Acabo de leer que la cofradía de Bildu no asistirá a la inauguración del Basque Culinary Center por los Príncipes de Asturias, porque según dicen son: “el símbolo de la negación de este pueblo”, cuando alguien se arroga, como en este caso, la representación de un pueblo en una democracia, tal vez no haya entendido que la democracia es la representación del gobierno del pueblo, no la representación del pueblo, que no es lo mismo, la rueda, que su mecanismo.
Si un partido que gobierna en minoría, gracias al apoyo cómplice de sus “supuestos” adversarios se declara representante del pueblo por haber obtenido una mayoría en unas elecciones, se supone que el lehendakari que gobierna en Euskadi con el apoyo del PP también será representante del pueblo vasco. Mejor se dejarían de chanzas y grandilocuencias y podrían decir que los Príncipes de Asturias son el símbolo de que Bildu-ETA no se salga con la suya, lo que sería más acertado. Fundamentalmente porque el nacionalismo secesionista vasco tiene un grave problema, o no sabe a quien representa, o se cree que representa lo que no representa.
En Euskadi, para sorpresa del respetable, cuando se consulta la presencia de apellidos de los vizcainos, donostiarras y alaveses, resulta que, en Bizkaia los 30 primeros apellidos son los siguientes: García, Fernández, González, López, Rodríguez, Pérez, Martínez, Martin, Sánchez, Gómez, Ruiz, Alonso, Bilbao, Alvarez, Gutierrez, Hernández, Díez, Jiménez, Díaz, Vázquez, Muñoz, Blanco, Uriarte, Ortega, Aguirre, Peña, Ortiz, Iglesias y Domínguez.
En Gipuzkoa varían un poco, per los 30 primeros apellidos de sus residentes son los siguientes: García, González, Rodríguez, Fernández, Sánchez, Pérez, Martínez, López, Martín, Gómez, Hernández, Garmendia, Larrañaga, Alonso, Jiménez, Ruiz, Alvarez, Aguirre, Alberdi, Echevarría, Etxseberría, Mendizabal, Aramburu, Lasa, Zabala, Gutierrez, Muñoz, Moreno, Díaz y Blanco
En Araba/Alava, también cambian las cosas ciertamente, los 30 primeros apellidos por frecuencia son los siguientes: García, Fernández, Martínez, González, Pérez, López, Rodríguez, Sanchez, Gómez, Martín, Jiménez, Ruiz, Alonso, Hernández, Díaz, Alvarez, Gutierrez, Moreno, Muñoz, Gil, Blanco, Aguirre, Salazar, Díez, Ortiz, Ramos, Ibáñez, Dominguez, Saez y Ortega.
Resulta extraordinariamente extraño, que los García, Fernández, y González de Euskadi, por haber nacido en esta tierra, sean diferentes a los García, Fernández, y González nacidos en Madrid, Barcelona, La Coruña, Almería, o Badajoz.
Como decía Max Weber, una nación siempre es un resultado, no un propósito, lo que viene a decirnos que para que algo sea posible no basta con proponérselo y mantener a la población sumergida en la ignorancia correspondiente con un burka con los colores de la ikurriña, sino que es el pueblo el que debe decidir en libertad, condición inexistente en Euskadi desde hace muchas décadas..
Euskadi, como mucho y como poco, es un país con unas diferencias culturales, como cualquier otra de las comunidades españolas, pero su población es tan indistinta y homogénea a las demás como la de cualquier otra comunidad española. Ante la realidad no caben mitologías, ni engaños, ni baladronadas. El día que todos los españoles residentes en Euskadi puedan manifestarse en libertad y no bajo la coerción de la amenaza implícita y la sospecha de pureza de sangre, que en España se acabó con los Reyes Católicos, hace quinientos años, creo que las cosas cambiarán considerablemente. Tal vez, entonces, podramos descubrir que los que impiden la expresión en libertad del pueblo vasco no son los Príncipes de Asturias, sino los seguidores de Bildu-ETA.
