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domingo, 23 de mayo de 2010

Carta abierta a José Luis


Mi denostado Presidente:

Hay tantas cosas que desconoces, que no sabes, que no entiendes, que no ves (porque no miras, no sabes mirar), que no crees, que no creas (las limitaciones de la creatividad vienen de fábrica), que no sientes, que no vives, que desestimas, que obvias, que disimulas, que ocultas y que no expresas. Son tantas y tan destacadas, que sería casi eterno analizar tu personalidad, tu conducta, tu inefabilidad.

Los españoles tenemos un grave problema contigo, no sabemos como deshacernos de ti y sabemos que contigo no hay ninguna posibilidad de resolver los problemas que nos has creado, tu solito, porque el que ha cogido la caja de las esencias y los ahorros de todos para jugar y divertirte has sido tú y solo tú.

Comenzaste diciendo que Aznar nos había metido en la guerra de Irak, y unos cuantos oclócratas, de esos que esperaban tu cultivo y abono, se dedicaron a correr la especie tras el atentado más horroroso que ha sufrido España. No mediste las circunstancias, tu ambición de poder era tan inmensa, tu soberbia tan magnífica, tu envidia tan hostil, que llegaste a la Presidencia del Gobierno contra el Gobierno y los españoles que lo habían apoyado, sostenido por la cofradía de la ceja y once millones de creyentes. Ciertamente, que poco tiempo después tu eras el que enviabas tropas a Afganistán, Bosnia o Líbano, eso sí, en son de paz, mal pertrechados y con mala conciencia, mientras ofrecías al mundo algo tan incongruente como la Alianza de las Civilizaciones, el juguetito al que has dedicado muchos millones de euros, en tu despilfarro singular.

Lo único que te quedaba era huir hacia delante, no tenías otra posibilidad que aproximarte a los nacionalistas, que son los principales enemigos de la unidad de España y lo común entre los españoles, decidiste convertir así nuestra nación en algo discutido y discutible, hacer de los terroristas asesinos de ETA unos hombres de paz que te volaron la T4 en las narices, para que comprobaras su respeto y sus buenas intenciones.

No te bastó, necesitabas el apoyo de los agentes sociales, convertiste a sindicatos y empresarios en silenciosos comparsas de tu política, ofreciste pleno empleo –otra de tus muchas mentiras-, negaste la existencia de la crisis económica en la que estamos –para ganar las elecciones-, y has conseguido llevar el déficit y la deuda españolas a cifras espantosas, gracias a tu manirrota política de reparto de dinero público entre todos los que potencialmente pueden apoyarte, eso explica que en 2008 volvieras a salir elegido en las elecciones generales, gracias a esa inutilidad de alter ego que te ha salido en Mariano Rajoy, sin alguien como él, nunca hubieras podido hacer tanto daño como has hecho a los españoles, a tus votantes y a los demás. Deberías agradecérselo a él y al cordón sanitario que impusiste para convertir la democracia española en demagogia populista de tipo bolivariano.

José Luis, llegaste prometiendo progreso, y nos has llevado al mayor retroceso de las últimas décadas, lo que estás haciendo ahora mismo con el “tijeretazo” (eufemismo de tiranía social), es recortar por primera vez en muchos años los derechos sociales de los españoles. Pero no servirá para nada, lo tienes todo calculado en tu estrategia. Las medidas que has tomado no resuelven nuestros problemas y lo sabes, no puedes no saberlo, tampoco la subida de impuestos que harás a últimos de junio para cargar a los españoles y a los turistas –que terminarán abandonando España como opción de vacaciones, por la crisis y por tu estupidez- con la compensación de tus errores.

Tu política se ha fundamentado en dividir a los españoles desde el primer día, has tratado de enfrentar a las dos Españas regresando a la memoria histórica, con la ley de violencia de género, con tu apoyo a los nacionalistas, a los sindicatos, a los colectivos que han derrochado el dinero que les has concedido en propaganda y buena vida para sus dirigentes. Con las enormes diferencias que has permitido en la gestión de los servicios y el salario de los funcionarios en las distintas autonomías. Con la diferencia en derechos entre los españoles según su lugar de nacimiento y residencia, algo que nunca anteriormente había ocurrido.

Te has cargado la independencia de la justicia, generando la ruptura de la cohesión entre los profesionales, dividiendo a los fiscales y jueces en equipos ideológicos, para quedarte de único árbitro, algo que nos deja sospechar tu ambición por la tiranía. Ni el Supremo, ni el Constitucional, ni el CGPJ se han librado de tu perniciosa influencia e injerencia.

Has intervenido los medios de comunicación con dinero público para asegurarte la propaganda de tus mensajes, has llenado las instituciones de incompetentes con carnet y mando, has convertido en ministros, secretarios, subsecretarios y directores generales a auténticos patanes y patanas, porque les debías favores políticos, es decir, traer a tu redil a los muchos electores que controlaban por sus favores.

Nunca en España ha habido tanta corrupción política como contigo, ni en la época de tu mentor Felipe González. La práctica del poder ha sido despiadada con todos, pero especialmente con los más débiles, en donde gobierna el socialismo ha crecido la ignorancia, la pobreza y la apatía. Has dividido a todos los españoles con el único objetivo de crear un enfrentamiento inexistente para seguir en el poder tratando de convencerles de que querías resolver los conflictos que tu mismo estabas creando. Prueba de la opresión a la que sometes a quienes te han apoyado, es que ni uno se atreve a reconocer que te votó, ni a criticar tus magníficos errores, tienes amordazado a medio país con tus bufandas y absorto al otro medio. No te insulto por ahora, porque me respeto.

Y ahora, cuando ya estamos en la miseria a la que nos has llevado, te dedicas a maquillar la realidad, pareciendo que quieres resolver los graves problemas que has creado a los españoles, cuando en realidad lo que estás haciendo es permitir que nos sigamos hundiendo, para que el que venga detrás tenga que tomar medidas severas y dolorosas, recortando incluso servicios públicos y endeudándose aún más, para que tú, aligerado del poder, puedas dirigir a los oclócratas desde la calle, tras la pancarta de apertura de la manifestación, pidiendo piedad a los rivales que estarán tratando de resolver los problemas que tu creaste. Eres un auténtico sinvergüenza.

Si fueras decente, que no lo eres, presentarías inmediatamente la dimisión y convocarías elecciones generales. Pero no lo harás, porque todavía necesitas tiempo para borrar todas las pruebas de tus crímenes y España puede seguir hundiéndose, gracias al capitalismo, el despecho de Obama, o la ineptitud de Rajoy. Por qué tú, nunca eres responsable de nada de lo que ocurre, eres como los niños que rompen la vajilla que le regalaron a la abuela por su boda y alegas que fue sin querer. Vete José Luis, antes de que te pase algo más grave, porque estoy seguro que eres capaz de simular un infarto cualquier día para darnos pena a todos.

Que gran truhán eres, cabrón.

Biante de Priena


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