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martes, 23 de septiembre de 2008

Ethos político

Para Guachefe, sin acritud

Cuando Leonard Cohen le consultó a su gurú budista porque alguien le dijo que las canciones que componía eran demasiado tristes, el lama le respondió: “no te preocupes, aún debes hacerlas más tristes, hasta que les salten las lágrimas a quienes las escuchen”. El cantautor canadiense siguió al pie de la letra las instrucciones de su maestro.

Sócrates descubrió la mayéutica como método para enseñar sus pensamientos a sus discípulos, pero también para enseñarles a pensar por sí mismos, y esta estrategia de comunicación ha tenido gran influencia en el periodismo actual y en la psicoterapia, pero no en la política, porque la política no enseña nada, oculta todas las enseñanzas. El conocimiento auténtico no está en las respuestas, sino en las preguntas, por eso los políticos sólo dan respuestas. La curiosidad ha sido el motor de evolución de la humanidad.

Erasmo de Rótterdam, un tipo genial, realiza en su obra “Elogio de la Locura” una crítica de la sociedad de su tiempo, por una parte los excesos del poder, y por otra la conversión de la fe católica en una religión mundana, materialista, pero también inhumana, dogmática, irreflexiva e irracional.

Erasmo critica al mismo Papa, a los clérigos corruptos, utilizando el sujeto de la locura para construir su discurso, porque la ciencia –la razón- no es adversaria de la religión, sino su complemento necesario. Erasmo era honesto, por eso Lutero, que también era honesto, lo admiró tanto. A Giordano Bruno lo quemaron en la hoguera, tras cortarle la lengua, porque no dejaba de decir verdades, también era honesto.

El Ethos es uno de los tres modos de persuasión de la retórica según Aristóteles – junto con el logos y el pathos-. El ethos da lugar a la política, el logos a la ciencia, y el pathos a las emociones. En cualquier discurso se imbrincan para procurar un mensaje determinado. Zapatero utiliza el pathos, diciendo que defiende el ethos, sin saber siquiera que es el logos. Pura estética “buenista” en su conjunto como ha denunciado Gustavo Bueno.

Sigamos adelante. Daniel Innerarity en su obra “Dialéctica de la Modernidad” nos habla del ethos político en la actualidad y dice lo siguiente:

“A diferencia de otras épocas en que los ideales políticos gozaban de adhesión y capacidad movilizadora, parece ser una característica de la nuestra su progresiva pérdida de credibilidad. De manera generalizada, la política no significa otra cosa que un escenario en el que la ficción deviene realidad y donde se consienten actitudes que serían consideradas como inmorales en el campo de las relaciones interpersonales.

La existencia de abusos de poder o la simulación para obtener determinados beneficios políticos no se han inventado recientemente: recorren la historia de un extremo a otro y son una llamada de atención sobre la endeble condición humana. Lo que si parece específico de nuestra situación es que la consideramos inevitable: para la opinión dominante, la ética y la política son, de hecho, dos realidades que se encuentran en recíproca oposición.

Los motivos de este desencanto pueden ser muy variados; la coincidencia, en palabras de Nietzsche, consiste en afirmar: “la necesaria suciedad de todo hacer político”.

Max Weber recogió este modo de ver las cosas en una advertencia de crudo realismo: “cualquiera que desee intervenir en la política en este mundo, ha de estar por encima de todo desprovisto de ilusiones”. Entre estas ilusiones figura, según Weber, la de pensar que la política es una actividad moral: “quien se mete en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno sólo produzca lo bueno, y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario”.


De cuando leía el blog de Rosa Díez, recuerdo que un día expresó su admiración por Max Weber, hoy se puede comprobar que se ha olvidado de sus enseñanzas, entre tanto trabajo y representación.

Leonard Cohen podría, sin duda, ponerle música a nuestra época, mientras Sócrates haría esas preguntas tan necesarias sobre nuestra realidad. Erasmo, seguiría criticando cualquier “hibris” religiosa o política, y Giordano Bruno seguiría reclamando “némesis” antes de que le ajusticiaran en la hoguera. El mito del eterno retorno ataca de nuevo.

No es cierto que los ciudadanos no sepamos lo que ocurre, lo sabemos, conocemos la forma de actuar de los tiranos disfrazados de buenas personas, que buscan nuestro bien en este mundo o en cualquier otro. No es cierto que no sepamos distinguir la hipocresía con que nos tratan los políticos. No es cierto que no alcancemos a distinguir cuales son sus auténticas intenciones, la de perpetuarse en el poder, la de obtener privilegios de representarnos que no alcanzaron en la vida civil, la de buscar la idolatrización de sus "egos". "Vanitas vanitatis".

