Caballero Pérez-Reverte
Mi querido amigo:
En estos tiempos de bajamar de las ideas y estancamiento de la razón, es un placer leer sus magníficas disertaciones sobre el acontecer liviano de los tiempos, en los que el olvido se hace instantáneo, que no es, cómo dijera Fukuyama que la historia se haya acabado, sino que no hay nada para recordar. Falta fineza y nobleza. Cuando los historiadores recuerden la época que hemos vivido, resumirán en breve lo ocurrido: hablarán del 11-M, dirán algo de un tal Zapatero y poco más. La historia no perdona a los imbéciles, salvo que su imbecilidad cambie de rumbo la realidad, y no ha lugar, porque la realidad se está tragando a la corte de la ceja, con trovadores y comendadores de la SGAE incluidos.
Dice usted, en algún lugar lo he leído, que le dejen en paz con las cosas de la política. ¿Política, dice?. Esperpento de sainete en corrala de barrio húmedo, Don Arturo, ¿pero qué tendrá que ver lo que hacen en Las Cortes esos descamisados del improperio con la política?. Que no, Don Arturo, que se equivoca usted, que no es política, es latrocinio enmascarado, estafa pública y fiasco al fisco. ¿Política dice usted?, ¿política es lo qué se hace en La Noria los fines de semana y luego se reproduce en el Parlamento?.
Verá usted, Don Arturo, para hacer política hay que saber las cuatro reglas y escribir sin mirar el diccionario como hace Montilla; ¿pero qué vamos a esperar de unos indigentes intelectuales sobrealzados por el desatino?. ¿Conoce usted a algún espécimen del elenco qué haya destacado en algo no relacionado con la especie?. La Corte de los Milagros era un sanedrín envidiable comparado con la caterva de hediondos mamporreros del poder que nos hemos brindado.
Cuatro años, cuatro siglos. ¿Pero cómo vamos a resistir dos años más con un Gobierno de molineros y una oposición de amasadores?. Dice usted, con razón sabia, porque está estudiado y ha vivido que España es el único país en el que a los políticos no se les requiere ni el bachiller, que no hay un político leído en esta legislatura. Legión de la torpeza irredimible, que destaca en la infracción permanente a la razón, cuando alcanza el escalón previo del sentido común, cosa que no ocurre siempre.
Son la representación del estreñimiento nacional, Don Arturo, un pegote deshidratado de heces que se nos ha atascado en el intestino de la patria y que no lo podemos evacuar ni con enemas. A este paso sólo nos va a quedar operarnos de la obstrucción o ilio, porque no hay laxante que expedite el camino de la cloaca, ni taza que lo soporte. La escatología, y no precisamente la que estudia los santos, es la única materia de la que se examinan los depravados cuando juran servir a España y se quedan con la vuelta de propina.
Si por mi fuera al Parlamento le ponía, en letras descomunales y solemnes, un rótulo fluorescente de RETRETE NACIONAL a la entrada, en el frontispicio, justo encima de los leones. Economía sostenible dice el de las cejas, el muy estreñido, cuando el país ya no tiene ni Economía, después de que la ha destrozado para siempre, ni paciencia para soportar ni otra bombilla de bajo consumo. Estamos al borde del sálvese quien pueda y a punto de dar un paso al frente.
Un saludo liberal, Don Arturo, nos vemos en Cádiz en 2012.
Biante de Priena
Mi querido amigo:
En estos tiempos de bajamar de las ideas y estancamiento de la razón, es un placer leer sus magníficas disertaciones sobre el acontecer liviano de los tiempos, en los que el olvido se hace instantáneo, que no es, cómo dijera Fukuyama que la historia se haya acabado, sino que no hay nada para recordar. Falta fineza y nobleza. Cuando los historiadores recuerden la época que hemos vivido, resumirán en breve lo ocurrido: hablarán del 11-M, dirán algo de un tal Zapatero y poco más. La historia no perdona a los imbéciles, salvo que su imbecilidad cambie de rumbo la realidad, y no ha lugar, porque la realidad se está tragando a la corte de la ceja, con trovadores y comendadores de la SGAE incluidos.
Dice usted, en algún lugar lo he leído, que le dejen en paz con las cosas de la política. ¿Política, dice?. Esperpento de sainete en corrala de barrio húmedo, Don Arturo, ¿pero qué tendrá que ver lo que hacen en Las Cortes esos descamisados del improperio con la política?. Que no, Don Arturo, que se equivoca usted, que no es política, es latrocinio enmascarado, estafa pública y fiasco al fisco. ¿Política dice usted?, ¿política es lo qué se hace en La Noria los fines de semana y luego se reproduce en el Parlamento?.
Verá usted, Don Arturo, para hacer política hay que saber las cuatro reglas y escribir sin mirar el diccionario como hace Montilla; ¿pero qué vamos a esperar de unos indigentes intelectuales sobrealzados por el desatino?. ¿Conoce usted a algún espécimen del elenco qué haya destacado en algo no relacionado con la especie?. La Corte de los Milagros era un sanedrín envidiable comparado con la caterva de hediondos mamporreros del poder que nos hemos brindado.
Cuatro años, cuatro siglos. ¿Pero cómo vamos a resistir dos años más con un Gobierno de molineros y una oposición de amasadores?. Dice usted, con razón sabia, porque está estudiado y ha vivido que España es el único país en el que a los políticos no se les requiere ni el bachiller, que no hay un político leído en esta legislatura. Legión de la torpeza irredimible, que destaca en la infracción permanente a la razón, cuando alcanza el escalón previo del sentido común, cosa que no ocurre siempre.
Son la representación del estreñimiento nacional, Don Arturo, un pegote deshidratado de heces que se nos ha atascado en el intestino de la patria y que no lo podemos evacuar ni con enemas. A este paso sólo nos va a quedar operarnos de la obstrucción o ilio, porque no hay laxante que expedite el camino de la cloaca, ni taza que lo soporte. La escatología, y no precisamente la que estudia los santos, es la única materia de la que se examinan los depravados cuando juran servir a España y se quedan con la vuelta de propina.
Si por mi fuera al Parlamento le ponía, en letras descomunales y solemnes, un rótulo fluorescente de RETRETE NACIONAL a la entrada, en el frontispicio, justo encima de los leones. Economía sostenible dice el de las cejas, el muy estreñido, cuando el país ya no tiene ni Economía, después de que la ha destrozado para siempre, ni paciencia para soportar ni otra bombilla de bajo consumo. Estamos al borde del sálvese quien pueda y a punto de dar un paso al frente.
Un saludo liberal, Don Arturo, nos vemos en Cádiz en 2012.
Biante de Priena