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miércoles, 30 de mayo de 2012

Europa y su diversidad cultural



De la crisis económica que atraviesa España hay causas internas y causas externas; los socialistas no suelen aceptar que las causas sean internas porque eso les haría responsables de lo ocurrido, pero evidentemente las hay: la negación de la crisis, la desaceleración, la champions ligue, los brotes verdes, la fusión de las cajas de ahorros, la improvisación ante el estallido de la burbuja inmobiliaria, la tremenda corrupción que favorecieron y de la que se beneficiaron; el diferencial de paro que hay en España con respecto a otros países europeos, los seis millones de peregrinos en las colas del INEM no son una casualidad; las mentiras sobre el déficit público, casi el 50 % más de lo que propusieron; la política de tierra quemada, con el derroche de casi medio billón de euros ¡de deuda!, en la última legislatura para que no se notara la catástrofe; pero sobretodo la terrible imprevisión y la mirada a otro lado, cuando España comenzaba a hundirse en el lodazal en el que posiblemente se asfixie y las ocurrencias de los planes E y el “aquí no pasa nada”.

Sin duda, estas prácticas son imperdonables y para recobrar la normalidad en este país debemos exigir responsabilidades a los autores del despropósito, así como a los que felizmente esperaban en la oposición, entre ellos Mariano Rajoy, sin hacer nada, con el único objetivo de triunfar en las elecciones, esperando que a Zapatero lo derrotara la realidad, sin moverse. Esa actitud irresponsable, así como la de los demás partidos de la oposición, también son susceptibles de exigir sanciones, no solo políticas, sino civiles e incluso penales.

Las causas internas de la crisis económica española han sido, fundamentalmente, políticas, pero nadie habla de depurar responsabilidades, ni desde el Parlamento, ni desde los medios de comunicación, tan solo algunos ciudadanos aislados salen de la invisibilidad para reclamar justicia y sanciones para los que han vivido en plena inmunidad e impunidad, y piensan seguir haciéndolo.

Pero también hay causas externas, y además diferentes en todos los países periféricos expuestos a la mayor agresión de los mercados, los denominados, con mala leche, PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España), quizás la más importante, además de las características peculiares de estas naciones, es sin duda la falta de preparación para la ampliación de la Unión Europea que se ha hecho deprisa, por motivos políticos y estratégicos, dejando a los PIIGS a medio camino entre la resolución de sus problemas y la generación de estructuras políticas homogéneas con las de los países del norte de Europa. Hay un importante factor cultural que ha influido en la evolución de estos países, que es inherente a la forma de vida de sus ciudadanos y su tradicional tempo vital, que se orienta más al disfrute de la vida con menos recursos que al trabajo y el esfuerzo de las naciones que han estado influidas por “La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo” (Max Weber).

No creo que sea posible, por mucho que nos asfixien las circunstancias, que la economía pueda aherrojar la cultura en la que vivimos los ciudadanos del sur de Europa, y en esas circunstancias se está produciendo “el choque de civilizaciones” (Huntington) entre una Europa del Norte y una Europa del Sur, que tiene difícil solución si no se establece desde la política una solución que incluya economía y cultura, algo que no se está haciendo.

Europa, la Europa del poder, que no es precisamente la Europa del Sur, sino la Europa que domina el Banco Central Europeo, quiere que los países que están en crisis evolucionen hasta homogeneizarse con los suyos, por eso la dictadura férrea de Merkel en las condiciones de austeridad y la política monetaria, algo, que al mismo tiempo está beneficiando a Alemania a costa de la quiebra de los PIIGS. Cierto que no le falta razón, porque en los países en crisis se han cometido auténticos despilfarros, numerosos despropósitos, y una tasa de corrupción que se ha incrementado al ritmo de la prima de riesgo en el pasado y todavía se mantiene, como estamos observando en la transformación de las Cajas de Ahorros en Bancos, algo que nos va a costar a los españoles, posiblemente, más de 180.000 millones de euros.

No por mucho madrugar, amanece más temprano

Un burro no puede ser un caballo de carreras, por mucho que se empeñe la canciller alemana, así que si se trata de que la economía de los países en crisis corra a la velocidad que requiere la política de consolidación europea, lo llevamos claro. Antes de realizar una transformación económica de los países del sur de Europa, hay que realizar una transformación de su sistema político, no permitiendo que auténticas acémilas se encarguen de dirigir los pasos de estos países. Ese problema se ve sobretodo en España y Grecia, que tienen las representaciones políticas más penosas de Occidente. Antes de realizar esa transformación política, los países en crisis deben realizar un cambio cultural en la mentalidad de sus ciudadanos, que no se ha producido y que siguen siendo gobernados como en épocas autoritarias. Y antes de todo ello debe realizarse una transformación en la justicia, haciéndola independiente de la política, porque con una justicia que vive al pairo de los intereses políticos no hay nada que hacer, como tampoco hay nada que hacer si los medios de comunicación de estos países intoxican sin descanso a los ciudadanos, y las corrientes de opinión pública se establecen desde el poder político y la oposición, y no desde la independencia de criterio de los ciudadanos.

Se están equivocando en Europa con la decisión de tirar de los PIIGS a trancas y barrancas, porque lo único que se va a conseguir es una reacción desfavorable de los ciudadanos contra Europa, y aquí entramos en el gran conflicto que separa a los países sin problemas de los que tenemos todos los problemas: la calidad de vida, los europeos del norte pretenden mejorar su calidad de vida deshaciéndose de la carga que supone ayudar a los países en peores circunstancias, mientras que los países en peores circunstancias no están dispuestos a sacrificar sus condiciones vitales tradicionales para transformarse en los ciudadanos productivos, competitivos, ahorradores, austeros y perseverantes que no tienen problemas económicos, siguen creciendo a buen ritmo y están hartos de pagar la buena vida que se pegan los del sur de Europa, a costa de que ellos no se la puedan pegar mejor.

Creo que la Europa del Sur y la Europa del Norte deberían bailar un vals en la próxima reunión del consejo económico de la Unión Europea, porque mientras no se comprenda que solo con austeridad no saldrán los viejos países europeos –coincide que los PIIGS, son los orígenes culturales más ancestrales de Europa- y se necesita estimular el crecimiento, es decir, más dinero e inversión, aunque debería controlarse su flujo directamente por funcionarios europeos y no por políticos de los países receptores, que han demostrado su incapacidad. El dogmatismo teutón se equivoca, debe exigir rigor político y al mismo tiempo permitir flexibilidad económica, y un periodo prolongado de adaptación; si en 2.000 años no han cambiado Grecia, Italia y España en su forma de vida, por poner algunos ejemplos, no lo van a hacer ahora en dos años, porque se le antoje a Ángela Merkel, en su visión dogmática de la realidad. Eso funcionará en Alemania, pero no creo que funcione con los países mediterráneos, en los que precisamente sus ciudadanos tienen a honor ser diferentes, diversos y plurales, y huyen de la homogeneidad y el mimetismo. Sin duda, el mayor problema de Europa y sus crisis, no es político, ni económico, ni siquiera institucional, sino simplemente cultural, sino se tiene en cuenta esta variable, todo acabará fracasando.

