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domingo, 16 de septiembre de 2007
El tercerismo, ay ay ay
Resulta muy interesante el debate espontáneo, nada premeditado ni estratégico, al que hemos asisitido quienes leemos regularmente Libertad Digital, el medio de información más libre e independiente de la red y de España.
Tan libre tan libre, que a veces se pasa, mezclando a gente tan intelectualmente mediocre y éticamente reprobable como Nolla o Robles (del difunto Ciutadans) con extraordinarios articulistas, polemistas e intelectuales como Vázquez-Rial, Pío Moa, Pepe García Domínguez, Girauta, del Pino, Marco, Recarte, Amando de Miguel y aquellos que injustamente olvido.
A lo que vamos: acerca de la "platapro", es decir del nuevo proyecto de partido upedeo (así les llaman ya, por aquello del horrible nombre provisional de UPD, nada menos que "Unidad, Progreso y Democracia", ni que fuésemos portugueses de los setenta), después de la experiencia fallida de Ciutadans, hemos leído entre gente ilustrada y liberal, defensora razonable, racional y determinada de la libertad, palabra extraña en un país como España, posicionamientos, argumentaciones y análisis variados y a veces antagónicos.
Sin volver a citar nombres, he aquí una síntesis de los desacuerdos, del debate, de las dudas enfrentadas:
1. Están quienes a pesar de todo se alegran de que un nuevo partido o un nuevo "lo que sea" mueva el árbol, no precisamente para que otros recojan las nueces, sino para que la izquierda se regenere y no deje tan sola a la derecha liberal-conservadora en la defensa de la nación española, encarnación de la democracía y garantía de nuestras libertades individuales.
2. Los mismos u otros también se alegran, como ya lo hicieron con el fracasado proyecto de Ciutadans, porque semejantes iniciativas pueden servir para "espabilar" al PP y sacarlo parcialmente de sus siniestras contradicciones. De hecho, Sirera por Piqué en Cataluña es un efecto inducido e involuntario, pero positivo, del debate provocado y acelerado por Boadella y Espada. Aunque cuatro infelices, entre ellos un tal Rivera, se hayan adueñado con apostasía, traición, mentiras y miserias de aquel discurso (no de la idea) -"restablecer "el principio de realidad" en una sociedad irracionalmente nacionalista-, es sólo un detalle.
Que un pobre diablo como Gorriarán se dedique en su blog a insultar a Abascal, imitando con oscuros talentos a los peores adalides de la Eta, de Pepiño y de sus satélites, tampoco pasa de ser una mera anécdota, según quienes hacen balance y terminan diciendo: bueno es que algunos impertinentes, más allá de sus luces, más bien tenues, sacudan el telón de un escenario político anquilosado, rancio y polvoriento.
3. Otros expresan una preocupación profunda frente a tales movimientos, en un contexto histórico en el que consideran que se está fraguando el futuro de España, es decir de nuestra libertad amenazada. De forma pragmática, pues nunca han sido ungidos por la fe política, entienden que lo importante, urgente, primordial y prioritario es echar al iletrado, radical y peterpanista Rodríguez de la Moncloa. Sólo se puede lograr con una victoria del Partido Popular, a pesar de sus cuasimodos, infiltrados y cortesanos que desde la cima de Génova se comportan como enemigos objetivos del espíritu de Cádiz.
4. Algunos observan con preocupación cómo las iniciativas cívicas extraordinariamente éticas y vigorosas (Basta Ya, Foro de Ermua) pueden dejar de ser lo que son si deciden ser otra cosa. Dicho de otra forma: ¿Qué demonios hacen en un proyecto de partido gente como Buesa o Savater, que jamás han entendido ni entenderán nada sobre política, cuando su papel en los últimos diez años ha sido, precisamente, el de referentes incuestionables de nuestra dignidad, allende la política formal?
Mentes lúcidas, ya no en Libertad Digital sino en este muro de disidencia que es Ciudadanos en la Red, con sanísimo síndrome de Budapest 56 y Praga 68, intentan desde el distanciamiento crítico apreciar la realidad inmediata, poniéndola en perspectiva. Son dignos herederos de aquellos (ya) nostágicos años de "Mientras tanto", cuando contra Franco algunos vivían mejor (en defensa de la libertad), mientras bermejos, cebrianes y polancos chupaban del bote, como buenos profesionales del cinismo, de la desvergüenza y de la ignominia.
Estos Erasmos y Acostas nos recuerdan que los políticos, ni mandan ni jamás han podido hacerlo, aunque siempre lo hayan pretendido. La Bastilla se tomó un catorce de julio, y ningún historiador ha sido capaz (ya han pasado 218 años) de explicar por qué en aquella hora, en aquel lugar y en aquellas circuntancias. La última palabra siempre la tendrá mi vecino, y la tendré yo.
Átense los machos, profesionales del politiqueo. La partida sólo está empezando, y cada día estaréis más desorientados, porque habéis dejado huérfana una sociedad que, dentro del caos hispánico, terminará, como la sangre marquiana que sube escaleras en la costa macondiana, abriéndose paso entre vuestras cobardías. Daños colaterales los habrá, pues la libertad no tiene precio, y si lo tiene, no serán ustedes quienes lo fijen; más que amortizados, están devaluados y desaparecidos en alta mar.
