Quédense con el palabro, se va a poner de moda el neologismo
promovido por las circunstancias políticas que se viven en España en este
aciago año de 2013.
La “demomafia” es lo que queda de la democracia cuando ha
pasado por el cedazo de esas organizaciones mafiosas, farsantes y fraudulentas,
que son los partidos políticos españoles, que invitan a los ciudadanos a acudir
a las urnas con el objetivo de esquilmarlos de todas las formas posibles e
imposibles.
La “demomafia” es una forma de vida de los embaucadores que
se acantonan en la fortaleza del poder para imponer su voluntad, vulnerando Constitución,
leyes y morales, sin rendir cuentas a nadie de sus desmadres, porque para eso
se han declarado inmunes.
La “demomafia” se ha levantado miles de millones de euros
públicos que ha transferido a las cuentas privadas de individuos, amigos,
partidos, sindicatos, empresarios y colchones, y en numerosas ocasiones con una
evasión fiscal que clama al cielo de los sordos y ciegos que se ocupan de la
justicia en España, y “Hacienda somos todos” impuestos, también, por las
cúpulas de los partidos políticos.
La “demomafia” tiene en el pesebre a los medios de
comunicación que no nos han contado lo ocurrido en las Cajas de Ahorros, porque
para eso les han ofrecido créditos que nunca pagarán, como el caso de PRISA y
los 400 millones de euros que le adeuda a Bankia.
Perro no come perro, dicen los chinos, y debe ser cierto,
porque si Rubalcaba amenaza con presentar una moción de censura si Rajoy no
acude a sede parlamentaria, rápidamente sale el portavoz del PP en sede
parlamentaria para decir que Rajoy acudirá a dar explicaciones, cuando lo
estime oportuno.
La “demomafia” ha elevado la deuda pública de este país a más
de 900.000 millones de euros, de los que 600.000 millones de euros se han
incrementado en los últimos seis años, el paro a seis millones de desahuciados
de la vida laboral, cuando en 2004 su cifra era de 2,8 millones, y el déficit
público que en 2004 era superávit de 0,35 %, se ha incrementado hasta el 11,5 %
en 2011 y no desciende. La prima de riesgo no baja de 300 y el IBEX no sube de
8.000, y esto quiere decir que España está hipotecada para los próximos treinta
años.
Todo esto ha ocurrido en nombre del socialismo, del
nacionalismo, del conservadurismo, y sus grandiosas ideas para salvarnos mientras nos hunden, de los derechos de los trabajadores
defendidos por los sindicatos y de los deberes de los trabajadores impuestos
por los empresarios, siempre, a pesar de los trabajadores. Todo esto ha
ocurrido subiendo impuestos, haciendo recortes, bajando pensiones, salarios y
el bienestar de los españoles que han perdido más de un 30 % de sus recursos de
media desde que comenzó la crisis.
Todo esto ha ocurrido desde que Zapatero reconoció que
estábamos en una desaceleración que se iba a resolver con unos brotes verdes,
hasta un Rajoy que ganó las elecciones diciendo que iba a bajar los impuestos y
desde que entró en La Moncloa no ha dejado de subirlos.
Todo esto ha ocurrido para que la casta política no pierda
sus privilegios y beneficios, mientras que los españoles pierden trabajos,
viviendas, bienestar, presente y futuro. Un 56 % de parados jóvenes es el mejor
indicador de la política del PSOE y el PP en los últimos años.
Un grupo de letrados (al que esperamos que se unan más) han respondido a la iniciativa de
iniciar una demanda jurídica con el objetivo de disolver los partidos políticos
implicados en casos de corrupción en España, es decir, la demomafia organizada
con el propósito de extraer de la vida de los españoles los recursos para
mantener su nefando modus vivendi. Es una iniciativa más de las muchas que
surgirán desde la sociedad civil, que buscan derrocar a un régimen putrefacto
que se ha organizado en este país en nombre de la democracia, a pesar de las
leyes y contra los españoles.
A los que están dando la cara por enfrentarse a la tiranía
del poder en España, a las demomafias organizadas bajo las siglas de partidos
políticos, sindicatos y organizaciones empresariales, queremos darles las
gracias desde Ciudadanos en la Red y en nombre de algunos activistas del grupo contestatario ¡NO ME REPRESENTAN!; es necesario recordar que, si todos los que no estamos de acuerdo con seguir aceptando la
miseria y la mezquindad, como únicas posibilidades de gobierno y oposición nos unimos, la casta
tiene los días contados.
La opinión pública es el único enemigo ante el que tembló el mismo Napoleón, y Zapatero y Rajoy juntos, al igual que las mafias que representan, no sirven ni para sostenerle la escarapela al corso como imperdibles.
La opinión pública es el único enemigo ante el que tembló el mismo Napoleón, y Zapatero y Rajoy juntos, al igual que las mafias que representan, no sirven ni para sostenerle la escarapela al corso como imperdibles.
Enrique Suárez