Si se antepone la homogeneidad europea a la forma de vivir sus ciudadanos, será una hecatombe y la idea de una Europa unida quedará quebrada para siempre.

Enrique Suárez

martes, 29 de mayo de 2012

Mariano Rajoy es también el problema, no la solución


"Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo" Armando Palacio Valdés

A todos los que piensen que el actual Gobierno va a resolver los problemas ocasionados por la crisis económica de España, tras el legado que el PSOE nos ha dejado, practicando una delirante política de tierra quemada para enmascarar el desastre y seguir ganando elecciones, que pierda toda esperanza.

No hay ninguna posibilidad de que el Gobierno de Rajoy nos saque de la crisis, fundamentalmente porque ha abandonado el camino de la razón, siguiendo la trayectoria del contador de nubes, aunque también cabe la perversión de que esté dejando que se hunda el país pasándole la factura a los anteriores y a todos los españoles, a costa del sufrimiento del pueblo que gobierna. Como dice un amigo mío, con estas cosas de la política, piensa mal y te quedarás corto.

Mariano Rajoy se ha convertido en una parte más del grave problema que tenemos en España, algo que agrava aún más las dificultades para salir de la crisis. Parece mentira, pero todavía no llevan seis meses en el Gobierno los del PP y las cosas están mucho peor, que cuando alcanzaron La Moncloa y lo peor es que en vez de aminorar la sangría a que nos está sometiendo la deuda, se está incrementando cada día la asfixia a que nos someten los mercados. Hoy se han alcanzado los 517 puntos básicos de Prima de Riesgo con respecto al Bono Alemán a 10 años, pagamos el 6,5 % por los préstamos que adquirimos, pero lo peor es que llevamos desde el 3 de abril en una Prima de Riesgo que supera los 400 puntos básicos, sin haber logrado descender. Una parte del problema es que Alemania cada día se fortalece más, a medida que España se debilita sin interrupción. Pero de eso no tiene la culpa Alemania, sino España, que es el país que tiene los problemas y no es capaz de resolverlos.

Mariano Rajoy no pudo llegar al Gobierno sin saber lo que iba a encontrarse, salvo que tenga menos luces que una noche oscura en un túnel. El problema de Mariano Rajoy solo es uno, él mismo, no el país, no su Gobierno, no la oposición, ni los mercados, ni los aliados europeos. No se puede pasar de la actitud contemplativa que mantuvo con la degeneración a la que este país fue sometido por el PSOE de Zapatero, a una actitud beligerante contra los problemas que atenazan a los españoles. Parece que a todo el mundo se le ha olvidado que Mariano Rajoy obtuvo un apoyo en el CIS del 3,56 en su mejor momento, antes de llegar al Gobierno, cuando Zapatero en su peor momento quedó por detrás con un 3,55. No es baladí la cuestión, porque el actual Presidente del Gobierno de España no triunfó en las elecciones por sus propios méritos, sino por los deméritos de sus adversarios del PSOE, tras haber sido noqueados por la realidad y los mercados, no por el PP.

Mariano Rajoy debería saber que cuando formó gobierno estaba en la prórroga del partido perdiendo por cinco a cero, que era como habían dejado las cosas los del PSOE después de practicar el “cuanto peor, mejor para nosotros”. Mariano Rajoy no estaba preparado para gobernar tras llevar ocho años en la oposición, así que no vamos a esperar que lo esté ahora tras llevar seis meses en el Gobierno. ¿Por qué no estaba preparado para gobernar?, pues sencillamente, porque alguien preparado para gobernar da la cara desde el primer día, se enfrenta a los problemas y no se esconde, para improvisar como hicieron los anteriores en la pasada legislatura. Alguien preparado para gobernar no espera, actúa; no busca ayuda en el exterior, la tiene conseguida; no improvisa, lo tiene todo reflexionado y actúa de forma contundente e inflexible, porque sabe las consecuencias de todos los escenarios posibles.

Mariano Rajoy no ha actuado correctamente, porque antes de asumir el legado del PSOE, debería haber solicitado una auditoría general del Estado, de todas las entidades financieras, y mostrar a continuación a los españoles en comparecencia pública esa situación, no lo ha hecho. Mariano Rajoy ha sido un irresponsable no reconociendo el tamaño descomunal de los problemas que tenemos en España de forma pública y transparente, la dosificación y las ocultaciones, están mermando su credibilidad, prácticamente agotada a seis meses de gobernar, tanto en los mercados internacionales, como entre los españoles que cada día vivimos más en el pálpito, por no tener un Gobierno con agallas, conocimiento y responsabilidad para afrontar la situación, de verdad y no con fuegos artificiales.

Mariano Rajoy no cree en sí mismo, ni cree que los españoles crean en él, al contrario de lo que le ocurría a Zapatero, que era un narcisista enamorado de sí mismo, y está contagiando este país de su tristeza natural, a mitad de camino entre la nostalgia de no haber sido y la de no poder ser. Con este hombre estamos condenados a la debacle, porque solo logrará acrecentar la catástrofe en la que nos encontramos.

Si no hay ayudas externas, sólo hay una forma de salir de la deuda que nos va a asfixiar, porque ya no incrementándose, sino no descendiendo, está incrementando el déficit público aunque nos quedemos con los servicios básicos de Gambia. Mariano Rajoy no tiene una lucha contra la crisis, sino con el tiempo, porque su tiempo se acaba y lo sabe. La única forma de salir de una deuda es pagándola, a mayor ritmo que se incrementa.

Los españoles, como ya se viene denunciando en este blog desde hace años, con esta casta política no podemos salir adelante, estamos atrapados en el Síndrome de Casandra, y no somos capaces de salir de él.

Enrique Suárez

domingo, 27 de mayo de 2012

La regresión suicida

"El socialismo...Pese a haberse inspirado en las mejores intenciones y haber tenido por mentores tal vez a lo más selecto de la sociedad, no deja de constituir una grave amenaza para el nivel de vida y la existencia misma de una parte de la población actual" Friedrich Hayek. Premio Nobel de Economía 1974

Algunos investigadores internacionales miran a España como objeto de sus elucubraciones sobre la evolución de los fenómenos extraordinarios. No son economistas, ni políticos, ni científicos reputados, sino expertos en conductas humanas. En nuestro país se está produciendo, por primera vez en la historia de la humanidad, una involución en tiempo real en la inteligencia de sus ciudadanos. El hecho extraordinario y extravagante ha sido denominado, provisionalmente: “regresión suicida”

¿En qué consiste el fenómeno?, pues sencillamente en que los españoles están olvidando todos los principios de la razón para adherirse a las creencias más peregrinas y las propuestas más delirantes. El origen del problema parece localizarse en el adoctrinamiento recibido durante los últimos años en una nueva filosofía, conocida como el pensamiento políticamente correcto, cuyo autor reconocido es el nunca bien ponderado, expresidente del Gobierno: José Luis Rodríguez Zapatero, conocido además por haber creado otras conceptos impactantes en su interpretación, como el talante, la desaceleración, los brotes verdes, la economía sostenible, la geometría asimétrica, y algunos eufemismos como la denominación de conflicto a la amenaza terrorista sobre los españoles, y la de hombres de paz para los terroristas; además de algunas patadas a la Constitución Española de triste recuerdo. Actualmente se dedica a escribir libros de economía y dar conferencias en países asombrosos y exóticos, como él.

