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sábado, 15 de septiembre de 2007

La última cena


¡Ciudadanos, todos a la cena del 28!

¡Ciudadanos hasta el final!

¡El final será ciudadano!


Upedeos a la vista


El nuevo partido UPD aparece y se inserta en una situación confusa y responde a dos vectores esenciales en la actual vida nacional.

1.-De una parte viene a responder orgánicamente a una demanda ciudadana de participar en la política para girar el rumbo del país, supone un horizonte de esperanza social, es una posibilidad de solución electoral y parlamentaria y una respuesta para sectores de la población que urgen institucionalizar un instrumento de lucha.

2.-Pero de otro lado viene a constituir un reducto de opositores a fin de domar su actividad y de limar su lucha libertaria., una posible trampa para ingenuos, un patio limitado, de desahogo e inofensivo.

En esas coordenadas se juega el provenir de UPD, un fenómeno contradictorio aunque positivo en su reciente aparición y futuro desarrollo. Esta contradicción y sus secuelas menores están presentes desde el principio de su concepción y arranque, precisamente cuando se verificó el fracaso de Ciudadanos y aprendiendo de esa experiencia.

¿Qué partido político en la historia nace con un llamamiento a la sociedad para constituirlo? Ninguno, a la sociedad se le llama a votar o a crear movimientos cívicos pero no un partido político, organización que por naturaleza y objetivos precisa especialistas, que es decir componentes de nivel superior a los de la población en general.. Por eso UPD es también un híbrido entre movimiento social y partido político y eso confiere de entrada un rango de provisionalidad que a la larga debe decantarse. Eso les lleva a plantearse una estructura “provisional” a modo de blindaje contra críticas relativas a su falta de funcionamiento democrático.

Desde el punto de vista de ese funcionamiento han encontrado una fórmula “creíble”: crear una estructura-base “democrática” actualmente inevitable, con la que presentarse precaria y apresuradamente en sociedad, con el objetivo de poder recabar votos en las inminentes elecciones. Se subraya así el componente de movimiento y se relega el organizativo-partidario. Se tapona la vía de agua que supuso para C`s, este motivo, se gana tiempo para posteriores situaciones y se mide su éxito social en una especie de cata electoral.

Desde el punto de vista ideológico también han aprendido la experiencia de Ciudadanos. La gente que acude a estos llamamientos no responde a un perfil único, provienen de todo el espectro político y con posiciones no definidas en la jerga al uso de los nombres tradicionales. Se impone no forzar un pronunciamiento limitativo, dejando abierto este aspecto para no dificultar adscripciones. Aunque a pesar de esta táctica, las declaraciones de sus actuales portavoces enfatizan tal o cual aspecto de lateralidad original, cubriendo la responsabilidad en que no es “oficial” al no haberse constituido todavía el organismo, pero haciendo guiños a los llamados para revelar su “auténcia condición” política. En una palabra, reclaman mano de obra de todas partes y a cada obrero le cuentan lo que desea oír.

Desde el punto de vista del ámbito de actuación se han mostrado abiertamente nacional con decisión y sin tapujos, aprendiendo nuevamente de Ciudadanos, que no cumplió en esto tampoco, lo acordado en el ideario de su Congreso fundacional. Se trata de evitar un nuevo fracaso por esta razón en esta nueva experiencia, dado que la evidencia de los problemas de España no ofrece ya ninguna duda a los españoles en su dimensión y profundidad y mucho menos en su raíz nacional. Eso ya era evidente en Bellaterra y así se pactó, pero avatares posteriores en C`s han demostrado que sus dirigentes obraron agazapados para impedir el desarrollo de su programa: querían un partido regional y una edición del PSC “no nacionalista”. La enseñanza de que los afiliados no han aceptado esa traición, ha obligado a UPD a tomar buena nota de este asunto.

Y en cuanto a su declaración de intenciones incurren en una flagrante contradicción al pretender sanar un cuerpo constitucional desahuciado por los acontecimientos y visible en todo el mundo, en vez de afrontar la inseminación de uno nuevo, inevitable destino de cualquier nuevo instrumento político en España.

En conjunto UPD es un paso muy importante principalmente por la claridad y las enseñanzas que el nuevo partido proporcionará a la vida nacional, una de las cuales será cómo contendrá a unos afiliados que desean fervientemente acabar con la inservible estructura política nacional y encontrar soluciones más adecuadas y eficientes de las empleadas o declaradas hasta ahora. Y dada la situación del país, asistiremos a un curso intensivo y rápido, tan rápido, que UPD tendrá que examinarse a unos meses de su nacimiento.

Mario M. Acosta

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