Juan y Pedro tienen 32 años, estudiaron juntos en la escuela de su barrio, eran compañeros de pupitre, vivían en casas contiguas, se divertían jugando al futbol y persiguiendo a las chicas. Cuando abandonaron el colegio, Juan decidió hacer unos módulos de Formación Profesional en Soldadura, le costó mucho trabajo, pero los concluyó en tres años, ahora trabaja en una cooperativa con otros compañeros, y van resolviendo la crisis como pueden, es decir, echando más horas que un fraile en oraciones, para resistir la hecatombe. Pedro decidió seguir jugando al fútbol (una temporada jugó en tercera) y no seguir estudiando cuando abandonó el colegio, se dedicó a vivir la vida, que se acaba pronto; Pedro ha trabajado de forma intermitente en hostelería, obra pública, construcción, servicios municipales y otras muchas cosas, le gusta decir que sabe buscarse la vida.
Juan trabaja sesenta horas a la semana, Pedro no trabaja, lleva diez meses en el paro, cobrando el subsidio en forma de salario social, tras acabar las prestaciones de desempleo, lleva prácticamente toda su vida así; todos los días Pedro acude al bar de la esquina a tomarse unas cervezas con los amigos, a eso de las ocho de la tarde, mientras Juan sigue trabajando y no se lo puede permitir, Juan llega muy cansado a su casa, cena, ve un poco la tele y se va para la cama. Pedro sale los fines de semana con los amigos, está descansado para hacerlo, no tiene una relación estable, aunque hay una chica que le gusta, pero no se atreve a declararse, porque trabaja en el ayuntamiento de funcionaria, y Pedro piensa que no le hará mucho caso en su situación vital. Pedro sigue viviendo con sus padres, de los que está harto, y ellos, hartos de él. Juan aprovecha los fines de semana para estar con sus hijos y su mujer, y para descansar, hace tiempo que no sale por la noche.
Juan y Pedro hace tiempo que no se ven, la última vez que coincidieron, Pedro puso a parir a Juan porque se enteró de que no había votado en las últimas elecciones, consideraba que todos los políticos eran iguales, unos explotadores; Pedro, que sabía que la familia de Juan era de izquierdas de toda la vida, le dijo que como podía hacer eso, que no votar era favorecer a la derecha, a los ricos y a los auténticos explotadores. Juan dijo que pasaba de la política, a Pedro esto le pareció mal, porque él se lo pasa fenomenal en las manifas que se organizan, hay que comprometese socialmente, conoce mucha gente y se divierte con la peña, a veces incluso, si la pasma se pone chula, hay enfrentamientos y eso provoca un subidón de la hostia. Pedro le ha dicho a Juan que está viejo, que claro con los hijos, el trabajo estable y la mujer, ya no se puede vivir libremente, uno se esclaviza. En el fondo, Pedro envidia a Juan, y mucho, pero no se lo va a decir, para que luego le diga, como sus padres, que ¿qué es lo que piensa hacer con su vida?, para contestarles que lo que le dé la gana, que para eso es libre.
El próximo mes, Juan tiene que hacer la declaración de la renta, seguro que le sale a devolver, a ver si puede quitarse de encima el crédito del coche, porque con la letra del piso, a pesar de que él trabaja y su mujer también, es limpiadora en una oficina del Ministerio de Igualdad, llegan a fin de mes con muchas dificulatades. Hoy, Pedro ha acudido a la manifestación en defensa del juez Garzón, era uno de los 2.000 que lo puede contar, porque considera injusto que la Falange quiera acabar con la Memoria histórica, mientras Juan ha seguido trabajando, pensando que si ha prevaricado en sus decisiones, es justo que le juzguen como a cualquiera, no va a librarse por ser juez.