La forma de implantar la doctrina de la regresión suicida fue la habitual, por medio de la imposición informativa a través de los medios de comunicación subvencionados a su servicio, la legión de periodistas y tertulianos a sueldo de su partido y alguna otra estrategia socialista de manipulación de la información.

Pero sin duda el modelo de cuanto peor, mejor, es un precursor necesario en todo el proceso, cuyos objetivos fundamentales eran el adoctrinamiento de masas, la eliminación de la libertad y la razón, del pensamiento independiente en los ciudadanos y por supuesto, la censura e invisibilidad de todas las alternativas racionales que se opusieran a su magna obra.

Como todos ustedes saben, el socialismo utiliza la democracia para alcanzar la implantación hegemónica del socialismo, despreciando cualquier otra alternativa que no sea socialismo. De lo que se deduce que para un socialista, socialismo y democracia son términos idénticos, tanto como para un no socialista son antagónicos. No diremos que el socialismo pretende establecer su totalitarismo como objetivo final, aunque posiblemente nos equivoquemos.

Para los socialistas todo lo que no sea público o social, es anatema, la razón sólo puede ser, por tanto, una consecuencia del acuerdo o el consenso de todos los participantes, independientemente de su conocimiento, experiencia o criterio ajustado a realidad. La democracia es el resultado de la mayoría de decisiones, sean equivocadas o no, porque para un socialista la verdad sólo existe en la democracia y el socialismo, y todo lo demás es una estrategia del capitalismo para aplastar a los más débiles. Con esta fe, los socialistas deciden que la razón no depende del conocimiento, la experiencia o la adaptación a la realidad, sino del acuerdo, el consenso o el diálogo.

El cuento del socialismo

Alguien contó un día un cuento sobre el diálogo, que ahora les relato: en cierta ocasión tres socialistas, uno sindicalista, otro miembro de una ejecutiva local, y otro concejal, decidieron establecer un diálogo sobre como resolver los problemas del mundo, y se reunieron con dos premios nobel, uno en economía y otro en política. La cuestión a dirimir era como lograr que un país no se hundiera en el despropósito y la miseria, el economista propuso una teoría novedosa que consistía, básicamente, en no gastar más de lo que se ingresaba; el político por su parte propuso contratar a los mejores expertos del mundo en organización y gestión, para que se hicieran cargo del país. Los socialistas pensaron que si se comenzaban a resolver las cosas racionalmente, ellos no pintarían nada en la cuestión, pues para qué se iban a necesitar tres socialistas, con baja formación, sin mucho criterio y pocas luces para resolver los problemas del país. El concejal vio que su puesto estaba en peligro, el sindicalista pensó que con soluciones él dejaría de ser necesario, así como su sindicato, y el miembro de la ejecutiva local pensó en el partido, no encontró a nadie del partido que pudiera beneficiarse de las soluciones a los problemas, y sí a muchos que se beneficiaban y vivían magníficamente de que hubiera problemas.

Por tanto, propusieron que tras el diálogo establecido, y las exposiciones de los premios nobel, se sometiera la propuesta a votación democrática. ¿Adivinan ustedes cuál fue el resultado?, pues multipliquen el modelo por miles de decisiones que se han tomado en este país y descubrirán cual es el origen de la crisis, ese fenómeno que los investigadores tratan de descubrir que ocurre en España: la regresión suicida. Desconfíen ustedes siempre que alguien diga que hay que establecer las decisiones por diálogo, acuerdo o consenso, no vaya a ser que les ocurra lo mismo que a los dos Premios Nobel que se encontraron con tres socialistas.

Enrique Suárez

sábado, 26 de mayo de 2012

El atraco como inversión



En mi generación, estamos acostumbrados al clásico atraco que se hacía en las películas del Oeste americano, cuando llegaban unos forajidos, con un pañuelo tapándoles media cara, sus caballos, sus pistolas y sus sombreros. Entraban en la oficina bancaria, siempre en algún lugar donde sólo había una calle principal, con el banco a un lado y el salóm al otro, y se llevaban unas bolsas con el dinero, mientras dejaban atado y amordazado al oficinista en el interior del lugar. Huían, después, en sus ágiles caballos; más tarde el sheriff del pueblo, que siempre era alguien con experiencia, hacía una partida con los vecinos y el banquero, para perseguirlos por el desierto.Tantas veces hemos presenciado estos atracos en las películas de vaqueros que podríamos describirlos con todo lujo de detalle.

Por eso lo que ha ocurrido en España nos ha dejado sorprendidos a todos, sobretodo a los de mi generación, que fue la que alcanzó la mayoría de edad cuando en este país se recobraba la democracia tras unas cuantas décadas de dictadura. No estamos acostumbrados a que los atracos se realicen desde dentro de los bancos, que ayer eran Cajas de Ahorros, por sus directivos y los consejeros que representan a partidos políticos, sindicatos y otra gente de buen vivir, gracias a los sueldos que perciben por representar su ignorancia con carnet, en las instituciones financieras. Estábamos acostumbrados a los atracos a los bancos, lo que no estábamos es preparados para contemplar como los bancos se atracan a sí mismos y luego lo terminamos pagando nosotros, los ciudadanos, en el capítulo de inversiones financieras del Estado.

Sin embargo, lo más fascinante del asunto es que el Sheriff del lugar, en vez de perseguir a los criminales, les propone refinanciar el atraco con el dinero público recogido entre todos los perplejos ciudadanos, que además permanecen atónitos ante la desvergüenza de los atracadores y sus patrocinadores institucionales. Sobremanera, cuando en algunos de los atracos realizados, el Estado ha sido cómplice del crimen, asegurando viabilidades inexistentes para engañar a los pequeños accionistas que se han dejado sus ahorros en operaciones garantizadas por el Banco de España, que al final han sido sometidas a nacionalización argentina.

Creo que desde aquello de la conjunción interplanetaria este país ha perdido la razón y el sentido común, y va a tardar mucho tiempo en recuperar su normalidad. El otro día, el contador de nubes que arruinó este país convirtiéndolo en el Socialistán de sus sueños, nos advirtió de que ahora se dedica a escribir libros de economía para matar el tiempo y que a finales de año nos sorprenderá con un par de ellos. Mientras va por el mundo de la Alianza de Civilizaciones dando conferencias, para cobrarse las inversiones que realizó con dinero público en su magna obra. Es posible, que alguien lo proponga para el Premio Nobel de Economía en breve. Y a Mariano Rajoy, no me extrañaría que lo secuestraran los extraterrestres de Krugman cualquier día y desapareciera como en un Expediente X.

