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sábado, 19 de mayo de 2012

Los deberes de Marciano Rajoy


Nunca le tuve fe, lo reconozco, detesto a los taimados hipócritas como él, realmente hay pocos españoles a los que les agrade este personaje, algo que se demostró cuando su antecesor, el contador de nubes, obtuvo en el peor momento de su trágica égida un 3,51 de apoyo público, mientras que Marciano Rajoy obtenía tan solo un 3,52. Una centésima fue lo máximo que logró de distancia contra el peor Presidente de la historia de España.

Dejé de tenerle fe, cuando vi que dejaba que España se hundiera en las manos del Atila de las cejas, mientras dilapidaba medio billón de euros, de deuda, en tapar las cavernas de la economía pública española, con telones adquiridos en el plan E, para seguir ganando elecciones. Hay que tener poca sangre, teniendo 150 diputados en el Congreso, para no hacer nada, cuando sabes que vas a heredar una ruina, un país en quiebra, con cerca de seis millones de parados. Además hay que tener pocas luces, porque si vas a tener que resolver lo que te van a dejar, por lo menos se podría haber intentado que los del PSOE no practicaran la política de tierra quemada para hundir el país, y recolectar electores desesperados en el futuro. Pero el genio pontevedrés se dedico a hacer de Don Tancredo, para que nadie supiera si iba, venía o ninguna de las anteriores.

Cuatro meses después de formar gobierno, la situación aún es más desesperada de la que heredó, precisamente por sus meteduras de pata la prima de riesgo ha alcanzado esta semana los 500 puntos de diferencia con el bono alemán a diez años. La contingencia no es baladí, cuando en plena asfixia emite un estertor desesperado reclamando ayuda a los socios europeos con soberbia: España ha hecho los deberes, ahora le toca a Europa echar una mano. Hay que ser torpe y osado, porque si eso fuera cierto, las cosas mejorarían, pero siguen empeorando, de lo que se deduce que se equivocó de deberes o no es cierto que estén bien hechos, no cabe otra alternativa. Ahora la culpa va a ser de los que juzgan la realidad desde la realidad, y no del iluminado que pretende que la realidad sea juzgada como a él le parezca correcto, tras los pasos del iluminado que decía que en España no había crisis.

Marciano Rajoy es un irresponsable, con escasos recursos, por eso dirige el PP tras un congreso amañado de su partido, el tonto útil que todos vieron como aquel que no va a impedir que todas las familias del partido de la gaviota salgan beneficiadas, es decir, los jóvenes castores que se han hecho con el partido para acabar con las pocas oportunidades que tenía este país de salir a flote, gracias, exclusivamente, a su ineptitud.

Siempre pensé que si Zapatero ganó dos elecciones, no fue gracias a sus escasos méritos intelectuales, a sus paupérrimas dotes para la gestión de los recursos públicos, ni siquiera a sus delirantes iluminaciones que deslumbraban cualquier reserva de razón. Zapatero es un pobre hombre alzado por el destino con una sonrisa bobalicona y escasos recursos. Para que Zapatero triunfara en dos elecciones, era necesaria la participación de un cenutrio como Marciano Rajoy rodeado de mequetrefes disputándole La Moncloa, también era preciso un pueblo sometido a la intoxicación de los medios de comunicación y una justicia silbando el sitio de Zaragoza.

Pero lo más fascinante es que desde que Marciano Rajoy ha llegado a La Moncloa no sólo hemos ido conociendo el desastre que le dejaron los chicos de los motivos para creer, sino que ante tal debacle, lo único que se le ha ocurrido al sanedrín del guano es improvisar medidas erráticas y dispersas, que lo único que han logrado es sembrar aún más incertidumbre entre los españoles y en los mercados internacionales.

Marciano Rajoy sabe desde hace casi un año que iba a gobernar este país, y no ha hecho los deberes, porque en el PP debían haber creado diversos modelos de acción ante lo que pudieran encontrarse. No caben sorpresas, las medidas deberían estar establecidas desde el día cero en que formó Gobierno, al día siguiente comparecer ante las cámaras españolas decir que va a investigar la situación, y que en un mes presentará todas las acciones para salir de la crisis, y pasado ese mes, presentarse con todos sus ministros, dando la cara y diciendo que la situación es la que sea, y que los pasos a seguir van a ser los siguientes, explicando que si no se alcanzan los niveles esperados, se complementará con las medidas necesarias que serán las que se exponen a continuación.

Con eso habría resuelto el mayor problema de la economía española que existe en estos momentos: el pánico ante la incertidumbre de todos los españoles, se habría creado un modelo mental de lo que pudiera ocurrir y la gente podría hacer de su capa un sayo con los recursos de los que dispusiera. Pero no se ha hacho, Marciano Rajoy, miente, una vez más, porque no ha hecho los deberes.

Actualmente, el riesgo de quiebra en España está en 38,1 %, algo que supone que la intervención europea es irreversible, será parcial y se ocupará del rescate de las entidades financieras, porque no puede ser total, y rescatar el Estado, que hoy está quebrado, porque el precio al que se paga la deuda sobrepasa la capacidad de endeudamiento solvente. Marciano Rajoy no ha hecho los deberes, después de que el iluminado contador de nubes los hubiera hecho al revés.

Que más da que la culpa sea del marciano Zapatero, o del marciano Rajoy, al final los que pagaremos las aventuras de los extraterrestres en conjunción sideral seremos los españoles, por haber permitido, con nuestros votos, que unos inútiles intentaran arreglar nuestros problemas, sin tener capacidad para hacerlo.

Enrique Suárez

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