayor desastre para el PP, para Asturias y para España. ¿Cómo van a confiar en el PP los electores si a uno de sus mejores políticos, en los extravagantes momentos que vivimos en España, se le aparta de la primera línea de fuego por motivos espúreos?. Sería la mejor forma de mostrar que en el PP pesa más el interés electoralista que la eficacia gubernamental, algo muy peligroso en estos momentos, porque lo identificaría inmediatamente con un PSOE paralelo.
Enrique Suárez