El problema de España no es económico, sino de veterinaria. Los animales sin identificar que están dirigiendo el país están afectados por algún virus que les ha vuelto locos y debe ser terriblemente contagioso, porque están todos contaminados. El problema es que la epidemia se sigue expandiendo cada día, y no creo que se pueda resolver fácilmente. Si los gilipollas que se fueron decían que el dinero público no era de nadie, los que vinieron han dicho que el dinero público es de los bancos quebrados, que ayer fueron Cajas de Ahorros, y se han quedado tan frescos, mientras los españoles pagamos sus imbecilidades, los que pueden, porque seis millones ya están en el paro.

¿A qué precio dicen que están las guillotinas esta temporada?

Enrique Suárez

jueves, 24 de mayo de 2012

Milagro Político en Asturias


El mundo que conocemos se hunde, lánguidamente, como la ciudad de Venecia, sin embargo, todavía hay esperanza, porque siempre nos quedarán los milagros, como el acontecido en la política asturiana durante la última semana. Una pincelada de armonía y serenidad en lo que hasta ahora era algo parecido al infierno de Dante, según nos contaban algunas voces interesadas, todos los días.

En tan solo siete días, la comunidad autónoma con más problemas políticos del país, ha dejado de tenerlos, ¡como lo oyen!. Ni siquiera una diminuta señal en La Nueva España, se puede decir que el caos político existente en el Principado durante el último año, ya no existe. Parece que todos los problemas de Asturias se habían producido porque un partido, que alcanzó la mayoría parlamentaria hace un año, ya no sigue en el Gobierno, sin haberle permitido sus adversarios desarrollar su programa, ni sus presupuestos, ni sus propuestas políticas, y al final ha abandonado el poder (como tantas veces nos aconsejaron aviesamente los periodistas que escriben en el diario más independiente de Asturias, porque depende exclusivamente de sus intereses económicos, fiscalizados en Cataluña).

Ahora, Asturias, lo único que tiene son problemas económicos, ya no tiene ningún problema político, aunque el recién nombrado Presidente, Javier Fernández, no haya podido formar gobierno, tras el apoyo de legislatura de UPyD y el de investidura de IU, porque la coalición comunista tiene que realizar las preceptivas asambleas para saber si sus afiliados aprueban o no, su entrada en el nuevo gobierno, algo que ocurrirá hoy mismo, si la huelga de mineros no lo impide, pero esto es una fruslería, comparado con los graves problemas políticos existentes hasta ahora, según La Nueva España, diario del poder, independiente de la información y la verdad.

Algunos antropólogos políticos acudirán en próximas fechas para estudiar el fenómeno, porque realmente es inaudito que en tan solo una semana, la comunidad que ha tenido que recurrir a los tribunales para dirimir su configuración parlamentaria definitiva, ya no tenga problemas políticos, y ahora, sólo tenga problemas económicos como todas las demás, insólita normalidad política que asombra a los asturianos, que hoy se preguntan si realmente el problema era el Gobierno de Francisco Álvarez Cascos o la agresión violenta, sin cuartel, que Foro ha recibido de todos los poderes reaccionarios de Asturias, porque el partido que ha gobernado Asturias durante el último año, tenía vocación clara de despojar a tirios y troyanos de sus privilegios, incluidos los recursos públicos que siempre concluían en La Nueva España.

Todos los que llevan 30 años viviendo del momio están felices con el regreso a la normalidad, es decir, a la inercia; ¿a quién se le ocurre tratar de cambiar el magnífico pesebre público que ha dado de comer a tanta gente durante tres décadas, llevando Asturias a la situación más ruinosa de todas las comunidades españolas? ¿Cómo se le ocurre a alguien, aunque sea Cascos, tratar de incrementar la natalidad más baja de España, de reducir la mortalidad más alta de España, de pagar las cuentas, de aumentar la tasa de actividad laboral y de evitar que se hayan producido los duernos habituales de desviación de recursos públicos a que tan acostumbrados estamos los asturianos?

Creo que tienen razón, ahora han desaparecido todos los problemas políticos para los que viven de contarnos cuentos mientras se aseguran el porvenir, los privilegios y los beneficios, y ahora, comienzan de nuevo los problemas políticos clásicos para los asturianos (la corrupción, el enchufismo, el despilfarro, eso sí, siempre con un claro interés social en defensa del Estado del Bienestar de los que hacen las propuestas), y por supuesto, también los económicos.

La cosa está clara, o tienen problemas los que mandan, o tienen problemas los que pagan a los que mandan (como no anden atentos), así que mientras manden los que nos dictan lo que debemos pensar, seguiremos con graves problemas en Asturias, políticos y económicos, aunque ahora los problemas políticos se vuelvan a ocultar como toda la vida, hasta que los descubramos en los tribunales, nadie habrá visto nada.

Es lo que tiene acostumbrarse a vivir sin libertad, en la instrucción democrática y la demagogia. A ver cuando las gentes de esta tierra se atreven a distinguir entre la opinión pública y la opinión publicada por aquellos que tienen un claro interés en adoctrinarles desde algún medio de comunicación.

Enrique Suárez

lunes, 21 de mayo de 2012

Tras las montañas de Asturias: obra en cuatro actos


"¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son" Pedro Calderón de la Barca


Nadie podrá negar que desde que Francisco Álvarez Cascos ha regresado a la política asturiana –realmente, creo que nunca se fue de ella-, muchas cosas han cambiado y muchas otras han permanecido. La experiencia sigue siendo grata y vivificante, jamás en la historia de Asturias han trabajado tanto todos los políticos que no habían pegado palo al agua durante los últimos treinta años. En realidad, las cosas no han cambiado, pero se han removido, con eso es suficiente, por ahora.

Sabíamos que en Asturias había un contubernio en el poder, pero nunca nos imaginamos que fuera tan descomunal y resistente, una auténtica fortaleza forjada por todos los partidos políticos, agentes sociales e instituciones dependientes del poder, con un medio de comunicación como La Nueva España de buque insignia, junto con la RTPA, dispuestos a imponer su ley a cualquier precio, siempre que les repercutiera en la cuenta de beneficios a todos ellos.

Así es la Asturias que hemos visto los asturianos, una colección de pesebres esparcidos por el territorio, en el que los defensores del partido único, formado por el PP, IU, PSOE y ahora UPyD, los medios de comunicación a su servicio, y todas las beneficiadas instituciones que les rodean, junto con los personajes que las dirigen, han resistido magníficamente el órdago de Foro y los trabajos de Cascos.

Pero no se crean ustedes que aquí concluye la historia, más bien comienza la segunda parte de la obra. Ahora ya están definidos los adversarios de Foro, reunidos en el duerno del que trataron de escabullirse, sin lograrlo, hasta quedar retratados para la historia;hemos visto a un PP que ha preferido que gobierne el PSOE, antes que Foro, y tantas cosas que se maravillarían los que reciben la información por los medios de comunicación habituales, si supieran todo lo que ha acontecido.

