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miércoles, 12 de mayo de 2010
Zapatero Manostijeras
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Por una Auditoría General del gasto público
Empeñado está el Presidente del Gobierno español en mostrar al mundo que se equivoca, que de la pequeña desaceleración sobre la que triunfó en las Elecciones Generales de 2008 (recuérdese que en las Elecciones Generales de 2004, el atentado que ocurrió el 11-M nos trajo esta joya), se sale al revés de lo que han propuesto los principales analistas financieros, los gobiernos occidentales, y hasta el Presidente del Banco de España. Pero José Luis es un cazurro de adopción, que antes de rectificar nos lleva a la ruina.
Cuando alguien es tan narcisista y soberbio como para contradecir al mundo entero (Obama, Merkel, Sarkozy, incluidos), sólo puede ser por una razón, está convencido de que es algo parecido al Mesías. Y los once millones que le han votado, también.
Verán ustedes, entre chuminada e improvisación, aquí el maestro nos ha llevado a una situación de precariedad que ni los más pesimistas analistas internacionales llegaban a sospechar hace dos años. No hay periódico económico internacional o nacional que haya pensado y manifestado sus dudas sobre el estado mental del sujeto.
Se dice pronto, pero cada día que José Luis permanece en el gobierno estamos retrasando tres días para salir de la crisis, el primero porque responder tarde es perder las oportunidades, el segundo porque nuestro país no es el único del mundo, y por lo tanto, mientras los demás están resolviendo las cosas, aquí nos seguimos hundiendo, con lo que resulta que cada día vamos perdiendo ventajas y competitividad adquiridas a lo largo de muchos años, gracias a José Luis, y el tercero porque la deuda del Estado se incrementa sin fin y cada día va resultando más caro obtener crédito y más onerosa su devolución. Ni los más arriesgados se atreven a ofrecer una fecha para que España comience a salir de la crisis. Como muy pronto no será antes de 2016 o 2017, y da igual que se cambie de gobierno, que haya elecciones, o que entonemos entre todos la danza de la lluvia.
Por ahora no se aprecia demasiado el costo que estamos pagando, pero con la subida del IVA, y la rebaja de pensiones comenzaremos a notarlo, pero sobretodo cuando los subsidios de los parados comiencen a concluir. El deterioro de los servicios públicos está asegurado. Y ya no nos salva nadie. Evidentemente José Luis no es el único responsable, hay un Parlamento y una oposición que han sido sus cómplices y también tendrán que rendir cuentas ante los ciudadanos.
Pero lo que más me llama la atención es el silencio de los once millones de votantes que hicieron a José Luis Presidente de un Gobierno sobre todas sus mentiras. Todavía estoy esperando a ver como desde la opinión pública surgen voces diciendo: lo siento, me equivoqué, le di mi voto a un sinvergüenza. En vez de un reconocimiento de responsabilidad y una petición de disculpas, todavía algunos están empeñados en dar lecciones a los demás, sobre el origen de la crisis, culpando a las causas más variopintas, desde los mercados internacionales hasta los inmigrantes y quedándose más frescos que un ecologista defendiendo el cambio climático.
Hay una campaña de propaganda organizada desde el Gobierno y apoyada por todos los que sostienen y se sostienen en el PSOE y también por los nacionalismos, incluidos los sindicatos y los colectivos subvencionados, que se empeña en convencer a los españoles de que José Luis ha hecho lo que ha podido y que nada más se pudo hacer. Y los miles de millones de euros de dinero público que han dilapidado y acumulado en sus cuentas personales para atravesar el desierto que se nos viene encima, como son de dinero público no son de nadie. Pues van listos.
Daré mi voto al partido que se proponga hacer una Auditoría General del Estado, que interese al gobierno de la nación, a todos los gobiernos autonómicos, y a todos lo gobiernos municipales, así como a todas las instituciones, bancos, sindicatos, colectivos, y personas que hayan recibido un euro de dinero público, incluidos todos los delegados de Hacienda del país.
Por qué hasta que no sepamos cual es el diagnóstico correcto de lo que ha ocurrido, no estaremos en condiciones de resolver los problemas que tenemos. Evidentemente esta Auditoría General del Estado no puede ser realizada por funcionarios públicos, sino por agentes contratados en Estados Unidos, Alemania, Suiza y otros países que tengan tradición en la intervención de las cuentas públicas.