Por eso, y no por histeria, sino por historia reclamamos democracia, queremos libertad, y llamamos sinvergüenzas a los que se acantonan en el poder para defender sus lentejas a costa de que nosotros nos comamos la lata.

Los ciudadanos no somos idiotas, ya no, en Ciutadans nos defraudaron y lo denunciamos, en UPyD nos defraudan y lo denunciamos. El PSOE y el PP forman el establishment contra el que debemos enfrentarnos, es cierto, pero Ciutadans y UPyD forman los diques que impedirán el enfrentamiento contra los opresores y privilegiados de la política, lugar que aspiran a compartir los dirigentes de las nuevas formaciones políticas que tratan de mantener dentro del redil del engaño político a las voluntades más crispadas.

Ciutadans y UPyD forman en su conjunto el cinturón protector de la clase política en España, o el cinturón de castidad, como ustedes prefieran. Son remedios paliativos de nuestras desgracias ciudadanas con la política.

Eso hay que denunciarlo y exponerlo a la luz pública, como antídoto de un nuevo engaño de los políticos a los ciudadanos. La salud pública de nuestra sociedad lo requiere, lo necesita. No se puede seguir admitiendo tanta violencia gratuita sobre nuestra existencia, para que medren los que se consideran más espabilados a costa de manipular siniestramente las ilusiones de todos los que hayan alcanzado conciencia de su condición ciudadana.

El ethos político nada tiene que ver con la ética, es pura estética modernista, es hora de que el ethos ciudadano desplace al ethos político. La batalla no está entre izquierda y derecha, PSOE o PP, o Ciutadans y UPyD, esa es su batalla; la nuestra es otra, la de los ciudadanos contra todos los políticos. Es la sociedad civil contra el Estado opresor que reparte privilegios entre sus secuaces y guardianes.

Polis significa ciudad en griego, la política deriva de la ciudadanía, los políticos deben estar al servicio de los ciudadanos, no los ciudadanos al servicio de los políticos. Se acabó la representación hipócrita de los vendedores de alfombras voladoras, contra oscurantismo y enmascaramiento, luz y taquígrafos, y en su defecto, internet y libertad.

Enrique Suárez Retuerta

Fortea Pérez solicita la disolución de UPyD por falta de democracia


El profesor Fortea ha invocado al Defensor del Pueblo sobre la ausencia de democracia que se vive en el partido de Rosa Díez, pero parece que el señor Múgica, buen amigo de Rosa Díez, ha archivado el caso.

En el Foro de Ciudadanos en la Red hay numerosa y variada información sobre el tema gracias a los participantes en el mismo, frustrados en su mayoría por la evolución de la formación política.

También en el Blog de Ciudadanos en la Red hemos denunciado en varias ocasiones las dificultades que está encontrando esta formación política para avanzar por la senda de la Ley de Partidos, que incumple de forma flagrante, al igual que el Artículo 6 de la Constitución Española.

Al partido de Rosa Díez y Carlos Martínez Gorriarán le está ocurriendo prácticamente lo mismo que le pasó a Ciutadans, aquella formación política que impulsó Albert Boadella y que hoy se declara abiertamente de centro izquierda no nacionalista, para intentar arrebatar votos al PSC.

En UPyD no fluye la democracia, y según información recibida en la redacción de nuestro blog, el número de bajas en el partido es creciente, algo realmente dramático en un partido que ha iniciado su andadura política apenas hace un año. ¿Qué ha hecho que ilusionados militantes -muchos provenientes de la debacle de Ciutadans tras el último Congreso de este partido- se vayan del partido de Rosa Díez?.

En mi opinión hay varias razones que han motivado el no crecimiento de la formación magenta, a pesar de las declaraciones triunfalistas que hace Carlos Martínez Gorriarán en su blog.

1) El partido que se anunciaba transversal en su comienzo se ha escorado demasiado hacia la izquierda, negando la presencia de opciones liberales en su dirección. Personajes como Vargas LLosa, Mikel Buesa, y Albert Boadella, hace tiempo que han dejado de expresar su colaboración con el proyecto. Otra opción más que busca participar del espacio electoral del centro izquierda.

2) La dirección política y las distintas territoriales del partido han sido ocupadas por antiguos militantes del PSOE, fundamentalmente de la corriente "socialistas en positivo". La presencia de Sosa Wagner como candidato capital a las elecciones europeas, sin haber consultado con las bases del partido, es un signo esclarecedor.