La escena final del primer acto es la siguiente, un gobierno del PSOE, con el apoyo o la coalición de IU, y el beneplácito del partido de Rosa Díez, siempre gracias al PP de Rajoy que lo permitió: “Mejor el PSOE que Paco” (Luis María Ansón atribuye esta expresión a don Mariano), pero la felicidad dura poco en casa de los ambiciosos, en tiempos de crisis; el panorama al que se enfrenta el contubernio es desolador: primero porque no hay un euro en las cajas desde hace años; segundo. por que un gobierno del PSOE en Asturias con un gobierno del PP nacional, será motivo de numerosos conflictos; tercero, por que los socios del PSOE, son competidores electorales del PSOE y entre ellos mismos, además, con mensajes contradictorios; cuarto, por que nada se ha visto y poco se verá en los alumbrados, para resolver los problemas de Asturias, más allá de repetir el más de lo mismo, y quinto, y más importante, por que no es lo mismo para el PSOE gobernar con la complaciente oposición del PP, que con la espartana legión de Foro, al otro lado, con el general secretario respirando en su nuca.

Así que Asturias, está condenada a seguir descendiendo en el ranking nacional de todas las cosas positivas, mientras encabeza las listas de todos los desastres de la política. ¡Que se le va a hacer, va a ser mala suerte!. La única alegría es que las cosas están tan mal, que por muy mal que lo hagan los del tripartito no las podrán poner mucho peor.

En cuanto a Foro, pues ahora tiene la oportunidad de organizarse y consolidarse, para representar la indignación cívica de los asturianos y quien sabe, si también, de todos los españoles. De lo que estoy seguro es que la primera etapa, la de ¡a verlas venir!, ha concluido, como también lo ha hecho el periodo de carencia en las paciencias y la tolerancia. Sin duda, ahora viene la etapa más emocionante, porque este partido fundado hace poco más de un año ha sido excluido del duerno nacional por todos los demás y su líder, aquel que definió Jiménez Losantos tan sagazmente, (Rajoy no se ha enterado de que un tiburón es un pececito comparado con Cascos), ha sido condenado al ostracismo.

Y como toda buena obra de teatro, recordemos el Tenorio de Zorrilla, un personaje singular de la cultura española, cuando harto de las cadencias y las sinsustancias entonó aquel: “clamé al cielo y no me oyó, más si sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra, responda el cielo y no yo”.

Del contador de nubes hemos pasado al contador de rayos, el gobierno de Rajoy puede llegar, con mucha suerte, a fin de año; el del contubernio asturiano, que un amigo ha denominado como LOS TRILEROS, no creo que lo consiga. Para mí que Cascos tiene un plan, y hasta aquí puedo leer.

Enrique Suárez

domingo, 20 de mayo de 2012

El bucle iterativo y la regresión al desastre


"Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen" Alfonso X el Sabio

El mayor problema que atraviesa España no es la crisis económica, sino la crisis de incertidumbre en la que estamos viviendo en este país, algo que genera elevadas cotas de inseguridad, ansiedad y depresión generalizada entre los españoles. La crisis económica es una realidad, pero no es toda la realidad, ni representa más que la consecuencia de nuestros problemas; más que el origen de nuestro malestar, es simplemente el resultado de las equivocaciones cometidas, de los errores acumulados, de la irresponsabilidad de los que debieron haber sido responsables, cuando era posible resolver la crisis sin tanto dolor, sufrimiento y desesperación, para la inmensa mayoría de los españoles, afectando especialmente a las capas sociales más desvalidas: pensionistas, mujeres, jóvenes, parados e inmigrantes, que eran precisamente las que nos decían que querían proteger los progresistas que nos han llevado a la recesión y la regresión.

El razonamiento que se está haciendo sobre la crisis económica desde el Gobierno y la mayoría de los medios de comunicación es, lamentablemente, erróneo. Parece mentira, pero así es. Atribuir a la crisis económica la causa de los males, es lo mismo que echarle la culpa al cambio estacional de la subida del oro, o a los dioses de que llueva o haga sol. No tiene sentido, no tienen sentido, quienes están tomando las decisiones desde el Gobierno.

Una crisis económica nunca es causa de nada, sino una consecuencia de todo, de todo lo que se ha hecho mal, un castigo de la mano invisible contra la desmesura de los poderosos que han tomado decisiones erróneas, fundamentadas en sus delirios alejados de cualquier posible razón, más allá de su perpetuación por haber concedido pan y circo al pueblo. Un castigo contra el pueblo que ha elegido a unos impresentables para representarles. Una sanción a la sinrazón de los que han hecho negocios y se han forrado bajo el paradigma de que el dinero público no es de nadie. Una crisis económica es la condena al infierno del ostracismo y la miseria, cuando la soberbia, la mendacidad y la hibrys en los poderosos les ha llevado a la vesania.

Tratar de resolver la crisis económica como la causa de nuestros males, es la mejor forma de incrementarlos. La crisis económica, ante todo es un problema conceptual, que requiere una epistemología apropiada para su conocimiento, un paradigma acertado para su resolución. Cualquier analista sabe que una crisis económica, tiene causas y efectos, en el Gobierno español desconocen por completo como se puede resolver esta crisis económica, al igual que los que se fueron desconocían que sus políticas erróneas nos conducían al abismo. Parece mentira, que tras tantos errores cometidos, no haya ni siquiera un responsable, ni una crítica fundamentada, ni un análisis certero que sentencie y condene lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá; aquí está el mayor problema de esta crisis económica para los españoles: la incertidumbre cancerígena que terminará contaminándolo todo, personas, actos y obras en este país.

Para resolver esta crisis hay que fijarse en las causas que la han creado y eliminarlas radicalmente, para que el mercado pueda fluir con cauces de riqueza y dinero por estos páramos desolados de la sinrazón. Para resolver esta crisis el Gobierno no puede seguir practicando políticas keynesianas de defensa de lo público a cualquier precio, puesto que lo público, además de ser una de las posibles formas de proveer servicios es también una caverna de parásitos sobrealzados por el poder y acantonados en sus privilegios, a costa de los perjuicios de quienes les sufragan su buen vivir.

El Estado debe reducirse hasta asegurar el bienestar básico de los ciudadanos, eliminando todos los excesos que le sobran, que se están llevando el futuro de nuestros nietos por delante. El Estado puede paliar las graves consecuencias de la crisis económica sobre los ciudadanos, pero no puede seguir funcionando como Estado Providencia que provea de todo lo que precise la gente para su bienestar. Negar esa realidad es retrasar las soluciones y condenarnos a seguir en la crisis mucho más tiempo del requerido, si se hicieran las cosas bien, que no se están haciendo.

La crisis económica requiere un REGRESO A LA REALIDAD, para evitar la regresión al desastre a que nos conduce el bucle iterativo que se ha creado por no analizar correctamente su esencia y sustancia. Las causas de la crisis son el excesivo gasto público, pero la solución no es la austeridad extrema a que nos está sometiendo el Gobierno, porque así se colapsa el sistema económico. La solución pasa por equilibrar gasto y austeridad en el punto óptimo al que nos conduce la razón. No podemos gastar más de lo que tenemos, pero tampoco podemos ahorrar más de lo que nos impida la supervivencia.

