“AMICUS PLATO, SED MAGIS AMICA VERITAS”
____________________________________________________________
· Impelido por este proverbio latino (“Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad”) y ante la inminencia de las elecciones del próximo 22 de mayo para designar a nuestros representantes en el Ayuntamiento de Cerdanyola, quiero verbalizar, negro sobre blanco y desde la óptica de la doctrina de la “honestidad radical”, una reflexión sobre los dos principios que podrían o deberían guiarnos a los votantes, en la elección de nuestro alcalde y nuestros concejales para los próximos 4 años. Así, dejo constancia por escrito de “aquello que muchos no se atreven a decir” y/o de “lo que otros no quieren oír” (M. J. de Larra). En efecto, “si la libertad significa algo, es el derecho de decirles a los demás lo que no quieren oír” (G. Orwell).
· Para J. Joubert, “como la dicha de un pueblo depende de ser bien gobernado, la elección de los gobernantes pide una reflexión profunda y reposada”. Por eso, en la elección de nuestros representantes para el Ayuntamiento de Cerdanyola, los ciudadanos de nuestro municipio deberíamos regirnos por el “principio de la racionalidad” y por el de “lo políticamente incorrecto” (que son lo propio de los que practican la "honestidad radical"); y no por el de la “oportunidad” y el de lo “políticamente correcto” (que son el santo y seña de los “políticos profesionales”, siempre dispuestos a llegar al poder, sin hacer ascos a ningún medio). W. Churchill lo tenía muy claro cuando escribió aquello de que “el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Y también E. Kennedy cuando aseveraba que “en política pasa como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto está mal”. Por otro lado, comparto a pies juntillas el punto de vista del poeta L. García Montero. Éste ha afirmado que “el compromiso político [...] tiene que ir de la mano de la conciencia crítica como defensa de la independencia de aquel que no quiere ser adorno del poder ni comparsa de nada, sino que se trata de un ojo que observa y sueña con ilusiones colectivas”.
· Por eso, impelido por la doctrina de la “honestidad radical”, por el “principio de la racionalidad”, por “lo políticamente incorrecto” y por el aforismo “amicus Plato, sed magis amica veritas”, me veo en la obligación, en esta semana de reflexión preelectoral, de puntualizar algunas cuestiones.
· Por un lado, a los políticos no se les debe juzgar o valorar por lo que dicen (“verba”) sino por lo que hacen (“facta”). Además, es una verdad de Perogrullo (aquel que a la mano cerrada llamaba puño) afirmar que los políticos, una vez elegidos, sufren una metamorfosis amnésica, que hace que olviden lo prometido durante la campaña y que sus “facta”estén a mil años luz de las promesas (“verba”) que hicieron a la ciudadanía. Y, por otro lado, en más de una ocasión, sus “facta” están en las antípodas de la legalidad vigente, legalidad que ellos mismos deberían esmerarse en acatar y cumplir, dando así ejemplo a la ciudadanía. Sobre esto último y para muestra, vale un botón. Me explico.
· La actual corporación municipal, regentada por Carme Carmona (PSC), así como la anterior, presidida por Toni Morral (ICV-EaiA), en ambos casos en coalición con otos partidos (CiU, ERC y algún tránsfuga), siempre han gobernado en catalán, i.e. utilizando sólo el catalán como lengua de comunicación con los administrados. Durante esta campaña, los partidos precitados nos han prometido el sol, la luna y el paraíso en nuestro municipio, durante los próximos cuatro años, y, de nuevo, lo han hecho casi exclusivamente en catalán. Sólo el PP ha utilizado sistemáticamente el bilingüismo (catalán-español). Los otros, o han utilizado sólo el catalán (ERC, CiU) o bien han hecho una pequeña concesión al bilingüismo (catalán-español) en algún documento, pero sólo para pedir el voto (PSC e ICV).
· Este unilingüismo sectario (todo en catalán) de las autoridades municipales pasadas y presentes no es una buena carta de presentación ni un buen anzuelo para cosechar los votos de aquellos que tienen como lengua propia la otra lengua oficial y mayoritaria de Cataluña, el español. Y con este comportamiento lingüístico, los ex alcaldes, los ex concejales y los candidatos en estas elecciones han demostrado y demuestran: 1. que les trae sin cuidado respetar la legalidad vigente, dando un pésimo ejemplo a la ciudadanía de nuestro municipio; 2. que les importa un bledo el respeto a las reglas más elementales de la educación cívica, política y lingüística, dando nuevamente un ejemplo censurable a la ciudadanía; 3. y les importa un comino hacer el ridículo al enseñar el plumero: sólo utilizan el bilingüismo para pedir el voto a los ciudadanos y, después, si te he visto no me acuerdo.
· Ante estos hechos, los ciudadanos de Cerdanyola, conscientes de nuestros derechos (cf. art. 3.1. de la Constitución de 1978), tenemos la oportunidad y la obligación de pasar factura a todos estos partidos sectarios, el próximo día 22 de mayo. Los desmanes lingüísticos, cometidos por ellos, el sectarismo y el partidismo de los que han hecho gala deberían provocar la migración de nuestros votos hacia aquellas formaciones políticas que se comprometan a respetar los derechos lingüísticos inalienables de los ciudadanos de Cerdanyola, que tienen como lengua propia una de las lenguas oficiales y mayoritarias de nuestro municipio, el español. La impunidad lingüística de la que han disfrutado debería acabarse el 22 de mayo, día de las elecciones municipales. En nuestras manos está el restablecer el imperio de la ley.
Manuel I. Cabezas González