¿Quién le va a devolver a la inmensa mayoría de los españoles los diez años de penuria económica que vienen gracias a José Luis Rodríguez Zapatero y sus secuaces?. ¿Tiene derecho un mequetrefe a condenar a 46 millones de personas a la miseria para salirse con la suya?
Mientras no se haga, seguirá el cachondeo
Biante de Priena
Cuando alguien es tan narcisista y soberbio como para contradecir al mundo entero (Obama, Merkel, Sarkozy, incluidos), sólo puede ser por una razón, está convencido de que es algo parecido al Mesías. Y los once millones que le han votado, también.
Verán ustedes, entre chuminada e improvisación, aquí el maestro nos ha llevado a una situación de precariedad que ni los más pesimistas analistas internacionales llegaban a sospechar hace dos años. No hay periódico económico internacional o nacional que haya pensado y manifestado sus dudas sobre el estado mental del sujeto.
Se dice pronto, pero cada día que José Luis permanece en el gobierno estamos retrasando tres días para salir de la crisis, el primero porque responder tarde es perder las oportunidades, el segundo porque nuestro país no es el único del mundo, y por lo tanto, mientras los demás están resolviendo las cosas, aquí nos seguimos hundiendo, con lo que resulta que cada día vamos perdiendo ventajas y competitividad adquiridas a lo largo de muchos años, gracias a José Luis, y el tercero porque la deuda del Estado se incrementa sin fin y cada día va resultando más caro obtener crédito y más onerosa su devolución. Ni los más arriesgados se atreven a ofrecer una fecha para que España comience a salir de la crisis. Como muy pronto no será antes de 2016 o 2017, y da igual que se cambie de gobierno, que haya elecciones, o que entonemos entre todos la danza de la lluvia.
Por ahora no se aprecia demasiado el costo que estamos pagando, pero con la subida del IVA, y la rebaja de pensiones comenzaremos a notarlo, pero sobretodo cuando los subsidios de los parados comiencen a concluir. El deterioro de los servicios públicos está asegurado. Y ya no nos salva nadie. Evidentemente José Luis no es el único responsable, hay un Parlamento y una oposición que han sido sus cómplices y también tendrán que rendir cuentas ante los ciudadanos.
Pero lo que más me llama la atención es el silencio de los once millones de votantes que hicieron a José Luis Presidente de un Gobierno sobre todas sus mentiras. Todavía estoy esperando a ver como desde la opinión pública surgen voces diciendo: lo siento, me equivoqué, le di mi voto a un sinvergüenza. En vez de un reconocimiento de responsabilidad y una petición de disculpas, todavía algunos están empeñados en dar lecciones a los demás, sobre el origen de la crisis, culpando a las causas más variopintas, desde los mercados internacionales hasta los inmigrantes y quedándose más frescos que un ecologista defendiendo el cambio climático.
Hay una campaña de propaganda organizada desde el Gobierno y apoyada por todos los que sostienen y se sostienen en el PSOE y también por los nacionalismos, incluidos los sindicatos y los colectivos subvencionados, que se empeña en convencer a los españoles de que José Luis ha hecho lo que ha podido y que nada más se pudo hacer. Y los miles de millones de euros de dinero público que han dilapidado y acumulado en sus cuentas personales para atravesar el desierto que se nos viene encima, como son de dinero público no son de nadie. Pues van listos.
Daré mi voto al partido que se proponga hacer una Auditoría General del Estado, que interese al gobierno de la nación, a todos los gobiernos autonómicos, y a todos lo gobiernos municipales, así como a todas las instituciones, bancos, sindicatos, colectivos, y personas que hayan recibido un euro de dinero público, incluidos todos los delegados de Hacienda del país.
Por qué hasta que no sepamos cual es el diagnóstico correcto de lo que ha ocurrido, no estaremos en condiciones de resolver los problemas que tenemos. Evidentemente esta Auditoría General del Estado no puede ser realizada por funcionarios públicos, sino por agentes contratados en Estados Unidos, Alemania, Suiza y otros países que tengan tradición en la intervención de las cuentas públicas.
¿Quién le va a devolver a la inmensa mayoría de los españoles los diez años de penuria económica que vienen gracias a José Luis Rodríguez Zapatero y sus secuaces?. ¿Tiene derecho un mequetrefe a condenar a 46 millones de personas a la miseria para salirse con la suya?
Mientras no se haga, seguirá el cachondeo
Biante de Priena
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