Lamentablemente en España, hemos entrado en una reacción en cadena de severo pronóstico, en un bucle iterativo de insospechadas y pésimas consecuencias. El análisis secuencial del proceso es sencillo, a medida que las consecuencias van siendo más graves, funcionan como nuevas causas que se añaden a las anteriores para agravar la situación. El ejemplo alegórico es sencillo, cuando un barco que navega se está hundiendo por tener un boquete en su casco, la posibilidad de que resuelva su situación no depende exclusivamente del agua achicada que debe ser al menos igual o mayor que la que inunde su estructura, sino la celeridad con que se cierre el boquete por el que entra en las bodegas, cuanto más se tarde en cerrar el boquete, menos posibilidad de salvar la nave, por mucha agua que se achique.

El Gobierno de España achica el agua que entra en la nave, pero no cierra el boquete por donde entra y ha detenido los motores, en vez de seguir su rumbo hacia el primer puerto en el que puedan resolver su avería. Al final, el desesperado SOS que se lanza desde La Moncloa a los aliados europeos es una demostración histérica de que no saben resolver los problemas, porque nadie puede cerrar el boquete más que los que se encuentran dentro del barco.

Esta crisis económica, como todas las que han ocurrido en España, se resuelve con unos ingredientes muy sencillos: conocimiento, trabajo, imaginación y paciencia, pero fundamentalmente con serenidad y sosiego, informando a los españoles de la situación en la que nos encontramos, no sometiendo a este pueblo a los latigazos del despropósito permanente de la improvisación y la imposición de criterios, arbitrarios y alienados, que no suscitan la confianza ni en los de dentro, ni en los de fuera.

Lamentablemente, lo que se ha descrito no es un problema de la crisis económica, sino de la incapacidad de un Gobierno para resolverla.

Enrique Suárez

sábado, 19 de mayo de 2012

Los deberes de Marciano Rajoy


Nunca le tuve fe, lo reconozco, detesto a los taimados hipócritas como él, realmente hay pocos españoles a los que les agrade este personaje, algo que se demostró cuando su antecesor, el contador de nubes, obtuvo en el peor momento de su trágica égida un 3,51 de apoyo público, mientras que Marciano Rajoy obtenía tan solo un 3,52. Una centésima fue lo máximo que logró de distancia contra el peor Presidente de la historia de España.

Dejé de tenerle fe, cuando vi que dejaba que España se hundiera en las manos del Atila de las cejas, mientras dilapidaba medio billón de euros, de deuda, en tapar las cavernas de la economía pública española, con telones adquiridos en el plan E, para seguir ganando elecciones. Hay que tener poca sangre, teniendo 150 diputados en el Congreso, para no hacer nada, cuando sabes que vas a heredar una ruina, un país en quiebra, con cerca de seis millones de parados. Además hay que tener pocas luces, porque si vas a tener que resolver lo que te van a dejar, por lo menos se podría haber intentado que los del PSOE no practicaran la política de tierra quemada para hundir el país, y recolectar electores desesperados en el futuro. Pero el genio pontevedrés se dedico a hacer de Don Tancredo, para que nadie supiera si iba, venía o ninguna de las anteriores.

Cuatro meses después de formar gobierno, la situación aún es más desesperada de la que heredó, precisamente por sus meteduras de pata la prima de riesgo ha alcanzado esta semana los 500 puntos de diferencia con el bono alemán a diez años. La contingencia no es baladí, cuando en plena asfixia emite un estertor desesperado reclamando ayuda a los socios europeos con soberbia: España ha hecho los deberes, ahora le toca a Europa echar una mano. Hay que ser torpe y osado, porque si eso fuera cierto, las cosas mejorarían, pero siguen empeorando, de lo que se deduce que se equivocó de deberes o no es cierto que estén bien hechos, no cabe otra alternativa. Ahora la culpa va a ser de los que juzgan la realidad desde la realidad, y no del iluminado que pretende que la realidad sea juzgada como a él le parezca correcto, tras los pasos del iluminado que decía que en España no había crisis.

Marciano Rajoy es un irresponsable, con escasos recursos, por eso dirige el PP tras un congreso amañado de su partido, el tonto útil que todos vieron como aquel que no va a impedir que todas las familias del partido de la gaviota salgan beneficiadas, es decir, los jóvenes castores que se han hecho con el partido para acabar con las pocas oportunidades que tenía este país de salir a flote, gracias, exclusivamente, a su ineptitud.

Siempre pensé que si Zapatero ganó dos elecciones, no fue gracias a sus escasos méritos intelectuales, a sus paupérrimas dotes para la gestión de los recursos públicos, ni siquiera a sus delirantes iluminaciones que deslumbraban cualquier reserva de razón. Zapatero es un pobre hombre alzado por el destino con una sonrisa bobalicona y escasos recursos. Para que Zapatero triunfara en dos elecciones, era necesaria la participación de un cenutrio como Marciano Rajoy rodeado de mequetrefes disputándole La Moncloa, también era preciso un pueblo sometido a la intoxicación de los medios de comunicación y una justicia silbando el sitio de Zaragoza.

Pero lo más fascinante es que desde que Marciano Rajoy ha llegado a La Moncloa no sólo hemos ido conociendo el desastre que le dejaron los chicos de los motivos para creer, sino que ante tal debacle, lo único que se le ha ocurrido al sanedrín del guano es improvisar medidas erráticas y dispersas, que lo único que han logrado es sembrar aún más incertidumbre entre los españoles y en los mercados internacionales.

Marciano Rajoy sabe desde hace casi un año que iba a gobernar este país, y no ha hecho los deberes, porque en el PP debían haber creado diversos modelos de acción ante lo que pudieran encontrarse. No caben sorpresas, las medidas deberían estar establecidas desde el día cero en que formó Gobierno, al día siguiente comparecer ante las cámaras españolas decir que va a investigar la situación, y que en un mes presentará todas las acciones para salir de la crisis, y pasado ese mes, presentarse con todos sus ministros, dando la cara y diciendo que la situación es la que sea, y que los pasos a seguir van a ser los siguientes, explicando que si no se alcanzan los niveles esperados, se complementará con las medidas necesarias que serán las que se exponen a continuación.

Con eso habría resuelto el mayor problema de la economía española que existe en estos momentos: el pánico ante la incertidumbre de todos los españoles, se habría creado un modelo mental de lo que pudiera ocurrir y la gente podría hacer de su capa un sayo con los recursos de los que dispusiera. Pero no se ha hacho, Marciano Rajoy, miente, una vez más, porque no ha hecho los deberes.

Actualmente, el riesgo de quiebra en España está en 38,1 %, algo que supone que la intervención europea es irreversible, será parcial y se ocupará del rescate de las entidades financieras, porque no puede ser total, y rescatar el Estado, que hoy está quebrado, porque el precio al que se paga la deuda sobrepasa la capacidad de endeudamiento solvente. Marciano Rajoy no ha hecho los deberes, después de que el iluminado contador de nubes los hubiera hecho al revés.

Que más da que la culpa sea del marciano Zapatero, o del marciano Rajoy, al final los que pagaremos las aventuras de los extraterrestres en conjunción sideral seremos los españoles, por haber permitido, con nuestros votos, que unos inútiles intentaran arreglar nuestros problemas, sin tener capacidad para hacerlo.

