Tal vez pase desapercibida para la mayoría de los lectores la
cuestión más importante de la que nos informa el CIS a lo largo del tiempo: una
extraordinaria estabilidad de los datos.
El CIS mide la preocupación de una muestra de españoles
representativa sobre las cuestiones que más interesan a los ciudadanos. Los
temas que más preocupan a los españoles durante los últimos siete meses son los
siguientes:
Paro: 76,8 - 82,3 %
Corrupción y Fraude: 35,7 – 44,2
Economía: 28 – 30,5
Partidos Políticos: 24,2 – 28
Como se ha expuesto, llama la atención la estabilidad de las
evaluaciones durante los últimos siete meses. Sin embargo, algo que pasa
desapercibido para la mayoría de los lectores es una cuestión importante, que
entre las cuatro preocupaciones de los españoles, dos se sitúan en el ámbito de
las causas y dos en el ámbito de las consecuencias. El día que los encuestados
se den cuenta, creo que los datos cambiarán de forma significativa.
Evidentemente los problemas del paro y la economía, tienen
como causa aquellos relacionados con la corrupción y el fraude y los partidos
políticos. Que haya más paro o mayor crisis económica no produce corrupción,
fraude o fallo de representación política, sino más bien al contrario.
Quizás no sea una forma muy precisa de demostrar el origen de
la crisis en este país, pero nos puede servir de estimación, sobre lo que está
pasando, si el paro y la crisis económica son el origen de la mayoría de los
problemas sociales y económicos, está claro que las causas están relacionadas
con la corrupción, el fraude, y la impostura de los partidos políticos. La
estabilidad en los datos a lo largo del tiempo, indica que los españoles han
llegado a la conclusión o están a punto de hacerlo, que los problemas
económicos y sociales de este país tienen como única causa la impostura de los
partidos políticos, su corrupción y su fraude. Deberían tomar buena nota
aquellos que viven de decirnos que nos van a arreglar la existencia y al mismo
tiempo no dejan de destrozárnosla.
La inmensa mayoría de los españoles está a punto de darse
cuenta de que todo lo relacionado con la política no es solución a sus
problemas sociales y económicos, sino el origen de todos ellos.
Un incendio no se apaga con gasolina y una crisis no se acaba
usando el dinero público para que algunos utilicen la democracia para el fraude
y la corrupción. En este país, lo acontecido con el señor Jordi Pujol durante
los últimos treinta años no es una rareza, es la costumbre, el hábito de los
representantes públicos de todos los partidos con los recursos procurados por los
ciudadanos para mantener el sistema, por eso los políticos de todos los partidos permanecen mudos
tratando de pasar desapercibidos, no vaya a ser que alguien les pida a ellos
cuentas de lo que se han llevado con sus cuentos. Ese silencio cómplice con lo acontecido en el caso Pujol, es la mayor prueba incriminatoria de su connivencia, complicidad y latrocinio.
Enrique Suárez