Con una espléndida sonrisa, sectaria y acomplejada, veo cada día como algunos de los políticos españoles más conocidos del elenco, se cargan el pluralismo ideológico como quien exprime una bayeta. Hay mucho fascista disfrazado de demócrata, cuya máxima pretensión es mantenerse en el candelero, aunque sea contra los valores que dice representar.
Si Rosa Díez dijo hasta aquí hemos llegado y se fue del PSOE para fundar UPyD, hoy le ocurre algo parecido a Aleix Vidal Quadras, con la excusa de que su opinión sobre el padre de la nación andaluza, no puede ser sustentada por su partido vindicador de naciones inexistentes en este acto de la obra representada.
Sin pluralismo, a los sistemas democráticos solo les queda extinguirse. Cada día resulta más necesario que en cada partido político se oigan voces discrepantes e independientes en sus criterios. Políticos que sientan lo que dicen, y no que piensen si lo deben o no lo deben decir.
Que las ideas de Rosa, ayer, o las de Aleix, hoy, no tengan cabida en sus respectivos partidos políticos, es la mejor demostración de que los partidos no defienden la pluralidad en su seno, y si no lo hacen, difícilmente lo van a poder hacer en el escenario político español. Estamos abocados a sus totalitarismos respectivos. Si hoy el PSOE rige todos los poderes, mañana lo hará el PP, y eso supone retraso, conflictos permanentes, hostilidades innecesarias, y que los problemas que tenemos sigan siendo los mismos.
En los partidos políticos siempre ha habido disidentes, pero desde la sentencia de Alfonso Guerra –el que se mueva no sale en la foto-, todos han decidido que quien discrepa no juega. Qué desvirtuación más espléndida la de ver un ciudadano votando por un candidato amordazado, que sólo repetirá durante toda la legislatura lo que su partido político le permita, es decir, lo que le interese a su partido, y no al ciudadano que elige a ese candidato.
Creo que va siendo hora de que las cosas cambien, y de que lo hagan definitivamente, la pluralidad es imprescindible para que la democracia funcione, pero en la política cada día más sectaria que se ha afianzado en nuestro país, si alguien lleva la contraria a la opinión oficial de la mafia correspondiente de su partido, estará condenado al ostracismo de por vida.
Es hora de que los ciudadanos nos plantemos y apoyemos a las voces discrepantes, digan lo que digan y vengan de donde vengan, ¿nadie se ha preguntado por qué no surge una voz en el PSOE diciendo que lo que está ocurriendo en Barcelona con las infraestructuras es un auténtico desastre?, ¿nadie se ha preguntado por qué en el PP no hay alguien que diga que no se están haciendo bien las cosas, que Rajoy está más perdido que Robinsón Crusoe en un hipermercado?.
Necesitamos voces discrepantes, no solo contra los rivales, sino contra los afines, voces que expresen lo que realmente se piensa, lo que se escucha en la calle, lo que quieren realmente los ciudadanos, que no pasa exclusivamente por lo políticamente correcto.
Hay que desactivar el aparato de propaganda de los partidos políticos, cuya única estrategia es la de mantenerse como gobierno-oposición a cualquier precio, incluido el de la traición a los intereses de sus electores, los valores de su ideario, o la elaboración de mentiras para sus programas.
Creo que ha llegado la hora de que los ciudadanos voten por quien no se deja amedrentar por no salir en la foto. España necesita en estos momentos políticos valientes, con coraje y criterio, que hagan frente al futuro inmediato que nos han programado los que necesitan que el sistema en que vivimos estalle para conseguir sus auténticos propósitos.
Resulta ciertamente curioso que quienes representaron al PSOE y al PP en la candidatura a las Elecciones Europeas, sean precisamente hoy las voces más discrepantes. Rosa Díez ha tenido el coraje de romper con 30 años de su vida política, antes que romper con sus principios; creo que Alex Vidal Quadras ya está tardando demasiado en acompañarla en la UPyD.
Ambos han adquirido la suficiente experiencia en Europa para ofrecernos una alternativa realmente transversal que sea asumible por la inmensa mayoría del electorado español no nacionalista. Esa opción resuelve de una vez la estupidez del conflicto permanente entre los principales partidos políticos, que es precisamente lo que necesitamos.
Es hora de aunar fuerzas y delimitar ámbitos. España mirará a Europa con una fórmula que incorpore a gente del PSOE y del PP con el ánimo de regenerar la vida política en nuestro país. Se puede y se debe hacer, y sin esperar más tiempo.
Es la opción más racional dentro de las posibles. Rosa conoce muy bien el problema vasco, Aleix conoce muy bien el problema catalán. Los dos saben qué es España, que nada tiene que ver con la represantación rijosa del PP o la frívola del PSOE, los dos saben cómo es la España real, no la inventada al interés del mejor postor con tal de llegar a La Moncloa.
