La emboscadura (1951) - Ernst Jünger (1895-1998) - (012)
En la filosofía de Jünger se configuran personajes simbólicos paradigmáticos,- “gestalts” - como el trabajador, el soldado desconocido, el anarca, o el emboscado. Este último personaje o configuración surge en una sociedad inerme e inerte, en un sistema político de lemocracia plebiscitaria que se encarga de domesticar y adoctrinar a los seres humanos hasta convertirlos en gregarias cabezas de ganado, incapaces de disfrutar de la vida en libertad. El emboscado, radicalmente enfrentado al Leviathán –el Estado- opresor, debe retirarse al “bosque” para poder iniciar su contraataque. La casta dirigente desprecia, a la vez que teme, a los hombres libres, ya que éstos ponen en peligro las sólidas estructuras del poder. "El emboscado está decidido a ofrecer resistencia y se propone a llevar adelante la lucha".
A lo largo de esta obra, el autor expone el concepto de “bosque”, ese lugar secreto donde el ser humano debe vencer el miedo que le paraliza y elevarse por encima del tiempo, el lugar en el que se encuentra la libertad. El bosque está en todas partes, en las mismas ciudades donde el emboscado vive escondido, o en cualquier otro sitio donde sea posible oponer resistencia. Sólo aquel que pueda llegar a percibir la angustia y la monotonía de la existencia, aquel que, sumido en la desesperación, pueda asomarse al inmenso abismo de la nada que se abre bajo sus pies, estará preparado para iniciar el camino del emboscado. Para ello deberá renunciar a las comodidades que le proporciona la tecnología y a la seguridad que le ofrece la vida entre el rebaño. La grandeza humana –dice Jünger- se conquista con la lucha. "Esta grandeza obtiene la victoria cuando vence en su propio pecho el ataque de la vileza". La revolución interior debe preceder a cualquier revolución colectiva, ante la aniquilación de la esencia humana que se establece desde el poder.
Además de enfrentarse al vacío existencial, el rebelde, deberá derrotar al miedo, terrible fantasma que esclaviza al ser humano y que es, además, el mayor aliado del poder para someter a las masas. Si bien el miedo es consustancial a la naturaleza humana y no es posible eliminarlo por completo, el emboscado deberá perseverar en la lucha hasta conseguir la libertad espiritual. "El miedo humano es siempre el mismo en todos los tiempos, en todos los lugares, en cada uno de los corazones; es miedo a la aniquilación, es miedo a la muerte".
Las ideas que se desarrollan en "La emboscadura", tanto en el plano político-social como en el espiritual, están plenamente vigentes en la sociedad del siglo XXI. Transcurridos más de cincuenta años desde su publicación la obra mantiene su vigencia. El Leviathan actual está fortalecido y cuenta gracias a los avances tecnológicos con elementos poderosos para controlar y someter a los seres humanos, en sincronía con la presión mediática. Cada día resulta más difíclil que los escasos emboscados contagien su rebeldía de lobos esteparios al rebaño de ovejas, a la masa más domesticada y alienada de la historia humana, a la más sometida a adoctrinamiento. El camino del emboscado deberá ser introspectivo. La salvación, si existe, sólo podrá conseguirse a través de la lucha del individuo contra sí mismo, porque en su interior está incrustado el destino que le han implantado desde el poder y del que debe saber deshacerse para recobrar su libertad. Sólo una revolución de seres humanos liberados puede derrocar el aplastamiento de la libertad desde el poder.
Sumario
1. Las preguntas que se nos hacen van simplificándose y exacerbándose. 2. Llevan a disyuntivas, como lo muestran las elecciones. 3. La libertad de «decir no» es restringida sistemáticamente. 4. Está destinada a dejar patente la superioridad de quien hace las preguntas 5. y se ha convertido en un riesgo 6. que se asume en un sitio tácticamente equivocado. 7. Lo dicho no pretende ser una objeción contra su significado moral.
8. La emboscadura representa una nueva respuesta de la libertad. 9. Los hombres libres son poderosos, aunque constituyen únicamente una minoría pequeñísima. 10. Nuestro tiempo es pobre en grandes hombres, pero produce figuras. 11. La amenaza configura pequeñas minorías selectas. 12. Junto a las figuras del Trabajador y del Soldado Desconocido aparece una tercera figura, el Emboscado. 13. El miedo 14. puede ser vencido por la persona singular 15. si ésta adquiere conocimiento de su poder. 16. La emboscadura, en cuanto conducta libre en la catástrofe, 17. es independiente de las fachadas político-técnicas y de sus agrupaciones. 18. La emboscadura no contradice a la evolución, 19. sino que introduce libertad en ella mediante la decisión de la persona singular. 20. En la emboscadura la persona singular se confronta consigo misma en su sustancia individual e indestructible. 21. Esa confrontación expulsa el miedo a la muerte. 22. Aquí las Iglesias no pueden dar más que asistencia, 23. pues, en su decisión, la persona singular está solitaria, 24. y el teólogo puede, ciertamente, hacerla cobrar consciencia de su situación, 25. mas no sacarla de ella.
26. El emboscado atraviesa por su propia fuerza el meridiano cero. 27. En las esferas de la medicina, 28. del derecho 29. y del empleo de las armas la decisión soberana corresponde al emboscado, 30. quien tampoco en la moral actúa de acuerdo con doctrinas 31. y se reserva la aceptación de las leyes. El emboscado no participa en el culto del crimen. 32. El decide la naturaleza de su propiedad y el modo de afirmarla. 33. Es consciente de la inatacable profundidad 34. desde la que también la Palabra otorga una y otra vez plenitud al mundo. En eso está el cometido del «Aquí y ahora».
Cada número nos lleva a un capítulo de la obra
Relaciones
Sobre la obra
Tratado del rebelde: la emboscadura
La resistencia contra el tiempo
Goces y exigencias de la libertad, por Antonio Escohotado
Sobre el autor
Ernst Jünger, por Adolfo Álvarez Rocca
Ernst Jünger, por Fernando Báez
Ernst Jünger, por Antonio Escohotado
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Vídeos
Ernst Jünger: Memorias de un guerrero (8'21")