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domingo, 16 de noviembre de 2008
Dos Años en el Candelero
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Ciudadanos en España,
Movimientos Ciudadanos
Pierre No Doy Una en Washington
Democracia es una palabra que proviene de la unión de dos términos de origen griego, demos, que obligan a significar pueblo (en realidad más bien sería un distrito dentro de la ciudad, por las demos de Atenas) y cratos, que se puede traducir como origen del poder (no como algunos dicen por ahí, organización del gobierno, “gobierno del pueblo”, que sería “demarquía” –que por cierto no existe- y así nos va). Kratos, en la mitología griega (en griego Κράτος Krátos, en latín Cratus), era la personificación masculina de la fuerza y del poder. Por convención política, la democracia se asocia al significado de "gobierno del pueblo", cuando en realidad es el poder asociado a la representación de los individuos en una unidad supraindividual, la demos, que daría lugar por acumulación de cuatro demos a la tritria, después la unión de tritrias a la tribu, y por último la unión de tribus a la ciudad. Los griegos no jugaban con estas cosas, porque desconfíaban mucho más que nosotros de los detentadores del poder y se habían organizado para controlar e impedir sus desmanes, cosa que nos han hecho olvidar los políticos. Cuando se observa la carrera para ser presidente en Estados Unidos, asistimos a una representación mucho más adecuada de lo que era obtener la representación política de los ciudadanos en la democracia ateniense.
La democracia –o similar- se fue al carajo en España con las bombas de Atocha y la entrada en el gobierno de un memo solemne, José Luis Rodríguez Zapatero. En España no hay democracia, el pueblo vota –nada más-, pero no decide, quien gobierna es un memo, y quien lidera la oposición, Rajoy, otro, nadie puede ser único autor de tanta enjundia y bodrio, para tamaña obra ("crimen") se necesitan colaboradores necesarios-.
LA MEMARQUÍA ESPAÑOLA
Hubo otros memos importantes en la historia de la política española, y también en la política mundial, pero ninguno tan reconocido como José Luís Rodríguez Zapatero. Con este personaje concluye una forma de entender la política en España –que abre teorema-, sobretodo por los ciudadanos, pero también hay que reconocerle que el inefable cejudo le ha devuelto vida a la ciencia de los comportamientos sociales relacionados con el poder, porque ningún otro político español, ha conseguido ser tan insultado, maldecido, y abominado, en tantos lugares y por tanta gente.
España ha avanzado considerablemente hacia la civilización, porque en otros tiempos, la trayectoria de este individuo no llegaría ni a la picota, tras el juicio popular correspondiente, se le lincharía por misericordia.
Los últimos cinco años de la política española será mejor olvidarlos, por muchas leyes de la memoria histórica que se inventen y en las que se invierta. Los crustáceos del Parlamento Español, que cobran por no ir y por decir que son nuestros representantes políticos legítimos, que viven fastuosamente de no representarnos, porque sólo representan los intereses de los partidos que les acogen, nunca harán nada por cambiar las cosas. No se puede llamar democracia parlamentaria a una cuadra estabulada electoralmente, a una colección de clones que repiten coralmente la voz de su amo. Nada que decir de autonomías y ayuntamientos, donde se replica el modelo, habrá ocasión, pero en resumen, más de lo mismo.
Esa realidad de la inutilidad de los políticos que dicen “defender nuestros intereses” no es reconocida, dentro de su memez, por esos delincuentes ratificados por las urnas, que se representan a sí mismos. Los seguidores del Principio de Peter como fundamento máximo de la acción política, están mostrando, con sus logros, que la realidad siempre supera a la imaginación más pavorosa.
En fin, el líder mundial de la Alianza de las Civilizaciones ha hablado ayer en el Building Museum de Washington, sentado en la “chaise” que le proporcionó el “amigo francés” como pago por haber salido de la guerra de Irak de aquella manera y por defender los intereses económicos franceses contra los interses económicos norteamericanos. Y lo ha hecho, al contrario que los convocados legítimamente, bajo pabellón europeo -como Holanda, que no se ha gastado un florín y ahí estaba-.
¿Y qué ha dicho?. Pues lo esperado, que hay que buscar una solución común y compartida –coño, en España no dice eso a los nacionalistas-, que hay gente que cobra demasiado –supongo que no se referirá a los políticos del PSOE que en estos momentos reciben del Estado miles de millones de euros para hacer lo que bien les parezca- y que en el mundo hay pobres (de los que España aporta un 20 % de su población -cerca de 10 millones de españoles viven con menos del 60 % del salario mínimo-).
La democracia –o similar- se fue al carajo en España con las bombas de Atocha y la entrada en el gobierno de un memo solemne, José Luis Rodríguez Zapatero. En España no hay democracia, el pueblo vota –nada más-, pero no decide, quien gobierna es un memo, y quien lidera la oposición, Rajoy, otro, nadie puede ser único autor de tanta enjundia y bodrio, para tamaña obra ("crimen") se necesitan colaboradores necesarios-.
LA MEMARQUÍA ESPAÑOLA
Hubo otros memos importantes en la historia de la política española, y también en la política mundial, pero ninguno tan reconocido como José Luís Rodríguez Zapatero. Con este personaje concluye una forma de entender la política en España –que abre teorema-, sobretodo por los ciudadanos, pero también hay que reconocerle que el inefable cejudo le ha devuelto vida a la ciencia de los comportamientos sociales relacionados con el poder, porque ningún otro político español, ha conseguido ser tan insultado, maldecido, y abominado, en tantos lugares y por tanta gente.