Con Rajoy y Zapatero lo que nos queda, lamentablemente, es seguir comparándonos con Marruecos, y el pasado. Es hora de dar un paso hacia delante, y dejar atrás tanta incompetencia política
Biante de Priena
Si Rosa Díez dijo hasta aquí hemos llegado y se fue del PSOE para fundar UPyD, hoy le ocurre algo parecido a Aleix Vidal Quadras, con la excusa de que su opinión sobre el padre de la nación andaluza, no puede ser sustentada por su partido vindicador de naciones inexistentes en este acto de la obra representada.
Sin pluralismo, a los sistemas democráticos solo les queda extinguirse. Cada día resulta más necesario que en cada partido político se oigan voces discrepantes e independientes en sus criterios. Políticos que sientan lo que dicen, y no que piensen si lo deben o no lo deben decir.
Que las ideas de Rosa, ayer, o las de Aleix, hoy, no tengan cabida en sus respectivos partidos políticos, es la mejor demostración de que los partidos no defienden la pluralidad en su seno, y si no lo hacen, difícilmente lo van a poder hacer en el escenario político español. Estamos abocados a sus totalitarismos respectivos. Si hoy el PSOE rige todos los poderes, mañana lo hará el PP, y eso supone retraso, conflictos permanentes, hostilidades innecesarias, y que los problemas que tenemos sigan siendo los mismos.
En los partidos políticos siempre ha habido disidentes, pero desde la sentencia de Alfonso Guerra –el que se mueva no sale en la foto-, todos han decidido que quien discrepa no juega. Qué desvirtuación más espléndida la de ver un ciudadano votando por un candidato amordazado, que sólo repetirá durante toda la legislatura lo que su partido político le permita, es decir, lo que le interese a su partido, y no al ciudadano que elige a ese candidato.
Creo que va siendo hora de que las cosas cambien, y de que lo hagan definitivamente, la pluralidad es imprescindible para que la democracia funcione, pero en la política cada día más sectaria que se ha afianzado en nuestro país, si alguien lleva la contraria a la opinión oficial de la mafia correspondiente de su partido, estará condenado al ostracismo de por vida.
Es hora de que los ciudadanos nos plantemos y apoyemos a las voces discrepantes, digan lo que digan y vengan de donde vengan, ¿nadie se ha preguntado por qué no surge una voz en el PSOE diciendo que lo que está ocurriendo en Barcelona con las infraestructuras es un auténtico desastre?, ¿nadie se ha preguntado por qué en el PP no hay alguien que diga que no se están haciendo bien las cosas, que Rajoy está más perdido que Robinsón Crusoe en un hipermercado?.
Necesitamos voces discrepantes, no solo contra los rivales, sino contra los afines, voces que expresen lo que realmente se piensa, lo que se escucha en la calle, lo que quieren realmente los ciudadanos, que no pasa exclusivamente por lo políticamente correcto.
Hay que desactivar el aparato de propaganda de los partidos políticos, cuya única estrategia es la de mantenerse como gobierno-oposición a cualquier precio, incluido el de la traición a los intereses de sus electores, los valores de su ideario, o la elaboración de mentiras para sus programas.
Creo que ha llegado la hora de que los ciudadanos voten por quien no se deja amedrentar por no salir en la foto. España necesita en estos momentos políticos valientes, con coraje y criterio, que hagan frente al futuro inmediato que nos han programado los que necesitan que el sistema en que vivimos estalle para conseguir sus auténticos propósitos.
Resulta ciertamente curioso que quienes representaron al PSOE y al PP en la candidatura a las Elecciones Europeas, sean precisamente hoy las voces más discrepantes. Rosa Díez ha tenido el coraje de romper con 30 años de su vida política, antes que romper con sus principios; creo que Alex Vidal Quadras ya está tardando demasiado en acompañarla en la UPyD.
Ambos han adquirido la suficiente experiencia en Europa para ofrecernos una alternativa realmente transversal que sea asumible por la inmensa mayoría del electorado español no nacionalista. Esa opción resuelve de una vez la estupidez del conflicto permanente entre los principales partidos políticos, que es precisamente lo que necesitamos.
Es hora de aunar fuerzas y delimitar ámbitos. España mirará a Europa con una fórmula que incorpore a gente del PSOE y del PP con el ánimo de regenerar la vida política en nuestro país. Se puede y se debe hacer, y sin esperar más tiempo.
Es la opción más racional dentro de las posibles. Rosa conoce muy bien el problema vasco, Aleix conoce muy bien el problema catalán. Los dos saben qué es España, que nada tiene que ver con la represantación rijosa del PP o la frívola del PSOE, los dos saben cómo es la España real, no la inventada al interés del mejor postor con tal de llegar a La Moncloa.
Con Rajoy y Zapatero lo que nos queda, lamentablemente, es seguir comparándonos con Marruecos, y el pasado. Es hora de dar un paso hacia delante, y dejar atrás tanta incompetencia política
Biante de Priena