En Cataluña, donde no se respeta el derecho que asiste a los niños a recibir su primera enseñanza en lengua materna –gracias a la política lingüística de los distintos gobiernos autonómicos y al consentimiento, de mejor o peor grado, de todos los gobiernos centrales habidos– se ha producido una rasgada de vestiduras por parte de ERC, CiU, IC y, en menor medida, por el PSC a consecuencia del decreto que obliga a impartir una 3ª hora de castellano en primaria.
1.- Estas protestas airadas dejan al descubierto –una vez más– la auténtica preocupación de esos partidos en materia lingüística, que no es la de asegurar que los niños aprendan el catalán, sino el de impedir el conocimiento culto del español, que –dicho sea de paso– tampoco garantizaría en absoluto ese exiguo aumento de una hora semanal.
2.- Hay que seguir recordando que en Cataluña hay dos lenguas oficiales. Que eso significa que las Instituciones, incluida la escuela, tienen que utilizar las dos por igual. Que, al principio de la democracia, las medidas de fomento del catalán estaban justificadas por cuanto significaba romper el hábito de emplear sólo el castellano, aunque eso nunca debió justificar su exclusión.
3.- Con el Estatuto de 2006, esa exclusión del castellano aparece, por primera vez, en una ley del bloque constitucional, pero tiene antecedentes en algunas leyes de rango inferior, como en la de Política Lingüística de 1998; en decretos, como en los de Inmersión de 1993; o en multitud de resoluciones e instrucciones de principio de curso de los últimos años. Las vueltas de tuerca a la exclusión del español han ido en aumento, hasta situarlo por debajo del inglés, ya que los Centros tienen permitido, si cuentan con profesorado acreditado, impartir algunas asignaturas en esta lengua. De hecho, esto ya se está haciendo en algunos, y la idea es extender esta práctica a la totalidad de Centros. Para ello, se están subvencionando cursos intensivos en Gran Bretaña para aquellos profesores que ya tienen conocimiento previo de inglés. El argumento es que, para aprender bien una lengua, no basta con dar clase de esa lengua, sino que hay que contextualizar el vocabulario y las estructuras gramaticales en distintas áreas. Esta filosofía para el correcto aprendizaje de una lengua no se aplica al castellano, idioma que no aparece en momento alguno presente entre los objetivos del legislador.
4.- En esta situación, resulta increíble que se presente esa 3ª hora poco menos que como un ataque a Cataluña; como una injerencia del gobierno central en las competencias autonómicas. El gobierno, que tiene la obligación de garantizar la igualdad de derechos de todos los ciudadanos, lo único que ha hecho con este decreto es un gesto, que en absoluto puede esconder la discriminació n a la que se ve sometido un sector muy importante de la población, ni el fraude que supone, para la totalidad, el privarles de la enseñanza de una lengua oficial que, además, es considerada como la segunda más importante en el mundo.
Barcelona, 20 de diciembre de 2006
Marita Rodríguez, Presidenta