Enrique Suárez

viernes, 18 de mayo de 2012

Asturias no se merece un Presidente como Francisco Álvarez Cascos

"Si no cambiamos la dirección de nuestros pasos es muy probable que acabemos llegando a donde nos dirigimos." Proverbio Chino

Algo así le escuché el otro día a alguien que hoy, aplaudía de forma nerviosa, con una sonrisa amplia de anuncio de dentífrico, la decisión del delegado de Rosa Díez de permitir gobernar a quien, al mismo tiempo, critica por no investigar la corrupción que se cometió desde su partido en las arcas públicas asturianas. La magentología es una ciencia novedosa que estudia el significado de las profundas incoherencias entre lo que se dice y lo que se hace en el partido que va a permitir gobernar, de nuevo, a la izquierda en Asturias; es decir, que aquellos que se envuelven en la bandera de la regeneración democrática, no tienen el mínimo inconveniente en alzar al poder a los que llevan treinta años haciendo de la degeneración democrática permanente de las instituciones (corrupción, despilfarros, atrasos, anquilosamiento) su paradigma de abuso de poder. No traten de entender racionalmente lo de UPyD, hace mucho tiempo que esa opción resulta imposible. En realidad, la única forma de entenderlo es mirando siempre al ombligo de Rosa Díez, el partido Foro Asturias compite por el mismo espacio político que la formación magenta, y es preciso eliminar competidores a cualquier precio, no vaya a ser que la gente se atreva a comparar, lo que es con lo que no puede ser. Entre que Asturias salga adelante y que gobierne el socialismo que lo impida, Rosa Díez nunca tendrá la menor duda.

Algo parecido a lo que ha hecho el PP de Asturias desde hace un año, no importándole que gobierne la izquierda con tal de que no pueda gobernar Francisco Alvarez Cascos, precisamente coincidiendo con los intereses de La Nueva España y por supuesto con los del PSOE-IU, los sindicatos, la confederación de empresarios, los que viven de la RTPA, los antiguos directores del Niemeyer, los que se lo llevaron calentito con los sobrecostes y los despilfarros, Gabino de Lorenzo, Mariano Rajoy y el PP de los jóvenes castores. ¿Realmente quién está con Cascos en Asturias?, es imposible que tanta gente importante, autores en su conjunto de la quiebra eterna de Asturias, de su retraso y de su anquilosamiento albano, se puedan equivocar al mismo tiempo. Y no se equivocan, saben que la presencia de Francisco Alvarez Cascos amenazaba su supervivencia, así que no han dudado en eliminar, a cualquier precio, el peligro a que se estaban sometiendo sus intereses particulares.

De mentira sale verdad, pienso que va a tener razón el contertulio con lo de Cascos. ¿Para qué quiere Asturias un Gobierno que se ha enfrentado con la corrupción, con el despilfarro, con todos los que se han aprovechado de Asturias, con el Gobierno de España, contra los que trataban de imponer sus abusos en favor de sus intereses particulares, aunque fuera en contra de los intereses generales? ¿Para qué quiere Asturias un gobierno que ha hecho de la austeridad, el control del gasto público, la persecución de la corrupción, la denuncia de los engaños, la no cesión a los amaños contra los ciudadanos, una práctica normal de la política y una fe perpetua, con un presidente que era el segundo que menos cobraba de toda España, tras el de Extremadura?

A nadie le interesa la presencia de Cascos en la Presidencia de Asturias, salvo a los 120.000 asturianos que le apoyaron en las últimas elecciones, a los seguidores de Foro y algunos casos aislados de gente con criterio propio, cada día más escasos. Lamentablemente, nos enfrentamos de nuevo al mayor problema de Asturias durante las últimas décadas: la errónea definición de la realidad, porque en esta tierra esquilmada, con las penosas cifras sociodemográficas, económicas, políticas, industriales, laborales y sociales que la condenan a la catástrofe, sin una alternativa a la trayectoria de las últimas décadas, ha elegido democráticamente su suicidio institucional, entregando el poder a los autores del desastre, en un acto de sumisión coherente con la deriva de amansamiento urdida con reconversiones, dádivas, subvenciones y aherrojamientos en la que se vive en el Principado desde hace treinta años.

Es la costumbre del vasallaje, que pesa más que la razón, desde que Franco convirtió Asturias en una empresa pública del Estado, algo que los gobiernos de la izquierda, junto con los sindicatos, han mantenido felizmente con su política de convertir en siervos a los que ayer fueron libres para enfrentarse al poder, siempre adobados con el dinero público, que hoy permite que los abuelos sean los que subvencionan el ocio de los nietos, condenados a no encontrar un trabajo en su tierra y obligados a emigrar en el futuro cuando se vayan a mejor vida los que les pagan el sin vivir en la más onerosa dependencia.

Al final, entre todos los que forman el “establishment del duerno” (las fuerzas reaccionarias que controlan el poder en Asturias desde hace décadas) han conseguido desde la izquierda a la derecha ejecutar la tenaza que ha impedido cualquier cambio, porque supondría dejarlos fuera de los pesebres, condenándolos a vivir como todos aquellos que les mantienen en el poder. Asturias se merece lo que ha elegido y lo va a pagar muy caro a partir de ahora. Entre todos los que van a formar Gobierno en Asturias, incluido el que apoya la investidura y la legislatura, no reúnen una idea para sacar esta tierra adelante. ¿Alguien puede pensar que si no lo lograron cuando las cosas estaban bien van a lograrlo cuando están peor que mal?

La ausencia de información y las intoxicaciones a que nos someten los medios de comunicación del Principado de Asturias ha impedido que los asturianos puedan enterarse siquiera de lo que ocurre en Asturias para que el PSOE gane las elecciones con el apoyo del PP e IU. Asturias está condenada a desaparecer, en treinta años Asturias se convertirá en un gran parque geriátrico, en el que los únicos jóvenes serán los que se queden para atender a los mayores, cesando toda actividad productiva propia. Se calcula que en 2050 habrá en Asturias 600.000 habitantes, un 40 % menos que los actuales. Llegados a ese punto esta comunidad será inviable de forma independiente y posiblemente se fraccione, quedando el Occidente unido a Galicia, el Centro a Castilla y León, junto con el Oriente, porque Cantabria también desaparecerá.

Hubo una posibilidad de que esto no ocurriera y la dejamos escapar, concediendo a los que nos han defraudado y hundido en la miseria de la supervivencia subvencionada, el poder que tanto trabajo costó arrebatarles; es cierto, Asturias no se merece un Gobierno presidido por Francisco Álvarez Cascos, aquel hombre que nos habló de Jovellanos, al que tampoco se mereció Asturias, a pesar de haber sido el que creó la urdimbre para que la nación política española pudiera existir, convirtiendo a los españoles en soberanos, libres e iguales ante la ley.