3) El programa político que se ha visto hasta ahora en UPyD adolece de fuerza y coherencia en una época extraordinariamente difícil en la política española. Se recrea en los estereotipos de costumbre: laicismo radical, educación para la ciudadanía, no nacionalismo, populismo de Rosa Díez, denuncia de las aberraciones políticas de sus competidores, condena del terrorismo, réplica de los mismos errores de los demás partidos políticos españoles.

4) Han comenzado los expedientes disciplinarios contra los discrepantes, el desplazamiento, persecución y purga de los opositores a la dirección política, que lo único que piden es democracia y comunicación directa entre los militantes del partido.

5) El partido que se anunciaba como revolucionario en su objetivo de cambiar realmente las cosas en la política española, ahora se conforma exclusivamente con alcanzar una cuota de representación y poder, mientras Rosa Díez se recorre las plazas diciendo en voz alta lo que pensamos muchos españoles, para regalarnos el oído a los ciudadanos en la captura de votantes esquilmados. El modelo de un Estado fuerte, la ausencia de criterios claros a la hora de defender la Constitución española, la ausencia de éxito del Manifiesto por una Lengua Común, con gran apoyo mediático, al que se adhirió el PP, el Mundo, Libertad Digital, etc... (250.000 suscriptores es el 0,5 % de la población española). Se busca el cambio de la Constitución Española para corregir los efectos electorales de las fórmulas que perjudican a la opción política magenta, olvidándose de promover la lucha para que se respeten sus contenidos vigentes, transgredidos por el Gobierno, y obviados por la oposición.

6) Situaciones como las vividas en Cataluña y Galicia, demuestran que los militantes de base del partido no comparten las imposiciones organizadas desde la cúspide. La situación en Madrid es ambigua, de tensa espera. Sin siquiera una pequeña autocrítica de lo que está ocurriendo por parte de los seguidores del partido, no hay muchas posibilidades de que el proyecto pueda salir adelante con una cota mínima de libertad, igualdad, justicia y democracia en su seno. ¿Cómo se puede decir a la población española que se lucha por la democracia, cuando no se respeta ni en el propio partido que emite el mensaje?.

Lástima, en este blog apoyamos en su día la irrupción del partido magenta en la política española, hoy tenemos que reconocer que nos equivocamos y pedimos disculpas a nuestros lectores por haberles confundido en su elección.

UPyD, lamentablemente, dista extraordinariamente de ser el partido que pueda recoger a los discrepantes de este país, ni a los socialistas cuando el PSOE está gobernando, ni a los populares cuando se ha mostrado claramente de izquierdas, sin dar opción al anunciado transversalismo.

De la selección de representantes políticos que proviene de criterios democráticos, se ha pasado a la selección de militantes que pueden o no pueden participar en el proyecto, fundamentando la decisión exclusivamente en el criterio de si comparten absolutamente lo que se establece en la dirección política, o piensan por sí mismos, que en su caso son relegados o expulsados del partido.

Quizás la opción de futuro podría estar en permitir que la democracia decidiera quienes deben ser los representantes públicos del partido, aunque pienso que a estas alturas, la ofuscación de la dirección, el miedo a la libertad, y el clima de desconfianza y discrepancia enmascarada en el que se vive, han hecho que el partido magenta haya perdido definitivamente el tren de la historia política de este país, exactamente lo mismo que le ha ocurrido a Ciutadans.

Por último, un partido que se asocia y sostiene exclusivamente sobre el discurso de su lideresa corre un riesgo muy elevado de fracaso, pongamos por caso que desde el PSOE se hace una campaña contra Rosa Díez, mostrando los errores que haya podido cometer mientras militaba y representaba a su antigua formación política. Por otra parte, el PSOE es en estos momentos el máximo responsable del deterioro institucional en la política española. Evidentemente, no aprobar la política del PSOE ahora, no exime de la responsabilidad de haberla apoyado en el pasado, de no haber defendido en Europa, cuando Rosa Díez era la máxima responsable de su partido un discurso de lo que estaba ocurriendo en España. Otra forma de hacer las cosas, con extraordinaria coherencia con las ideas que ha defendido siempre es la conducta de María San Gil, abandonando su acta de diputado en el Parlamento Vasco, y también el Partido Popular, retirándose de la política.

En algunas ocasiones, el silencio de una sola persona tiene mayor valor que todas las palabras pronunciadas por una congregación de políticos.


Erasmo de Salinas

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