Jorge Harrison
Tan libre tan libre, que a veces se pasa, mezclando a gente tan intelectualmente mediocre y éticamente reprobable como Nolla o Robles (del difunto Ciutadans) con extraordinarios articulistas, polemistas e intelectuales como Vázquez-Rial, Pío Moa, Pepe García Domínguez, Girauta, del Pino, Marco, Recarte, Amando de Miguel y aquellos que injustamente olvido.
A lo que vamos: acerca de la "platapro", es decir del nuevo proyecto de partido upedeo (así les llaman ya, por aquello del horrible nombre provisional de UPD, nada menos que "Unidad, Progreso y Democracia", ni que fuésemos portugueses de los setenta), después de la experiencia fallida de Ciutadans, hemos leído entre gente ilustrada y liberal, defensora razonable, racional y determinada de la libertad, palabra extraña en un país como España, posicionamientos, argumentaciones y análisis variados y a veces antagónicos.
Sin volver a citar nombres, he aquí una síntesis de los desacuerdos, del debate, de las dudas enfrentadas:
1. Están quienes a pesar de todo se alegran de que un nuevo partido o un nuevo "lo que sea" mueva el árbol, no precisamente para que otros recojan las nueces, sino para que la izquierda se regenere y no deje tan sola a la derecha liberal-conservadora en la defensa de la nación española, encarnación de la democracía y garantía de nuestras libertades individuales.
2. Los mismos u otros también se alegran, como ya lo hicieron con el fracasado proyecto de Ciutadans, porque semejantes iniciativas pueden servir para "espabilar" al PP y sacarlo parcialmente de sus siniestras contradicciones. De hecho, Sirera por Piqué en Cataluña es un efecto inducido e involuntario, pero positivo, del debate provocado y acelerado por Boadella y Espada. Aunque cuatro infelices, entre ellos un tal Rivera, se hayan adueñado con apostasía, traición, mentiras y miserias de aquel discurso (no de la idea) -"restablecer "el principio de realidad" en una sociedad irracionalmente nacionalista-, es sólo un detalle.
Que un pobre diablo como Gorriarán se dedique en su blog a insultar a Abascal, imitando con oscuros talentos a los peores adalides de la Eta, de Pepiño y de sus satélites, tampoco pasa de ser una mera anécdota, según quienes hacen balance y terminan diciendo: bueno es que algunos impertinentes, más allá de sus luces, más bien tenues, sacudan el telón de un escenario político anquilosado, rancio y polvoriento.
3. Otros expresan una preocupación profunda frente a tales movimientos, en un contexto histórico en el que consideran que se está fraguando el futuro de España, es decir de nuestra libertad amenazada. De forma pragmática, pues nunca han sido ungidos por la fe política, entienden que lo importante, urgente, primordial y prioritario es echar al iletrado, radical y peterpanista Rodríguez de la Moncloa. Sólo se puede lograr con una victoria del Partido Popular, a pesar de sus cuasimodos, infiltrados y cortesanos que desde la cima de Génova se comportan como enemigos objetivos del espíritu de Cádiz.
4. Algunos observan con preocupación cómo las iniciativas cívicas extraordinariamente éticas y vigorosas (Basta Ya, Foro de Ermua) pueden dejar de ser lo que son si deciden ser otra cosa. Dicho de otra forma: ¿Qué demonios hacen en un proyecto de partido gente como Buesa o Savater, que jamás han entendido ni entenderán nada sobre política, cuando su papel en los últimos diez años ha sido, precisamente, el de referentes incuestionables de nuestra dignidad, allende la política formal?
Mentes lúcidas, ya no en Libertad Digital sino en este muro de disidencia que es Ciudadanos en la Red, con sanísimo síndrome de Budapest 56 y Praga 68, intentan desde el distanciamiento crítico apreciar la realidad inmediata, poniéndola en perspectiva. Son dignos herederos de aquellos (ya) nostágicos años de "Mientras tanto", cuando contra Franco algunos vivían mejor (en defensa de la libertad), mientras bermejos, cebrianes y polancos chupaban del bote, como buenos profesionales del cinismo, de la desvergüenza y de la ignominia.
Estos Erasmos y Acostas nos recuerdan que los políticos, ni mandan ni jamás han podido hacerlo, aunque siempre lo hayan pretendido. La Bastilla se tomó un catorce de julio, y ningún historiador ha sido capaz (ya han pasado 218 años) de explicar por qué en aquella hora, en aquel lugar y en aquellas circuntancias. La última palabra siempre la tendrá mi vecino, y la tendré yo.
Átense los machos, profesionales del politiqueo. La partida sólo está empezando, y cada día estaréis más desorientados, porque habéis dejado huérfana una sociedad que, dentro del caos hispánico, terminará, como la sangre marquiana que sube escaleras en la costa macondiana, abriéndose paso entre vuestras cobardías. Daños colaterales los habrá, pues la libertad no tiene precio, y si lo tiene, no serán ustedes quienes lo fijen; más que amortizados, están devaluados y desaparecidos en alta mar.
Jorge Harrison
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