España ha avanzado considerablemente hacia la civilización, porque en otros tiempos, la trayectoria de este individuo no llegaría ni a la picota, tras el juicio popular correspondiente, se le lincharía por misericordia.
Los últimos cinco años de la política española será mejor olvidarlos, por muchas leyes de la memoria histórica que se inventen y en las que se invierta. Los crustáceos del Parlamento Español, que cobran por no ir y por decir que son nuestros representantes políticos legítimos, que viven fastuosamente de no representarnos, porque sólo representan los intereses de los partidos que les acogen, nunca harán nada por cambiar las cosas. No se puede llamar democracia parlamentaria a una cuadra estabulada electoralmente, a una colección de clones que repiten coralmente la voz de su amo. Nada que decir de autonomías y ayuntamientos, donde se replica el modelo, habrá ocasión, pero en resumen, más de lo mismo.
Esa realidad de la inutilidad de los políticos que dicen “defender nuestros intereses” no es reconocida, dentro de su memez, por esos delincuentes ratificados por las urnas, que se representan a sí mismos. Los seguidores del Principio de Peter como fundamento máximo de la acción política, están mostrando, con sus logros, que la realidad siempre supera a la imaginación más pavorosa.
En fin, el líder mundial de la Alianza de las Civilizaciones ha hablado ayer en el Building Museum de Washington, sentado en la “chaise” que le proporcionó el “amigo francés” como pago por haber salido de la guerra de Irak de aquella manera y por defender los intereses económicos franceses contra los interses económicos norteamericanos. Y lo ha hecho, al contrario que los convocados legítimamente, bajo pabellón europeo -como Holanda, que no se ha gastado un florín y ahí estaba-.
¿Y qué ha dicho?. Pues lo esperado, que hay que buscar una solución común y compartida –coño, en España no dice eso a los nacionalistas-, que hay gente que cobra demasiado –supongo que no se referirá a los políticos del PSOE que en estos momentos reciben del Estado miles de millones de euros para hacer lo que bien les parezca- y que en el mundo hay pobres (de los que España aporta un 20 % de su población -cerca de 10 millones de españoles viven con menos del 60 % del salario mínimo-).
LOCALICEN EN LA FOTO A PIERRE NO DOY UNA
Y para decir eso –nada del proteccionismo que había prometido, nada de la subordinación al Estado de las decisiones financieras, nada de la defensa de los intereses de los ciudadanos-, para decir, que está de acuerdo con Bush en lo fundamental, España ha tenido que ser ridiculizada en el mundo gracias a este mequetrefe y su corte de palmeros. Todo para sacarse una foto, -ojo, ¡que foto!-, una foto de la Última Cena inolvidable, antes de que le crucifiquen, porque alguno de sus 644 asesores le habrá dicho –en un derroche de genialidad- que se pusiera en el lugar que se ha puesto: en el centro de la escena, sobre Bush. O tal vez lo haya hecho el bobo solemne dando brío a su complejo de inferioridad. Pero tanto asesorado como de “motu propio” a nadie se le ocurre ubicarse en ese lugar en la foto de la mayor crisis económica de la historia del capitalismo. Primero porque supone un inconsciente “respaldo” a Bush – que sólo es ya presidente en funciones-, segundo, porque todo el mundo sabe que el que más protagonismo busca se sitúa en lugar –fino ha estado Sarkozy de desaparecer en escena-, y tercero, porque tras haber salido de la guerra de Irak, debería guardar las distancias –por coherencia- con quien decidió organizarla.
COMO SI NO PASARA NADA
Pero el problema más grave, no es el de que los asesores de imagen de Zapatero estén a la misma altura de su imbecilidad, no, el mayor problema es que en todo el Gobierno español, siguen pensando que tras el pequeño tropezón sufrido con la no crisis –que ahora va a ser la mayor de todos los países europeos según la OCDE-, las cosas volverán a su cauce, hay que ser ilusos.
A Zapatero nadie le puede perdonar ya las estupideces cometidas, las arbitriaridades, el abuso de poder, la total falta de respeto por los ciudadanos son imperdonables, desde el diálogo con los asesinos de ETA hasta la instauración de los cordones sanitarios y promoción de alianzas, las mentiras que ha dicho, las barbaridades que ha hecho, y el estado en el que ha dejado la convivencia de los españoles es meritorio de solicitud de exilio.
No es un poquito de tensión para animar el cotarro, como en las elecciones, porque los españoles nunca hemos estado tan crispados, ni hemos abominado nunca de otro político como de Zapatero –ni de Franco, que no era político, se oían las cosas que se escuchan de este ciruelo-. Zapatero es la representación de lo que no es, de lo que no puede estar en política, reúne todas los criterios para no ser Presidente de un país normal.
Pues esto que ya saben perfectamente los españoles, él, todavía ni se lo imagina, y piensa que todo el mundo le quiere y aplaude su compromiso con los ciudadanos.
Pues vamos a hacerle un favor, lo que la gente piensa es que Zapatero es ya un cadáver político en corrupción, un ente polítco apestado y contaminante, que cuanto más tiempo permanezca en la presidencia del gobierno peor será para España y los españoles, incluidos los “ezpañoles” de su partido.
En Washington lo único que se ha dicho es que cada palo debe aguantar su vela, y que comienza la carrera de los autos locos, y Pierre no doy una es el piloto de nuestro futuro como país. Patán, deja de reírte, que maldita gracia tiene la cosa.
Biante de Priena
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La "Heducación" del PSOE
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