desde 2.006 en Internet

jueves, 17 de mayo de 2012

Un pacto de izquierdas a la griega transforma Asturias en Albania


Algunos amigos de otras comunidades autonómicas del Reino de España se reían de la situación de Asturias anclada en el social-comunismo desde hace décadas. Traté de explicarles en muchas ocasiones que una comunidad que tiene más pensionistas que trabajadores, muchos de ellos prejubilados por el cuarto turno, no era fácil que cambiara en sus predilecciones electorales. Treinta años cultivando una economía dependiente del Estado no se borran de repente, las empresas se hacen dependientes de las subvenciones, las corrupciones se disparan, los parados se acostumbran a vivir de los subsidios y lo que caiga, el tejido económico se anquilosa hasta fosilizarse. Lo hemos podido comprobar en Andalucía y Asturias, dos comunidades que serán gobernadas por el social-comunismo, que ha sido erradicado de toda Europa, menos de Bielorusia, Albania y parece que ahora de Grecia.

Albania es una comunidad europea tan olvidada, como Asturias lo es en España. Ni siquiera se habla de su ingreso en la Unión Europea, antes entrará Turquía. Lo único que se conoce de Albania es la pobreza, la emigración, el paro, la miseria mental de gentes incapaces siquiera de pensar en como abandonar la esclavitud a la que llevan sometidos décadas. Albania es un pueblo desmoralizado, desmotivado, muerto políticamente, y Asturias va camino de “albanizarse” tras la última ocurrencia histórica en la creación de un gobierno social-comunista-"transversal", que representa magníficamente el victimismo ante los depravados que han pretendido devolver esta pequeña comunidad del Norte de España al siglo XXI, resultando imposible, gracias al bloqueo a que han sido sometidas todas las acciones liberadoras de recursos acaparados por la economía pública, por todos los representados en la oposición de la Junta General del Principado, frente al Gobierno "hoy en funciones" de Foro Asturias.

En Asturias, hay tanta gente viviendo de lo público, que si dejara de existir de repente, se produciría una hecatombe. Así que lo público, convertido en una empresa de colocación para los afines y negocios para los próximos, se defiende a cualquier precio, incluso al de su propia aniquilación si es necesario.

Las posibilidades de que la coalición griega de intereses que se ha forjado en Asturias entre PSOE, IU y UPyD cambien las cosas a mejor es absolutamente nula. Así que asistiremos a la recolocación de las estirpes que habían perdido su trabajo, al igual que a la recuperación de los negocios públicos que terminan derivando dinero a cuentas privadas, como el conocido caso Riopedre, y cuando la cosa ya no lleve remedio, se quejarán de que el Gobierno de España, que es del PP, ha asfixiado la comunidad asturiana, impidiendo que los que han formado Gobierno puedan gobernar, algo parecido a lo que ocurrirá en Andalucía. Con el socialismo siempre ocurre lo mismo: la culpa de todo es de los demás.

Pero sin duda lo más esperpéntico de la apoteosis de la izquierda asturiana es el apoyo del único diputado de UPyD, que al mismo tiempo reclama una comisión de investigación para el mayor caso de corrupción en Asturias (sic), al partido con el que se ha aliado para que gobierne, que es, precisamente, el implicado en ese caso de corrupción. A mí me recuerda a Gila, cuando le decía al asesino de uno de sus sketchs, aquello de: “aquí alguien ha matado a alguien” cuando se lo encontraba por el pasillo. Desafortunadamente para Asturias, estamos ante un pacto de legislatura que cambia decisiones por poder, UPyD hará propuestas que la coalición del PSOE-IU terminará apoyando, a cambio de que les dejen gobernar y colocar a su gente en las instituciones, y todos tan felices. El pacto establecido entre Rosa Díez y Alfredo Pérez Rubalcaba, por los viejos tiempos, es el penúltimo balón de oxígeno que se brindan mutuamente en su caminar separados para golpear juntos.

¿Y los asturianos de qué se van a beneficiar?, pues supongo que de nada, si el PSOE con IU llevaron Asturias a la situación de decrepitud en la que se encuentra actualmente (tasa de natalidad más baja de España, una de las menores de Europa; tasa de mortalidad mayor de España; comunidad con mayor índice de suicidios, lugar con menos inmigración, con menos actividad laboral, con más baja actividad económica, con mayor pérdida de poder adquisitivo por habitante, con mayor emigración juvenil, y con menos futuro de toda España, y más riesgo de deterioro, tras haber gobernado 30 años), pues no van a cambiarlo ahora, de repente, en la peor situación de crisis que se ha vivido en España en las últimas décadas. ¿Alguien puede pensar que si cuando iban las cosas más o menos bien en España, en Asturias seguían yendo peor que en ninguna otra comunidad, van a lograr cambiar la deriva los mismos que no lo resolvieron en tiempos más fáciles, cuando se recibían ingentes cantidades de dinero europeo que se despilfarraron en los proyectos más delirantes? Eso es imposible.

Conociendo la deriva personalista y fundamentalista del partido de Rosa Díez mucho van a tener que concederle los del PSOE-IU de forma progresiva y mantenida si quieren conservar su apoyo a lo largo de toda la legislatura, porque cuando las cifras de los errores que con seguridad cometerán los de la coalición social-comunista comiencen a pasar factura, no sería de extrañar que la galera magenta rompiera el pacto y apoyara una moción de censura, antes que verse contaminada por su responsabilidad en el estropicio que va a ocasionar en Asturias, tras su decisión. Es lo bueno que tienen los partidos con profundas coherencias ideológicas que piden al mismo tiempo la devolución de la sanidad y la educación al Estado, que se presentan como una opción federal de intensidad media cooperativa y el plus para el salón.

En Asturias, al menos nos vamos a divertir con el experimento, mientras vemos como nos hunden definitivamente, creando más paro, más pobreza, más desigualdad y más miseria, eso sí, por culpa de la derecha, como siempre, y no les falta razón en este caso, gracias a que ese fenómeno político que es Mariano Rajoy se empeñó en que el partido de Cascos no pudiera gobernar, mientras La Nueva España ejercía de mamporrera del poder. Es lo que hay y va a ir a peor con toda seguridad.

No creo que dure ni un año, el pacto de legislatura que todavía no se ha establecido, cuando UPyD deje de sacar tajada del asunto, porque ya no quede nada que sacar, asistiremos a una nueva mutación del engendro. Mientras tanto, que los asturianos vayan aprendiendo el himno de Albania y se olviden del árbol y de la flor que habrá que talarlo para venderlo y pagar los favores recibidos.

Enrique Suárez

Enlaces Relacionados

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...