Habitualmente cuando alguien se equivoca y perjudica a otros por sus errores lo primero que debe hacer es reconocerlo ante los perjudicados, pero si el daño hecho no ha sido por equivocación sino de forma intencionada y fruto de una estrategia urdida para obtener un beneficio, aunque sea perjudicando a los demás, no rectificará bajo ningún concepto, al contrario se ratificará en su error tratando de convencer a los demás de que ellos son los que están equivocados.
Esta retoríca de la conducta es una clara representación de la soberbia, porque querer convencer a los españoles de que comulgar con ruedas de molino es un acto de modernidad, es, además de una soberana estupidez, una tremenda barbaridad.
Todavía hay algún iluso en este país que piensa que lo que ha ocurrido bajo los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero es fruto de la “mala suerte”, no de un guiño a la tiranía que fundamentándose en la oclocracia del pesebre pretende implantar una dictadura contra la razón de forma dogmática y fundamentalista.
Los del PSOE son unos fanáticos de su doctrina, tanto como pueden ser los de cualquier secta religiosa. Llevamos años esperando que alguien del PSOE (con la excepción de Angel Gimeno), o alguien que haya votado al PSOE, salga en los medios de comunicación o siquiera en un blog diciendo algo así como que lamentablemente se han equivocado y que piden disculpas por ello.
A mí me fascina esta gente del socialismo, tratando de implantar a todos su moral, recriminando a todos los que no son socialistas por sus errores, sin el más mínimo espíritu de autocrítica, de reconocimiento de los propios errores. ¿Pero cómo se puede ser de izquierdas sin hacer autocrítica?.
Sólo hay una explicación para comprender algo como lo que está ocurriendo, porque la soberbia no es un signo de identidad del socialismo, habitualmente sí lo ha sido de la derecha pero no de la izquierda, lo que nos lleva a una terrible y definitiva conclusión: en el PSOE ya no hay socialistas, desde que se han atrincherado en el pesebre cada día se parecen más a los fascistas que tanto han criticado a lo largo de la historia. Si hubiera socialistas en el PSOE no consentirían lo que está ocurriendo mirando para otro lado, mientras desde el Gobierno vapulean a los más débiles de nuestra sociedad sin rubor alguno.
Ahora los fascistas están en el PSOE. Tú también Bono, tú también. Y por supuesto, tú también José Luis, no te hagas más idiota de lo que realmente eres, al igual que todos los que te acompañan en el Gobierno.
¡Abajo los fascistas del PSOE!
Biante de Priena
Esta retoríca de la conducta es una clara representación de la soberbia, porque querer convencer a los españoles de que comulgar con ruedas de molino es un acto de modernidad, es, además de una soberana estupidez, una tremenda barbaridad.
Todavía hay algún iluso en este país que piensa que lo que ha ocurrido bajo los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero es fruto de la “mala suerte”, no de un guiño a la tiranía que fundamentándose en la oclocracia del pesebre pretende implantar una dictadura contra la razón de forma dogmática y fundamentalista.
Los del PSOE son unos fanáticos de su doctrina, tanto como pueden ser los de cualquier secta religiosa. Llevamos años esperando que alguien del PSOE (con la excepción de Angel Gimeno), o alguien que haya votado al PSOE, salga en los medios de comunicación o siquiera en un blog diciendo algo así como que lamentablemente se han equivocado y que piden disculpas por ello.
A mí me fascina esta gente del socialismo, tratando de implantar a todos su moral, recriminando a todos los que no son socialistas por sus errores, sin el más mínimo espíritu de autocrítica, de reconocimiento de los propios errores. ¿Pero cómo se puede ser de izquierdas sin hacer autocrítica?.
Sólo hay una explicación para comprender algo como lo que está ocurriendo, porque la soberbia no es un signo de identidad del socialismo, habitualmente sí lo ha sido de la derecha pero no de la izquierda, lo que nos lleva a una terrible y definitiva conclusión: en el PSOE ya no hay socialistas, desde que se han atrincherado en el pesebre cada día se parecen más a los fascistas que tanto han criticado a lo largo de la historia. Si hubiera socialistas en el PSOE no consentirían lo que está ocurriendo mirando para otro lado, mientras desde el Gobierno vapulean a los más débiles de nuestra sociedad sin rubor alguno.
Ahora los fascistas están en el PSOE. Tú también Bono, tú también. Y por supuesto, tú también José Luis, no te hagas más idiota de lo que realmente eres, al igual que todos los que te acompañan en el Gobierno.
¡Abajo los fascistas del PSOE!
Biante de Priena