· Los ciudadanos de Cataluña han hablado y han puesto a cada uno en su sitio. Los datos son contundentes e incontestables. El partido de la “cerda” Rosa Díez (en sentido orwelliano, por supuesto), UPyD, y su candidato a la presidencia de la Generalitat de Cataluña, el “cerdo” Antonio Robles (también en sentido orwelliano, lo subrayo de nuevo para evitar ambigüedades), han sido puestos, por voluntad popular, en el lugar que les corresponde: de patitas en la calle y en las tinieblas exteriores de la vida parlamentaria catalana.
· Antonio Robles sólo ha cosechado 5.293 votos (0,17%) en la circunscripción de Barcelona. Ahora bien, para que el valor de este dato sea apreciado en su justa medida es necesario relacionarlo con otros. Por ejemplo, con los resultados obtenidos por el candidato del CORI (Coordinadora Reusenca Independiente), el travesti (así lo denomina despectivamente la “cerda” orwelliana Rosa Díez) Carmen de Mairena. Esta candidata del CORI consiguió el sufragio de 6.982 votantes (0,22%), superando al “cerdo” candidato vicario (Antonio Robles) de la “cerda” Rosa Díez (siempre en sentido orwelliano, por supuesto) tanto en porcentaje de voto (+0,05%) como en número de votos (+1.689).
· El balance de este simple análisis contrastivo y cuantitativo no tiene vuelta de hoja: los curtidos “cerdos” políticos profesionales (en sentido orwelliano, por supuesto), Rosa Díez y su pupilo Antonio Robles, han sido desautorizados por los ciudadanos, que les han dado la espalda; y una neófita en la escena política, —sin militantes, sin partido, sin presupuesto, sin infraestructura— Carmen de Mairena, ha demostrado que tiene más tirón y más razones (y no me refiero a sus “lolas”, como dicen los argentinos), dándoles sopas con honda. Por lo tanto, el castigo infringido ha sido letal para UPyD y sus cabezas pensantes (?), los “cerdos” Rosa Díez y Antonio Robles (en sentido orwelliano, por supuesto). Ahora bien, este balance catastrófico se agrava si traemos a colación a esos “parvenus” de la política, capitaneados por Albert Rivera y emboscados en C’s. No sólo repiten con tres diputados, sino que además incrementan el número de votos, pasando de 89.840 (2006) a 105.827 (2010). El “noi” de Fermoselle, el “cerdo” orwelliano Antonio Robles, quiso “péter plus haut que son cul” y “manger à tous les râteliers”, y se ha visto abandonado, sólo y sin escaño. Y por eso, este desertor de la actividad docente tendrá que volver, a su pesar, a la galera de la enseñanza, con el rabo flácido entre las piernas.
· ¿Por qué le ha sucedido esto a Antonio Robles, candidato de UPyD, el partido orwelliano de Rosa Díez? He podido leer las declaraciones explicativas del staff de UPyD y es para mear y no echar gota. Son las justificaciones típicas de los políticos profesionales, que se niegan a ver la realidad y que meten la cabeza debajo del ala. Han buscado y encontrado los culpables fuera de esa “granja orwelliana” que es UPyD: concurrencia de “partidos antisistema de extrema derecha” —el de Laporta, por ejemplo, que ha conseguido 4 diputados—, la falta de visibilidad de las papeletas “en algunos colegios electorales”, la “dificultad de la empresa” y el “juego desigual” (El Mundo). Estos manipuladores “cerdos orwellianos” son incapaces de la más mínima autocrítica y descargan las culpas en otros, desinformando y engañando descaradamente a la sufrida militancia.
· En realidad, la causa de lo sucedido a la candidatura de UPyD, encabezada por el “cerdo orwelliano” Antonio Robles, hay que buscarla en el seno de UPyD. Desde sus inicios, UPyD ha sido el cortijo privado de Rosa Díez (en los medios, se habla de UPyD como “el partido de Rosa Díez”) y de su guardia pretoriana. Esta “Napoleona orwelliana” ha hecho y deshecho a su antojo, saltándose a la torera los estatutos de UPyD, la ley de partidos políticos y las reglas más elementales de la ética y del fair play político.
· En Cataluña, el sanedrín de la “granja orwelliana” de UPyD se ha opuesto reiteradamente y ha impedido que UPyD se implantara y creciera. ¿Por qué motivo? Nadie lo ha explicado nunca. Para ello, el precitado cónclave orwelliano madrileño, se ha dedicado a expedientar a unos; y a echar, con argumentos testiculares (i.e. sin argumentos y sin respetar las normas), a otros; mientras que muchos otros —aburridos, decepcionados y desilusionados— han ido abandonando la granja orwelliana de UPyD. Con esta grave anorexia, UPyD-Cataluña ha perdido toda su masa muscular y los “michelines” que quedan son tan numerosos, que podrían coger todos en un taxi; y están tan motivados, que hacen oídos sordos a las llamadas de la “Napoleona orwelliana”, Rosa Díez, para participar en un proyecto, secuestrado por ella y los suyos.
· De aquellos polvos, estos lodos (resultados electorales). Como dejó escrito Michel de Montaigne, “a nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo tenga la culpa”. Y a UPyD-Cataluña, las cosas le ha ido siempre mal, desde su nacimiento. Por otro lado, los “cerdos orwellianos”, que regentan la “granja de UPyD” y “UPyD-Cataluña”, nunca han comprendido aquello que escribió, hace unas semanas, Ray Loriga: “a menudo se habla de éxito (electoral) como meta y no como consecuencia de un trabajo bien hecho y de larga duración”. Estos “cerdos orwellianos” han pretendido y pretenden llegar y besar el santo, sin organizarse, sin crear partido, sin dar ni golpe, etc. Si es mucha la mies que se podría haber cosechado en Cataluña (más del 50% de los electores o se han abstenido o han votado en blanco o han depositado un voto nulo o han votado por formaciones marginales y oportunistas), han sido poquísimos los brazos (militantes y simpatizantes de UPyD) dispuestos a ser acémilas de esos políticos profesionales que son los “cerdos orwellianos” de aquí y de acullá. Como afirmaba Ignacio Ramonet, en una reciente entrevista, “sólo cambiaremos las cosas si la sociedad (i.e. los militantes) se subleva y dice basta”(Periódico de Cataluña, 24.10.2010).
Manuel I. Cabezas
Seguidor y practicante de la doctrina de la “Honestidad Radical” y de “lo políticamente incorrecto”, que es lo correcto. (3.12.2010)