A 10 de noviembre de 2014 se ha constatado la catástrofe
del independentismo catalán, a pesar del calentamiento del clima convocante por
parte de sus promotores, con un enfrentamiento al límite con el Estado de las
entidades subordinadas a la Generalitat, al borde de la prevaricación, en
Cataluña han acudido a votar 1.649.239 personas a favor de la
independencia.
Los convocados por Artur Mas y sus acólitos para esta ocasión
eran 6,23 millones de catalanes y residentes, por tanto la independencia de
Cataluña es apoyada favorablemente por un 26 % de los catalanes con derecho a
voto, lo que debe traducirse de forma inmediata, en que poco más de 1 de cada 4
catalanes es favorable a la independencia.
En la votación del Estatut de Catalunya del año 2006, votaron
favorablemente 1.882.650 catalanes, lo que supone que en la
Convocatoria Mas (ni referéndum, ni consulta, invalidadas por el TC), han
votado favorablemente por la independencia, el 87 % de los que lo hicieron por
el Estatut.
En las elecciones autonómicas de 2012, los partidos afines a
que se realizara la Convocatoria Mas, obtuvieron aproximadamente 1.750.000 votos,
por tanto en dos años de campaña ininterrumpida favorable a la independencia
han perdido 100.000 votos entre todos.
En las elecciones europeas de 2014, los partidos afines a la
Convocatoria Mas, que recordaremos son CIU, ERC, ICV, PSC, CUP, PODEMOS, obtuvieron
en total 1.877.000 votos, lo que quiere decir que han perdido en tan sólo unos
meses, más de 220.000 votos, a la hora de votar a favor de la independencia.
No concluiremos este breve recorrido sin señalar que en el
año 1978, con un censo electoral de 4.421.965 catalanes con derecho a voto
(recordemos que el censo electoral del 9-N era de 6.230.000 convocados), el sí
a la Constitución obtuvo un respaldo de 2.701.870 catalanes.
En cifras relativas, reiteramos que la independencia de
Cataluña ha sido apoyada por un 26 % de los convocados el 9-N, mientras que la
Constitución Española de 1978 fue apoyada por un 61 % de los catalanes con
derecho a voto.
Pueden ustedes extraer sus propias conclusiones de los
resultados que se han ofrecido, pero está claro que alguien tendrá que rendir
explicaciones y responsabilidades políticas, sociales, civiles, y tal vez,
penales.
La que interpreto, por mi parte, es que el 9 de noviembre de
2014, el derecho a decidir ha muerto, descanse en paz.
Enrique Suárez