Los señores de la Edad Media perseguían a los vates y trovadores que cantaban sus mezquindades en las plazas de los pueblos de abolengo y miserias, ante la atónita y crispada mirada de sus vasallos. Hoy, en la Cataluña medieval de Montilla, se ha inventado el CAC como órgano inquisitorial contra la presencia del castellano en los territorios patrimoniales de la Generalitat, en los que reina un sátrapa charnego.
Hace mucho tiempo que denunciamos desde las páginas de este blog, la involución social a la que estaba sometida la región catalana, su regreso a la estructura social estamental, en la que un barrendero es notario de lo que se hace y se dice en el Parlament, y el bachiller mejor pagado de España, el señor Montilla, dispone, al descuido, las agresiones contra el Estado al que pertenece su territorio y exige el soborno permanente a su impostura.
Sigo insistiendo, aunque no haya cundido la oferta, que la condición constitucional de España se dirime en Cataluña. Cada palmo de derechos que se conculcan, cada niño que se sumerge en el adoctrinamiento cultural y lingüístico, cada boutade legislativa que se acepta, cada segundo que se pierde en no hacer nada, o cada emisora en castellano que se cierra, es una batalla ganada por los nacional socialistas que gobiernan en impunidad constitucional en Cataluña, es una afrenta humillante de los que sólo quieren destruir la normal convivencia en nuestro país, es un acto de agresión beligerante contra el sentido común y la mínima razón, y es una provocación contra lo que somos y nos sentimos los demás españoles.
Cada batalla que ganan estos malandrines descerebrados, la pierde España, y la perdemos los españoles, y entre los españoles, los propios catalanes son los más castigados. En la Cataluña no democrática -no hay democracia, donde se impide la libertad- se está fraguando un mundo dual inverosímil, una legitimación del orden estamental en el que se distinguirán dos clases sociales bien diferenciadas: los privilegiados políticos (PSC-ERC-ICV) y económicos (CIU, PP), y los oprimidos políticos, los ciudadanos, votantes y abstencionistas, sea cual sea su origen.
El "huevo de la serpiente" lleva incubándose años en Cataluña, y gracias a la "entente cordiale" establecida entre los privilegiados tradicionales de la burguesía catalana agrupada en CIU y los nuevos privilegiados políticos del tripartito, el pueblo catalán, especialmente los que se sienten españoles comprueban cada día como les van despojando de derechos y conculcando su libertad.
En un mundo de tiranías como el que se ha impuesto en Cataluña cobran vigencia las palabras de Adolf Hitler: "cuando se inicia y desencadena una guerra lo que importa no es tener la razón sino conseguir la victoria".
Por eso perdemos los españoles cada día ante los políticos que gobiernan en Cataluña (y en España), hasta ahora no lo hemos comprendido, pensando que todos jugamos con las misma reglas, cuando eso es lo que nos mantiene maniatados, segregados, apestados, y oprimidos en Cataluña.
Nosotros, los españoles, luchamos por la razón, ellos, los políticos catalanes, sólo por la victoria, solo les interesa triunfar para perpetuarse en el poder y seguir viviendo como no les corresponde por sus propios méritos, sino por todo lo que usurpan al bienestar de los demás, que importa si tienen razón o no la tienen. Ellos luchan por mantener sus privilegios, y nosotros por que reconozcan sus errores. Se debe comprender la mentalidad de los criminales si se les quiere atrapar antes de que sigan haciendo daño.
Con el cierre de emisoras de la COPE en Gerona y Lérida, se ha comenzado a resquebrajar la cáscara del huevo de la serpiente. Ahora las palabras ya no servirán de nada, es el momento de que la voluntad de agravio se transforme en acciones de liberación, la democracia está en juego en Cataluña y en España.
Erasmo de Salinas
Hace mucho tiempo que denunciamos desde las páginas de este blog, la involución social a la que estaba sometida la región catalana, su regreso a la estructura social estamental, en la que un barrendero es notario de lo que se hace y se dice en el Parlament, y el bachiller mejor pagado de España, el señor Montilla, dispone, al descuido, las agresiones contra el Estado al que pertenece su territorio y exige el soborno permanente a su impostura.
Sigo insistiendo, aunque no haya cundido la oferta, que la condición constitucional de España se dirime en Cataluña. Cada palmo de derechos que se conculcan, cada niño que se sumerge en el adoctrinamiento cultural y lingüístico, cada boutade legislativa que se acepta, cada segundo que se pierde en no hacer nada, o cada emisora en castellano que se cierra, es una batalla ganada por los nacional socialistas que gobiernan en impunidad constitucional en Cataluña, es una afrenta humillante de los que sólo quieren destruir la normal convivencia en nuestro país, es un acto de agresión beligerante contra el sentido común y la mínima razón, y es una provocación contra lo que somos y nos sentimos los demás españoles.
Cada batalla que ganan estos malandrines descerebrados, la pierde España, y la perdemos los españoles, y entre los españoles, los propios catalanes son los más castigados. En la Cataluña no democrática -no hay democracia, donde se impide la libertad- se está fraguando un mundo dual inverosímil, una legitimación del orden estamental en el que se distinguirán dos clases sociales bien diferenciadas: los privilegiados políticos (PSC-ERC-ICV) y económicos (CIU, PP), y los oprimidos políticos, los ciudadanos, votantes y abstencionistas, sea cual sea su origen.
El "huevo de la serpiente" lleva incubándose años en Cataluña, y gracias a la "entente cordiale" establecida entre los privilegiados tradicionales de la burguesía catalana agrupada en CIU y los nuevos privilegiados políticos del tripartito, el pueblo catalán, especialmente los que se sienten españoles comprueban cada día como les van despojando de derechos y conculcando su libertad.
En un mundo de tiranías como el que se ha impuesto en Cataluña cobran vigencia las palabras de Adolf Hitler: "cuando se inicia y desencadena una guerra lo que importa no es tener la razón sino conseguir la victoria".
Por eso perdemos los españoles cada día ante los políticos que gobiernan en Cataluña (y en España), hasta ahora no lo hemos comprendido, pensando que todos jugamos con las misma reglas, cuando eso es lo que nos mantiene maniatados, segregados, apestados, y oprimidos en Cataluña.
Nosotros, los españoles, luchamos por la razón, ellos, los políticos catalanes, sólo por la victoria, solo les interesa triunfar para perpetuarse en el poder y seguir viviendo como no les corresponde por sus propios méritos, sino por todo lo que usurpan al bienestar de los demás, que importa si tienen razón o no la tienen. Ellos luchan por mantener sus privilegios, y nosotros por que reconozcan sus errores. Se debe comprender la mentalidad de los criminales si se les quiere atrapar antes de que sigan haciendo daño.
Con el cierre de emisoras de la COPE en Gerona y Lérida, se ha comenzado a resquebrajar la cáscara del huevo de la serpiente. Ahora las palabras ya no servirán de nada, es el momento de que la voluntad de agravio se transforme en acciones de liberación, la democracia está en juego en Cataluña y en España.
Erasmo de Salinas