En las próximas elecciones Juan posiblemente no votará, ¿a quién va a votar?, si los del PSOE son los peores gestores que ha tenido este país, y los del PP, unos auténticos trileros. Pedro sí votará, lo hará por el PSOE como siempre, para que la derecha no llegue nunca al poder, porque es insolidaria y aplaude a los explotadores. José Luis nunca abandonará a los trabajadores como él, antes es capaz de hacer que Juan tenga que trabajar setenta horas a la semana, pero se lo tiene bien merecido, piensa Pedro, ¿qué quiere forrarse a costa de los demás?.
Biante de Priena
Juan trabaja sesenta horas a la semana, Pedro no trabaja, lleva diez meses en el paro, cobrando el subsidio en forma de salario social, tras acabar las prestaciones de desempleo, lleva prácticamente toda su vida así; todos los días Pedro acude al bar de la esquina a tomarse unas cervezas con los amigos, a eso de las ocho de la tarde, mientras Juan sigue trabajando y no se lo puede permitir, Juan llega muy cansado a su casa, cena, ve un poco la tele y se va para la cama. Pedro sale los fines de semana con los amigos, está descansado para hacerlo, no tiene una relación estable, aunque hay una chica que le gusta, pero no se atreve a declararse, porque trabaja en el ayuntamiento de funcionaria, y Pedro piensa que no le hará mucho caso en su situación vital. Pedro sigue viviendo con sus padres, de los que está harto, y ellos, hartos de él. Juan aprovecha los fines de semana para estar con sus hijos y su mujer, y para descansar, hace tiempo que no sale por la noche.
Juan y Pedro hace tiempo que no se ven, la última vez que coincidieron, Pedro puso a parir a Juan porque se enteró de que no había votado en las últimas elecciones, consideraba que todos los políticos eran iguales, unos explotadores; Pedro, que sabía que la familia de Juan era de izquierdas de toda la vida, le dijo que como podía hacer eso, que no votar era favorecer a la derecha, a los ricos y a los auténticos explotadores. Juan dijo que pasaba de la política, a Pedro esto le pareció mal, porque él se lo pasa fenomenal en las manifas que se organizan, hay que comprometese socialmente, conoce mucha gente y se divierte con la peña, a veces incluso, si la pasma se pone chula, hay enfrentamientos y eso provoca un subidón de la hostia. Pedro le ha dicho a Juan que está viejo, que claro con los hijos, el trabajo estable y la mujer, ya no se puede vivir libremente, uno se esclaviza. En el fondo, Pedro envidia a Juan, y mucho, pero no se lo va a decir, para que luego le diga, como sus padres, que ¿qué es lo que piensa hacer con su vida?, para contestarles que lo que le dé la gana, que para eso es libre.
El próximo mes, Juan tiene que hacer la declaración de la renta, seguro que le sale a devolver, a ver si puede quitarse de encima el crédito del coche, porque con la letra del piso, a pesar de que él trabaja y su mujer también, es limpiadora en una oficina del Ministerio de Igualdad, llegan a fin de mes con muchas dificulatades. Hoy, Pedro ha acudido a la manifestación en defensa del juez Garzón, era uno de los 2.000 que lo puede contar, porque considera injusto que la Falange quiera acabar con la Memoria histórica, mientras Juan ha seguido trabajando, pensando que si ha prevaricado en sus decisiones, es justo que le juzguen como a cualquiera, no va a librarse por ser juez.
En las próximas elecciones Juan posiblemente no votará, ¿a quién va a votar?, si los del PSOE son los peores gestores que ha tenido este país, y los del PP, unos auténticos trileros. Pedro sí votará, lo hará por el PSOE como siempre, para que la derecha no llegue nunca al poder, porque es insolidaria y aplaude a los explotadores. José Luis nunca abandonará a los trabajadores como él, antes es capaz de hacer que Juan tenga que trabajar setenta horas a la semana, pero se lo tiene bien merecido, piensa Pedro, ¿qué quiere forrarse a costa de los demás?.
Biante de Priena