“El poder arbitrario
constituye una tentación natural para un príncipe, como el vino o las mujeres
para un hombre joven, o el soborno para un juez, o la avaricia para el viejo, o
la vanidad para la mujer” Jonathan Swift
Los ciudadanos de este país llamado España, también conocidos
como españoles en tiempos pasados, han vuelto a equivocarse, como ha venido
ocurriendo a lo largo de la democracia, eligiendo gobiernos y oposiciones,
porque cuando unos y otros forman parte de un sistema corrupto y disputan por
el poder dentro de ese sistema, cualquiera de los resultados posibles es
intrascendente. No puede surgir democracia, de un lugar donde no existe.
Sé que por lanzar hipótesis tan arriesgada me voy a condenar
en el cielo del poder de la casta y en el
infierno de los radicales que aspiran a ocupar el cielo poderoso, ni tic tac,
ni asalto, ni na de na, pero a estas alturas de mi vida y después de todas las
aberraciones impunes que he presenciado en aquellos que decían representarnos
políticamente, me da absolutamente igual. Un renegado no tiene fe en los
impostores y usurpadores que le han llevado a renegar de una farsa en la que se
deciden las vidas, obras y paros de sus compatriotas
La troupe de Pablo Iglesias ha desaprovechado una magnífica
ocasión para desplazar del poder a tanto mendrugo con marchamo representativo y
escarapelas diversas que pueblan los pesebres del Estado. Era de esperar.
La función del partido Podemos fue bendecida por la casta,
pues proporciona tres opciones que la favorecen: devolver votantes de la
abstención al redil de las urnas que al fin y al cabo es la única legitimación
que tienen que hoy ya es minoritaria (42 % todos los partidos, 58 % ningún
partido en las últimas elecciones europeas; pacificar las calles brindando a
los descamisados y pesebristas una oportunidad de protesta y por supuesto
establecer un interlocutor variable con las tres caras de la hidra de la
izquierda (PSOE, Podemos, IU) que amenazan al partido del hombre que ha
convertido España en un convento económico a mayor gloria de Bruselas. Podemos
va a traer más jóvenes a las urnas que ningún partido anterior, para que
aprendan el camino del adoctrinamiento en esta democracia menor que en realidad
es un despotismo muy poco ilustrado.
El partido de Pablo Iglesias, sin embargo, ha hecho algo por
este país impagable, a pesar de haberlo hecho desde los medios y no desde la
calle, donde se ha comprobado que sus apoyos eran menos de los que esperaban
hace unos días: mostrar que todos los títeres de la casta no tienen media
hostia intelectual, que viven en un simulacro de servicio público cuando en
realidad son los más aprovechado del país, que se han corrompido sin descanso a
lo largo de los últimos treinta años de régimen. Pero nada más, bueno hacer que
crezcan los ingresos de los medios de comunicación haciendo titulares de
bravuconadas y provocaciones y poco más. Las iglesias de Pablo, con anagrama
circular y aroma de oclocracia, tienen escasas posibilidades de mutar las cosas de la política en
este país y a partir de ahora, con su hermana Syriza en Grecia, tendrán muchas menos.
Y de nuevo, una vez más, como ha ocurrido a lo largo de los
casi cuarenta años que llevamos de democracia los españoles estamos abocados a
escoger entre aquello que nos ofrecen, unos u otros, engaño participativo que
no tiene ninguna posibilidad de cambiar las cosas de la política en este país,
como se ha visto recientemente en Grecia, que a pesar de haber llevado el
radicalismo a su gobierno, este gobierno está formado en su mayoría por
personajes que han estado asociados a la casta griega a lo largo de su vida,
que precisamente han sido los que han hundido el país.
Los no representados, que en las últimas elecciones europeas
fuimos el 58 % de los que tenían derecho a votar (abtención, voto en blanco,
voto nulo), se sumarán en las próximas elecciones a los no representados por
todos los partidos perdedores, así, como ocurre actualmente en Grecia, un 20 %
decidirá por el 80 % que no ha apoyado a Syriza durante cuatro largos años.
Por mucho que lo intento, día tras día, todavía somos
demasiado pocos los que en este país sabemos que tales engendros nada tienen
que ver con la democracia y si con los engaños de los de la casta en el poder y
aspirantes a sustituirlos para volver a engañar a los ciudadanos de este país una
vez más. ¿Se creen ustedes que los líderes de Podemos que son profesionales de
la política no saben que lo que están haciendo es sostener a la casta diciendo
que van contra ella en un engendro despótico que nada tiene que ver con la
democracia?
Lo dicho, sin
solución, hasta que los ciudadanos de este país dejen de apoyar majaderías y
juzguen con su voto la conducta de aquellos que aspiran a representarles, no
votando por nadie que no les ofrezca garantías en los hechos, más allá de las
creencias, de que no va a defraudarles. El timo de las urnas está servido, este
año se harán varios procesos electorales, no vaya a ser que los ciudadanos se
den cuenta del engaño y las urnas se queden vacías, la casta se da prisa por
perpetuarse en el poder, porque esa es su condición natural, hasta que un día
cambien las cosas.
Enrique Suárez