La democracia nunca se equivoca, se equivocan los ignorantes que no saben para que sirve su libertad y siguen creyendo en lo que les cuentan los que les engañan para seguir viviendo a su costa, perjudicándoles y destrozándoles la vida. Ya lo dijo Jovellanos, que lo primero era la educación, porque la ignorancia y la censura (tanto como la mentira, las intoxicaciones, y la propaganda) son los orígenes de la tiranía, mientras que el conocimiento y la información, son los padres de la libertad (piensen en La Nueva España y sus patrocinadores, y juzguen por si mismos). En este mundo sólo puede ser libre quien se lo merece, los esclavos mentales, que no saben discernir entre lo que les cuentan y lo que realmente les hacen, no se merecen la libertad. ¿Para qué les va a servir si no distinguen quien trata de ayudarles de quien les explota?.

En Asturias, se ha vuelto a apagar la antorcha de la libertad, habrá que esperar muchos años para que vuelva a encenderse.

Enrique Suárez

jueves, 17 de mayo de 2012

Un pacto de izquierdas a la griega transforma Asturias en Albania


Algunos amigos de otras comunidades autonómicas del Reino de España se reían de la situación de Asturias anclada en el social-comunismo desde hace décadas. Traté de explicarles en muchas ocasiones que una comunidad que tiene más pensionistas que trabajadores, muchos de ellos prejubilados por el cuarto turno, no era fácil que cambiara en sus predilecciones electorales. Treinta años cultivando una economía dependiente del Estado no se borran de repente, las empresas se hacen dependientes de las subvenciones, las corrupciones se disparan, los parados se acostumbran a vivir de los subsidios y lo que caiga, el tejido económico se anquilosa hasta fosilizarse. Lo hemos podido comprobar en Andalucía y Asturias, dos comunidades que serán gobernadas por el social-comunismo, que ha sido erradicado de toda Europa, menos de Bielorusia, Albania y parece que ahora de Grecia.

Albania es una comunidad europea tan olvidada, como Asturias lo es en España. Ni siquiera se habla de su ingreso en la Unión Europea, antes entrará Turquía. Lo único que se conoce de Albania es la pobreza, la emigración, el paro, la miseria mental de gentes incapaces siquiera de pensar en como abandonar la esclavitud a la que llevan sometidos décadas. Albania es un pueblo desmoralizado, desmotivado, muerto políticamente, y Asturias va camino de “albanizarse” tras la última ocurrencia histórica en la creación de un gobierno social-comunista-"transversal", que representa magníficamente el victimismo ante los depravados que han pretendido devolver esta pequeña comunidad del Norte de España al siglo XXI, resultando imposible, gracias al bloqueo a que han sido sometidas todas las acciones liberadoras de recursos acaparados por la economía pública, por todos los representados en la oposición de la Junta General del Principado, frente al Gobierno "hoy en funciones" de Foro Asturias.

En Asturias, hay tanta gente viviendo de lo público, que si dejara de existir de repente, se produciría una hecatombe. Así que lo público, convertido en una empresa de colocación para los afines y negocios para los próximos, se defiende a cualquier precio, incluso al de su propia aniquilación si es necesario.

Las posibilidades de que la coalición griega de intereses que se ha forjado en Asturias entre PSOE, IU y UPyD cambien las cosas a mejor es absolutamente nula. Así que asistiremos a la recolocación de las estirpes que habían perdido su trabajo, al igual que a la recuperación de los negocios públicos que terminan derivando dinero a cuentas privadas, como el conocido caso Riopedre, y cuando la cosa ya no lleve remedio, se quejarán de que el Gobierno de España, que es del PP, ha asfixiado la comunidad asturiana, impidiendo que los que han formado Gobierno puedan gobernar, algo parecido a lo que ocurrirá en Andalucía. Con el socialismo siempre ocurre lo mismo: la culpa de todo es de los demás.

Pero sin duda lo más esperpéntico de la apoteosis de la izquierda asturiana es el apoyo del único diputado de UPyD, que al mismo tiempo reclama una comisión de investigación para el mayor caso de corrupción en Asturias (sic), al partido con el que se ha aliado para que gobierne, que es, precisamente, el implicado en ese caso de corrupción. A mí me recuerda a Gila, cuando le decía al asesino de uno de sus sketchs, aquello de: “aquí alguien ha matado a alguien” cuando se lo encontraba por el pasillo. Desafortunadamente para Asturias, estamos ante un pacto de legislatura que cambia decisiones por poder, UPyD hará propuestas que la coalición del PSOE-IU terminará apoyando, a cambio de que les dejen gobernar y colocar a su gente en las instituciones, y todos tan felices. El pacto establecido entre Rosa Díez y Alfredo Pérez Rubalcaba, por los viejos tiempos, es el penúltimo balón de oxígeno que se brindan mutuamente en su caminar separados para golpear juntos.

¿Y los asturianos de qué se van a beneficiar?, pues supongo que de nada, si el PSOE con IU llevaron Asturias a la situación de decrepitud en la que se encuentra actualmente (tasa de natalidad más baja de España, una de las menores de Europa; tasa de mortalidad mayor de España; comunidad con mayor índice de suicidios, lugar con menos inmigración, con menos actividad laboral, con más baja actividad económica, con mayor pérdida de poder adquisitivo por habitante, con mayor emigración juvenil, y con menos futuro de toda España, y más riesgo de deterioro, tras haber gobernado 30 años), pues no van a cambiarlo ahora, de repente, en la peor situación de crisis que se ha vivido en España en las últimas décadas. ¿Alguien puede pensar que si cuando iban las cosas más o menos bien en España, en Asturias seguían yendo peor que en ninguna otra comunidad, van a lograr cambiar la deriva los mismos que no lo resolvieron en tiempos más fáciles, cuando se recibían ingentes cantidades de dinero europeo que se despilfarraron en los proyectos más delirantes? Eso es imposible.

Conociendo la deriva personalista y fundamentalista del partido de Rosa Díez mucho van a tener que concederle los del PSOE-IU de forma progresiva y mantenida si quieren conservar su apoyo a lo largo de toda la legislatura, porque cuando las cifras de los errores que con seguridad cometerán los de la coalición social-comunista comiencen a pasar factura, no sería de extrañar que la galera magenta rompiera el pacto y apoyara una moción de censura, antes que verse contaminada por su responsabilidad en el estropicio que va a ocasionar en Asturias, tras su decisión. Es lo bueno que tienen los partidos con profundas coherencias ideológicas que piden al mismo tiempo la devolución de la sanidad y la educación al Estado, que se presentan como una opción federal de intensidad media cooperativa y el plus para el salón.

En Asturias, al menos nos vamos a divertir con el experimento, mientras vemos como nos hunden definitivamente, creando más paro, más pobreza, más desigualdad y más miseria, eso sí, por culpa de la derecha, como siempre, y no les falta razón en este caso, gracias a que ese fenómeno político que es Mariano Rajoy se empeñó en que el partido de Cascos no pudiera gobernar, mientras La Nueva España ejercía de mamporrera del poder. Es lo que hay y va a ir a peor con toda seguridad.

No creo que dure ni un año, el pacto de legislatura que todavía no se ha establecido, cuando UPyD deje de sacar tajada del asunto, porque ya no quede nada que sacar, asistiremos a una nueva mutación del engendro. Mientras tanto, que los asturianos vayan aprendiendo el himno de Albania y se olviden del árbol y de la flor que habrá que talarlo para venderlo y pagar los favores recibidos.

Enrique Suárez

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