Una cosa es lo que se deja ver desde la política y se muestra con intención y otra muy diferente, la realidad que se oculta con insidia.
Fuente: INE
Enrique Suárez
Si un partido que gobierna en minoría, gracias al apoyo cómplice de sus “supuestos” adversarios se declara representante del pueblo por haber obtenido una mayoría en unas elecciones, se supone que el lehendakari que gobierna en Euskadi con el apoyo del PP también será representante del pueblo vasco. Mejor se dejarían de chanzas y grandilocuencias y podrían decir que los Príncipes de Asturias son el símbolo de que Bildu-ETA no se salga con la suya, lo que sería más acertado. Fundamentalmente porque el nacionalismo secesionista vasco tiene un grave problema, o no sabe a quien representa, o se cree que representa lo que no representa.
En Euskadi, para sorpresa del respetable, cuando se consulta la presencia de apellidos de los vizcainos, donostiarras y alaveses, resulta que, en Bizkaia los 30 primeros apellidos son los siguientes: García, Fernández, González, López, Rodríguez, Pérez, Martínez, Martin, Sánchez, Gómez, Ruiz, Alonso, Bilbao, Alvarez, Gutierrez, Hernández, Díez, Jiménez, Díaz, Vázquez, Muñoz, Blanco, Uriarte, Ortega, Aguirre, Peña, Ortiz, Iglesias y Domínguez.
En Gipuzkoa varían un poco, per los 30 primeros apellidos de sus residentes son los siguientes: García, González, Rodríguez, Fernández, Sánchez, Pérez, Martínez, López, Martín, Gómez, Hernández, Garmendia, Larrañaga, Alonso, Jiménez, Ruiz, Alvarez, Aguirre, Alberdi, Echevarría, Etxseberría, Mendizabal, Aramburu, Lasa, Zabala, Gutierrez, Muñoz, Moreno, Díaz y Blanco
En Araba/Alava, también cambian las cosas ciertamente, los 30 primeros apellidos por frecuencia son los siguientes: García, Fernández, Martínez, González, Pérez, López, Rodríguez, Sanchez, Gómez, Martín, Jiménez, Ruiz, Alonso, Hernández, Díaz, Alvarez, Gutierrez, Moreno, Muñoz, Gil, Blanco, Aguirre, Salazar, Díez, Ortiz, Ramos, Ibáñez, Dominguez, Saez y Ortega.
Resulta extraordinariamente extraño, que los García, Fernández, y González de Euskadi, por haber nacido en esta tierra, sean diferentes a los García, Fernández, y González nacidos en Madrid, Barcelona, La Coruña, Almería, o Badajoz.
Como decía Max Weber, una nación siempre es un resultado, no un propósito, lo que viene a decirnos que para que algo sea posible no basta con proponérselo y mantener a la población sumergida en la ignorancia correspondiente con un burka con los colores de la ikurriña, sino que es el pueblo el que debe decidir en libertad, condición inexistente en Euskadi desde hace muchas décadas..
Euskadi, como mucho y como poco, es un país con unas diferencias culturales, como cualquier otra de las comunidades españolas, pero su población es tan indistinta y homogénea a las demás como la de cualquier otra comunidad española. Ante la realidad no caben mitologías, ni engaños, ni baladronadas. El día que todos los españoles residentes en Euskadi puedan manifestarse en libertad y no bajo la coerción de la amenaza implícita y la sospecha de pureza de sangre, que en España se acabó con los Reyes Católicos, hace quinientos años, creo que las cosas cambiarán considerablemente. Tal vez, entonces, podramos descubrir que los que impiden la expresión en libertad del pueblo vasco no son los Príncipes de Asturias, sino los seguidores de Bildu-ETA.
Una cosa es lo que se deja ver desde la política y se muestra con intención y otra muy diferente, la realidad que se oculta con insidia.
Fuente: INE
Enrique Suárez